CLXXV Aniversario “Cartilla del Guardia Civil” (1845-2020).
Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR", el 13 de julio de 2020, pág. 16.
El original contiene una fotografía en blanco y negro.
Por real orden de 1º de mayo de 1871 se dispuso una importante reorganización de la Guardia Civil, entrando en vigor el 1º de julio siguiente. Se fijó un nuevo cuadro orgánico para la fuerza de infantería y de caballería. Distribuida en 14 Tercios mandados por coroneles, constituían el despliegue territorial y operativo del benemérito Instituto.
La Comandancia de Cádiz quedó constituida por tres compañías de infantería y un escuadrón de caballería. Finalizó el año mandada por el teniente coronel José Polo Rubio Patiño y continuó encuadrada, junto a las Comandancias de Córdoba y Sevilla, en el 4º Tercio cuya sede estaba en la capital hispalense, liderado por el coronel Agustín López de Coca Calvo.
Las compañías gaditanas eran la 7ª, 8ª y 9ª de dicho Tercio. Sus cabeceras estaban establecidas en Chiclana de la Frontera, Algeciras y Grazalema, y la del escuadrón en Jerez de la Frontera. Su plantilla total estaba compuesta por 376 efectivos, de los que 104 correspondían al Campo de Gibraltar.
Su principal misión era la actualmente denominada “seguridad ciudadana”. En cambio, las misiones de resguardo fiscal, vigilancia de costas y persecución del contrabando le correspondían entonces a la todavía única Comandancia de Carabineros de Cádiz, cuya plantilla triplicaba la de la Guardia Civil.
La 8ª Compañía de Algeciras estaba mandada por el capitán Saturnino Loeches Senra y tenía bajo su mando 2 tenientes, un alférez, un sargento 1º, 3 sargentos 2º, 6 cabos 1º, 6 cabos 2º, un corneta, 10 guardias 1º y 73 guardias 2º. Las cabeceras de las líneas estaban en Alcalá de los Gazules, Tarifa y San Roque, a cuyo frente se encontraban los tenientes José Enriquez Patiño y José Taracido Leal así como el alférez Julián Portilla de la Iglesia, respectivamente.
En el caso del teniente coronel Miguel Guzmán Cumplido dicha reorganización le supuso hacerse cargo a partir del 1º de julio, del mando de la Comandancia de Zaragoza, cesando por lo tanto en la segunda jefatura del 7º Tercio aragonés.
El hecho más destacado de su hoja de servicios en ese año fue la prestación del juramento de fidelidad al rey Amadeo I. Éste, de origen italiano, se había convertido en el primer monarca elegido por las Cortes españolas, en una votación realizada el 16 de noviembre de 1870.
Tras la salida de Isabel II al triunfar la Revolución de 1868 se convocaron unas Cortes Constituyentes que terminaron por aprobar la Constitución de 1869, la cual establecía como forma de gobierno la monarquía constitucional. El principal problema era encontrar un candidato que quisiera aceptar la corona española y que a su vez fuera aceptado por la mayoría parlamentaria.
Finalmente el duque de Aosta, Amadeo de Saboya, aceptó y tras la mentada aprobación parlamentaria viajó a España, llegando a Madrid el 2 de enero de 1871, donde juró la Constitución ante las Cortes. Dicho acto consiguió aunar y redoblar los esfuerzos de carlistas y republicanos para derrocar el modelo de monarquía constitucional establecida e imponer el suyo propio.
El resultado de las elecciones generales celebradas el 3 de abril de 1872 terminaría desembocando casi dos semanas después en la Tercera Guerra Carlista. El día 24 de ese mismo mes el teniente coronel Guzmán partió de Zaragoza al frente de la 2ª Columna de Operaciones del Distrito de Aragón en persecución de partidas carlistas que se hallaban en el partido judicial de Belchite y Bajo Aragón.
A pesar del éxito alcanzado tras dispersar a dos de las partidas más importantes que actuaban en esa zona, tuvo que cesar en su explotación al tener que dirigirse a finales de junio a la comarca de Cinco Villas donde una partida de bandoleros tenía aterrorizados a sus habitantes.
Tras “conseguir su exterminio” al frente de fuerzas de la 7ª Compañía, cuya cabecera estaba ubicada en Egea de los Caballeros, y de la sección de caballería de Tauste, ambas pertenecientes a su Comandancia, regresó a Zaragoza el 17 de julio.
Nada más llegar tuvo que hacerse cargo del mando interino de la Subispección del 7º Tercio ya que su titular, el coronel José Villacampa del Castillo, había ascendido seis días antes al empleo de brigadier, debido principalmente “al distinguido mérito que ha contraido combatiendo a las facciones carlistas de Aragón”.
Incorporado a fin de mes el coronel Gorgonio Castillón Calvo como nuevo subinspector del Tercio, Guzmán cesó en ese cometido y volvió a hacerse cargo del mando de la Comandancia de Zaragoza. Apenas se mantuvo cuatro meses más a su frente ya que por real orden de 18 de noviembre siguiente ascendió al empleo de coronel con antiguedad de 1º de diciembre.
Nombrado para hacerse cargo del 12º Tercio, cuya cabecera se hallaba en Burgos y comprendía las Comandancias de Logroño, Santander, Soria y Burgos, se incorporó el 12 de enero de 1873.
Seguían siendo tiempos convulsos y la Tercera Guerra Carlista estaba en su apogeo, afectando también a su demarcación territorial. Apenas llevaba tres semanas en la capital burgalesa cuando el 4 de febrero tuvo que marchar al frente de una columna en persecución de partidas carlistas que vagaban por la provincia burgalesa.
La primera que persiguió fue la capitaneada por Fernando Olmo, alias “Mochón”. Había penetrado en la localidad de Castillejos de Robledo, “incautándose de los libros del Registro civil y quemándolos en la plaza de aquella población a vista del público, llevándose además dos yeguas, raciones de pan, vino y carne, verificando su marcha dando vivas a la religión y a Carlos VII”.
El coronel Guzmán consiguió darle alcance el 15 de febrero en la localidad segoviana de Valles de Fuentidueña, causándole tres muertos, dos heridos graves, veinte prisioneros e interviniéndole sesenta armas de toda clase.
Cuatro días antes, el 11, Amadeo I había abdicado y las Cortes habían proclamado la Primera República. Comenzaba un nuevo pero breve periodo de la historia de España, sin que por ello cesara la guerra civil.
Al mes siguiente, 15 de marzo, Guzmán al frente de su columna había batido y dispersado en la provincia de Palencia a la facción mandada por el titulado brigadier Manuel Fernández Penagos.
La hoja de servicios de nuestro protagonista sigue relatando diversas operaciones llevadas a cabo durante el mes de mayo contra las partidas carlistas de Iturralde, Ayala, Villamayor y Montemayor, entre otras. El día 17 regresó a Burgos tras dos meses y medio sin descanso de persecuciones y encuentros armados.
Mientras tanto se seguían viviendo también momentos complicados para la Guardia Civil. Desde que el 25 de marzo cesase como director general, el teniente general Cándido Pieltain Jove-Huergo, que apenas había desempeñado el cargo nueve meses, no había sido nombrado su sustituto. Venía ejerciendo el mando interino el secretario general, brigadier Juan Álvarez Arnaldo.
Por decreto de la República de 27 de junio siguiente Guzmán fue destinado a Sevilla como subinspector del 4º Tercio. No llegó a incorporarse. El 5 de julio, tras más de tres meses vacante, se nombró al frente del benemérito Instituto al teniente general Mariano Socias del Fangar Lledó, quien ordenó su reincorporación a Burgos.
(Continuará).
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