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domingo, 21 de abril de 2024

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCXVIII). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (2).



Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 8 de abril de 2024, pág. 12.


El original está ilustrado con una fotografía en blanco y negro.


 

Aunque entonces era lógicamente imposible saberse que dos décadas después sería el teniente coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Algeciras, lo cierto es que por real orden circular de 8 de marzo de 1920, le fue concedido el ingreso en el Cuerpo de Carabineros al entonces primer teniente de Infantería Manuel Sanmartín Rives. Una semana más tarde fue precisamente destinado a la Comandancia de dicho Cuerpo en el Campo de Gibraltar, cuyo jefe era entonces el teniente coronel Santiago Pérez Gamboa. 

Dicha Comandancia de Carabineros pertenecía a la 6ª Subinspección que mandaba desde la capital gaditana el coronel Luis Álvarez Rivas. El jefe de la otra Comandancia de dicho Cuerpo en el resto de la provincia de Cádiz era el teniente coronel Eliseo García del Moral Sánchez.

En marzo de 1920 todavía quedaban dos décadas para que hubiera una Comandancia de la Guardia Civil en el Campo de Gibraltar. Entonces sólo había una compañía de dicho Cuerpo con cabecera en Algeciras. Su titular era el capitán Manuel Val Calahorra que sería sustituido a finales del mes de agosto de ese mismo año por el de igual empleo, Enrique Buscató Ventura. Dicha compañía estaba encuadrada en la Comandancia de Cádiz. Ésta, a su vez, sería mandaba por el recién destinado y ascendido teniente coronel Antonio Lozano Díaz, procedente de Huelva, que acababa de sustitutir en la capital gaditana, al de igual empleo, Cristóbal Castañeda Castañeda, quien a su vez había sido destinado para mandar la Comandancia de Orense.

La entonces 8ª Compañía (Algeciras) del 18º Tercio de la Guardia Civil (Cádiz), cuya jefatura ejercida por el coronel José González Hernández, pertenecía a la mentada Comandancia de Cádiz. A finales de julio de 1920, con motivo de unas importantes modificaciones introducidas por real orden del Ministerio de la Gobernación de 19 de junio anterior, desapareció el mentado Tercio en la provincia gaditana, pasando su cabecera a la ciudad de Córdoba. Y la citada Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz, que tenía por demarcación toda la provincia, pasó entonces a integrarse en el 16º Tercio de la Guardia Civil (Málaga). Éste, desde finales de febrero de ese año, era mandado por el coronel Rafael Bernal Pastor, anterior jefe de la comandancia malagueña. 

Veinte años después, en febrero de 1941, la 10ª Comandancia de Carabineros (Algeciras) fue reconvertida en la 134ª Comandancia de Costas de la Guardia Civil (Algeciras), mientras que la antigua compañía de la Guardia Civil del Campo de Gibraltar siguió un tiempo todavía, encuadrada en la nueva 216ª Comandancia Rural de la Guardia Civil (Cádiz). Fueron tiempos muy complicados y complejos para reorganizar el Cuerpo de la Guardia Civil tras la absorción del Cuerpo de Carabineros, pero todavía eso ni se sabía ni entonces se podía imaginar.

Mientras tanto, y volviendo a nuestra historia inicial, el joven primer teniente de Carabineros, Manuel Sanmartín, contraería matrimonio canónico con la joven Juana Paz López, siéndole concedida la licencia correspondiente por una real orden dictada tan solo seis meses más tarde de su destino a la Comandancia de Algeciras. 

Sanmartín no estuvo mucho tiempo destinado entonces en el Campo de Gibraltar, pues por real orden de 29 de mayo de 1922 fue destinado a petición propia a la vecina Comandancia de Cádiz, causando alta en la misma e incorporánse el 26 de junio siguiente. Hay que significar que si bien las hojas de servicio de los oficiales del Cuerpo de Carabineros, al contrario que las de la Guardia Civil, no suelen detallar el destino concreto que les va siendo conferido dentro de cada Comandancia, si se tiene conocimiento, gracias a la prensa de la época, de alguna noticia curiosa de entonces. 

Así, por ejemplo, el periódico jerezano “El Guadalete”, en su edición del 15 de agosto de 1924, comunicaba en portada que el teniente Sanmartín, dada su condición de comandante militar de Arcos de la Frontera, había sido nombrado vicepresidente del comité organizador local de un homenaje previsto tributar al entonces máximo dirigente del Directorio Militar, el teniente general Miguel Primo de Rivera Orbaneja, que era natural de Jerez de la Frontera. El presidente de aquello era el alcalde de Arcos de la Frontera, Manuel Martín de Mora Meléndez, y el secretario de dicha comisión era el del citado ayuntamiento, Francisco de Asís Cerón y Bohórquez. El tesorero era el comandante delegado del Somatén local, Francisco Sobaler García. Los vocales locales eran el juez de instrucción José Cayuso García; el cura párroco de Santa María, José Verea Bejarano; el presidente del Círculo Mercantil e Industrial, Antonio Aparicio Martínez; el presidente del Casino de la Unión, Manuel Gómez de Luna; el presidente de la Sociedad Cultural Mancheño, Gabriel Rosado Garrido; el 4º teniente de alcalde, Manuel Amador Gómez; el maestro nacional Joaquín Vázquez Rodríguez; y el director del “Eco de Arcos”, José Merino de la Rosa.

También se sabe que al inicio de 1928, mandó accidentalmente durante más de un mes la 4ª Compañía de la capital gaditana, que tenía por despliegue territorial su puerto y casco urbano, así como el campo exterior próximo a la misma. Y en el escalafón del año 1930, le consta el mando de la Sección denominada El Blanco, ubicada en la barriada exterior de San José, perteneciente a la 3ª Compañía (San Fernando) que mandaba entonces el capitán José Pelaéz Rodríguez, siendo su jefe de Comandancia el teniente coronel Ignacio Orduña del Campo. Los puestos de dicha sección eran entonces, además de El Blanco, los de El Chato y Santibáñez.

En esa época, dicha Comandancia y la de Algeciras, que mandaba el teniente coronel Aureliano Prieto Aguilera, pertenecían a la 6ª Subinspección de Carabineros, cuya residencia estaba fijada en la capital gaditana y a cuyo frente se encontraba el coronel Mariano Adsuar Perpiñán. Éste estaba auxiliado por el ya citado capitán Federico Pérez Padilla, que siendo teniente coronel precedería brevemente en 1941 al mentado Sanmartín, en el mando de la comandancia campogibraltareña.

Por real orden de 7 de abril de 1930, el teniente Sanmartín fue ascendido por antigüedad al empleo de capitán, siendo destinado el día 25 de dicho mes a la Comandancia de Estepona, unidad a la que se incorporó el 11 de mayo siguiente.

Por aquel entonces, la Compañía sanroqueña de Puente Mayorga, 3ª de la Comandancia de Carabineros de Algeciras, estaba mandada por el capitán Antonio García Selva, la cual estaba integrada por la 1ª Sección de Puente Mayorga (puestos de Río Guadarranque, Puente Mayorga, Guadarranque y Toril), la 2ª Sección de Palmones (puestos de Palmones, Rinconcillo, Poblado de Palmones y Río de Palmones), la 3ª Sección de Jimena de la Frontera (puestos de Jimena, Castellar de la Frontera y San Martín del Tesorillo) y, la 4ª Sección que con cabecera en la estación ferroviaria de San Roque, tenía puestos en las estaciones de Los Barrios, Almoraima, Jimena, Castellar y San Pablo de Buceite. 

Además estaba la sección de caballería de San Roque, con puestos en dicha localidad, La Línea de la Concepción y Tarifa, manteniendo una escolta en Algeciras para el jefe de la Comandancia.

(Continuará).

 

sábado, 20 de abril de 2024

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCXVII). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (1).



Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 1 de abril de 2024, pág. 14.


El original está ilustrado con dos fotografías en blanco y negro.


   

 

La reorganización de la Guardia Civil en la Comarca del Campo de Gibraltar en general, y en el término municipal de San Roque en particular, empezó a asentarse realmente a partir de 1941. Desde diciembre de 1844 hubo guardias civiles aposentándose en este territorio y que comenzaron a prestar servicio a partir del mes siguiente. De ellos se ha venido y se seguirá hablando largo y tendido. 

Sin embargo, desde aquella lejana fecha del siglo XIX se había evolucionado mucho. Se había comenzado con una unidad entidad sección de caballería de la Guardia Civil para todo el Campo de Gibraltar, al mando de un oficial y encuadrada en una unidad entidad compañía, con cabecera en la capital de la provincia, Cádiz. Su misión principal entonces era el llamado orden público, hoy seguridad ciudadana. Casi un siglo después, en 1940, pesaba y mucho, la impronta marcada por el Cuerpo de Carabineros, que en 1878 había tenido que dividir excepcionalmente la provincia gaditana en dos partes, creando consecuentemente dos comandancias independientes entre sí. La razón principal de ello había sido la amplia y profunda red de contrabando que funcionaba desde las entrañas de la colonia británica de Gibraltar. Incluso una década más tarde, en 1889, el Cuerpo de Carabineros tuvo que crear la Comandancia de Estepona, que se desgajó de la de Málaga y que existió durante más de cuatro décadas y media. 

A principios de 1940 la Guardia Civil en el Campo de Gibraltar tenía la entidad de una compañía territorial que dependía de la única Comandancia de dicho Cuerpo en la provincia de Cádiz, siendo la principal fuerza de seguridad y orden público del Estado en la misma. Antes de proseguir, hay que significar que nuestra Comarca no tenía entonces la extensión territorial que tiene actualmente. Todavía quedaban, entre otras cosas, para que tuviéramos la Comarca actual, dos décadas y media para que entrase en vigor el Decreto núm. 3.223/1965, de 28 de octubrepublicado en el BOE de 12 de noviembre siguiente, sobre aplicación de un programa de medidas para el desarrollo económico-social del Campo de Gibraltar, comprendiendo los términos municipales de Algeciras, Los Barrios, Castellar, La Línea de la Concepción, Jimena de la Frontera, Tarifa y San Roque, así como casi ocho décadas para la independencia como municipio, de San Martín del Tesorillo, por segregación del de Jimena de la Frontera, gracias al Decreto núm. 181/2018, de 2 de octubre, publicado en el BOE de 23 de enero siguiente.

Pero regresando a la época de la que se está ahora hablando, pues ya estamos en 1941 y con una Segunda Guerra Mundial que iba aumentando sus escenarios de combate y desolación, hay que decir en primer lugar que la reiterada ley de 15 de marzo de 1940, descrita en anteriores artículos publicados en EUROPA SUR, había servido, entre otras cosas, para poner fin al Cuerpo de Carabineros como tal, el cual había sido creado en 1829. Este proceso no fue sencillo ni fácil, siendo igualmente justo y preciso decir que, la presencia en nuestra Comarca de la colonia británica de Gibraltar no sería precisamente una ayuda sino todo lo contrario.

El Cuerpo de Carabineros, tras la reforma del otoño de 1935, se hallaba todavía desplegado al inicio de 1940, y después de una devastadora guerra civil, en una veintena de Comandancias y una decena de Zonas, cuyos principales espacios de actividad eran los limítrofes con la citada colonia británica así como con los países de Francia y Portugal, además de toda la costa española. Su principal esfuerzo, y por lo tanto muy serio problema, era la lucha contra el contrabando, unido inseparablemente a su acción de resguardo fiscal del estado. A ello hay que añadir que se había salido de una guerra civil y que se estaba en medio de una guerra mundial, que si bien no es en absoluto el objeto principal del presente artículo, no hay que olvidarlo.

Así que, tras la entrada en vigor de la mentada ley de 15 de marzo de 1940, y las anteriormente también citadas leyes, de 4 de junio siguiente, sobre concesión de créditos para el Ministerio de la Gobernación durante el ejercicio económico de 1940 y, de 12 de julio siguiente, disponiendo los organismos que habían de formar parte del Ministerio del Ejército; del decreto de dicho ministerio, de 22 de agosto siguiente; y de la Instrucción General de la Dirección General de la Guardia Civil núm. 3, de 20 febrero de 1941; así como los breves mandos, como primeros jefes de la 134ª Comandancia de Costas de la Guardia Civil (Algeciras), de los tenientes coroneles Joaquín Moreno Lara y Federico Pérez Padilla, ambos procedentes de Carabineros, llegaría la jefatura ejercida por el también teniente coronel Manuel Sanmartín Rives.

Concretamente fue nombrado para ello el 29 de julio de 1941 por el ministro y teniente general José Enrique Varela Iglesias en el Diario Oficial del Ministerio del Ejército núm. 170, de 2 de agosto siguiente, siendo también procedente del ya desaparecido Cuerpo de Carabineros. Su mando al frente de la comandancia de la Guardia Civil campogibraltareña, al contrario que sus dos predecesores que no tuvieron oportunidad, duraría nueve años, lo cual sería fundamental para poder asentarla.

Había nacido el 15 de septiembre de 1890 en la ciudad gaditana de San Fernando, siendo hijo, según consta en su hoja de servicios, del capitán de Infantería de Marina Emilio Sanmartín Sánchez y de Ignacia Rives Mora.

Tras superar la correspondiente oposición, ingresó como alumno en la Academia de Infantería de Toledo el 1 de septiembre de 1912, realizando su jura de bandera el 13 de octubre siguiente. Por real orden de 18 de abril de 1914, “se le dieron las gracias por el brillante resultado obtenido en la revista de Inspección”, que fue girada por el general jefe de la Sección de Instrucción y Reclutamiento, Ricardo Aranaz Iraguerri. Por real orden de 24 de junio de 1916 fue promovido al empleo de segundo teniente (alférez) y dos días más tarde fue destinado al Regimiento de Infantería Orotava núm. 65, ubicado en la isla de Tenerife.

Sin embargo, apenas estuvo destinado en el mismo ya que poco después fue destinado al Regimiento de Infantería Álava núm. 56, de guarnición en la ciudad de Cádiz, donde se presentó el 28 de octubre siguiente. Allí permaneció un año prestando servicio, siendo nuevamente destinado por real orden de 23 de octubre de 1917 al Batallón de Cazadores de Llerena núm. 11. El 5 de noviembre se incorporó a la representación del mismo en la plaza de Ceuta y dos días más tarde a su nueva unidad que estaba establecida entonces en Tetuán. 

Incorporado inmediatamente a los servicios de seguridad y campaña, ascendió en propuesta extraordinaria al empleo de primer teniente (teniente) por real orden circular de 27 de junio de 1918, continuando destinado en dicha unidad. Durante más de año y medio continuó prestando servicio en la misma unidad, tomando parte en diferentes acciones de guerra de las Campañas de Marruecos y concediéndosele la cruz del mérito militar con distintivo rojo.

(Continuará)

 

 

martes, 16 de abril de 2024

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCXVI). LA REORGANIZACIÓN EN LA POSGUERRA CIVIL (35).



Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 25 de marzo de 2024, pág. 14.


El original está ilustrado con una fotografía en blanco y negro.


  

 

Desde el 2 de mayo de 1937 hasta el día 18 siguiente, el capitán de Carabineros Federico Pérez Padilla, que al alcanzar el empleo de teniente coronel se le concedería el mando de la 134ª Comandancia de Costas de la Guardia Civil (Algeciras), tuvo que hacerse cargo de una importante columna de operaciones, siendo jefe accidental del Primer Tabor del Tercer Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Ceuta. 

Mientras tanto hay que precisar que para el gobierno de la Segunda República era un rebelde pendiente de ser sometido a consejo de guerra. Tal y como se especificaba a renglón seguido en su hoja de servicios, y bajo la anotación específica de ser hecha por “el Ejército rojo”, la orden circular de 10 de agosto de 1936, publicada en la Gaceta de Madrid núm. 225, le había dado de baja definitiva, conforme a lo dispuesto en el decreto de 31 de julio anterior, publicado en la Gaceta de Madrid núm. 214, por el que se hacía aplicación al personal de Carabineros, de los preceptos del decreto de la presidencia del Consejo de Ministros de 21 del mismo mes (Gaceta de Madrid núm. 204). 

Sin embargo, en virtud de lo dispuesto en el artículo 1º del decreto núm. 56 de 1 de noviembre de 1936, publicado en el BOE núm. 22, quedaba sin efecto la medida anterior tomada contra dicho oficial por el gobierno de la República. Al iniciarse la sublevación militar el 18 de julio de 1936, el capitán Pérez se encontraba mandando en la población granadina de Motril, la 2ª Compañía de la 8ª Comandancia de Carabineros (Almería). Como se quedó aislado de dicha jefatura, y por lo tanto de su teniente coronel, al declararse dos días después el estado de guerra proclamado por los sublevados, se unió muy activamente con su compañía de carabineros a dicho alzamiento militar.

A comienzos del mes de mayo de 1937 y encontrándose en la provincia de Córdoba, concretamente en el Cerro de la Chimorra, al mando accidental del mentado Tabor de Regulares de Ceuta, se le unió como refuerzo, dos compañías de Infantería, una batería de Artillería a pie, un pelotón de Infantería con un cañón de acompañamiento, una sección de Ingenieros zapadores, un grupo de Transmisiones, una ambulancia a lomo y cuatro enlaces de Caballería. Estuvo al mando de todo ello hasta el citado día 18 del mentado mes, “teniendo en este tiempo que efectuar un relevo de fuerzas en difíciles circunstancias por el lugar que ocupaban y rechazando un intento de ataque nocturno del enemigo, haciéndoles bastantes bajas y cogiéndole algún armamento”. 

Sin embargo, no tuvo mucha suerte ya que dos días después de dejar dicho mando por incorporación de su titular, se hallaba al frente de su compañía así como de otra más de dicho Tabor, cuando resultó herido, “de bala enemiga clasificada de grave”, siendo evacuado al hospital de Córdoba donde permaneció hasta el 23 de julio siguiente, siendo dado de alta y “cura ambulatoria”. Además de serle concedida la medalla de sufrimientos por la patria, la orden general del Ejército del Sur, de 18 de noviembre de dicho año, le citó como “distinguido” con la expresión siguiente: “Capitán de Carabineros D. Federico Pérez Padilla, con gran valor y espíritu consiguió con su Compañía el objetivo señalado, resultando herido”.

Por orden de la Subsecretaría del Ejército, fechada el 30 de abril de 1938, fue promovido al empleo de comandante por antigüedad, siendo destinado por otra orden del mismo centro, fechada el 24 de mayo, a propuesta del inspector general de Carabineros, general de división Gonzalo Queipo de Llano Sierra, que simultáneamente mandaba el Ejército del Sur, a la 13ª Comandancia (Badajoz) de dicho Instituto. 

Sin embargo, no se incorporó a su destino ya que continuando en Córdoba de cura ambulatoria, se había hecho voluntariamente, a petición propia y desde el 30 de agosto de 1937, cargo de la jefatura de la 4ª Sección de Estado Mayor del gobierno militar de Granada. Según certificado expedido por el comandante jefe de dicho Estado Mayor, Gonzalo Bellod Keller, el comandante Pérez continuó así hasta el 11 de junio de 1938, “en que por acuerdo del Tribunal Militar de aquella plaza fue evacuado al Hospital Militar de Lanjarón (Granada) para seguir su curación por considerar serle perjudicial su permanencia en Córdoba durante los meses de estío”.

Posteriormente, y según  otro certificado expedido por el coronel Luis Molina Rodríguez, jefe de Estado Mayor del Cuerpo de Ejército de Córdoba, el comandante Pérez había prestado, a petición propia por hallarse en cura ambulatoria por herido, servicio en la jefatura de la 1ª Sección de dicho Estado Mayor, desde el 29 de octubre de 1938 hasta el 28 de mayo de 1939. 

Tras serle concedidos seguidamente cuatro meses de licencia por herido para la localidad de Motril y comenzar a disfrutarlos, causó baja en la 13ª Comandancia (Badajoz) y alta, posterior y nuevamente, en la 8ª Comandancia (Almería). El 2 de octubre de 1939 se incorporó a la misma, siéndose otorgada la jefatura de servicios de la misma. El 3 de febrero siguiente se hizo cargo de la jefatura del Detall de dicha Comandancia, cesando el día 29 de dicho mes. Ello fue debido a que el día anterior había sido destinado a prestar sus servicios en la provincia de Granada, perteneciente a la misma Comandancia, haciéndose cargo al mes siguiente de su jefatura de servicios.

Tras serle concedidas la medalla de la Campaña, una cruz roja del mérito militar y una cruz de guerra, le fue de cumplimiento la ley de 15 de marzo de 1940, en la que el Cuerpo de Carabineros fue absorbido por el de la Guardia Civil. Pasó por lo tanto, conforme a la ley de presupuestos de 4 de junio siguiente, primero a la 64ª Comandancia Administrativa de la Guardia Civil (Almería-Granada), reconvertida seguidamente, conforme a la Instrucción General núm. 3, de 20 de febrero de 1941, en la nueva 133ª Comandancia de Costas de la Guardia Civil (Almería-Granada), perteneciente al 33º Tercio de Costas (Málaga), también de nueva creación. 

Por orden del Ministerio del Ejército, de 17 de marzo siguiente, Federico Pérez fue declarado apto para el ascenso, concediéndosele el empleo de teniente coronel de la Guardia Civil, en propuesta ordinaria por antigüedad. Diez días después, como consecuencia de que el teniente coronel Joaquín Moreno Lara había sido destinado para el mando de la 334ª Comandancia de Costas (Huelva), aquél fue destinado para mandar la 134ª Comandancia de Costas (Algeciras), dependiente del 34º Tercio de Costas (Cádiz). 

Así, el teniente coronel Federico Pérez Padilla, tras causar baja a fin de marzo de 1941 de la 133ª Comandancia de Costas (Almería-Granada), dependiente del 33º Tercio de Costas (Málaga), causó alta en la mentada 134ª Comandancia de Costas (Algeciras), haciéndose cargo del mando de la misma el 3 de mayo siguiente. Sin embargo, por orden del Ministerio del Ejército dictada tan sólo dieciseís días después, fue destinado a la plana mayor del 39º Tercio de Fronteras (Pamplona), donde causó alta al mes siguiente.

(Continuará)

 

 

viernes, 12 de abril de 2024

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCXV). LA REORGANIZACIÓN EN LA POSGUERRA CIVIL (34).



Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 18 de marzo de 2024, pág. 10.


El original está ilustrado con una fotografía en color.


 

Si el teniente coronel Joaquín Moreno Lara fue el último jefe de la Comandancia de Carabineros y el primer jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en el Campo de Gibraltar, tras la absorción de aquel Instituto decidida en la ley de 15 de marzo de 1940, el teniente coronel Federico Pérez Padilla fue posteriormente el siguiente jefe de la misma.

Éste, nacido el 16 de septiembre de 1890 en la localidad granadina de Motril, obtuvo plaza de alumno en la Academia de Infantería de Toledo el 31 de agosto de 1911. Tras casi tres años de estudios con aprovechamiento obtuvo el 27 de junio de 1914 su despacho de segundo teniente (alférez) del Arma de Infantería.

Eran tiempos de los primeros años de nuestro Protectorado en Marruecos y Federico Pérez fue destinado inicialmente al cuadro de eventualidades del servicio en Larache, pasando el 20 de octubre de ese mismo año al Regimiento de Infantería Guadalajara núm. 20. Incorporado inmediatamente en el campamento de Kudia Verce (Arcila), quedó de operaciones de campaña y protección de convoyes, participando desde entonces en las Campañas de Marruecos.

El 11 de marzo de 1915 fue agregado para el servicio al Grupo de Fuerzas Regulares de Larache núm. 4, siendo destinado al mismo por real orden circular de 25 de mayo siguiente. Como jefe de dicha unidad estaba entonces el teniente coronel Federico Berenguer Fusté, quien doce años después alcanzaría el empleo de teniente general tras haber sido comandante general de Ceuta. Debe destacarse que su hermano Dámaso, también teniente general con mayor antiguedad, sería alto comisario de Marruecos cuando acaecieron los trágicos sucesos del verano de 1921 en el llamado “Desastre de Annual”, siendo condenado por ello tres años más tarde y amnistiado seguidamente, volviendo al servicio activo, así como el penúltimo presidente de gobierno español antes de la proclamación de la Segúnda República, el 14 de abril de 1931.

Mientras tanto, todavía en 1915, Federico Pérez prestaría servicio en el recien creado 3º Tabor y mayormente en el 2º, quedando a las órdenes del comandante José Millán Terreros, que cinco años después crearía el Tercio de Extranjeros, la futura Legión. Hasta diciembre de 1916 continuó en las Fuerzas Regulares de Larache, habiendo participado en numerosos hechos de armas y finalizando su servicio en el 1º Tabor, ya que el día 11 del mentado mes había estado en la Comandancia de Carabineros de Cádiz, al objeto de examinarse para ingresar a petición propia en dicho Instituto.

Aunque obtuvo el resultado de aprobado no se le concedió ingreso al mismo hasta la publicación en el diario oficial del Ministerio de la Guerra, de la real orden de 5 de febrero de 1918. Es decir, más de un año después. Mientras tanto pasó destinado al Regimiento de Infantería de Córdoba núm. 10, de guarnición en Granada, incorporándose al mismo donde pasó diversas vicisitudes, destacando la de haber estado en la situación de reemplazo por enfermo en su localidad natal de Motril.

Incorporado ya al Cuerpo de Carabineros fue destinado a la Comandancia de Almería, si bien no llegó a prestar servicio activo en la misma por continuar su recuperación sanitaria. Una vez ya dado de alta médica fue destinado a finales del mes de agosto de dicho año a la Comandancia de Navarra. Tras prestar servicio en la misma durante más de un año fue destinado por real orden de 27 de octubre a la Comandancia de Estepona, causando alta en la misma en la revista del mes siguiente.

Prestado servicio activo durante más de un año en esa parte de la provincia de Málaga fue destinado por real orden circular de 14 de mayo de 1920 a la Comandancia de Granada. Estando destinado en la misma le fue concedida por real orden de 28 de septiembre siguiente, la real licencia para contraer matrimonio  canónico con María del Carmen Yanci Tellechea, de 19 años de edad, haciéndolo seguidamente un mes más tarde en la localidad navarra de Vera de Bidasoa, de donde ella era natural y vecina. 

En agosto de 1924 realizó en Madrid el cursillo para oficiales de Carabineros dedicado al estudio técnico-práctico de todo lo referente a la “Renta del Alcohol y sus derivados”. Gracias a ello pasó a mediados de octubre a la capital granadina para desempeñar el cargo de “Inspector de alcoholes” en la zona de Granada, entregándosele la correspondiente credencial justificativa del nombramiento por la Dirección General de Aduanas. Si bien fue destinado por real orden de 25 de septiembre de 1925 a la Comandancia de Guipúzcoa, no se incorporó a la misma y continuó desempeñando la labor citada en Granada, pasando posteriormente a la situación de excedente en la 6ª Región Militar, causando baja en la situación de activo y quedando afecto a la Comandancia de Granada.

Promovido al empleo de capitán por real orden de 11 de octubre de 1927, continuó un par de meses más desempeñando dicha labor de inspección de alcoholes en la zona de Granada. Por real orden circular de 21 de diciembre de dicho año fue destinado a la Comandancia de Algeciras, causando alta en la misma al mes siguiente.

Incorporado físicamente a la comandancia campogibraltareña el 14 de enero de 1928, cuyo mando correspondía entonces al teniente coronel José Hernán Pagés, que sería relevado posteriormente por Francisco Maldonado García, se hizo cargo en diversas ocasiones y con carácter accidental, de la jefatura del Detall de dicha comandancia gaditana. El mando de la Comandancia de Carabineros en Cádiz correspondía entonces al teniente coronel Joaquín Salas Machacón.

Por real orden de 26 de septiembre de 1929 fue destinado a continuar sus servicios en la secretaría de la 6ª Subinspección del Cuerpo de Carabineros, que mandaba el coronel Mariano Adsuar Perpiñán y que entonces tenía su residencia en la mentada ciudad de Algeciras. Significar que a finales de noviembre de dicho año fue destinado para mandar la comandancia campogibratareña el teniente coronel de Carabineros Aurelio Prieto Aguilera, recién ascendido y procedente también de la Comandancia de Granada, mientras que a la de Cádiz lo era en la misma real orden, el teniente coronel Ignacio Orduña del Campo, procedente de los Colegios, para efectos administrativos. 

Mientras tanto, el capitán Pérez Padilla dejaba Algeciras y pasó destinado el 21 de enero de 1930 a la Comandancia de Granada, siendole asignado al mes siguiente el mando de la 1ª Compañía, con residencia en Rábita de Albuñol. Continuó en dicha provincia tras haber sido fusionada con la provincia de Almería dando lugar a la 8ª Comandancia, conforme la orden de 2 de noviembre de 1935, citada en artículos anteriores y que remodeló el Cuerpo de Carabineros. 

Al iniciarse la sublevación militar de julio de 1936 mandaba la 2ª Compañía (Motril), uniéndose a la misma con su unidad, tomando parte activamente en numerosas actuaciones. El 26 de marzo del año siguiente pasó voluntario al Tercer Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Ceuta, haciéndose cargo del mando de la 3ª Compañía del Primer Tabor, dejando por lo tanto de prestar servicio temporalmente en el Cuerpo de Carabineros. 

(Continuará)

 

martes, 2 de abril de 2024

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCXIV). LA REORGANIZACIÓN EN LA POSGUERRA CIVIL (33).



Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 11 de marzo de 2024, pág. 9.


El original está ilustrado con dos fotografías en blanco y negro.


 

Finalizaba el capítulo anterior mencionando que la primera reorganización producida en nuestra posguerra civil, una vez absorbido el Cuerpo de Carabineros por el de la Guardia Civil, entró oficialmente en vigor el 1º de marzo de 1944.

Hay que tener muy presente que, además de otras cuestiones, durante los tres años anteriores se había efectuado una singular amalgama del primer Cuerpo citado, creado en 1829, dentro del segundo, creado en 1844. Hasta dicha absorción o integración, iniciada por la ley de 15 de marzo de 1940, había dos Cuerpos que eran de ámbito nacional y naturaleza militar. Cada uno tenían misiones principales bien diferentes, sin perjuicio de que en ausencia del Cuerpo principal o como refuerzo de éste, sus respectivos protocolos le encomendasen asumir funciones y misiones concretas del otro. 

Recuérdese a tal efecto, por ejemplo y ya expuesto en su momento, el importante decreto de 16 de septiembre de 1935. En él se disponía que las autoridades, Cuerpos y organismos que se expresaban, entre ellos la Guardia Civil y Carabineros, estaban obligados a cooperar a la defensa del orden y seguridad pública del Estado en los términos que se indicaban. 

En dicho texto se establecía que cuando el orden público fuera alterado en las localidades donde hubiera fuerzas de la Guardia Civil y de Carabineros, ambas debían coordinar sus servicios y prestarlos con sujección a sus reglamentos y bajo los respectivos mandos. La única excepción recogida se basaba en que las circunstancias requiriesen una acción militar conjunta, en cuyo momento tomaría el mando de toda la fuerza el de mayor empleo de ambos Cuerpos, actuando con arreglo a los preceptos de la legislación militar que estuviera vigente. En aquellas localidades que solo existieran fuerzas de Carabineros, éstas debían comunicar directamente al gobernador civil de la provincia y al comandante del puesto de la Guardia Civil, en cuya demarcación estuvieran enclavadas, los partes y noticias relacionados con el orden público, adoptando a la vez las medidas de carácter preventivo que considerasen conveniente, y si aquél se alterase, debían restablecerlo, cumpliendo sus deberes reglamentarios y dando cuenta también al gobernador civil.

Posteriormente, finalizada ya nuestra trágica guerra civil, hay que recordar también que se dictó la ley de 22 de septiembre de 1939, reorganizando el Ministerio del Ejército. En ella se dispuso, conforme la ley de 8 de agosto de 1939 que lo había creado, que entre los diferentes organismos que lo constituían, se encontraba la “Inspección General de la Guardia Civil y de Carabineros”. Igualmente se disponía en dicha ley que las Direcciones Generales e Inspecciones Generales en dependencia directa del ministro del Ejército, eran órganos ejecutivos de sus decisiones, siendo de su competencia el desarrollo de los proyectos que dicha autoridad les encomendase así como su puesta en práctica, cuando, transformados en disposiciones ministeriales, entrasen en vigor.

El propósito final de ello, conforme la ley de 15 de marzo de 1940, en la parte que afectaba, era que su personal, sus medios materiales, incluidos por supuesto sus acuartelamientos, y por lo tanto su despliegue territorial, así como sus misiones de resguardo fiscal y de persecución del contrabando, fueran totalmente asumidas y ejercidas por “el benemérito Cuerpo de la Guardia Civil”.

Por lo tanto, mediante el decreto del Ministerio del Ejército, dictado el 21 de diciembre de 1943, siendo su nuevo titular el teniente general Carlos Asensio Cabanillas, y que entró en vigor poco más de dos meses después, se produjo una importante reorganización de la Guardia Civil. Entre las nuevas medidas adoptadas destaca la integración, ya definitiva, de la casi totalidad de las antiguas Comandancias del desaparecido Cuerpo de Carabineros, en el seno de las nuevas Comandancias de la Guardia Civil que se creaban. 

Sin embargo, nuestro caso fue, y sigue siendo, singular. La provincia de Cádiz perdió entonces la cabeceradel 16º Tercio Rural y del 34º Tercio de Costas así como de una de las tres comandancias hasta entonces existentes.

En su lugar quedaron en la provincia gaditana, si bien, diferentes en muchos aspectos de las anteriores y también de las actuales, dos comandancias de la Guardia Civil. Estas fueron creadas al igual que el resto, por decreto de 21 de diciembre de 1943, y entraron en funcionamiento el 1º de marzo siguiente. La nueva 237ª Comandancia Mixta (Cádiz), mandada por el teniente coronel Federico Montero Lozano, se creó prácticamente sobre la base de las anteriores 216ª Comandancia Rural (Cádiz) y la 234ª Comandancia de Costas (Cádiz), mientras que la 337ª Comandancia Mixta (Algeciras), a cuyo frente estaba el teniente coronel Manuel Sanmartín Rives, lo hizo sobre la anterior 134ª Comandancia de Costas (Algeciras).

Hay que significar que lo de “Mixta”, en este caso, se debía a que se aunaban dentro de cada Comandancia, las unidades rurales y las unidades de costas, entendiéndose así la referencia a las antiguas Comandancias de la Guardia Civil y de Carabineros. Las dos nuevas Comandancias gaditanas, junto a la 137ª Comandancia Mixta (Málaga), pasaron a partir de entonces, a encuadrarse en el 37º Tercio Mixto, dirigido por el coronel Andrés García Pérez y cuya cabecera se dispuso ubicarla en la ciudad de Málaga en vez de la de Cádiz. Dicho Tercio Mixto, a su vez, se encontraba encuadrado en la 1ª Zona de la Guardia Civil, con cabecera en la ciudad de Sevilla y mandada por el general de brigada Joaquín García de Diego. 

Las cabeceras de las otras Zonas de la Guardia Civil se ubicaron en las ciudades de Barcelona (2ª), Zaragoza (3ª) y León (4ª), mandados por generales de brigada. El resto de los Tercios que componían la citada 1ª Zona (Sevilla), además del mencionado 37º Tercio Mixto (Málaga), siempre mandados por coroneles, eran el 1º Tercio Móvil (Madrid), el 3º Tercio Móvil (Sevilla), el 1º Tercio Rural (Madrid), el 2º Tercio Rural (Segovia), el 4º Tercio Rural (Toledo), el 5º Tercio Rural (Córdoba), el 6º Tercio Rural (Badajoz), el 12º Tercio Rural (Tenerife), el 21º Tercio de Fronteras (Cáceres), el 36º Tercio Mixto (Granada) y el 38º Tercio Mixto (Sevilla), más, mandadas por tenientes coroneles, la 100ª Comandancia Exenta (Madrid) y la 200ª Comandancia Exenta (Ceuta).

Hay que significar que la nueva 337ª Comandancia Mixta (Algeciras) venía siendo mandada desde el 29 de julio de 1941 por el citado teniente coronel Sanmartín, cuando todavía era la 134ª Comandancia de Costas (Algeciras). Había sustituido al de igual empleo, Federico Pérez Padilla, quien tras ser destinado al mando de dicha Comandancia el 27 de marzo de 1941 e incorporarse el 3 de mayo siguiente, resultó que estuvo a su frente menos de un mes. 

El teniente coronel Pérez procedía por ascenso de la 133ª Comandancia de Costas (Málaga) y tras su breve estancia campogibraltareña, fue destinado por orden del Ministerio del Ejército, de 19 de mayo siguiente, a la plana mayor del 39º Tercio de Fronteras (Pamplona), donde se hizo cargo de su mayoría. En la 134ª Comandancia de Costas (Algeciras), según su hoja de servicios, causó baja a final del indicado mes de mayo, incorporándose en su nuevo destino en Navarra, el 16 de junio.

(Continuará)

miércoles, 27 de marzo de 2024

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCXIII). LA REORGANIZACIÓN EN LA POSGUERRA CIVIL (32).


Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 4 de marzo de 2024, pág. 14.


El original está ilustrado con una fotografía en blanco y negro.

 

 

Tras la ley de 15 de marzo de 1940, “reorganizando el benemérito Cuerpo de la Guardia Civil”, que entre otras cuestiones, supuso la integración en el mismo del personal, medios y acuartelamientos del Cuerpo de Carabineros, pasando a cumplir dentro de aquél las misiones tradicionales que ya venían realizando desde 1829; la ley de 4 de junio de 1940, sobre concesión de créditos para el Ministerio de la Gobernación; y la ley de 12 de julio de 1940, disponiendo los organismos que habían de formar parte del Ministerio del Ejército y las funciones de cada uno, entre los cuales se encontraba la Dirección General de la Guardia Civil; vino la Orden del Ministerio del Ejército, de 22 de agosto de 1940.

Ésta, publicada al día siguiente en el Diario Oficial del Ministerio del Ejército y firmada por su titular, el todavía general de división José Enrique Varela Iglesias, vino a reorganizar el despliegue territorial que hasta esa fecha había estado articulado en cincuenta y siete Comandancias del Cuerpo de la Guardia Civil más otras veinte procedentes del antiguo Cuerpo de Carabineros. El complejo proceso de absorción de esta antigua y también benemérita Institución estaba ya en marcha. 

El resultado sería una Guardia Civil que contaría, no sólo con un mayor volumen de personal y despliegue, sino con un número mucho más numeroso de competencias y funciones. Sin duda alguna, ello constituyó el hecho de mayor relevancia policial efectuado en España durante el siglo XX.

La nueva reorganización, conforme a dicha orden ministerial, se estructuró entonces en veinte TerciosRurales y dos Tercios Mixtos para Baleares y Canarias, con cincuenta Comandancias (una por provincia), que comprenderían fuerzas de Infantería y escuadrones de Caballería; diez compañías de Veteranos, afectas a las Comandancias rurales; once Tercios de Fronteras y Costas con veinticuatro Comandancias, que estarían integradas por compañías de Infantería y especialistas (servicio en Aduanas), así como dos Comandancias exentas y un Tercio Móvil compuesto por cuatro Comandancias.

Ello motivó que en la provincia de Cádiz, en donde había una Comandancia de la Guardia Civil y dos de Carabineros hasta entonces, se dispusiera, conforme la citada orden ministerial, un total de tres Comandancias de la Guardia Civil. Ello puede dar idea de la complejidad y singularidad de nuestra provincia.

Concretamente, en la provincia gaditana, y mediante la Instrucción General núm. 3, de 20 de febrero de 1941, dimanante de la Dirección General del Cuerpo, se dispuso la existencia de dos cabeceras de Tercio y tres Comandancias de la Guardia Civil. Todas sus jefaturas se ubicaron en la capital, ciudad de Cádiz, salvo la de una de las Comandancias que lo hizo en la ciudad de Algeciras, perteneciente al Campo de Gibraltar.

El primero de los Tercios constituidos fue el 16º Tercio Rural (Cádiz), integrado por la 116ª ComandanciRura(Málaga) y l216ª ComandanciRural (Cádiz). Prácticamente se trataba del antiguo 16º Tercio y lasantiguas Comandancias de la Guardia Civil de Málaga y Cádiz, si bien en esta ocasión su cabecera se fijaba oficialmente en la capital gaditana.

A este respecto hay que significar que esto último ya se había materializado realmente con anterioridad. Pues el entonces teniente coronel primer jefe de la Comandancia de Cádiz, Vicente González García, al ascender al empleo de coronel el 18 de octubre de 1939, y ser destinado oficialmente el día 31 de ese mes, al mando del citado 16º Tercio, que ya venía mandando accidentalmente desde casi ocho meses antes, se confirmó oficialmente su residencia en la capital gaditana. 

Las dos unidades que seguidamente integraron dicho Tercio fueron la 116ª Comandancia Rural (Málaga) y la 216ª Comandancia Rural (Cádiz). La primera había estado mandada por Manuel Pizarro Cenjor, cuyo ascenso a coronel había sido publicado en el Diario Oficial del Ministerio del Ejército el 19 de enero de 1941, firmado doce días antes y concedida antigüedad de 1 de marzo del año anterior. El 27 de enero de 1941 fue firmado su nuevo mando del 24º Tercio (Santa Cruz de Tenerife) y el destino del nuevo jefe de la entonces denominada 36ª Comandancia malagueña, teniente coronel Francisco Lafuente González, que hasta entonces era jefe de la 52ª Comandancia (Albacete). Respecto a la mentada Comandancia gaditana, que todavía abarcaba toda la provincia, a excepción del cometido que habían tenido las dos antiguas Comandancias de Carabineros, continuaba siendo su jefe el teniente coronel Manuel Márquez González. Tanto éste como Pizarro ya fueron citados en artículos anteriores.

El otro Tercio que se creó con cabecera en la provincia gaditana fue el 34º de Costas, compuesto a su vezpor las 134ª, 234ª y 334ª Comandancias de Costas de Algeciras, Cádiz y Huelva, respectivamente. Lasdos primeras se trataban, prácticamente, de las antiguas 10ª 11ª Comandancias de Carabineros deAlgeciras y Cádiz. Respecto a la de Huelva hay que recordar que tras la remodelación llevada a cabo en ese Cuerpo durante los meses de octubre y noviembre de 1935, la Comandancia de Carabineros de dicha provincia había sido entonces absorbida en su mando por la de Sevilla, dando lugar a la 12ª Comandancia. Ahora volvían a dos comandancias. 

Respecto a la provincia gaditana hay que recordar la denominación temporal que sus dos antiguas Comandancias de Carabineros, la 10ª y la 11ª, habían tomado hasta la entrada en vigor de la mentadaInstrucción General núm. 3 de 1941. Es decir, de las 66ª y 67ª Comandancias Administrativas de la GuardiaCivil, respectivamente, todo ello de conformidad con la citada ley de 4 de junio de 1940, sobre concesión de créditos para el Ministerio de la Gobernación. 

Por resolución del 29 de marzo de 1941 se destinó a mandar el mentado 34º Tercio de Costas (Cádiz) a quien había estado mandando hasta entonces la 6ª Zona de Carabineros, es decir, al coronel Nestavo García Hernáez. En dicha resolución se destinó igualmente a mandar la 334ª Comandancia (Huelva), al teniente coronel Joaquín Moreno Lara, que estaba mandando desde la etapa última de Carabineros, la Comandancia de Algeciras. Pasó a sustituirle en el Campo de Gibraltar el teniente coronel Federico Pérez Padilla, recién ascendido y destinado hasta entonces de la 64ª Comandancia Administrativa de la Guardia Civil (Almería-Granada), antigua 8ª Comandancia de Carabineros. En la 234ª Comandancia (Cádiz), el nuevo jefe nombrado a partir del 26 de febrero de 1941, había sido el teniente coronel Miguel García Rodríguez, también procedente de Carabineros.

Sucesivas reorganizaciones del Cuerpo de la Guardia Civil, acaecidas a lo largo de las décadas siguientes, irían modificando numeraciones y despliegues territoriales en el ámbito nacional, si bien seguiremos centrándonos en la provincia gaditana en general y en el Campo de Gibraltar en especial.

Así, en la primera reorganización, motivada por el decreto del Ministerio del Ejército, de 21 de diciembre de 1943, y que entró en vigor el  de marzo siguiente, Cádiz perdió la cabecera de los dos tercios y de una de las comandancias. Se creó el nuevo 37º Tercio Mixto, con cabecera en la capital malagueña, integrado por las137ª, 237ª y 337ª Comandancias Mixtas de Málaga, Cádiz y Algeciras, respectivamente.

(Continuará)