CLXXV Aniversario “Cartilla del Guardia Civil” (1845-2020).
Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR", el 24 de agosto de 2020, pág. 10.
El original contiene una fotografía en blanco y negro.
El 1º de enero de 1887 mandaba la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz el teniente coronel Melquiades Almagro Puig. Continuaba integrada por tres compañías de infantería, con cabeceras en Chiclana de la Frontera, Algeciras y Villamartín, así como por un escuadrón de caballería con jefatura en Puerto de Santa María.
Al frente de la Compañía de Algeciras proseguía el capitán José Enríquez Patiño, con sus tres líneas cuyos oficiales residían en San Roque, Tarifa y Alcalá de los Gazules. Como jefe de la primera de ellas proseguía el teniente Gerónimo Delgado García, del que dependían a su vez los puestos de San Roque, La Línea de la Concepción, Jimena de la Frontera, San Martín del Tesorillo y Bocaleones, este último sito en el término municipal de Castellar de la Frontera.
De la línea de Tarifa dependían los puestos de la residencia, Facinas y Algeciras, mientras que de la línea de Alcalá de los Gazules dependían los de la residencia, Algar y Los Barrios.
Como comandante del puesto de San Roque se encontraba recién destinado el sargento 2º Victoriano Castillo Martínez, quien pronto comenzaría a distinguirse y ser reiteradamente citado en los resúmenes de servicios destacados que publicaba semanalmente el boletín oficial del Cuerpo.
Así, en el correspondiente al 16 de febrero siguiente, se destacaba el servicio practicado por dicho sargento 2º, auxiliado del cabo 2º Rafael Gamito Herrera y del guardia civil José Cabañez. Se trataba de la captura, “después de una activa persecución”, de cuatro sujetos que habían sustraído varias pacas de paja en la casa del vecino de San Roque llamado Antonio Rodríguez.
En el boletín oficial publicado una semana más tarde se volvió a poner en valor otro servicio encabezado por el mentado comandante de puesto. “Después de infinitas pesquisas practicadas”, en unión del mentado cabo 2º Gamito, fue recuperada una caballería mayor que le había sido robada al vecino de San Roque llamado Francisco Clavijo. El autor, Pedro Montoya Cortés, fue detenido y puesto a disposición de la autoridad competente.
Transcurridos poco más de dos meses volvía a citarse al sargento 2º Castillo, publicándose en el boletín oficial del 8 de mayo siguiente, que había procedido a la detención de un sujeto llamado José Doblas Ramírez como presunto autor del robo sufrido por Leopoldo Blanco Obregón. Al sospechoso se le ocupó en el momento de la captura la cantidad de 106 pesetas y la autoridad judicial dispuso su inmediato ingreso en prisión. A este respecto hay que significar que el sueldo mensual de un guardia civil de 2ª clase en el año 1887 era de 71 pesetas.
Nuevamente el reiterado comandante del puesto de San Roque sería citado en los servicios destacados que publicó el boletín oficial del benemérito Instituto correspondiente al 1º de octubre siguiente. Con la fuerza a sus órdenes y en unión del vecindario, acudió presto a la extinción del incencio producido en una dehesa próxima a la población, consiguiendo su extinción, “después de muchos esfuerzos por espacio de algunas horas”.
Dicho sargento 2º continuaría cosechando nuevos éxitos policiales y protagonizando actos beneméritos durante su periodo de comandante del puesto de San Roque. Entre ellos destacaba el publicado en el boletín oficial, casi dos años después, de fecha 24 de julio de 1889. Mereció la felicitación con anotación en su hoja de servicios, del teniente general Tomás O’Ryan Vázquez, director general de la Guardia Civil.
Según se destacaba, el sargento 2º Castillo y el guardia 2º José Bueno Alaya, cooperando también el cabo 1º Vicente González y el guardia 2º Balbino Montes, habían capturado al “autor del robo de bastantes alhajas perpetrado en el cortijo de la Anaría a Mis Annie Ilyun, natural de Bombay (India Inglesa), habiendo además rescatado las mencionadas alhajas”.
A este respecto hay que significar que ya por aquel entonces era habitual que las familias británicas más acaudaladas de la colonia de Gibraltar tuvieran una “segunda residencia” en el término municipal de San Roque, donde gozaban de unas comodidades y un esparcimiento de los que carecían en su reducido espacio urbano del Peñón.
El detenido se llamaba Juan Vilches Molina, natural de la localidad granadina de Salobreña, que junto a las joyas recuperadas fue puesto “a disposición del señor juez de instrucción del partido”, ubicado también en San Roque.
Justo un mes después, el boletín del 24 de agosto siguiente volvía a publicar un servicio relevante del puesto de San Roque. En esta ocasión estaría protagonizado por la pareja compuesta por los guardias 2º Juan Álvarez Tamame y Felipe Pérez Cuadro.
Se encontraban de correría el día 9 de dicho mes por la Sierra del Arca cuando advirtieron que se estaba produciendo un incendio en las inmediaciones del cortijo denominado “Diente” (pudiera tratarse de Mesas del Diente sobre el que actualmente se asienta el “San Roque Club”). Su rápida intervención consiguió capturar “al autor del siniestro, que convicto y confeso pusieron a disposición de la autoridad competente en la tarde del referido día”.
En el boletín oficial de 1º de diciembre siguiente se publicaría el último servicio destacado del sargento 2º Castillo como comandante del puesto de San Roque. Auxiliado por el cabo José Calderón Casas, había procedido en la noche del 28 de octubre anterior a la detención de tres individuos que intentaban robar en casa del vecino José López Gavira. No pudo culminarse el delito al ser sorprendidos in fraganti, teniendo la pareja de guardias civiles “que sostener lucha para reducirlos a prisión”.
El director general del Cuerpo se enteró “con satisfacción de este servicio, dándoles las gracias en su nombre, con anotación en sus respectivas filiaciones, por el celo, actividad y arrojo que han demostrado en la práctica del mismo”.
Otro meritorio servicio policial que también tuvo mucha trascendencia en San Roque y fue objeto de publicación en el boletín oficial de 8 de agosto de 1891 fue el practicado por el mentado cabo Calderón y el de igual clase, llamado Valeriano Maqueda, auxiliados por el guardia Pérez Cuadro, citado anteriormente.
Habían procedido a la detención de tres paisanos llamados Francisco Ruiz, Miguel Jiménez y Juan López Fernández como presuntos autores del robo de 2.200 pesetas efectuado en una fábrica de harinas, “de la propiedad de los señores Blana y compañía”. Se pudo recuperar la cantidad de 675 pesetas que todavía tenían los capturados. El teniente general Luis Dabán Ramírez de Arellano, director general del Cuerpo, se enteró “con satisfacción de este servicio”.
En el boletín del 1º de noviembre siguiente se destacó el servicio encabezado por el teniente Delgado García que todavía continuaba al mando de la línea de San Roque. Auxiliado por el mentado cabo Calderón y fuerza a sus órdenes, capturó “después de tres días de persecución”, al paisano Luis Contreras Barrios, natural de la localidad gaditana de Bornos, “por ser uno de los autores del robo verificado en día 4 de Mayo, en el cortijo denominado del Regantío, término de Arcos de la Frontera”. Dicho sujeto fue puesto a disposición del juzgado de la referida población, “a los efectos de justicia”.