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lunes, 2 de febrero de 2015

CORONEL FRANCISCO LANZA GUTIÉRREZ (1921-2010). DOCTOR INGENIERO EN ARMAMENTO Y AUTOR DEL “TRATADO DE CARTUCHERIA”. (2ª PARTE).


Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en el nº 352 correspondiente al mes de octubre de 2011, de la Revista "ARMAS", págs. 88-94.
Los originales están ilustrados por diecinueve fotografías en color y tres en blanco y negro.

Tal y como se comentaba en nuestro artículo anterior, la biografía científica y militar del coronel Lanza, acreditada en su brillante hoja de servicios, es realmente excepcional, ocupando por derecho propio su correspondiente página en la historia del armamento español de la seguna mitad del siglo XX.

Tras obtener su despacho de capitán del Cuerpo de Ingenieros de Armamento y Construcción del Ejército, se incorporó el 1 de mayo de 1952 a su primer destino que fue la Fábrica Nacional de “La Marañosa”, perteneciente a la Empresa Nacional Santa Bárbara de Industrias Militares S.A., ubicada en San Martín de la Vega (Madrid).

Durante los dos años siguientes, desempeñó entre otros cometidos, los de profesor principal de química y análisis inorgánico, física y química, así como de prácticas de laboratorio, del taller y 2º jefe del laboratorio químico central experimental. También fue responsable de la sección técnica de estudios, proyectos y experiencias, además de agregado al taller de precisión y centro electrónico de Artillería.

Paralelamente a ello, continuó perfeccionando sus estudios académicos y el 4 de mayo de 1954, le fue concedido el grado de doctor en ciencias químicas por la Universidad de Santiago de Compostela.

Ya para entonces España había comenzado a salir con paso firme y de la mano de EE.UU., del aislamiento internacional al que había sido sometida tras la Segunda Guerra Mundial.

La “Guerra Fría” había enemistado entre si a los antiguos “Aliados” y la posición estratégica de España en el sur de Europa así como su régimen político anticomunista, motivaron que EE.UU. buscara en ella un nuevo aliado para instalar bases militares conjuntas que impidieran la expansión de la amenaza soviética.

El 26 de septiembre de 1953, fruto del mutuo interés, se firmaron los “Convenios hispano-norteamericanos”, que supusieron para España recibir una importante contraprestación económica y militar.

Entre ésta última estaba la capacitación técnica en territorio norteamericano. Uno de los seleccionados fue el capitán Lanza quien recibió la orden de aprender inglés a la mayor brevedad posible. El consejo de ministros celebrado el 16 de junio de 1954 autorizó su viaje y tres meses después inició un curso superior de electrónica en la Universidad de Stanford (California).

Tras un año de intensos estudios obtuvo el 30 de septiembre de 1955 el título de “Master of Science” en electrónica, siendo poco después designado por la Dirección General de Industria y Material del Ministerio del Ejército, como titular de la comisión para “el desarrollo de los programas de asistencia técnica norteamericana que corresponde al año fiscal 1955-56”.

Durante 1956 realizó un curso sobre control estadístico de la calidad de ingeniería de dirección en el Arsenal de Rock Island (Illinois), expidiéndosele el 26 de noviembre por el Departamento de Ejército de EE.UU. la correspondiente certificación.

El 30 de enero de 1957 regresó a España y un mes y medio después la Dirección General de Industria y Material del Ministerio del Ejército, le nombró miembro de la “Comisión para redactar informe en relación con la defensa contra las armas atómicas”.

Asimísmo, con fecha 20 de marzo, fue designado para constituir “la comisión para pedir datos sobre la oferta del radar 3MK-7”, un moderno radar antiaéreo de la época, construido por la empresa British Thomson-Houston.

El 12 de agosto, continuando en “La Marañosa”, fue nombrado profesor del taller de precisión y centro electrotécnico de Artillería así como del curso de perfeccionamiento de mecánicos-electricistas de la rama de armamento.

En ese periodo superó los exámenes del tribunal de idiomas del Ejército, obteniendo el grado de “posee” el idioma inglés y fue designado asesor de la inspección del contrato “OSE-SHORE” con la empresa “S.A. Placencia de las Armas”, en todo lo referente a la parte eléctrica.

Ascendido al empleo de comandante con antigüedad del 16 de julio de 1958 fue destinado a la Fábrica Nacional de Palencia, donde se hizo cargo de la dirección de los grupos 1º y 2º de cartuchería. Dos meses después se le nombró profesor de electrotecnia industrial del 4º curso y de prácticas de taller de todos los cursos de la Escuela de Formación Profesional Obrera de dicha fábrica.

El 6 de octubre, entre tanta actividad militar y científica, tuvo tiempo para contraer matrimonio canónico con la joven Mª Asunción Mollá Maestre, perteneciente a una distinguida familia militar. De dicha unión nacieron cuatro hijos: Francisco, Paloma, Jesús y Mª Cristina. Ellos seguirían la carrera de las armas, ostentando actualmente los empleos de coronel y teniente coronel de Infantería, mientras que ellas se licenciaron en ciencias químicas y derecho, respectivamente.

Además de sus responsabilidades en la fábrica y su escuela obrera, Lanza participó en los años siguientes en numerosas comisiones, dentro y fuera de España, donde sus cualificados conocimientos técnicos fueron de gran utilidad.

Entre ellas están la ponencia sobre unificación de la cartuchería de 7’62 mm. (1961); visitas en Portugal a la Fábrica Nacional de Municiones de Moscavide y la de Armas y Material de Guerra de Braço de Prata (1961); en Alemania a las fábricas de Fritz Werner en Geisenheim, su filial Eisenhütte Nassau y la de la I.W.K. (Industrie Werke Karlsruhe) en Karlsruhe (1962); en Francia a las de Manurhin en Mulhouse, Vichy y Le Mans (1962); y en EE.UU. a varias fábricas de cartuchería para seleccionar maquinaria (1965).

El 19 de julio de 1965 ascendió a teniente coronel, pasando a desempeñar posteriormente el cargo de jefe de producción de la Fábrica de Palencia. Progresando en su formación científica, el 25 de junio de 1969 se le concedió el grado de doctor ingeniero de armamento.

Simultaneando sus responsabilidades en la fábrica continuó desempeñando importantes comisiones de servicio, como por ejemplo, en Francia y Suiza, para conocer las instalaciones de la casa Oerlikon en Mulhouse y Zurich, respectivamente (1969); y en el polígono de experiencias “Costilla” de Cádiz para intervenir en las pruebas con estopines especiales para disparos de 70/16 fabricados en Palencia (1969).

También por esas fechas fue nombrado subdirector de la Fábrica de Palencia y su “Catálogo Lanza” fue declarado de utilidad para el Ejército, siendo expresamente felicitado ya que dicha obra era “única en su género en la bibliografía militar española”.

Haciéndose cargo con carácter accidental de la dirección de la fábrica en varias ocasiones, prosiguió desempeñando comisiones, viajando a Portugal para visitar en Moscavide la Fábrica Nacional de Munições e Armamento (1971); a Madrid para asistir a la reunión de responsables del Ministerio del Ejército, Empresa Santa Bárbara y CETME (Centro de Estudios Técnicos de Materiales Especiales), sobre el proyecto de puesta a punto del conjunto arma-munición de calibre 5’56x45 mm. (1972); y a Suiza para recepcionar los elementos necesarios para la carga de 10.000 disparos de 20 mm. Oerlikon 5TG, tipo SUL (1973).

Cuatro años después, el consejo de administración de la Empresa Nacional “Santa Bárbara”, en su reunión del 27 de abril de 1977, acordó nombrarle director de la Fábrica de Armas de Toledo, ascendiendo al empleo de coronel el 7 de marzo del año siguiente.

Publicada su magna obra “Tratado de Cartuchería” fue declarada de utilidad para el Ejército de Tierra, la Armada y Ejército del Aire.

Continuó realizando diversas comisiones para visitar, en Noruega las fábricas de municiones de Raufoss y de material de guerra de Ronsberg (1979); y en Portugal las de Moscavide y Braço de Plata (1980).

Ese año fue el responsable de organizar los actos conmemorativos del bicentenario de la fundación de la Fábrica de Armas de Toledo (1780-1980) y al siguiente, el ministro de Defensa le concedió el “Premio Elorza 1980” por la labor científica y técnica llevada a cabo en el cuatrienio 1976-1980. Dicho galardón se concede cada cuatro años, previa votación personal y secreta, de todos los generales, jefes y oficiales ingenieros de armamento en cualquier situación.

En junio se hizo cargo de la dirección del proyecto de fabricación en Toledo del tubo lanzador del misil HOT (Haut subsonique Optiquement Téléguidé) y visitó la casa alemana Messerschmitt-Bölkow-Blohm.

En 1982 realizó el XXI Curso de Logística (aptitud para el generalato) en la Escuela de Mandos Superiores de la Escuela Superior del Ejército, obteniendo la calificación “muy bueno”, y fue nombrado director de la División de Armas Ligeras de la Empresa Nacional Santa Bárbara, cesando en la dirección de la Fábrica de Toledo.

En 1983 se le nombró jefe de Ingeniería de la Dirección Técnica y de Explotación, presidiendo en Palencia, Granada e Inglaterra, reuniones con representantes de la casa Oerlikon sobre munición de 35 mm. También estuvo visitando fábricas en Alemania y Bélgica, finalizando el año en la Fábrica de Granada para recepcionar la planta de pólvora esferoidal que el CETME había montado.

Finalmente, al cumplir la edad reglamentaria, pasó el 21 de marzo de 1984 a la situación de reserva activa, aprovechando para publicar por esa época en la revista oficial “Ejército”, una serie de interesantísimos artículos sobre las armas ligeras y su balística de efectos.

El 31 de julio de 1987 y nuevamente por razones de edad, pasó a la situación de retirado, aunque no por ello abandonó su interés por la cartuchería, trabajando durante años en su proyecto de actualización del “Tratado” de 1978.

De hecho, su hija Paloma, que siguió sus pasos por la vía científica (trabaja en “General Dinamics Santa Bárbara Sistemas” y fue jefa del proyecto de construcción-puesta en marcha de la planta turca de pólvoras de Kirikkale y actualmente trabaja en el programa de industrialización-venta del misil SPIKE a nuestro Ejército), le estuvo ayudando durante años con sus nuevas notas y apuntes.

Desgraciadamente el coronel Lanza falleció el 26 de mayo de 2010 sin poder terminar su nueva obra.

Nota. Se agradece la inestimable colaboración de la familia Lanza y muy especialmente de Mª Asunción Mollá Maestre y su hijo el coronel Francisco Lanza Mollá.


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