domingo, 23 de marzo de 2014

ARMAMENTO Y ORIGENES DEL BATALLON DE INFANTERIA DEL MINISTERIO DEL EJERCITO ESPAÑOL.


Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en el nº 250 correspondiente al mes de febrero de 2003, de la Revista "ARMAS", págs. 62-69. 
Los originales están ilustrados por tres fotografías en color y once en blanco y negro.

"Es un honor prestar servicio en el primer Centro Militar de España y estar encargado de su defensa". 
Así rezaba en 1942 el dorso de la tarjeta de identidad de los soldados de tan selecta unidad castrense.


Poco después de finalizar la Guerra Civil (1936-1939) y al mes siguiente de ser creado el Ministerio del Ejército, siendo su titular el bilaureado general José Enrique Varela Iglesias, se publicaba la Ley de 22 de septiembre de 1939 mediante la que se disponía entre otras cosas, la organización de una unidad entidad batallón para prestar "el servicio de guardia" en la sede ministerial, ubicada en el palacio madrileño de Buenavista.

El 31 de enero de 1940 se publicaba en el "Diario Oficial del Ministerio del Ejército" la correspondiente Orden del Estado Mayor relativa a su organización, dictando las oportunas normas a tal efecto.

A la nueva unidad se le asignó además de la misión de montar la seguridad del alto recinto castrense, la de proporcionar el personal necesario para su desenvolvimiento, ajustándose su plantilla a la entonces vigente para un batallón de Infantería de línea si bien aumentada en dos compañías de destinos y una de máquinas de acompañamiento.

Esta última, dotada de morteros y ametralladoras, así como las planas mayores de mando y administrativa, eran iguales a las señaladas en las plantillas de regimiento, unidad de entidad superior a la de batallón. Por su parte, las compañías de destinos se encargaban de cubrir las necesidades de las distintas dependencias que conformaban el recinto ministerial.


El primer jefe.


El mando de batallón, que a su vez dependía de la secretaría general, correspondió por ordenanza a un teniente coronel mientras que las misiones administrativas de mayor así como las del centro de movilización regimental fueron conferidas a un comandante.


Para ejercer el mando de tan selecta unidad, el propio ministro del Ejército designó a un antiguo compañero suyo de los tiempos de Africa, el teniente coronel de Infantería Gumersindo Manso Fernández-Serrano, un joven pero veterano y experimentado militar que había ingresado en la milicia a los 14 años de edad.

En su hoja de servicios constaba bien acreditado su valor en las campañas de Marruecos y en la Guerra Civil, habiendo prestado sus servicios a lo largo de su carrera en unidades tales como las Fuerzas Regulares Indígenas de Larache nº 4 o los Regimientos Otumba nº 49, Ceuta nº 60, y Navarra nº 25 por ejemplo, encontrándose además en posesión del título de piloto aviador.


Condiciones de ingreso.


Todos los destinos eran de libre elección ministerial, pudiendo solicitarlos los jefes, oficiales, suboficiales y tropa pertenecientes al Arma de Infantería, que reunieran las condiciones exigidas, admitiéndose entre esta última también al personal que ya estuviera licenciado e incluso aquel que ni siquiera hubiera ingresado todavía en caja.

Como circunstancias preferentes para formar parte del batallón se establecieron las de hallarse en posesión individual de la Cruz Laureada de San Fernando, máxima recompensa al valor heroico acreditado en acción de guerra; tener concedida la Medalla Militar individual, segunda condecoración en importancia; el mayor tiempo de servicio en primera línea y mayor número de heridas durante la campaña; así como ser soltero o viudo sin hijos, dada la plena dedicación que exigía la pertenencia a la nueva unidad.

Al anunciarse las primeras vacantes, los numerosos jefes, oficiales y suboficiales interesados en cubrirlas hubieron de presentar copia de su hoja de servicios o relación jurada de los prestados así como cuantos documentos pudieran a contribuir a mejorar el concepto profesional, efectuándose una rigurosa selección.

El personal de tropa -cabos y soldados- debía aportar junto su instancia los siguientes documentos: certificado de buena conducta expedido por el jefe de cuerpo donde prestase servicio; certificado de "adhesión al Glorioso Movimiento Nacional" expedido por la Guardia Civil; y certificado de la especialidad que poseyeran los que aspirasen a formar parte de las compañías de destinos como mecanógrafo, taquimecanógrafo o escribiente. El personal licenciado debía presentar además, copia del pase de situación o cartilla militar.


Requisitos y primas.


Inicialmente se dispuso que el batallón estuviera integrado en un tercio de sus efectivos, con personal de recluta voluntaria mientras que el resto debía pertenecer a los reemplazos en filas.

El haber o sueldo de la tropa era el reglamentario de la época y los aspirantes debían reunir además de ser de antecedentes favorables al "Movimiento Nacional" y de buena conducta, otros requisitos, según desearan pasar a formar parte de las compañías de armas o del resto del batallón.

Para las compañías de armas, es decir tanto de fusiles como de máquinas de acompañamiento, debían tener al menos 19 años de edad y no exceder de 30 así como medir una estatura no inferior a 1´700 metros -superior por lo tanto a la media nacional de entonces- y no tener defecto físico visible alguno. Para el resto del batallón debían demostrar que poseían los conocimientos propios de los cometidos que aspiraban a desempeñar.

Los voluntarios podían ser con premio o sin él. Los primeros debían firmar un compromiso por tres, cuatro o cinco años. Las primas de enganche eran de 400 pesetas si era por tres años, de 500 pesetas si era por cuatro años o de 700 pesetas si lo era por cinco años. La mitad de la prima se cobraba al empezar el periodo de enganche correspondiente mientras que el resto se cobraba por anualidades.

Cumplido el primer enganche podían reengancharse por periodos de uno, dos o tres años. Por cada seis meses después de cumplido el compromiso de cuatro años se percibía la prima de 50 pesetas y a partir del quinto año, 400 pesetas anuales.

Caso que los voluntarios fueran sin premio, debían contraer el compromiso de servir al menos dos años, extinguidos los cuales podían solicitar la continuación en filas por periodos bienales con los beneficios y ventajas que determinaba la O.C. de 22 de abril de 1931. 

Asimismo todos aquellos que hubieran servido en filas el tiempo reglamentario con su reemplazo, disfrutarían los beneficios que para los del primer periodo bienal determinaba la anterior disposición.


Armamento y uniformidad.


La orden ministerial de 1940 citada inicialmente dispuso que el personal del batallón del Ministerio del Ejército, usara el vestuario reglamentario del Arma de Infantería, con las modificaciones que oportunamente se fijasen.

Entre estas estaban precisamente la singular gorra de plato y los vistosos cordones utilizados por la tropa, además de los correspondientes distintivos que pueden apreciarse en estas páginas, gracias a algunas de las imágenes que forman parte de un lujoso álbum del estudio fotográfico madrileño de J. Legorgeu que le fue regalado el 2 de mayo de 1942, al bilaureado ministro por sus hombres y que en su mayor parte fueron tomadas en el Paseo de la Castellana durante el denominado Desfile de la Victoria o en las practicas desarrolladas entre las ruinas del antiguo frente de la Ciudad Universitaria.


El primer armamento.


Si bien tras la finalización de la Guerra Civil solía haber en las unidades una verdadera amalgama de armas de procedencia nacional y extranjera, se buscó por razones obvias que las asignadas al nuevo batallón por el parque de artillería de Madrid fueran sólo de modelos muy concretos de probada eficacia y en perfecto estado de funcionamiento y conservación.

Los jefes y oficiales disponían de la espada-sable Puerto-Seguro modelo 1909, que había sido declarada reglamentaria por R.O. de 7 de septiembre de dicho año. A partir de 1943 como consecuencia del Decreto de 27 de enero y la entrada en vigor de la Orden de 27 de febrero siguiente, desapareció el emblema del Arma de Infantería siendo sustituido por el nuevo emblema del Ejército de Tierra.

Las pistolas eran marca Astra modelo 1921 -denominado ya para entonces modelo 400- de 9 mm. largo, que había sido declarada reglamentaria por la R.O.C. de 26 de septiembre de 1921, matizada poco después por otra de fecha 6 de octubre. A partir de la entrada en vigor de la Orden de 24 de julio de 1946 y una vez que se fueron recibiendo, procedentes de la fábrica eibarresa, se empleó la nueva pistola reglamentaria marca Star, modelo Super, de 9 mm. largo.

Respecto a las armas largas, las compañías de fusileros emplearon inicialmente el fusil máuser español modelo 1893, de 7 mm., declarado reglamentario el 7 de diciembre de dicho año, dotado del machete-bayoneta modelo 1913, declarado reglamentario por R.O.C. de 11 de marzo. El personal de las compañías de destinos y la sección ciclista del batallón fue dotada a su vez de un arma de longitud más reducida, el mosquetón máuser modelo 1916, de 7 mm., declarado reglamentario por R.O.C. de 14 de noviembre, utilizando también el machete-bayoneta modelo 1913.

Posteriormente fueron reemplazados por los mosquetones Coruña modelo 1943, de 7'92 mm., inspirado en el mosquetón checoslovaco modelo VZ-24 usado por el bando republicano durante la Guerra Civil.

Si bien durante dicha contienda se habían utilizado con gran aceptación diferentes modelos de subfusiles, especialmente los de procedencia extranjera, su empleo en el Ejército no estaba todavía extendido. 

No obstante dada su acreditada eficacia y potencia de fuego, una partida de procedencia germana, marca Schmeisser, modelo 28-II, (dos años después de la publicación del artículo se tuvo acceso a un documento oficial fechado en 1940 donde se hacía constar que dichos subfusiles eran copias del Schmeisser encargados expresamente para tal Batallón en la Fábrica de armas de Oviedo), adaptados para el cartucho 9 mm. largo, fue adjudicada al batallón siendo empleados sobre todo en los servicios de escolta y protección del ministro del Ejército. Posteriormente fueron sustituidos por los de procedencia nacional, marca Star, modelo Z-45, también recamarados para el 9 mm. largo.

Las primeras ametralladoras asignadas al batallón fueron también de procedencia germana, tratándose del modelo MG-13, calibre 7'92 mm., dotadas tanto de bípode para su empleo contra personal, como de trípode para su uso antiaéreo. Durante la Guerra Civil habían sido muy apreciadas en el bando nacional que fue quien las utilizó en detrimento de las reglamentarias Hotchkiss de 7 mm., modelo 1914.

También tuvieron de dotación el fusil ametrallador de procedencia nacional denominado "O.C.", (Oviedo-Coruña), de calibre 7 mm., y que había nacido hacia el año 1937 de las modificaciones experimentadas en el fusil ametrallador Hotchkiss, tipo II, modelo 1925, recamarado para el mismo cartucho.

Las compañías de máquinas de acompañamiento o de armas de apoyo fueron dotadas de morteros Valero, modelo 1933, de 81 mm. que habían sido declarados reglamentarios mediante O.C. de 24 de mayo de dicho año y que desde entonces venían siendo utilizados por la Infantería del Ejército.


Epílogo.


El "Batallón de Infantería del Ministerio del Ejército" siguió siendo mandado con el paso del tiempo, por prestigiosos y heroicos jefes entre los que caben destacar los laureados tenientes coroneles Mariano Gómez Zamalloa Quirce y Antonio Alemán Ramírez, así como adaptando su armamento al reglamentario de cada época, destacando siempre por su marcialidad y disciplina acreditada en cuantos actos institucionales y protocolarios participaba.

El 5 de abril de 1974 cambió su tradicional denominación por la de "Agrupación de Tropas del Ministerio del Ejército", pasando posteriormente, como consecuencia de la creación del Ministerio de Defensa y desaparición de los del Ejército, Marina y Aire, a denominarse a partir del 6 de diciembre de 1979, "Agrupación de Tropas del Cuartel General del Ejército".

El 18 de diciembre de 1985, fundió su nombre con el del recién disuelto "Regimiento de Infantería Inmemorial nº 1", pasando a denominarse "Agrupación de Tropas Inmemorial del Rey del Cuartel General del Ejército". El 30 de enero de 1992, según una Instrucción General del Estado Mayor cambió nuevamente su nombre por el de "Agrupación del Cuartel General del Ejército Inmemorial del Rey", para tomar desde el 1 de Enero de 1995 la denominación actual de "Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey nº 1 del Cuartel General del Ejército".

5 comentarios:

  1. En este articulo se obvia al Teniente Coronel (Laureado Jefe del Batallón) D. Manuel Dávila Jalón, que lo fué en los años 60 hasta el 70

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo estuve desde mayo del 67 hasta diciembre del 68 y el jefe del batallón, era el caballero laureado D. Antonio Alemán Ramirez

      Eliminar
  2. Posteriormente el Iltmo. Sr. Teniente Coronel D. Manuel Dávila Jalón, fué nombrado Ayudante de S.M. el Rey D. Juan Carlos 1º

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te Puedo asegurar, pues yo pertenecí a él, que en 1969 y 1970 el mando del Regimiento correspondió al Tte. Coronel D. Antonio Alemán Ramirez.

      Eliminar
    2. Efectivamente.
      Yo estuve de 1966 a 1968 en la cuarta Cia,con el Capitan Salom. El Tte Coronel era Aleman Ramirez

      Eliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.