lunes, 20 de enero de 2014

9 MILIMETROS PARABELLUM: UN CARTUCHO PARA LA GUERRA Y LA PAZ, REGLAMENTARIO EN LA GUARDIA CIVIL.



Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en la Sección "Técnica Profesional" de la Revista profesional "GUARDIA CIVIL", núm. 604, correspondiente al mes de agosto de 1994, págs. 23-27.
El original está ilustrado con seis fotografías en color y tres dibujos en color.

"Si vis pacem para bellum" (Si quieres la paz prepara la guerra). Esta frase bien podría haber inspirado el apellido de un arma y de su cartucho que alcanzarían fama universal.

Introducción.

A pesar de haber cumplido más de noventa años, el cartucho 9 milímetros parabellum es en la actualidad el más extendido en las Fuerzas Armadas y Fuerzas de Seguridad del mundo occidental. Se trata de una magnífica munición para su uso militar y policial sin perder de vista el auge que viene experimentando en el mundo deportivo.

Ejemplo de ello es nuestro propio Cuerpo, en donde tanto las pistolas españolas marca Star, modelos BM, 28, 30 M, 31 P, 31 PK, Firestar M43, AS, marca Llama modelo M-82, y las extranjeras marca Glock 17 y marca Heckler & Koch, modelo P-7 M 8, como los subfusiles españoles marca Star, modelos Z-70 B y Z-84, así como los alemanes de la marca H&K, modelos MP-5 en sus diferentes versiones que tenemos adjudicados, emplean dicho cartucho.

Sin embargo, poco sabemos sobre esta munición: sus orígenes, su historia, sus características, sus posibilidades y sus variedades. Por eso creo que puede resultar interesante al lector profesional conocer algo más sobre este "compañero" de servicio.

Orígenes.

El cartucho 9 milímetros parabellum, 9 milímetros de diámetro del proyectil por 19 milímetros de la altura de su vaina, o más exactamente 8,81 x 19 mm., fue diseñado en el año 1902 en la fábrica alemana de municiones DWM (Deutsche Waffen und Munitionsfabriken), sita en Karlsruhe, para un arma que alcanzaría una fama mítica: la pistola Parabellum o Luger (Pistola-08 según denominación reglamentarla militar alemana). De ahí que en muchos países, especialmente del continente americano, el cartucho 9 milímetros parabellum sea conocido como el 9 milímetros Luger.

Tanto el arma como su munición tomaron este apellido de quien tuvo un papel decisivo en su diseño: George Luger (1849-1923), ingeniero de la DWM, hijo de un dentista, nacido en Steinach (Austria), y que ingresó como cadete en el Ejército austro-húngaro a los dieciséis años de edad, abandonando la milicia en 1872 para contraer matrimonio. Alcanzó el empleo de Teniente.

El nombre de Parabellum parece ser que fue tomado de la dirección telegráfica de la central de la DWM: "Parabellum-Berlín". Poco antes ya había sido utilizado para apellidar un cartucho del calibre 7,65 milímetros diseñado en el año 1900 por el propio George Luger (parece ser que el apellido correcto era Lueger, pero por deformación lingüística desaparecería la "e" intercalada), a petición de las autoridades helvéticas que estaban muy interesadas en un cartucho que resolviera los problemas de potencia que padecía el originario 7,65 milímetros Borchardt para la que sería la pistola reglamentaria suiza.

Esa pistola y ese cartucho del calibre 7,65 milímetros parabellum serían probados por una comisión del Ejército de los Estados Unidos. Como consecuencia del resultado de las diferentes pruebas y estudios realizados sobre esta munición, se decidió modificar por la DWM, al objeto de promocionar su empleo militar, la forma de la vaina y montar un nuevo proyectil de 9 milímetros. Acababa de nacer el cartucho 9 milímetros parabellum. Más potente y con mayor poder de detención que su hermano pequeño del 7'65.

Su bautismo seria el día 21 de mayo de 1903 durante una reunión que mantuvo George Luger con un grupo de oficiales del Ejército americano que formaban parte de la comisión de evaluación (Teniente Coronel Pitman y los Capitanes Thompson y Pierce). Sin embargo, por diferentes motivos, ni la pistola ni su cartucho serían adoptados por aquel país.

En cambio, el día 12 de diciembre de 1904, la Marina de Guerra alemana los declaró reglamentarios, haciéndolo también poco después, concretamente el día 22 de agosto de 1908, el Ejército alemán. Así empezó su ascensión hasta nuestros días.

El cartucho 9 milímetros parabellum fue el primer tipo de munición para pistola que se barnizó en sus juntas para preservarlo de la humedad y del aceite. Originariamente en Alemania, y hasta el afío 1915, la vaina montó un proyectil de forma troncocónica que después se modificó por el de tipo ojival que es el que actualmente conocemos. 

En Italia el primer tipo de bala daría lugar al desarrollo de un cartucho muy similar, aunque de menor potencia denominado 9 milímetros Glisenti para su pistola reglamentarla modelo 1910.

El 9 milímetros parabellum en el mundo.

El buen poder de detención y la suficiente capacidad de penetración hicieron, entre otras de sus virtudes, que se fuera propagando por numerosos países, diseñándose para su uso armas de calidad excelente.

Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) el empleo de esta munición en los subfusiles arrojaría también un resultado muy satisfactorio desde el punto de vista militar. 

Su magnífica evaluación probada en combate y la necesidad de unificar calibres entre sus países miembros haría que en el año 1953 fuese declarado reglamentario por la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), cambiando su denominación de 9 MILIMETROS PARABELLUM por la de 9 MILIMETROS NATO (Nord Atlantic Treaty Organization). De esta forma se contribuyó a normalizar y racionalizar sus condiciones balísticas y generales.

Las especificaciones de la OTAN para el cartucho 9 milímetros NATO PARABELLUM están contenidas en un documento llamado STANAG (Standar Agreement) número 2.319 y desarrollado en el Manual ACI116-D/148.

En ellos se recoge que el proyectil o bala debe tener un peso entre 6,99 y 8,29 gramos; una precisión a 50 metros que dé un radio menos de 76 milímetros; que la fuerza de engarce sea superior a 20 kp; la presión en recámara menor de 3.000 kp/cm2; no estanco; una energía de boca no inferior a 55,3 kpm, ni superior a 82,95 kpm y en consecuencia perforar el casco de acero de un combatiente a 23 metros de distancia.

En Estados Unidos empezaría a librar una seria lucha frente al también mítico 45 ACP (Auto Colt Pistol). La firma Colt sacaría al mercado en el año 1951 su pistola modelo Commander y la firma Smith & Wesson su famoso modelo 39 en el año 1954. 

El duelo finalizaría en el año 1985, cuando es adoptado el 9 milímetros NATO Parabellum como cartucho oficial de sus Fuerzas Armadas y se declaraba reglamentaria la pistola italiana marca Beretta modelo 92-F (según denominación militar americana: M-9). La legendaria pistola marca Colt, modelo 191 1 A- 1, calibre 45. ACP había empezado a ser historia.

Como ejemplo de su uso policial en dicho país, la Policía del Estado de Illinois lo tiene adoptado oficialmente junto a su arma reglamentaria: la pistola marca Smith Wesson modelo 39.

El 9 milímetros parabellum en España.

Como consecuencia de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), se inicia la producción de este cartucho en España y más concretamente en la Pirotecnia Militar de Sevilla. Desde el principio se fabricó con el proyecta tipo ojival blindado.

La Fábrica Nacional de Toledo inició su producción en el año 1918. Durante las primeras décadas no se fabricaron grandes cantidades en relación a otros cartuchos, ya que el número de armas que empleaban esta munición era todavía pequeño.

Eran los tiempos en que el extraordinario cartucho denominado 9 milímetros largo, también muy conocido en nuestro Cuerpo y del que en su momento hablaremos, era el "rey".

En España el 9 milímetros parabellum llegó a denominarse también 9 milímetros Especial para diferenciarlo así del 9 milímetros largo (9 x 23) y de 9 milímetros corto (9 x 17).

La firma Gabilondo y Cía, de Elgoibar (Guipúzcoa), fabricaría con la marca Llama la primera pistola de calibre 9 milímetros parabellum española. Después seguirían Unceta y Cía, de Guernica (Vizcaya), con sus modelos Astra 600 y posterior 800 (Cóndor), y Bonifacio Echevarría, S. A., de Eibar (Guipúzcoa), con sus modelos Star B, y Súper B. 

Durante las siguientes décadas se fabricaran numerosos modelos que alcanzaron y siguen alcanzando gran prestigio en el mundo entero compitiendo con éxito con las mejores marcas extranjeras.

En este punto hay que citar forzosamente la pistola marca Llama, modelo 82, que por Orden 121/00004/1984, de fecha 13 de junio, fue declarada de necesaria uniformidad en el Ejército español.

En los años 1952 y 1954 se diseñaron y fabricaron cartuchos para su uso deportivo con muy buenos resultados. La Fábrica Nacional de Palencia colaboraría en múltiples ocasiones montando vainas y proyectiles procedentes de la Fábrica Nacional de Toledo, llegando en algunos casos incluso a fabricarlo.

En el año 1959 se fundó la Empresa Nacional Santa Bárbara de Industrias Militares (ENSB),que incorporaría las antiguas fábricas militares. Esta nueva empresa, propiedad del Instituto Nacional de Industria (INI), organismo público autónomo creado en el año 1941, sería desde entonces y hasta nuestros días el único fabricante español de la munición 9 milímetros parabellum.

Mención especial merecen por su trabajo en el desarrollo de nuestro cartucho a lo largo de los años siguientes los entonces Tenientes Coroneles Dorda y Núñez, así como el Comandante Melero.

A finales de los años setenta se inicia el estudio y fabricación en la Fábrica Nacional de Toledo, con carácter experimental y por encargo de la Dirección General de Seguridad de diversos tipos de cartuchos del calibre 9 milímetros parabellum, al objeto de estudiar los efectos producidos por municiones empleadas por bandas terroristas.

Así se hicieron réplicas del alemán marca "GECO", fabricado por la Gustav Genschow & Company (las cajas de cartón que contienen la munición llevan impresos en tampón azul y en su cara inferior la letra "A", que es la misma que lleva el culote de la vaina); del belga "FNB", fabricado por la Fabrique Nationale d'Armes de Guerre (ídem que el anterior, salvo que la letra es la "B"), y del francés "SFM", fabricado por la Societé Française des Munitions (ídem que las anteriores, salvo que la letra es la "F").

En el año 1972 se fabrica experimentalmente en el Polígono Industrial de Carabanchel (Madrid) un cartucho de 9 milímetros parabellum diseñado por el General Dorronsoro con la pretendida finalidad de ser utilizado como material antidisturbios. La bala era esférica y de acero cobreado, siendo su alcance eficaz de unos 100 metros y su alcance máximo de 200 metros.

A principios de la década de los ochenta, la empresa Plásticas Oramil, S. A., de San Sebastián (Guipúzcoa), fabrica cartuchería de plástico color blanco translúcido y de oro viejo (fogueo) y de plástico azul (tipo reducido o de entrenamiento). Entre los calibres fabricados se encuentra precisamente el calibre 9 milímetros parabellum. Su alcance eficaz es tan sólo de 10 metros.

También a principios de los ochenta, pero en la Fábrica Nacional de Toledo, se diseñó y fabricó munición subsónica, cuya principal característica es poseer una velocidad inferior a los 340 m/s para evitar la onda de la boca de fuego que tiene un sonido muy acusado, teniendo que aumentar para ello el peso de la bala y disminuir la energía en boca.

A finales de los ochenta el Cuerpo Nacional de Policía solicitó el encargo a la Fábrica Nacional de Toledo de la fabricación de cartuchos de bala cilíndrica ojival de punta hueca y cilíndrica troncocónica ojival de punta chata, pero no se obtuvieron los resultados deseados.

El 9 milímetros parabellum y sus variedades.

En la reciente y magnífica publicación "Cartuchería Española", escrita por los Oficiales Superiores de nuestro Ejército don Angel Molina y don Alfonso Orea, verdaderas autoridades en la materia, clasifican y detallan hasta 38 tipos de cartuchos de 9 milímetros parabellum, fabricados en nuestra patria (ordinarios, blindados, semiblindados, expansivos, trazadores, subsónicos, antidisturbios, montería, deportivos, supervivencia, alcance reducido, fogueo e instrucción).

Actualmente, en el resto del mundo la variedad de proyectiles que monta este cartucho es tan extensa que será objeto de un futuro artículo. Como botón de muestra hablaremos de tres modelos de balas perforantes que aparecieron a principios de la década de los ochenta y cuya disponibilidad en el cartucho 9 milímetros parabellum dentro de España es muy difícil.
  • Tipo Arcane. Que deriva de la palabra latina "arcanus" que significa "secreto". Monta una bala troncocónica maciza de cobre puro y utiliza una pólvora llamada G-S7.

  • Tipo Alia. La bala es de forma troncocónica, siendo el núcleo de acero extraduro envuelto en una aleación ligera de aluminio, aumentando su velocidad en un 55 por 100.

  • Tipo THV (Très Haute Vitesse). La bala es de forma parábola invertida con una impresionante capacidad de penetración en blindajes y aceros especiales y con un gran poder de detención cuando actúa sobre el cuerpo humano.
El 9 milímetros NATO parabellum reglamentario en la Guardia Civil.

El Catálogo de Municiones (T-0-7-2), reglamentario en nuestro Ejército, establece como fecha tope de empleo de este cartucho para armas automáticas (subfusiles) una antigüedad inferior a diez años, desde su fabricación y con más años de esa edad para su uso en armas no automáticas (pistolas y carabinas), considerándose como alcance eficaz del proyectil el de 50 metros y el del alcance, máximo el de 2.300 metros.

El cartucho 9 milímetros NATO parabellum que actualmente portamos en nuestras armas reglamentarias procede de la Fábrica Nacional de Toledo (ENSB), monta una bala blindada ojival roma cubierta por una envuelta de latón 72/28 y su peso es de 7,40 gramos y aloja una cápsula iniciadora del tipo Berdan, con 20 miligramos de mezcla de tetrinox y su peso es de 18 miligramos. El barniz entre la cápsula y la vaina es de color rojo desde mediados de 1986, siendo anteriormente de color verde.

Carga 0,46 gramos de pólvora filiación 373, desarrollando una velocidad inicial de 425 m/s y una energía de boca de 68 kpm, y conforme al STANAG 2319 de la OTAN la presión en recámara es inferior a 3.000 kp/cm2 y la precisión a 50 metros es menor de 76 milímetros. En definitiva, un buen y potente cartucho.

Bibliografía utilizada.
  • Tratado de Cartuchería. 1978. Francisco Lanza. Editorial Merino, Palencia.
  • La cartuchería de las armas ligeras. 1988. Angel Molina. Editorial Ministerio de Defensa, Madrid.
  • Cartuchería Española. 1992. Angel Molina, Alfonso Orea. Editorial Merino, Palencia.
  • Catálogo de Municiones 1974. Editorial Polígono de Experiencias de Carabanchel Ministerio del Ejército, Madrid.
  • Cartuchería. 1940. Editado. Servicio de Recuperación de Material de Guerra, Madrid.
  • Cartridges of the World. 1993. F. Barney. Ed. M. Bussard. USA.
  • Handguns of the World. 1993. E. Ezell. Ed. Barnes-Nobles, USA.

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