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domingo, 2 de junio de 2019

ENTREGAR LA VIDA EN EL CUMPLIMIENTO DEL DEBER. EL EJEMPLO DEL GUARDIA CIVIL FERMÍN CABEZAS GONZALEZ.



Tribuna escrita por Jesús Núñez y publicada en "EUROPA SUR", pág. 10, el 2 de junio de 2019.

El original contiene una fotografía en blanco y negro.

La fórmula del juramento o promesa ante la Bandera de España comienza con la frase de “¿juráis por Dios o prometéis por vuestra conciencia y honor” y finaliza con la de “y, si preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España?.” Esta es la fórmula que han jurado o prometido todos los guardias civiles, que como militares que son, se encuentran actualmente en situación de servicio activo.

El guardia civil Fermín Cabezas González, destinado en el Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de Algeciras, era uno de ellos hasta el pasado jueves. Hoy sigue formando parte del benemérito Instituto, pero en otra dimensión, donde se encuentran millares y millares de guardias civiles que desde 1844, hace ya 175 años, han entregado su vida en el cumplimiento del deber. De ellos, 337 incluido el guardia civil Fermín, pertenecían a la Agrupación de Tráfico.

¿Qué es para un guardia civil entregar su vida en defensa de España?. Pues es precisamente lo que ha hecho el guardia civil Fermín. Ha entregado su vida como guardia civil, ha entregado su vida como persona, ha entregado su vida como hijo, ha entregado su vida como esposo, ha entregado su vida como padre, ha entregado su vida como hermano, ha entregado su vida como compañero, ha entregado su vida como amigo, …

El guardia civil Fermín ha entregado todas sus vidas y ha dejado rotas la de todos los que le querían. Pero todas esas personas que le querían, y que le siguen queriendo, aún más, sabían muy bien cómo era Fermín, y lo que conllevaba para él ser guardia civil.

En el velatorio, rodeado de su familia, de sus amigos y de sus compañeros, uno de sus hermanos, también guardia civil y de menor edad que Fermín, lo resumió muy bien con unas sencillas y emotivas palabras. Las pronunció tras cubrir sus compañeros el ataúd con la enseña nacional, que luego se entregaría a Eva, su viuda, y depositar sobre aquella, el sombrero negro acharolado que tanto simboliza al benemérito Instituto, que posteriormente se entregaría a su madre.

“Esta es la bandera que tanto querías, que tanto te emocionaba, que tanto te ilusionaba, que tanto amabas, …, tu siempre has sido mi guía y siempre has sido mi ejemplo. Fui Guardia Civil por ti”.

El guardia civil Fermín ha muerto en acto de servicio y ha cumplido su juramento entregando su vida en defensa de España. Defender España en la Guardia Civil es cumplir con el deber, con el servicio y con la responsabilidad que cada uno tiene encomendada.

En una sociedad como la actual, donde lamentablemente hay personas que carecen de valores éticos de toda clase, existen afortunadamente muchísimas más como el guardia civil Fermín, quien creía firmemente que el honor era su principal divisa y dio el máximo ejemplo de amor al servicio y de cumplimiento de su deber.

A España, la Guardia Civil la defiende, dentro y fuera de sus fronteras, cumpliendo todos y cada uno de los cometidos que tiene asignados en la legislación vigente. Y cada vez que la persona que esté leyendo estas líneas se cruce con un guardia civil en el campo o en la playa, en la ciudad o en el puerto, en la mar o en la carretera, sea donde sea, debe tener siempre presente que es alguien que está dispuesto a entregar su propia vida en el cumplimento de su deber. Tal y como ha hecho el guardia civil Fermín.

A España, a su sociedad y a todo lo que ello significa, se le sirve y se la defiende de muchas y variadas formas. Los guardias civiles, al igual que Fermín, están para velar por la seguridad de todos, y tal y como reza el artículo 6º de la Cartilla, aprobada por Isabel II en real orden de 20 de diciembre de 1845, no deben ser temidos sino de los malhechores, ni temible, sino a los enemigos del orden.

El guardia civil Fermín, fiel a su juramento, tal y como reza el artículo 4º de dicha Cartilla fue fiel a su deber y estuvo sereno en el peligro. No nos ha dejado sino que ahora está en otra dimensión, cumpliendo con su deber junto a todos aquellos que le precedieron.



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