Obituario escrito por Jesús Núñez y publicado en "DIARIO DE CÁDIZ" el 14 de octubre de 2017, pág. 16, y por "EUROPA SUR" el 20 de octubre de 2017, pág. 14.
El original está ilustrado por una fotografía en blanco y negro.
El 1º de Octubre,
cuando la unidad de la Patria se veía gravemente amenazada por los separatistas
catalanes, fallecía en Cádiz, a los 98 años de edad, un español, un militar, un
amigo y un ejemplo a seguir para toda persona de bien.
Se trataba de José
Sánchez Gey, teniente coronel de Infantería del Ejército de Tierra, en
situación de retiro, una persona muy conocida y querida en Cádiz
cuyo fallecimiento no sólo ha dejado un profundo vacío en su familia sino
también entre sus numerosos amigos.
Hijo de Ramón
Sánchez Hervada y Dolores Gey Mena, nació en Villamartín el 17 de septiembre de
1915, donde su padre estaba destinado entonces como guardia civil y donde con
el paso del tiempo llegaría a ser el sargento comandante de puesto.
A los 18 años,
siendo el 5 de noviembre de 1935, en plena Segunda República, se alistó como
voluntario en el Regimiento de Infantería nº 27 de Cádiz que por aquel entonces
tenía su acuartelamiento en las bóvedas del recinto amurallado de Puerta de
Tierra.
Y apenas
transcurriría un mes cuando el 8 de diciembre siguiente formaría en la compañía
del Ejército que rindió honores en la plaza de España, frente al monumento de
las Cortes de 1812, a la bandera que la Diputación de Cádiz entregaba a la
Comandancia de la Guardia Civil. Su padre, ya sargento, formaría en la misma
ceremonia, pero en la compañía de la Benemérita. Sería la primera y última vez
que coincidieron en la misma formación.
El inicio de la
Guerra Civil le sorprendió formando parte de la guardia que custodiaba la
prisión militar de Santa Catalina. Era el centinela que se encontraba, fusil en
mano, en la entrada del castillo cuando en la mañana del 19 de julio de 1936
fueron ingresadas las autoridades civiles y militares leales al gobierno de la
República, detenidas poco antes en la Diputación Provincial. Pero esa es una
historia, con anécdota personal suya, que merece ser contada en detalle otro
día.
Aquella incívica
contienda, en la que perdió a su hermano Ramón, de apenas 12 años de edad,
víctima de un bombardeo de la aviación republicana acaecido el 25 de agosto
siguiente sobre la ciudad, marcó su vida y su futuro profesional.
No voy a recordar
sus vicisitudes castrenses pues ya quedaron recogidas en una extraordinaria
entrevista hecha por un amigo común y gran periodista, Emilio López Mompell,
hoy también desgraciadamente ausente. Fue publicada el 19 de enero de 2014 en
DIARIO DE CÁDIZ.
Pero lo que sí que
voy a reproducir es algo que la modélica modestia del entrevistado nunca dijo y
que eran sus sobresalientes virtudes militares. Sirvan como botón de muestra
dos informes inéditos dirigidos al coronel jefe del Regimiento de Infantería
Álava núm. 22, de guarnición en Tarifa y donde estaba destinado el entonces
teniente Sánchez Gey.
El primero está
fechado el 17 de noviembre de 1948, donde el Capitán General de la II Región
Militar, con cabecera en Sevilla, expresaba que examinados los ejercicios de
reconocimientos militares por patrullas de oficial llevados a cabo por la
fuerza de esa Región, “se ha distinguido
entre todos; por su claridad de expresión, acertado planteamiento y buena
resolución”.
El segundo informe
fue emitido el 15 de diciembre de 1954 por el coronel director del Centro de
Instrucción de la II Región Militar, tras realizar el V Curso Especial
Complementario del de Transformación de Oficiales. Tras afirmar textualmente
que “ha sobresalido sobre todos los demás”,
continuaba destacando lo siguiente: “este
Oficial de amor extraordinario a la carrera de las armas, de una capacidad
profesional no improvisada sino madurada durante sus años de servicio, ha
puesto en todo momento el máximo interés y su rendimiento en el Curso, ha sido
positivo en todas las asignaturas que en el mismo se han tratado”.
Y así siguió de
forma constante a lo largo de su brillante y meritoria carrera militar, que no
finalizó cuando por cumplir la edad reglamentaria pasó a la situación de retiro,
sino que continuó estrechamente ligado a la Milicia como miembro de la
Hermandad Provincial de Antiguos Caballeros Legionarios de Cádiz, que hoy día
preside precisamente su hijo José Manuel.
También son
sobradamente conocidas sus virtudes humanas e intelectuales, amén de profundo y
fervoroso creyente católico, razón por la cual no voy a reiterar. Lo dicho, un
español, un militar, un amigo y un ejemplo a seguir para toda persona de bien.
Fue todo un honor conocerlo y gozar de su amistad.
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