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viernes, 21 de febrero de 2014

EL GENERAL VARELA (1891-1951).

Especial 50º aniversario de su fallecimiento (1951-2001).

Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en el "DIARIO DE CADIZ" del 2 de abril de 2001, pág. 18.
El original está ilustrado con 1 fotografía en blanco y negro.


Fue Ministro del Ejército y ganó dos Cruces Laureadas en Marruecos.


El teniente general José Enrique Varela Iglesias, Alto Comisario de España en Marruecos, falleció en Tetuán el 24 de marzo de 1951, siendo enterrado a los tres días en su ciudad natal de San Fernando.

Medio siglo después, su figura sigue despertando profundo interés entre historiadores e investigadores de las Campañas de Marruecos y la Guerra Civil.

El contenido de sus archivos privados, actualmente depositados en Cádiz y sobre los que el Ayuntamiento de nuestra ciudad viene gestionando su permanencia, puede arrojar mucha luz sobre importantes parcelas de una época en la que el general Varela fue destacado protagonista. Además no hay que olvidar que desde el 9 de agosto de 1939 hasta el 3 de septiembre de 1942, fue Ministro del Ejército.

Objeto de encontradas opiniones, por su decisiva participación en los sucesos acontecidos en Cádiz el 18 de julio de 1936, fue por contra el militar gaditano más condecorado y de mayor prestigio en las Campañas de Marruecos del primer cuarto del siglo XX.

El DIARIO DE CADIZ, dadas sus raíces gaditanas, fue detallando todas sus vicisitudes desde sus primeras gestas militares en el norte de Africa, dedicándole siempre gran atención informativa.


Nacido en La Isla.


Hijo de un sargento de Infantería de Marina, nació en San Fernando el 17 de abril de 1891, viviendo junto a sus padres y hermanas hasta que el 2 de junio de 1909 ingresó voluntariamente, como educando de corneta, en el 1º Regimiento de Infantería de Marina.

De allí, y tras ascender sucesivamente a los empleos de soldado, cabo y sargento, marchó a Toledo con 21 años de edad, para ingresar el 23 de julio de 1912, en el Alcázar como cadete en la XIX promoción de la Academia de Infantería.

Tras obtener la conceptuación de sobresaliente por su conducta, abandonó la misma al concedérsele el empleo de segundo teniente el 24 de junio de 1915, en una ceremonia presidida por los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia.


Las Campañas de Marruecos.


Destinado en primer lugar al Regimiento de Infantería de Ceriñola en Melilla y poco después al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas nº 4 de Larache, empezó bien pronto a participar y destacar brillantemente en cuantos hechos de armas se sucedían por aquellas latitudes.

El nombre del joven oficial comenzó a sonar con intensidad entre sus mandos, compañeros y subordinados. Los combates acontecidos en las posiciones de Ain-Guenen, Melusa, Hauta, Sidi Aomar Gaiton, Dárdara, Kudia Dahar Angar, Kudia Mazjen, Saaza, Gorra, Mensora, Rauda, Ain Tisi, Axib el Abbas, Fondak de Ain Yedida, Exkaría y Dar Hamud, fueron jalonando su hoja de servicios hasta finales de 1919, año en el que recibió la primera de sus cinco heridas de guerra.

Dicha lesión la sufrió el 21 de abril cuando durante la toma de Kudia Majzen, en el que se llegó a la lucha cuerpo a cuerpo, trató de rescatar al frente de su sección a un cabo que había caído prisionero.

Las dos Laureadas.

El 20 de septiembre de 1920, volvió a dar pruebas de su extraordinario valor humanitario, cuando durante el combate de Rumán rescató a numerosos heridos y los cuerpos de los 16 muertos que había tenido un destacamento de la Policía Indígena durante los violentos combates que allí acontecieron.

Por su heroico valor, acreditado en dicha acción, le fue concedida el 12 de diciembre de 1921, la más alta condecoración militar española en tiempos de guerra, y que normalmente solía concederse a título póstumo: la Cruz Laureada de San Fernando.

Citado nuevamente varias veces en reconocimiento a su valor, como distinguido en la orden general del Ejército de Africa, le volvió a ser concedida el 21 de julio de 1922, otra Cruz Laureada de San Fernando por su heroísmo acreditado en la acción de Addama ocurrida el 12 de mayo de 1921. El propio rey Alfonso XIII se las impuso públicamente en Sevilla el 10 de octubre de 1922.

Posteriormente se le concedió la medalla militar individual por su heroica acción del monte Ifermín, al destruir con trilita un cañón enemigo el 24 de marzo de 1925. También participó activamente el 10 de septiembre de ese mismo año, al frente de su Harka, en el histórico desembarco de Alhucemas.

Por méritos de guerra contraídos en Marruecos, fue ascendiendo sucesivamente a capitán (1922), comandante (1924), teniente coronel (1925) y coronel (1929), pasando entonces a mandar el regimiento de Infantería de Cádiz.


La Guerra Civil.


En 1936 Varela, que había sido ascendido por elección a general de brigada el 12 de julio de 1935, se encontraba en situación de disponible forzoso en Cádiz, siendo el único militar en activo que poseía dos Cruces Laureadas de San Fernando.

Considerado desafecto al régimen republicano por el gobierno del Frente Popular, el gobernador civil de Cádiz y comandante de Artillería, Mariano Zapico Menéndez-Valdés, ordenó por escrito el 17 de julio al teniente coronel Vicente González García, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil y al comisario Adolfo de la Calle Alonso, jefe provincial de Investigación y Vigilancia, su detención preventiva.

Sin embargo el general de Artillería José López-Pinto Berizo, gobernador militar de Cádiz, intercedió por él y se acordó finalmente su ingreso en el castillo de Santa Catalina, de donde fue liberado al día siguiente para encabezar la sublevación militar del 18 de julio y el asedio al edificio del gobierno civil.

A partir de entonces y durante el resto de la Guerra Civil, el general Varela dirigió importantes operaciones militares del bando nacional llevadas a cabo en los más diversos frentes, destacando por su gran resonancia la liberación del Alcázar de Toledo.

Por último y a modo de curiosidad, contar que el vehículo marca Ford, matrícula M-55489, de cuatro plazas y carrocería abierta, que utilizó el general Varela en sus desplazamientos durante toda la contienda quedó depositado durante varios años, a partir del 1 de agosto de 1939, en la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz como "recuerdo de guerra".


Fuentes:


Archivo del general de brigada Hipólito Fernández-Palacios y Núñez, hijo del teniente general Hipólito Fernández Palacios, compañero de la XIX promoción de la Academia de Infantería del teniente general José Enrique Varela Iglesias.

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