miércoles, 22 de enero de 2014

PRIMER CENTENARIO DE LA GUARDIA CIVIL EN CANARIAS (1898-1998).



Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en el Suplemento Semanal "LA PRENSA" del Periódico "EL DIA" el 28 de marzo de 1998, pág. 16. 

Sus orígenes.


El de 1898 no fue para la Guardia Civil sólo el año del "Desastre" sino también el de su potenciación y confirmación como la primera fuerza policial desplegada en todo el territorio nacional. Gracias a ello, la Benemérita se instauraría, hace ya cien años, en la entonces denominada provincia de Canarias.

El aumento de su plantilla en 3.461 hombres, contemplado en el presupuesto del Ministerio de la Guerra para el año económico 1898-99 permitiría la aprobación de una nueva e importante reorganización de los Tercios, Comandancias, Centros y Dependencias del Instituto de la Guardia Civil, llegando entonces a alcanzar la cifra de 18.970 componentes.

Así, paralelamente al cambio por última vez de la numeración de los Tercios de la Benemérita en Ultramar (19º, 20º y 21º para los de Cuba, 22º el de Puerto Rico y 23º, 24º y 25º los de Filipinas), como consecuencia de la creación de otros dos nuevos en la Península, se disponía la implantación de una Comandancia en el Archipiélago Canario y de una Sección en la plaza de Ceuta.

El día 1 de julio de 1898 se dictaba una real orden circular de la Sección de Estado Mayor y Campaña del Ministerio de la Guerra en cuyo apartado 3º se disponía la creación de la Comandancia de Canarias.

Así la Reina Regente, en nombre de su hijo el Rey ALFONSO XIII aprobaba una propuesta elevada formalmente diez días antes por el Director General de la Guardia Civil al citado Ministerio.

Dicha Unidad, tendría el carácter de exenta al igual que la ya existente en las islas Baleares y se organizaría desde Santa Cruz de Tenerife sobre la base de la Compañía y Sección montada de la Guardia Provincial.

Su organización.

La Plana Mayor de la nueva Comandancia fijaría su residencia en Santa Cruz de Tenerife, entonces capital de la provincia y la cabecera de su única Compañía se establecería en las Palmas de Gran Canaria.

La plantilla de la Comandancia, clasificada como de 3ª categoría, quedaría constituida por 1 Jefe (1 Comandante), 6 Oficiales (2 Capitanes, 2 Primeros Tenientes y 2 Segundos Tenientes) y 140 hombres de tropa, de los que 110 serían de infantería (6 sargentos, 15 Cabos, 2 Cornetas, 11 Guardias Primeros y 76 Guardias Segundos) y los 30 restantes de caballería (1 Sargento, 3 Cabos, 3 Guardias Primeros y 23 Guardias Segundos).

Dado que la labor que venía desempeñando la Guardia Provincial en nuestro archipiélago era análoga a la encomendada a la Guardia Civil en el resto del territorio nacional y que se consideró ventajoso para el servicio el pase al Benemérito Instituto de la mencionada fuerza, se autorizó mediante otra real orden de igual fecha, el ingreso voluntario de este Cuerpo por esa sola vez, con destino a la Comandancia de Canarias de los Sargentos, Cabos, Cornetas y Guardias de la mencionada Guardia Provincial.

Como único requisito se les impuso someterse a un examen previo al objeto de evaluar su conocimiento de los reglamentos de la Guardia Civil así como reunir las condiciones psicofísicas legalmente establecidas de ingreso a excepción de la estatura ya que para los miembros de la Guardia Provincial, conforme a su reglamento de 9 de marzo de 1896 sólo se les exigía una estatura de 1 metro y 647 milímetros frente a 1 metro y 667 milímetros que se requería entonces en la Benemérita.

Una vez organizada la nueva Comandancia y sustituida una fuerza por otra conforme a las normas prevenidas para tales casos en el real decreto de 10 de febrero de 1886, se procedió a la disolución de la expresada Guardia Provincial, causando baja en ella todo su personal, pasando destinado en su caso a la Guardia Civil y a otras unidades del Ejército o en su defecto quedando en la situación militar que les correspondiese.

Todos los gastos originados por la Sección suelta de Caballería afecta a la Comandancia se aplicarían inicialmente a los créditos consignados para la Guardia Provincial, formando extracto separado hasta que pudieran incluirse en el correspondiente capítulo del presupuesto del siguiente año económico.

El ganado de la sección montada de Guardias Provinciales pasaría a formar parte de la Sección de caballería de la Guardia Civil, para lo cual la remonta del Benemérito Instituto tuvo que abonar a la del arma de Caballería el valor de cada caballo en costes y costas, con deducción de las cantidades que se hubiesen ingresado previamente, a razón de 100 pesetas anuales por caballo de tropa, desde los cinco años de edad.

Sus primeros Mandos.

Para el mando de dicha Comandancia se designó por real orden de 6 de julio de 1898 al Comandante FRANCISCO FENECH Y CORDONIE, hasta entonces en situación de reemplazo en la segunda región.

Con igual fecha se destinó como Segundo Jefe y con residencia también en Santa Cruz de Tenerife al Capitán FRANCISCO MATEOS JOLI, procedente por ascenso de la Comandancia de Castellón.

En la misma orden saldría destinado como Jefe de la única Compañía y con residencia en Las Palmas de Gran Canaria el también Capitán MIGUEL OLIVER FERUS, procedente por ascenso de la Comandancia de Valencia.

Asimismo se destinaron el mismo día a los Primeros Tenientes FERMIN LAHUERTA AMARE y ALFREDO PORCAR LLEO, ambos procedentes por ascenso de la Comandancia de Baleares, correspondiendo a éste último el mando de la Sección de Caballería.

El resto de la plantilla se iría completando con personal procedente de otras Comandancias del resto del territorio nacional e incluso de las de Ultramar que muy pronto serían disueltas como consecuencia del "Desastre". 

De hecho en el Resumen de Servicios de la Guardia Civil (antecedente histórico del actual Boletín Oficial del Cuerpo) en su número 424 de fecha 24 de junio de 1898 se publicaba una disposición por la que los Jefes de Comandancia debían remitir al Negociado 2º de la Dirección General del Instituto, una relación nominal de las clases e individuos de tropa que deseasen formar parte de la Comandancia de Canarias, caso de que decretase su organización como así fué pocos días después.

Conclusiones.

Estos serían los orígenes y comienzos, ya centenarios de la Guardia Civil en Canarias, que con más de medio siglo de retraso respecto a la de la Península demostraría bien pronto la razón del sobrenombre de "Benemérita".

Firme prueba de ello fué entre otros el ejemplar comportamiento del Cabo FELIX VICENTE PLAZA, Comandante del Puesto de Valverde que junto a fuerzas a sus órdenes auxilió a los vecinos de Tayvique en la isla de Hierro durante una epidemia variolosa que se declaró en la segunda quincena del mes de diciembre de 1898, prestando numerosos servicios humanitarios. Además abrió una suscripción para atender a la alimentación y medicamentos de los afectados.

Un siglo después, con sus 100 años de servio y sacrificio constante, la Guardia Civil sigue velando día y noche por los habitantes de Canarias.


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