Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en el nº 293 correspondiente al mes de noviembre de 2006, de la Revista "ARMAS", págs. 74-83.
Los originales están ilustrados por veintiocho fotografías en color.
En los dos artículos anteriores se abordaron las armas cortas y largas de fuego que se exponen en el Museo de la Guardia Civil, habiéndose dejado para esta tercera entrega un tipo de armamento, que bien por sus características o bien por sus circunstancias, merecen un tratamiento diferenciado del resto, aunque en algunos casos pudieran haberse incluido entre las primeras.
Se tratan tanto de las armas de apoyo o colectivas como las intervenidas durante el transcurso de operaciones de mantenimiento de la paz en misiones internacionales y las capturadas a bandas terroristas.
Las armas de apoyo o colectivas.
En la zona central de la Sala de Armas del Museo del benemérito Instituto puede contemplarse una nutrida y variada exposición de fusiles ametralladores, ametralladoras ligeras y medias, morteros ligeros y medios, así como lanzagranadas, tanto de procedencia nacional como extranjera.
En unos casos su exposición se debe a que han llegado a estar de dotación en la Guardia Civil a partir de la Segunda República, donde sus componentes tuvieron que hacer frente a violentísimas alteraciones del orden público y trágicos sucesos revolucionarios, mientras que en otros proceden de aprehensiones o intervenciones realizadas con posterioridad a nuestra Guerra Civil 1936-1939, y en especial durante su lucha contra la guerrilla antifranquista.
Así, tras la presencia puntual de algunos fusiles ametralladores “Trapote” –diseñados por el teniente coronel de Artillería Andrés Trapote Legerén- al final de la 2ª República, y los denominados “O.C.”, fabricados conjuntamente en las fábricas de Oviedo y de La Coruña durante la Guerra Civil y nacido de las modificaciones experimentadas en el Hotchkiss, tipo II, modelo 1925 -todos ellos de 7 mm.- se llegó en la posguerra al primer modelo de dotación generalizada para toda la Guardia Civil, el ruso "D. P. Napot" de 7'62 mm.
Dicha arma, también expuesta en el Museo, procedía de las capturas realizadas al ejército republicano al finalizar la contienda. Fue diseñada en 1921 por el ingeniero ruso Vasily Degtyaryev, siendo empleada por el ejército soviético partir de 1928. Su denominación completa era la de "Ruchnoi Pulemyot Degtyaryeva Pakhotnyi", que traducido literalmente venía a decir, "Arma automática para la Infantería Degtyaryev", si bien terminó por utilizarse la denominación más sencilla de "D. P.-28".
Curiosamente el nombre de Napot por el que fue conocido en España, incluso en los manuales de la Guardia Civil, vino de la inscripción en caracteres cirílicos "47 NATPOH" que aparecía en la tapa de la base del cargador y que traducido a nuestro idioma significaba "47 cartuchos", que era la capacidad de dicho cargador. Un modo muy español de identificar un arma ciertamente difícil de vocalizar en su idioma materno.
Otro modelo utilizado por el Cuerpo y que también puede contemplarse en el Museo es el fusil ametrallador “F.A.O.”, de 7’92 mm., construido por la Fábrica de Armas de Oviedo y cuyo diseño estaba basado en el modelo checoslovaco ZB-26.
Asimismo, en la exposición hay, entre otros, diversos fusiles ametralladores de gran interés y de procedencia extranjera, tales como un Madsen danés modelo 1903 de 7'92 mm., un Bren MK-II inglés de 7'62 mm. o, por ejemplo, los checos ZB modelos 26 y 30 de 7'92 mm.
Respecto a las ametralladoras, se encuentran expuestas en la Sala de Armas, diversos modelos, tanto nacionales como extranjeros. Entre los primeros están los utilizados por la propia Guardia Civil, como por ejemplo la Hotchkiss, modelo 1914, de 7 mm., de fabricación española, o la Maxim rusa de 7’62 mm., modelo 1910 o más conocida como la de "carrito", por las dos pequeñas ruedas que tenía para facilitar su transporte, y que procedía también de la ayuda soviética al ejército republicano.
Otras ametralladoras españolas que pueden apreciarse en la exposición e igualmente empleadas por el benemérito Instituto, son la veterana ALFA, modelo 1955, de 7’92 mm., fabricada en Oviedo y basada en la checoslovaca ZB-37, así como la más moderna AMELI, de 5’56 mm., también de procedencia nacional.
Entre las ametralladoras pesadas y medias de procedencia extranjera se encuentran, entre otras, las alemanas Maxim MG-08 y Maxim Spandau MG-08/15 de 7'92 mm., una Saint Etienne modelo 1907 francesa de 8 mm., una Browning polaca modelo 1917 de 7'92 mm., una Vickers-Maxim modelo 1924 británica de 7'7 mm., una Colt modelo 1915 norteamericana de 7 mm. o una checa ZB-53 de 7'92 mm., todas ellas en buen estado de conservación.
De las ametralladoras ligeras destacan una Lewis británica de 7'7 mm., así como una Bergamann MG-15 alemana de 7'92 mm., y una francesa Chauchat modelo 1915 de 8 mm, que fue considerada por algunos como la peor del mundo dados sus constantes encasquillamientos.
Por otra parte, otro grupo de armas apoyo que tiene una significativa presencia en el Museo de la Guardia Civil, es el constituido por los morteros de apoyo para infantería y caballería, que los primeros manuales militares los definían como “un arma de tiro curvo, de cañón liso, a cargar por la boca y consta de las partes principales siguientes: Cañón, cierre, afuste, placa de base y aparato de puntería óptico”. En la Sala de Armas pueden apreciarse diversos modelos españoles y extranjeros de 50, 60 y 81 mm., algunos de ellos utilizados por el Cuerpo y otros procedentes de aprehensiones o capturas a raíz de la Guerra Civil.
Así, pueden contemplarse acompañados incluso en determinados casos, de sus propias granadas, correspondiendo en su mayor parte a los modelos 1930, 1932 y 1942, denominados tipo “Valero”, ya que fueron diseñados por el capitán de Infantería Vicente Valero de Bernabé y Casañez, habiendo sido fabricados por “Esperanza y Compañía”.
Por último, dentro de este apartado de las armas de apoyo, destacar la presencia en el Museo de un lanzagranadas Instalaza, modelo 1958, de 88’9 mm. y que también fue utilizado por la Guardia Civil.
Las armas de las Operaciones de Paz.
Desde el inicio de la presencia española en las operaciones internacionales relacionadas con el mantenimiento de la paz, la Guardia Civil viene teniendo cada vez una más consolidada y extensa presencia. La dualidad de su naturaleza militar y policial se ha revelado como una adecuada virtud que le ha convertido en uno de los cuerpos más idóneos del mundo para participar en misiones de esas características, dando lugar a que sus miembros sean reclamados desde los principales organismos internacionales.
Como recuerdo de ello en el Museo pueden comtemplarse diversas armas y efectos relacionados con algunas de dichas operaciones, destacando entre estos últimos diversas prendas de uniformidad y la funda de la pistola que utilizó en Irak el comandante Gonzalo Pérez García, que resultó muerto como consecuencia de un enfrentamiento armado, en febrero de 2004, con elementos terroristas, cuando desempeñaba las funciones de “provost marshal” de la Brigada Multinacional “Plus Ultra II”.
Entre las procedentes de este convulso país, donde se rinde singular culto popular a las armas de fuego y que ha sido escenario habitual de su contrabando desde hace muchísimas décadas (ver ARMAS nº 266), destaca una curiosa copia artesanal fabricada en Afganistán, de una pistola Astra modelo 1921 pero recamarada para la munición de 9 mm. parabellum y que fue objeto de un artículo especial en ARMAS nº 270.
Junto a la misma e intervenidas también en Irak, pueden contemplarse una pistola española tipo Mauser de la marca Astra, de 7’63 mm., así como un fusil de asalto ruso “Automat Kalasnikova” AK-47, de 7’62 mm., un fusil británico Lee Enfield MK III, de .303 o 7’7 mm. y un fusil máuser Kar 98k alemán, de 7’92 mm., fabricado en 1943.
También se encuentran expuestas varias armas intervenidas por fuerzas de la Guardia Civil durante sus misiones como policía militar de los contingentes españoles en Bosnia-Herzegovina. Destaca, por su propia historia, un fusil de asalto AK-47, de 7’62 mm., que fue el primer arma incautada por los guardias civiles allí destacados. Concretamente ocurrió el 20 de agosto de 1996 y le fue confiscado a un soldado bosnio-croata en un puente sobre el río Neretva, en la región de Mostar. El general Luis Carvajal Raggio, jefe de la Brigada Española “Almogávares” se lo entregó al entonces Director General del Cuerpo Santiago López Valdivielso, con ocasión de su visita a la zona de operaciones.
Asimismo y también intervenidas en Bosnia-Herzegobvina, se encuentran expuestas una pistola ametralladora Skorpion modelo VZ-61, de 7’65 mm. Browning, de origen checoslovaco y una pistola alema marca Walther model PP, recamarada para el mismo tipo de cartucho.
Las armas de los terroristas.
La Guardia Civil es la principal fuerza policial española en la lucha contra el terrorismo nacional e internacional, teniendo en su haber el mayor números de terroristas detenidos así como armamento, explosivos y material incautado. Ello le ha convertido a su vez en su principal objetivo, habiendo sido asesinados desde el 7 de junio de 1968, fecha en la banda criminal ETA asesinó al guardia civil de tráfico José Angel Pardines Arcay en Villabona (Guipúzcoa), un total de 224 miembros del benemérito Instituto, amén de varios de sus familiares entre los que se encontraban mujeres así como niñas y niños de corta edad, que también fueron vilmente asesinados .
El armamento incautado (pistolas, revólveres, subfusiles, escopetas y fusiles de asalto así como lanzagranadas y lanzamisiles) a las bandas terroristas –principalmente ETA y GRAPO- que se exponen en las vitrinas del Museo, tanto en la Sala de Armas de la segunda planta como en las del vestíbulo de la primera, han siendo empleadas por criminales pertenecientes a aquellas, teniendo algunas de las mismas en su haber un trágico y sanguinario pasado.
Entre las pistolas se encuentran una gran variedad de marcas y nacionalidades –principalmente en 9 mm. parabellum- que van desde las Astras españolas hasta las trístemente célebres “Firebird” (Pájaro de fuego), de origen húngaro, pasando por las FN belgas, las CZ checoslovacas así como las Walther y Sauer alemanas. Respecto a los revólveres mencionar los Rohm germanos.
También entre los subfusiles –de 9 mm. parabellum- que se exponen hay una variedad que abarca desde un MP-40 alemán hasta los MAT 49 franceses, pasando por varios modelos de los Sten británicos y los FBP checos.
Respecto a los fusiles de asalto intervenidos merecen destacarse el alemán G-3 de 7'62 mm., basado en nuestro CETME modelo C, así como el M-16 norteamericano, de .223 o 5'56 mm., obtenidos por la banda terrorista ETA en los círculos de contrabando y tráfico de armas.
Por último, significar dos tipos de armas muy singulares y capturadas a la banda criminal ETA. Se tratan de un lanzagranadas artesanal conocido por "Jotake" que fue empleado en el ataque a una casa-cuartel de la Guardia Civil en la provincia de Guipúzcoa, así como u lanzamisiles SAM-7 Srtela ("Flecha"), tierra-aire, de origen ruso, incautado el 5 de noviembre de 1986 en los sótanos de laempresa Sokoa, sita en Hendaya, tras una operación en la que colaboraron los servicios secretos israelíes y norteamericanos.
Tal y como relató la prensa en su momento, en el mecanismo de disparo de ese mismo misil que está expuesto en el Museo, y en otro más que se capturó, se instalaron ocultos en su interior, unos pequeños emisores de señales vía radio, con el objeto de realizar desde un helicóptero su seguimiento y poder llegar así hasta los terroristas que fueran a utilizarlo para uno de sus sangrientos atentados.
Sin embargo, al transcurrir casi un mes sin que fueran movidos de su depósito clandestino, se decidió reventar la operación para evitar que por agotamiento de las baterías de los emisores, se terminara por perder su rastro, aunque previamnte se había adoptado la precaución de manipular internamente los misiles de manera que no pudieran funcionar.
En los sótanos de la empresa Sokoa se intervinieron ambos lanzamisiles, así como un importante arsenal que incluía diverso tipo de armamento, municiones y explosivos, además de cuantiosa e importante documentación que sirvió para la detención y encarcelamiento de varios terroristas y para fristrar con ello diversos atentados que estaban gestándose, salvándose de esta forma, vidas de personas inocentes que dicha banda criminal había puesto en su punto de mira.
Nota: Se agradece expresamente la colaboración y facilidades dadas por el coronel jefe del SEHGC y todo el personal del Museo.
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