domingo, 29 de marzo de 2015

EL MUSEO HERÁLDICO Y DE ARMAS DEL EJÉRCITO DE GUATEMALA (I).


Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en el nº 342 correspondiente al mes de diciembre de 2010, de la Revista "ARMAS", págs. 82-87.

El original está ilustrado por treinta fotografías en color.

Una parte importante de la historia de la República de Guatemala, que oficialmente comenzó el 15 de septiembre de 1821 con la firma del Acta de Independencia de España, se conserva y custodia -nunca mejor dicho- en el denominado “Museo Heráldico y de Armas del Ejército”, ubicado en la zona 1 capitalina.

De hecho, la historia de tan hermoso pero complicado país, se inició como en otras muchas naciones hispanoamericanas, al frente de un militar español. Concretamente con el brigadier vizcaíno Gabino Gaínza y Fernández de Medrano, jefe político superior de la provincia de Guatemala hasta esa fecha, que presidió una junta de notables conformada con los miembros de la audiencia, ayuntamiento, autoridades eclesiásticas, claustro universitario, consulado de comercio, colegio de abogados y otras personalidades. 

Ese día pasó a convertirse en el primer dirigente de la nueva Guatemala como presidente de una junta provisional consultiva con delegados que representaban a Chiapas, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.

La historia del Museo.

El museo -www.museo.mil.gt- se encuentra asentado en el histórico Castillo de San José de Buena Vista, formando parte hoy día del Centro Cívico Cultural “Miguel Angel Asturias”, dedicado a honrar la memoria del insigne poeta, narrador, dramaturgo, periodista y diplomático guatemalteco, considerado uno de los protagonistas de la literatura hispanoamericana del siglo XX.

La fortaleza fue inaugurada el 25 de mayo de 1846, tan sólo tres años después de ser ordenada su construcción al agrimensor José María Cervantes, por el capitán general José Rafael Carrera Turcios, quien también mandaría levantar en 1858, el castillo de San Rafael de Matamoros, pasando a constituir ambas, la principal protección de la capital guatemalteca.

El primero de ellos, en honor a su creador, fue conocido también como Castillo de Carrera, así como Castillo de Santa Bárbara, pero al levantarse en la Colonia de Buena Vista, terminó finalmente por adoptar el nombre de San José de Buena Vista, que es como se le sigue conociendo en la actualidad.

En dicha fortaleza se instaló el primer mando de artillería hipomóvil que hubo en Guatemala y Centroamérica, llegando a convertirse durante muchas décadas en la principal instalación militar del país. A lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y todo el XX fue experimentando sucesivas mejoras, que le hicieron ir ocupando progresivamente una gran extensión de terreno.

Sin embargo durante ese periodo también padeció trágicas vicisitudes. Concretamente las sufridas en las madrugadas del 20 de octubre de 1944 y del 4 de febrero de 1976.

La primera se produjo con ocasión de una sublevación encabezada por un movimiento cívico-militar, resultado del descontento popular, liderado por oficiales militares disidentes, estudiantes y profesionales progresistas, que derrocó el 20 de octubre de 1944 al gobierno provisional del general  Federico Ponce Valdés, efímero sucesor del dictador militar Jorge Ubico Castañeda, y que dio lugar, tras convocar las primeras elecciones libres en Guatemala, a la instauración de un régimen democrático y a una década de modernización del Estado en beneficio de las mayorías de clase trabajadora.

En los enfrentamientos que se registraron, fue escenario de violentos ataques quedando destruido el castillo casi en su totalidad, lo cual motivó, una vez triunfado el movimiento revolucionario, que seguidamente hubiera que reubicar a las unidades que lo guarnecían. 

Primero se fue a lo que hoy es el “Instituto Adolfo V. Hall Central”, después a la base militar La Aurora y finalmente se trasladaron a los terrenos de la llamada finca El Aceituno, que con el paso del tiempo se transformaría en la base militar que hoy conocemos como “Mariscal Zavala”.

Este último nombre honra, desde el 12 de octubre de 1956, por decisión del presidente coronel Carlos Castillo Armas, con ocasión de la conmemoración del centenario de la guerra nacional de los países centroamericanos contra el estadounidense William Walker y su ejército de filibusteros, la memoria del insigne militar guatemalteco que les combatió: el mariscal de campo José Víctor Ramón Valentín de las Animas Zavala y Córdova.

Mientras tanto, el gran espacio de terreno que ocupaba la fortaleza destruida quedó ya sin uso militar, siendo dedicado en buena parte, a levantar posteriormente el mentado centro cívico cultural.

Durante los períodos de gobierno del ya citado coronel Castillo y del general Miguel Idígoras Fuentes, el coronel de Infantería Enrique Ruiz García y el teniente coronel de Artillería Rodolfo González Centeno, iniciaron los trámites para que el área del “Torreón de las Baterías” del antiguo Fuerte de San José, fuera asignada nuevamente al Ministerio de la Defensa Nacional con el objeto de crear en el mismo “un centro de investigación, conservación, rescate y divulgación de la historia militar de Guatemala”. El 30 de junio de 1969 fue inaugurado por el entonces presidente de la República licenciado Julio Cesar Méndez Montenegro.

Pero poco iba a durar aquello, ya que la segunda tragedia acontecida se padeció cuando la capital guatemalteca quedó devastada por un terrible terremoto acontecido el 4 de febrero de 1976. La catástrofe fue de tal magnitud, que cerca de 23.000 personas fallecieron y 77.000 resultaron gravemente heridas, calculándose que unas 258.000 casas quedaron destruidas, dejando a más de un millón  de personas sin hogar.

El alcance de los daños sufridos en el museo militar obligó a que los fondos tuvieran que ser rescatados, traslados y depositados en otras instalaciones militares durante una década.

Tras no pocos esfuerzos y grandes dosis de ilusión y trabajo del Cuerpo de Ingenieros, el museo volvió a abrir sus puertas en 1987 y poco más de una década después se acometieron nuevos trabajos de reestructuración que finalizaron el 25 de mayo de 1999 y que ofrece prácticamente su estado actual.

Hoy día el museo se ha convertido en el principal activo del Servicio de Historia Militar, creado en el año 2000 y cuyos antecedentes históricos se remontan al año 1890, que tiene como precepto principal el de “resguardar la historia militar de Guatemala”, como parte de un legado para las generaciones futuras y cuya principal misión es “divulgar la historia del Ejército de Guatemala, mediante la investigación, recopilación y publicación de fuentes bibliográficas que provean información sobre la verdadera función y labor del Ejército a través de la historia del país; así como, promover y asesorar la creación, control y mantenimiento de museos, monumentos militares y sitios históricos que conmemoren los hechos relacionados con la historia militar de Guatemala y sus héroes”.


(continuará).


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