El contrabando de Gibraltar motivó en 1878 la creación de una segunda Comandancia
Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en el "DIARIO DE CADIZ" del 12 de octubre de 2000, págs. 22-23.
El original está ilustrado con tres fotografías en blanco y negro.
Introducción.
En nuestra provincia, al contrario que en el resto del territorio nacional, existen dos Comandancias de la Guardia Civil. Una, con cabecera en la capital, y la otra, con cabecera en la ciudad de Algeciras. Tan sólo existe otro caso similar, pero por razones históricas bien diferentes, que es el de Asturias y que tiene establecidas sus cabeceras en Oviedo y Gijón.
Una Comandancia es la unidad territorial fundamental de mando, planificación, dirección, ejecución, coordinación y control de servicios de la Guardia Civil en el ámbito de una provincia. Sin embargo, la legislación vigente que determina la organización periférica del benemérito Instituto, contempla la posibilidad de que en atención a circunstancias excepcionales, puedan coexistir dentro de una misma provincia más de una Comandancia.
Este es el caso de la provincia gaditana y cuyos orígenes, desconocidos seguramente para la mayor parte de los lectores, se remontan al siglo XIX y concretamente al año 1878.
Historia de Carabineros.
El origen del Resguardo es muy remoto organizándose a nivel nacional por primera vez el 5 de diciembre de 1799, al reunir en una sola a todas las partidas que trabajaban al servicio de los arrendatarios de rentas bajo la denominación de "Resguardo General de Rentas", con el que se auxilió la recaudación y reprimió el fraude a la vez que pudo protegerse la industria nacional.
Por decreto de 9 de marzo de 1829, fue sustituido por el denominado "Carabineros de Costas y Fronteras", de carácter militar y fundado por el capitán general José Ramón Rodil. El nuevo cuerpo tenía por objeto "la seguridad y vigilancia de costas y fronteras, hacer la guerra al contrabando, prevenir sus invasiones, reprimir a los contrabandistas y afianzar con respetable fuerza, en favor de la industria y comercio nacionales, la protección y fomento de las leyes de Aduanas".
Por otro decreto de 25 de noviembre de 1834, se denominó al Resguardo, "Cuerpo de Carabineros de la Real Hacienda", volviendo a su carácter civil si bien se mantuvo, por razones de eficacia y disciplina, su organización militar, quedando su inspección a cargo de la Dirección General de Rentas Estancadas.
Por decreto de 11 de noviembre de 1843 y a propuesta del Inspector de Resguardos, el mariscal de campo José Martín Iriarte, recobró su naturaleza militar, adoptando el nombre de "Carabineros del Reino".
Tras diversas vicisitudes se dictó un nuevo decreto de 26 de septiembre de 1864 por el que se dividió en dos secciones, denominadas "Carabineros del Reino" y "Carabineros Veteranos", ejerciendo los primeros la vigilancia de las costas y fronteras y prestando exclusivamente los segundos su servicio en los puertos, muelles, bahías, puntos de descarga y de reconocimientos, en los fielatos y puertas, en el recinto de las aduanas terrestres y marítimas y en los radios de las poblaciones en que la Hacienda pública administraba los derechos de consumos.
En la provincia de Cádiz existían en 1878, el Cuerpo de Carabineros desde 1829, y el de la Guardia Civil desde 1844. Cada uno de ellos, aún siendo de naturaleza militar, tenían fijadas misiones bien diferentes y dependían a efectos de su servicio peculiar, de ministerios distintos. El primero del de Hacienda y el segundo del de Gobernación.
Dado que la principal razón de ser del Cuerpo de Carabineros era la persecución del contrabando, existía un amplio despliegue de unidades por gran parte del territorio nacional. Así, en Cádiz, existía al inicio de 1878 una Comandancia mandada por el teniente coronel Emilio Gurrea Ferrer, con cabecera en la capital y compuesta por 1 compañía de veteranos, 4 compañías de infantería, 1 escuadrón de caballería y 1 compañía de mar.
Los problemas del litoral gaditano de entonces eran en parte bastante similares a los de hoy día. En vez de pateras cargadas de inmigrantes o de droga como ocurre en la actualidad, lo que arribaban a nuestras playas eran numerosas embarcaciones para alijar su contrabando, que consistía en productos de lo más variado y que al no pagar arbitrios, aranceles, derechos, impuestos o tasas, resultaban muy rentables. Si bien todo la costa era objeto de alijos, la zona más próxima a la colonia británica de Gibraltar, era la más afectada.
Tal y como informaba el DIARIO DE CADIZ de aquellos años existían verdaderos ejércitos de contrabandistas, que fuertemente armados e incluso montados a caballo, se enfrentaban violentamente contra las fuerzas de Carabineros que intentaban aprehender los alijos.
La gravedad de la situación creada por aquellas partidas de contrabandistas, que superaban con frecuencia el centenar de hombres, motivó que por el teniente general Manuel Gasset Mercader, inspector general de Carabineros del Reino en 1877, se propusiera la creación de una Comandancia con demarcación exclusiva en el Campo de Gibraltar.
Dado que la provincia de Cádiz era muy extensa (más de 7.000 kilómetros cuadrados y casi 200 kilómetros de costa), padecía malas comunicaciones terrestres entre ambas bahías y contaba con numerosos puestos, no era posible que su teniente coronel primer jefe, con residencia en la capital, pudiera vigilar los servicios establecidos por sus carabineros con la debida inmediatez y continuidad.
Así por reales órdenes de 10 y 28 de enero de 1878 se dispuso la división de la Comandancia de Carabineros de Cádiz en dos, creándose la de Algeciras con fuerzas de aquella y suprimiéndose la plaza de teniente coronel en la de Pontevedra, que pasó a mandar la de nueva creación, por ser de mayor importancia.
De esta forma el Campo de Gibraltar tuvo desde ese momento, bajo el mando del teniente coronel Francisco Brotons, su propia unidad para atender y resolver, con independencia de la de Cádiz, las constantes vicisitudes que se planteaban por razón del servicio de Resguardo.
La labor de los Carabineros de Algeciras fue durante muchos años, debido a las circunstancias socio-económicas de la zona y la violencia de las partidas de contrabandistas, la más penosa y sacrificada de cuantas se llevaron en el territorio nacional.
Sirva como ejemplo que aquel carabinero que durante un año entero estuviese destinado en el Campo de Gibraltar tenía carácter preferente para solicitar traslado a cualquier otro punto de España.
Dado que la plantilla inicialmente establecida era insuficiente fue aumentando progresivamente, en función de las asignaciones presupuestarias del Estado, y que a decir verdad nunca fueron generosas, pues al igual que ocurría con los sueldos que se percibían, el ministerio de Hacienda nunca recompensó debidamente a aquellos hombres y sus familias que se dejaban la salud e incluso la vida por engrosar las arcas del Estado.
La Guardia Civil gaditana de 1878.
Mientras los Carabineros gaditanos experimentaban aquel año tan importante reorganización, la Guardia Civil de la provincia en 1878 continuaría hasta 1940 constituida en una única Comandancia.
En 1878 su primer jefe era el teniente coronel Antonio de Menchaca Mateos mientras que su segundo era el comandante Ricardo Rada Martínez.
La Comandancia estaba formada por tres compañías de infantería, con cabeceras en Chiclana, Algeciras y Grazalema, así como por un escuadrón de caballería con jefatura en Jerez.
La de Chiclana estaba mandada por el capitán Melquiades Almagro Puig y tenía a su cargo las líneas de Puerto Real, Medina-Sidonia y Vejer, mandadas respectivamente por los tenientes José Enríquez Patiño y Tomás Mestre Arellano así como por el alférez Domingo Villacampa Allué.
La de Algeciras era mandada por el capitán León Ibáñez Pascual y tenía a su cargo las líneas de San Roque, Tarifa y Alcalá de los Gazules, mandadas respectivamente por los tenientes Enrique Soriano Hernández Eugenio Martínez López así como por el alférez Antonio Collazos Gómez.
La de Grazalema la mandaba el capitán Antonio Pastor Marras y tenía a su cargo las líneas de Olvera, Ubrique y Algodonales, mandadas respectivamente por los tenientes Félix Enrique de Caso y José Pérez Villarino así como por el alférez Baldomero Salas Bolaño.
Por último, el escuadrón de Jerez estaba mandado por el capitán Francisco Tirado Pérez y tenía a su cargo las líneas de Arcos, Sanlúcar y Puerto de Santa María, mandadas respectivamente por los tenientes Manuel González de la Rasilla y Francisco del Barrio Bernardo así como por el alférez Eustaquio Molina Obeo.
El contrabando de Gibraltar.
La nueva Comandancia de Algeciras fue dando tan buenos resultados en la represión del contrabando gibraltareño de la provincia de Cádiz que once años después, al haber aumentado considerablemente dichas actividades en la parte oriental, se decidió crear otra unidad similar en la zona limítrofe de la provincia de Málaga.
Así por real orden del ministerio de la Guerra de 31 de agosto de 1889, la Comandancia de Carabineros de Málaga se dividió en dos, que pasaron a denominarse de Málaga y de Estepona.
Los fundamentos para su justificación fueron muy similares a los empleados en 1878: "Considerando que . . . lo demanda la importancia de una comarca tan próxima a la plaza de Gibraltar, y en la que sus naturales tienen decidida tendencia al tráfico de contrabando, circunstancias que exigen una constante vigilancia . . .".
La Comandancia de Carabineros de Estepona desaparecería como tal con la finalización de la Guerra Civil y la entrada en vigor de la ley de 15 de marzo de 1940, siendo sus componentes integrados en la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga.
La ley de 15 de marzo de 1940.
Tras la finalización de la Guerra Civil se procedió a una profunda reorganización, entre otras cosas, de las fuerzas y cuerpos de seguridad. La Guardia Civil estuvo a punto de ser disuelta como consecuencia de que en aquellas zonas que permaneció leal al gobierno de Madrid, fracasó el alzamiento militar, y el de Carabineros dada la militancia republicana de la mayor parte de sus miembros, fue finalmente absorbido por aquél, procediéndose seguidamente a su depuración.
La ley de 15 de marzo de 1940 suprimió la Inspección General de Carabineros, cuyos cometidos y funciones se agruparon en una sola sección de la Dirección General de la Guardia Civil. Asimismo se dispuso que el personal de Carabineros fuese adscrito, con arreglo a sus aptitudes y condiciones, a las diferentes unidades y servicios privativos de la Guardia Civil.
Consecuente con ello se procedió por orden del ministerio del Ejército de 22 de agosto de 1940 a organizar Comandancias rurales en donde sólo existía la Guardia Civil y rurales y de costas y fronteras en donde coexistían la Guardia Civil y Carabineros.
Así mientras por un lado se conformaba la 216ª Comandancia Rural de la Guardia Civil que abarcaba toda la provincia de Cádiz, la 66ª y 67ª Comandancias de Carabineros de Algeciras y Cádiz pasaron a constituirse en las 134ª y 234ª Comandancias de Costas y Fronteras de la Guardia Civil de Algeciras y Cádiz.
Sucesivas reorganizaciones internas de la Guardia Civil fueron modificando numeraciones y despliegues territoriales transformándolas en las 237ª y 337ª Comandancias Mixtas de Cádiz y Algeciras (1943); 237ª y 337ª Comandancias de Cádiz y Algeciras (1945); 261ª y 262ª Comandancias de Cádiz y Algeciras (1967); 241ª y 242ª Comandancias de Cádiz y Algeciras (1974); 221ª y 226ª Comandancias de Cádiz y Algeciras (1982); 231ª y 234ª Comandancias de Cádiz y Algeciras (1984); hasta llegar a las actuales 407ª y 408ª Comandancias de Cádiz y Algeciras (1998), que sin dejar de seguir luchando contra el contrabando lo hacen además contra dos nuevas lacras que tanto afectan al salud pública y la dignidad humana: la droga y la inmigración ilegal.
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