Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en la Sección "Historia" de la Revista profesional "GUARDIA CIVIL", núm. 674, correspondiente al mes de junio de 2000, págs. 76-80.
El original está ilustrado con seis fotografías en blanco y negro, cuatro dibujos en color y un mapa en blanco y negro.
El 11 de junio de 1934, Ricardo Samper Ibáñez, Presidente del Gobierno de la Segunda República disponía, como elemento indispensable para el mantenimiento del orden y seguridad del Territorio español de Ifni, la creación del Cuerpo armado "Guardia Civil de Ifni", dependiente de la Oficina de Asuntos Indígenas. Comenzaba así nuestra presencia, que duraría hasta 1969, en aquella lejana zona del sur de Marruecos.
Introducción.
De reducida extensión, unos 1.700 kilómetros cuadrados, se encontraba enclavado en el sur de Marruecos. Sus límites eran al norte y al sur los cauces del Uad Busedra y el Uad Nun respectivamente; al este una línea imaginaria que distaba unos 25 kilómetros de la costa y al oeste el Océano Atlántico.
Situado en las estribaciones del Anti-Atlas, su suelo era accidentado y montañoso, con valles abruptos formados por arroyos de aspecto torrencial que habían ido labrando pronunciadas laderas.
A partir de la costa, y paralelos a ella, se elevaban dos macizos montañosos orientados sensiblemente de norte a sur. Las altitudes máximas en el primero eran de 500 metros y, en el segundo, el Yebel Bu Mesquidam, de 1.250 metros, la mayor altura del territorio. Sus ríos eran más bien torrenteras que lo cruzaban de este a oeste. Los dos más importantes eran el Uad Ifni y el Uad Assaka.
Sus orígenes españoles se remontaban hasta el año 1476, cuando el capitán Diego García de la Herrera, Señor de las Canarias, desembarcó en sus costas y levantó la fortaleza de Santa Cruz de Mar Pequeña.
La razón de ocupar esa zona, situada frente a las islas Canarias, era protegerlas de los frecuentes ataques que sufrían de los piratas procedentes de esas costas. La presencia española se consolidó en el mes de febrero de 1499, al prestar juramento de fidelidad los principales jefes de las tribus de la región, a los Reyes de Castilla.
A pesar de ello los ataques esporádicos a los españoles nunca cesaron. Así, en el año 1524, y en ignoradas circunstancias la guarnición fue totalmente aniquilada.
Tras la victoria española en la denominada "Guerra de África" de 1860 se reconoció nuevamente nuestra soberanía en aquel territorio. En el Tratado de Paz y Amistad de Tetúan, suscrito el 20 de abril de 1860 por el sultán de Marruecos, se concedió a perpetuidad dicha zona.
Sin embargo no fue hasta la 2ª República en que se volvió a proceder a su ocupación. En la primavera del año 1934, el gobierno del radical Alejandro Lerroux García decidió llevarla a cabo.
La misión le fue asignada al coronel de infantería Osvaldo Capaz Montes, un militar de gran prestigio en asuntos marroquíes y que terminaría siendo asesinado el 23 de agosto de 1936, al inicio de la Guerra Civil, en una de las matanzas de la Cárcel Modelo de Madrid.
Dicho jefe acompañado de tres oficiales y un telegrafista desembarcó el 6 de abril de 1934 del cañonero "Canalejas" ante la expectación de un nutrido grupo de moros que les esperaban.
De esta forma pacífica se ocupó aquel territorio que estaba enclavado en el entonces protectorado francés. Una bandera española volvía a ondear allí cuatro siglos después.
Antecedentes.
El 9 de abril de 1934, la presidencia del consejo de ministros de la 2ª República dictaba dos decretos de interés para nuestros territorios de Ifni.
En el primero, se disponía la creación de un gobierno especial, regido por la figura de un gobernador que asumía el mando civil y militar con plenitud de funciones, quedando expresamente autorizado para organizar provisionalmente una Guardia indígena.
En el segundo, se nombraba para tal puesto, al joven coronel de infantería Osvaldo Fernando de la Caridad Capaz Montes, quien tan sólo tres días antes había procedido a la pacífica ocupación de la zona.
El 13 de abril otro decreto de la presidencia dictaba unas normas, con carácter transitorio, para el ejercicio de la jurisdicción judicial en dicho territorio.
Los tribunales indígenas seguirían conociendo y resolviendo los asuntos y pleitos de orden civil planteados entre los nativos mientras que para los de tipo criminal, la jurisdicción del ramo de Guerra de las islas Canarias, sería la competente. En caso de pleitos civiles entre europeos e indígenas, lo sería la audiencia territorial y autoridades judiciales ordinarias de Las Palmas.
Apenas dos meses después, el 11 de junio, se dictaba una orden circular mediante la que se creaba a propuesta del coronel Capaz, una Oficina de Asuntos Indígenas, para atender al despacho y tramitación de todos los de orden gubernativo, político, administrativo y militar que pudiera demandar el encauzamiento y desarrollo de la riqueza del territorio, así como el fomento y racional aprovechamiento de sus recursos.
El jefe de la misma, recaería sobre un comandante de cualquier arma o cuerpo, contando con las siguientes dependencias y servicios: Servicios políticos y militares, Parque de Artillería, Servicios de Ingenieros, Sección de Radiotelefonía y Transmisiones, Sección de Mar, Servicios de Intendencia (Abastecimiento y Transportes), Servicio de Sanidad y Administración Económica.
Asimismo, y como elemento indispensable para el mantenimiento del orden y seguridad del territorio, se disponía también la creación de un cuerpo armado denominado "Guardia Civil de Ifni", dependiente de la mencionada Oficina de Asuntos Indígenas.
Para guarnecer militarmente dicho territorio se creó también el "Batallón de Tiradores de Ifni", que bajo el mando de 1 comandante del ejército, contaría con 48 oficiales y clases europeos y 1.100 clases y soldados indígenas.
La Guardia Civil de Ifni.
Su plantilla inicial, aprobada en la citada orden circular de 11 de junio, fue publicada en el boletín oficial del Cuerpo número 18 de 23 de junio de 1934.
Su composición era mixta, es decir, por un lado fuerzas de origen europeo procedentes de la Guardia Civil española y por otro de procedencia mora, en su mayor parte de las Fuerzas de Regulares Indígenas y de las Mehal-Las Jalifianas que estaban desplegadas en el Protectorado español de Marruecos.
El nuevo Cuerpo, al mando de un capitán de la Guardia Civil auxiliado por un teniente adjunto perteneciente a su plana mayor, contaría con tres líneas con sus correspondientes oficiales como jefes de las mismas y estaría compuesto por fuerzas de infantería y caballería.
El personal europeo además del capitán y los 4 tenientes, quedó fijado en 9 hombres de infantería (1 sargento 1º, 2 sargentos, 1 cabo escribiente y 5 cabos) y 4 de caballería (1 brigada, 1 sargento y 2 cabos) así como 1 herrador para el ganado.
El personal indígena se estableció en 2 oficiales moros de 1ª o 2ª clase, 150 hombres de infantería (6 sargentos, 18 cabos, 3 cornetas, 6 guardias de 1ª y 117 guardias de 2ª) y 50 de caballería (2 sargentos, 6 cabos, 1 trompeta, 2 guardias de 1ª y 39 guardias de 2ª) así como 8 camelleros.
Para su movilidad en aquel abrupto y desértico territorio se les asignaron 62 caballos (7 de oficial y 55 de tropa) así como 8 camellos. Como dotación de armamento, además del individual, consistente en la pistola marca Star de 9 mm. largo para personal europeo y fusil (infantería) o carabina (caballería) máuser de 7 mm. para personal indígena, se les adjudico 4 fusiles ametralladores.
En el boletín del Cuerpo número 20 de 12 de julio de 1934 se publicaron las primeras normas para cubrir dicha plantilla. La provisión de destinos del personal europeo se haría por la propia presidencia del gobierno de la república mediante el sistema de elección entre solicitantes, a propuesta del gobernador, correspondiendo a dicha autoridad el destino del personal indígena.
El sueldo de los oficiales de la Guardia Civil así como de los oficiales moros eran los mismos que se fijaban en los presupuestos anuales del Ministerio de la Guerra para sus respectivas categorías.
El de los suboficiales, sargentos y cabos de la Guardia Civil se estableció anual e inicialmente en 4.500 pesetas para el brigada, 4.250 pesetas para el sargento 1º, 3.830 pesetas para los sargentos y 3.465 pesetas para los cabos. Asimismo todos ellos percibirían en concepto de asignación por residencia el 150 por 100 de sus correspondientes sueldos.
Respecto a los indígenas, el sueldo anual era de 3.261,75 pesetas para los sargentos; de 1.989,25 pesetas para los cabos; de 1.898 pesetas para los guardias de 1ª clase; de 1.806,75 pesetas para los guardias de 2ª clase; de 1.861,50 pesetas para los cornetas y el trompeta así como de 1.076,75 pesetas para los camelleros.
Además de ello y hasta que se pudiera proveer el normal abastecimiento de agua, todos los componentes de nuevo Cuerpo percibirían en concepto de indemnización para poder adquirir particularmente tan preciado y necesario líquido, la cantidad diaria de 50 céntimos.
Para atender a los gastos de vestuario, equipo, armamento, alumbrado, material, medicamentos, material de botiquín, herraje, monturas, atalajes, subsistencias, piensos y remonta se estableció un presupuesto anual de 121.587,80 pesetas.
Los primeros mandos.
En el boletín oficial del Cuerpo número 20 de 12 de julio de 1934 se publicó la orden mediante la que se convocaba el concurso para cubrir las vacantes europeas de la "Guardia Civil de Ifni".
Gracias a los justificantes de revista de comisario y listas de munas registradas en los cuadernos de las Intervenciones y Fuerzas Jalifianas de la Región Gomara-Xauen que se custodian en nuestro Servicio de Estudios Históricos, se dispone, entre otros datos de interés, de la relación nominal de todos europeos e indígenas que inicialmente formaron parte en julio de 1934 del nuevo Cuerpo.
Al principio sólo los cinco oficiales de la Guardia Civil fueron enviados el mes de mayo en comisión de servicio, con carácter urgente, para empezar a encuadrar y organizar a las fuerzas nativas.
Aunque se les llegó incluso a destinar forzosos a Ifni mediante una orden posterior del Ministerio de la Gobernación de 26 de julio, fue más tarde dejada sin efecto, continuando su comisión hasta que fueron relevados.
El capitán era Miguel Andrés López, de 40 años de edad, procedente de la Comandancia del Sur (Córdoba) del 4º Tercio Móvil de Ferrocarriles (Madrid).
Los tenientes eran Luis Canis Matutes, de 30 años de edad, procedente de la Comandancia de Caballería del 14º Tercio (Madrid) y que asumió la función de adjunto, haciéndose cargo además de la administración y contabilidad; Angel Merino Cisneros, de 33 años de edad y Luis López-Ochoa Motta, de 29 años de edad, ambos de la misma procedencia que el capitán Andrés.
La cuarta vacante de teniente fue cubierta por el alférez Gabriel Borjas Mesa, de 42 años, también procedente de la misma comandancia que los anteriores. El maestro herrador se llamaba Angel Rodríguez Martín.
El teniente Canis, que alcanzaría el generalato en 1963, sería quien en 1959 y ostentando el empleo de Coronel, encabezara una misión de la Guardia Civil en Guatemala, para organizar en aquel país un cuerpo similar al nuestro.
Las fuerzas indígenas de infantería estaban encabezadas por el oficial moro de 2ª clase Si Abdselan B. Krimi Rif y los sargentos moros Abdselan B. Embark Rahaman, Mehellud B. Hachz Abdelk, Mohamed B. Bragin B. Lax y El Bachir Ul-Dahaman. Las de caballería lo eran por el oficial moro de 2ª clase Si-Said B. Mohamed Guerani y los sargentos Si Liasid Ben Beirut y Yilali B. Mohamed El Hossein.
En el boletín oficial del cuerpo número 32 de 15 de noviembre de 1934 se publicaron los destinos de los sargentos y cabos europeos. Se trataban del sargento 1º Antonio Osorio Muñoz, de la Comandancia de Córdoba; de los sargentos Antonio Pulido Sánchez, de la de Badajoz, Francisco Arrocha Oliva, de la de Málaga y Ramón Roldán Camarena del 4º Tercio de Madrid; y de los cabos Salvador Ruiz Pascual, de la de Navarra, José Martín Retamero, de la de Huelva, Ramón Jiménez Martínez, de la de Almería, Elías Rodríguez Sanz y Luis Ceballos Sáenz, ambos del 4º Tercio de Madrid, y por último Feliz Morando de la Peña, de la Comandancia de Madrid. No obstante otra orden dictada cuatro días después dejó sin efecto los destinos del sargento 1º Osorio y del cabo Martín.
Organización y uniformidad.
La documentación obrante en nuestro SEHGC atestigua que el 20 de julio de 1934 se encontraban ya encuadrados y presentes 1 capitán, 3 tenientes, 1 alférez, 1 maestro herrador, 2 oficiales moros de 2ª clase, 151 indígenas de infantería (4 sargentos, 8 cabos, 5 guardias de 1ª clase y 134 guardias de 2ª clase), 60 indígenas de caballería (2 sargentos, 3 cabos, 1 guardia de 1ª clase y 44 guardias de 2ª clase) así como 9 camelleros.
El hecho de que en algunos casos se superaran las plantillas aprobadas era debido a que inicialmente el coronel Capaz comenzó a organizar una Guardia indígena que todavía no las tenía fijadas.
Sin embargo se pensó enseguida que el mejor modelo a implantar era el de nuestro benemérito Instituto, adaptado lógicamente a las necesidades propias del territorio y sus habitantes. Por tal causa se envió urgentemente una comisión de oficiales del Cuerpo, que se encargaron de organizar y encuadrar como "Guardia Civil de Ifni" a la provisional Guardia indígena.
Respecto al ganado había también ya para entonces 52 caballos y 6 camellos. La compra de los animales se formalizó en muchos casos sobre el propio terreno, adquiriéndolos entre los que tenían las tribus de la zona a razón de una media de 450 pesetas por ejemplar.
La jefatura y plana mayor se estableció en Sidi-Ifni, la capital del territorio y heredera de la desaparecida Santa Cruz de Mar Pequeña.
A medida que se encuadró e instruyó en sus nuevas misiones al personal indígena se fue procediendo a organizar los diferentes puestos que al igual que ocurría con los de España, cubrieron por demarcaciones todo el territorio de Ifni. En el primer despliegue fueron un total de 13: Sidi-Ifni, Sidi-Uarsak, Sidi-Borya, Hachz de Bifurna, Tenin de Ait-Izihur, Togunfel, Ait-Talaten, Id-Aixa, Tiliuin, Uggu, Sidi-Yennun, Arosi y Asaka.
Por una orden de 28 de agosto de 1934 se aprobó el reglamento de uniformidad de jefes, oficiales, suboficiales y tropa de la Oficina de Asuntos Indígenas y de la Guardia Civil de Ifni.
El uniforme sería de color caqui igual al usado por el ejército y el tradicional sombrero se sustituiría por la gorra de plato. En verano dado que se alcanzaban temperaturas de 40º se usaba un tejido más ligero de color blanco.
El emblema adoptado sería una estrella de cinco puntas sobre una media luna e iría colocado tanto en los cuellos de las guerreras como en el frontal de las gorras.
Creación de la Comandancia de Marruecos.
El 21 de noviembre de 1934, y dentro de las continuas reorganizaciones que sufrió la Guardia Civil durante la 2ª República, se dispuso mediante un decreto de la presidencia del consejo de ministros, nuevamente ejercida por Alejandro Lerroux García, la creación nuevamente de una comandancia exenta en Marruecos al objeto de atender a los servicios peculiares del Instituto en los territorios de soberanía y de Ifni. Dicho decreto sería confirmado el 31 de mayo de 1935 por una ley presupuestaria del Ministerio de Hacienda.
La nueva unidad, exenta de la dependencia de Tercio y Zona, se denominaría Comandancia de Marruecos que bajo el mando de un jefe de la categoría de comandante ubicaría su plana mayor en Ceuta.
Su dependencia orgánica (personal, ganado, material, acuartelamiento, régimen interior y disciplina) sería del Ministerio de la Gobernación y, funcionalmente, del Alto Comisario de España en Marruecos, así por lo que respectaba al servicio que hubiera de prestar en las plazas de Ceuta y Melilla y territorio de Ifni, como para los cometidos que dicha autoridad le asignase en organismos de la Zona del Protectorado.
La nueva comandancia se compondría inicialmente de tres compañías (Ceuta, Melilla e Ifni), ampliando su numero poco después a cuatro y más tarde hasta ocho.
Sus cabeceras se establecieron en Sidi-Ifni (1ª), Xauen (2ª), Larache (3ª), Tetuán (4ª), Alhucemas (5ª), Nador (6ª), Melilla (7ª) y Ceuta (8ª). La compañía de Ifni continuó en todo momento con sus tres líneas con cabeceras en Sidi-Ifni, Aid-Aixa y Tiliuin.
Si se tiene en cuenta que Ifni se encontraba enclavado en el protectorado francés y que su capital, Sidi-Ifni, distaba de la plaza de Ceuta la nada despreciable cifra de 1.270 kilómetros, sin enlace directo alguno, no es difícil aventurar que la Guardia Civil de Ifni gozaría, no obstante, de una holgada autonomía.
Mediante decreto de la presidencia del consejo de ministros de 15 de febrero de 1935 se creó el cargo de Jefe de la Seguridad general de la Zona del Protectorado español en Marruecos, nombrándose el 9 de abril para el mismo al jefe de la Comandancia exenta, comandante Lisardo Doval Bravo.
El nuevo puesto conllevaba el mando de las Mehaznías Armadas (especie de policía territorial indígena desplegada en el Protectorado y cuyos mandos e instructores eran oficiales, suboficiales y clases de la Guardia Civil) y la Inspección de los Cuerpos de Seguridad y Vigilancia de dicha Zona.
Asimismo mediante una orden circular de esa fecha se nombró, a propuesta del Alto Comisario de España en Marruecos, como gobernador general de los territorios de Ifni, Sahara español y Río de Oro, al comandante Doval, para el cargo de Jefe de la Guardia Civil del territorio de Soberanía de Ifni.
Epílogo.
El 17 de julio de 1936 se iniciaría en Melilla una sangrienta guerra civil que duraría casi tres años. La necesidad de enviar efectivos a la Península implicaría una reorganización de los efectivos de la Comandancia de Marruecos, que desde el primer momento se unió al alzamiento militar.
Así mediante una orden de la Secretaría de Guerra del bando nacional, de fecha 14 de marzo de 1937, sus efectivos quedaron reducidos oficialmente (había ya para entonces numerosas vacantes ocasionadas por comisiones enviadas al territorio nacional) al 50%, reduciéndose también a la mitad el número de las compañías. Sus nuevas cabeceras serían Ceuta (1ª), Melilla (2ª), Tetuán (3ª) y Sidi-Ifni (4ª).
Posteriormente vendría un largo e interesante periodo marcado por la 2ª Guerra Mundial y los difíciles años de nuestra posguerra, que se vería fuertemente convulsionado por el ataque llevado a cabo el 23 de noviembre de 1957 por las bandas armadas del denominado Ejército de Liberación marroquí a numerosos puestos españoles y que daría lugar al inicio de la llamada Guerra de Ifni.
Como consecuencia de ello, la Guardia Civil de Ifni volvería a escribir una larga y desconocida página en la historia de aquel territorio que se cerraría el 6 de mayo de 1959, cuando el cabo 1º Juan Rubio Martos, comandante del puesto fronterizo de Tabelcut, fue liberado junto a su esposa, María Luisa Díez Alcoba, y sus hijos, Juan y Evaristo, de 3 y 2 años de edad, tras sufrir año y medio de cautiverio como prisioneros de guerra.
En 1969 el territorio de Ifni fue entregado a Marruecos que había alcanzado su independencia de España y Francia en 1956. Atrás quedaron 35 años de reciente historia y ejemplar presencia, casi desconocida, de la Guardia Civil en aquella lejana zona de la antigua Africa Occidental Española.
Emocionante encontrar la historia de mi abuelo, Elías Rodríguez Sanz, por entonces Sargento. Durante la Guerra Civil española, permaneció en Tetuán, dónde se crió mi padre.
ResponderEliminarDefensor de la Républica, retorna a Madrid al final de la Guerra Civil.
Se le destina a Valencia. Conocedor de que allí debería firmar órdenes de fusilamiento, se niega el traslado.
Se le adscribe como contable dentro de la Casa Civil de Franco, dónde nunca alcanzó mayor graduación que la de Capitán, a pesar de dar su vida entera al cuerpo.
Fallece en Madrid, a los 87 años de edad en 1986.