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jueves, 21 de noviembre de 2024

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCXLVIII). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (32).

 Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 4 de noviembre de 2024, pág. 26.


El original está ilustrado con una fotografía en blanco y negro.

  

 

Por resolución de 10 de octubre de 1950 fue destinado como jefe de la 337ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras) el teniente coronel Francisco Hermida Medina. Al igual que los que le habían precedido en dicha jefatura durante la década anterior, procedía del desaparecido Cuerpo de Carabineros e inicialmente del Arma de Infantería del Ejército.

Había nacido en Madrid el 5 de octubre de 1898 y era hijo de Enrique Hermida Álvarez y María Medina Echavarría. Por real orden de 3 de agosto de 1917 se dispuso, tras superar los correspondientes exámenes, su ingreso como alumno de la Academia de Infantería, ubicada entonces en el Alcázar de Toledo, incorporándose a la misma a fin de mes. 

El 28 de octubre siguiente prestó “juramento de fidelidad a las Banderas” y permaneció cursando sus estudios castrenses hasta que tres años más tarde los finalizó. Por real orden de 8 de julio de 1920 fue promovido al empleo de alférez de Infantería, junto a otros 283 alumnos. Obtuvo el puesto 52 de dicha promoción en la que, entre otros, se encontraban dos compañeros que posteriormente ingresarían en la Guardia Civil y terminarían pasando con nombre propio a la Historia militar de la Guerra Civil 1936-1939. Se trataban de Santiago Cortés González, que al frente de los sublevados en Jaén dirigiría la defensa del Santuario de la Virgen de la Cabeza hasta su muerte el 2 de mayo de 1937, y Francisco Galán Rodríguez, que combatió activamente en el bando republicano y fallecería exiliado el 15 de octubre de 1971 en Buenos Aires (Argentina). Éste era hermano del capitán de Infantería Fermín, que el 12 de diciembre de 1930 se había alzado infructuosamente en Jaca (Huesca) proclamando la República y que dos días después sería fusilado junto al también capitán de Infantería Ángel García Hernández, en cumplimiento de la sentencia dictada en consejo de guerra.

Poco antes de que dicha promoción finalizase sus estudios castrenses hay que significar que el 28 de febrero del citado 1920, el ministro de la Guerra, general de división José Villalba Riquelme, con motivo de la inauguración del primer curso de la Escuela Central de Gimnasia en Toledo, revistó la mentada Academia de Infantería. Por real orden fechada el día siguiente se publicó “su satisfacción por el brillante estado de ésta”, haciéndose así constar en la hoja de servicio de todos los alumnos de entonces, incluida la del mentado Francisco Hermida.

Respecto al general Villalba, que nació en Cádiz el 17 de octubre de 1856 y falleció en Madrid el 25 de octubre de 1944, hay que destacar que fue gobernador militar del Campo de Gibraltar en dos ocasiones. Primero desde el 18 de mayo de 1917 hasta que por real decreto de 15 de diciembre de 1919 fue nombrado ministro de la Guerra. Alfonso XIII dispuso que hasta la incorporación del general Villalba, se hiciese cargo interino de dicha cartera, el presidente del Consejo de Ministros, Manuel Allendesalazar Muñoz de Salazar.

El 5 de mayo siguiente, motivado por cambio de gobierno, se admitió entre otras la dimisión del general Villalba, quedando el rey “muy satisfecho del celo, inteligencia y lealtad” acreditados. Dos semanas después, por real decreto y reintegrado al Consejo Supremo de Guerra y Marina, volvió a ser nombrado gobernador militar del Campo de Gibraltar. 

Transcurridos más de dos años, por real decreto de 21 de julio de 1922, fue nuevamente consejero del mentado órgano supremo militar, al ser nombrado gobernador militar del Campo de Gibraltar, por otro real decreto de misma fecha, el general de división Francisco González de Uzqueta Benítez, que entonces mandaba la 3ª División de Caballería (Vitoria/Álava). Por real decreto de 18 de octubre siguiente, el general Villalba pasó a la situación de primera reserva, tras cumplir 66 años de edad, conforme determinaba en tales casos la ley de 29 de junio de 1918, continuando en el mentado cargo que venía desempeñando en el citado Consejo Supremo de Guerra y Marina. 

Volviendo a Francisco Hermida, precisar que al finalizar su periodo académico fue destinado por real orden de 26 de julio de 1920, al Regimiento de Infantería Bailén núm. 24 (Logroño). Apenas permaneció siete meses en el mismo ya que por real orden circular de 3 de marzo de 1921 fue destinado al Regimiento de Infantería núm. 60 (Ceuta), participando muy activamente en las Campañas de Marruecos, concediéndosele la cruz de 1ª clase del mérito militar con distintivo rojo y ascendiendo al empleo de teniente por real orden circular de 22 de julio de 1922. Por otra real orden circular de 24 de abril de 1923 fue destinado al Regimiento de Infantería Lealtad núm. 30 (Burgos), contrayendo matrimonio en Madrid con la joven Susana Fabra Jiménez el 16 de octubre del año siguiente.

Casi dos semanas más tarde, por real orden circular de 28 de octubre de 1924, fue destinado inicialmente al cuadro eventual de la Comandancia General de Ceuta. Incorporado el 7 de noviembre siguiente, fue destinado al Batallón Expedicionario del Regimiento de Infantería Luchana núm. 28, en Larache. Por otra real orden circular dictada veinte días después, fue destinado al Regimiento de Infantería Serrallo núm. 69, de guarnición en Ceuta, participando una vez más en las Campañas de Marruecos y consiguientes acciones de guerra. 

Por real orden circular de 27 de abril de 1925 fue destinado nuevamente al Regimiento de Infantería Lealtad núm. 30 (Burgos), si bien apenas prestó servicio en el mismo ya que por otra real orden circular de 5 de junio siguiente se le concedió en ingreso en el Cuerpo de Carabineros. Casi tres semanas después fue destinado a la Comandancia de Málaga, donde realizó el periodo reglamentario de prácticas. 

El 13 de octubre siguiente fue designado por el director general de Carabineros, teniente general José Olaguer-Feliú Ramírez, como “Inspector de Alcoholes” en la zona de Alora (Málaga). Transcurrido algo más de un año, como consecuencia de disponerse la reducción de cuadros de mando en dicho Cuerpo, la real orden circular de 29 de enero de 1927 dispuso que 2 coroneles, 2 tenientes coroneles, 21 capitanes, 38 tenientes y 4 alféreces, quedasen excedentes cobrando su sueldo, “por haber sido suprimidos por reducción de plantilla los destinos que servían”. Entre ellos se encontraba el teniente Francisco Hermida que quedó disponible en la 2ª Región Militar (Sevilla), afecto a la Comandancia de Málaga. 

Transcurrido casi un año, concretamente el 4 de enero de 1928, se incorporó nuevamente el teniente Hermida a su destino como “Inspector especial de Alcoholes”. Dos años más tarde, por real orden circular de 28 de febrero de 1930,  se le declaró en situación de disponible forzoso en la 2ª Región Militar y afecto a la mentada Comandancia de Málaga, continuando en la comisión de “Inspector de Alcoholes”. Todo ello conforme al real decreto dictado cuatro días antes donde se fijaba la normativa de las situaciones militares. 

Así continuó hasta que por real orden circular de 19 de agosto siguiente, fue destinado a la Comandancia de Algeciras, cesando en la comisión que desempeñaba, causando baja en la Comandancia de Málaga.

(Continuará).

 

martes, 12 de noviembre de 2024

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCXLVII). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (31).


 Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 28 de octubre de 2024, pág. 16.


El original está ilustrado con una fotografía en blanco y negro.

 

  

 

El 15 de septiembre de 1950 el teniente coronel Manuel Sanmartín Rives, jefe de la 337ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras), que el 23 de agosto de 1941 se había hecho cargo del mando efectivo de la entonces denominada 134ª Comandancia de Costas de la Guardia Civil (Algeciras), pasó a la situación de retiro al cumplir 60 años de edad. 

Fijó su nuevo domicilio en la ciudad de Algeciras, donde se quedó a residir hasta su fallecimiento, acaecido el 9 de noviembre de 1957, según certificado expedido seis días más tarde, por el entonces juez municipal de la localidad, Esteban Benito Cuyar. El teniente coronel Sanmartín, antiguo alumno de la Academia de Infantería del Ejército en Toledo y natural de la localidad gaditana de San Fernando, dejó viuda a Juana Paz López y huérfanos de padre a sus hijos Eusebio, Alfonso y María del Carmen.

Poco antes de pasar a la mentada situación militar de retirado, concretamente el 16 de febrero de 1950, como consecuencia del ascenso al empleo de general de brigada del coronel Andrés García Pérez, jefe hasta entonces del 37º Tercio de la Guardia Civil (Málaga) y futuro general de la 1ª Zona (Sevilla), el teniente coronel Sanmartín se hizo cargo del mando de dicho tercio durante casi cuatro meses. Cesó el 12 de junio siguiente, al incorporarse al mismo el nuevo jefe, coronel Joaquín Cassinello López, que hasta su reciente ascenso había estado al mando de la que había sido la “nueva” 134ª Comandancia de la Guardia Civil (Valencia).

Durante los nueve años que el teniente coronel Sanmartín estuvo al frente de la comandancia campogibraltareña, no sólo ocupó la misma, durante más de cuatro años, concretamente entre 1944 y 1948, su mayor extensión territorial, a costa de parte de las demarcaciones de las Comandancias de Cádiz y de Málaga, y tuvo hasta diez compañías, sino que además experimentó el periodo de mayor complejidad que jamás se ha conocido. Todo ello derivado de la Segunda Guerra Mundial y el delicado periodo que se vivió en los siguientes primeros años. 

Esto se debió principalmente a su singular situación geográfica en el Estrecho de Gibraltar, que unía dos teatros de operaciones excepcionalmente estratégicos como eran el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico, así como su privilegiada posición frente al continente africano y la existencia de la colonia británica del Peñón, guarnecida por una activa y controvertida base naval.

Por resolución de 10 de octubre de 1950, dispuesta por el ministro del Ejército de Tierra, teniente general Fidel Dávila Arrondo, fue destinado para ejercer el mando de la 337ª Comandancia (Algeciras), el teniente coronel Francisco Hermida Medina, que al igual que los que le habían precedido, procedía del desaparecido Cuerpo de Carabineros. El 18 de abril de dicho año había sido ascendido a dicho empleo, con antigüedad de tres días antes, cuando prestaba sus servicios como comandante en la 242ª Comandancia (Bilbao), pasando inicialmente en turno de libre elección al Cuadro Eventual de Mando y quedando afecto al 42º Tercio (Bilbao) para documentación y haberes.

Por otra parte, el ya teniente coronel Ignacio Molina Pérez, que procedía igualmente de Carabineros y ha sido citado en algunos de los capítulos anteriores como segundo jefe de la comandancia campogibraltareña, había ascendido a dicho empleo con antigüedad de 9 de abril de 1948. Ya no estaba encuadrado en la 337ª Comandancia (Algeciras) sino que figuraba afecto al 37º Tercio (Málaga), si bien continuaba prestando sus servicios especiales en el Gobierno Militar del Campo de Gibraltar, con residencia en Algeciras.

Hay que significar que a partir del escalafón cerrado a fecha 1º de enero de 1951, ya se suprimió la separación que hasta entonces se venía haciendo de generales, jefes y oficiales procedentes del antiguo Cuerpo de la Guardia Civil y procedentes del antiguo, y desaparecido desde 1940, Cuerpo de Carabineros. Se hacía constar en una nota que, “la integración en una sola Escala, dentro de cada empleo, del personal de las distintas procedencias, no supone fusión ni variación alguna en la legislación que viene rigiendo ascensos y situaciones”.

Los dos comandantes que al inicio de 1951 estaban destinados en dicha comandancia del benemérito Instituto eran Juan del Río Fernández, procedente de la Guardia Civil con anterioridad a marzo de 1940, y José Fernández López, procedente del antiguo Cuerpo de Carabineros. Éste había ascendido a dicho empleo con antigüedad de 8 de enero de 1949, siendo posteriormente destinado a la 337ª Comandancia (Algeciras), procedente de la 232ª Comandancia (Tarragona). Sustituyó al comandante Carlos López Martínez, procedente de la Guardia Civil con antelación a 1940 y que a su vez había sido destinado a la 137ª Comandancia (Málaga). 

Al ascender el comandante Juan del Río al empleo de teniente coronel, con antigüedad del 11 de junio de 1951 e incorporarse posteriormente a la 108ª Comandancia (León) como jefe de la misma, fue destinado a la comandancia campogibraltareña el comandante Miguel Tormo Lobera. Éste procedía de la Guardia Civil con antelación a 1940 y había ascendido a dicho empleo con antigüedad de 9 de septiembre de 1951, procedente de la 236ª Comandancia (Almería).

Como capitanes que al inicio de 1951 se encontraban destinados en la comandancia campogibraltareña estaban Salvador García Escribano (Tarifa), procedente del antiguo Cuerpo de Carabineros, y Salvador Guirado García (Atunara), procedente de la Guardia Civil antes de 1940. 

Seguidamente, y más modernos por lo tanto en sus respectivos empleos, con arreglo a la ley de 15 de marzo de 1940 y la orden de 27 de mayo de 1944, dimanante del Ministerio del Ejército de Tierra, se hallaban formando parte de la llamada “Escala General”, los igualmente capitanes Eulogio Carpio Molero (Algeciras), procedente de la Guardia Civil antes de 1940; Emilio Cerviño Trisac (Algeciras), procedente del antiguo Cuerpo de Carabineros; así como Isidro Mateos Tejedor (San Roque) y Eustaquio Rodríguez Tinoco (La Línea de la Concepción), ambos procedentes de la Guardia Civil antes de 1940. 

Con el empleo de teniente, todos ellos pertenecientes a la mentada “Escala General”, estaban Miguel Segador Borrasca (Guadiaro/San Roque), procedente de la Guardia Civil antes de 1940; Antonio Pérez Piñer (Algeciras), procedente del antiguo Cuerpo de Carabineros; Eduardo Haro Vazquez (Tarifa), que había ingresado en la Guardia Civil procedente de teniente de Infantería del Ejército de Tierra, empleo que había obtenido con posterioridad a la finalización de la guerra civil 1936-1939, donde había terminado como alférez provisional de Infantería;  Avelino Palau Sastre (Facinas/Tarifa), procedente de la Guardia Civil antes de 1940; Manuel Seco Carrillo (Los Barrios), Perfecto Otero Batalla (San Roque) y Mariano Cobos Blanca (San García/Algeciras), procedentes los tres del antiguo Cuerpo de Carabineros; Silvano Chocarro Alonso (La Línea de la Concepción), procedente de la Guardia Civil antes de 1940; Antonio López Bustos (La Línea de la Concepción), José Conde Agut (Algeciras), Enrique Campos Benítez (La Cañada del Peral/Algeciras) y Julio Fernández López (Tarifa), los cuatro procedentes del antiguo Cuerpo de Carabineros; Daniel Ávila Díaz (Carboneras/San Roque), procedente de la Guardia Civil antes de 1940;  Eusebio Abad Abajo (Palmones/Los Barrios) y Gabriel Bartolomé Navas (Algeciras), ambos procedentes de Carabineros.

(Continuará).   

 

jueves, 31 de octubre de 2024

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCXLVI). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (30).


 Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 21 de octubre de 2024, pág. 14.


El original está ilustrado con una fotografía en blanco y negro.

 

 

Tal y como se ha venido exponiendo, nuestro Campo de Gibraltar, con los consiguientes términos municipales que en cada momento lo han integrado, ha ido históricamente evolucionando a través de los tiempos. Es decir, ha ido aumentando o disminuyendo territorialmente en función de diversos factores. Inicialmente éstos fueron de carácter militar, como consecuencia de la ocupación británica del Peñón, que fue ilegítima y vergonzosa, aprovechando el conflicto armado disputado entre austrias y borbones por la corona española. Y posteriormente, fueron de índole administrativa y política, hasta nuestros días. 

A tal efecto, siempre hay que insistir en que su actual composición vino determinada por el Decreto 3.223/1965, de 28 de octubre, el cual integró los términos municipales de Algeciras, San Roque, La Línea de la Concepción, Los Barrios, Castellar de la Frontera, Jimena de la Frontera y Tarifa. Muy posteriormente, por Decreto 181/2018, de 2 de octubre, se aprobaría la creación del municipio de San Martín del Tesorillo, por segregación del término municipal de Jimena de la Frontera.

Dicho lo anterior, y sin perjuicio de todo lo acontecido en los dos siglos anteriores, hay que recordar, en la línea argumental y descriptiva que se viene siguiendo en estos capítulos, que por real decreto de 2 de noviembre de 1904, la “Comandancia General del Campo de Gibraltar” se transformó en el “Gobierno Militar del Campo de Gibraltar”. Entonces se estableció la jurisdicción territorial de su titular, un general del Ejército español, sobre los términos municipales de Ronda, Arriate, Montejaque, Benaoján, Jimena de Libar, Cortes de la Frontera y Gaucín, pertenecientes todos ellos a la provincia de Málaga; así como Jimena de la Frontera, Castellar de la Frontera, Los Barrios, San Roque, La Línea de la Concepción, Algeciras, Tarifa, Vejer de la Frontera (con toda la laguna de la Janda que incluía la entonces pedanía de Barbate) y Alcalá de los Gazules, todos estos de la provincia de Cádiz. Así se publicó en el antecesor del “Boletín Oficial del Estado”, es decir, la “Gaceta de Madrid”, concretamente en su núm. 315, fechado el día 12 de dicho mes.

Casi tres décadas después, recien proclamada la Segunda República en España, se derogó por decreto de 29 de abril de 1931, publicado al día siguiente en la “Gaceta de Madrid”, el real decreto de 21 de septiembre de 1880 que concedía atribuciones gubernativas al comandante general del Campo de Gibraltar, ya “que han originado constantes rozamientos entre las autoridades civiles y la militar y disgusto contínuo entre los ciudadanos habitantes en dicha región”.

Finalizada nuestra trágica guerra civil, por decreto de 17 de agosto de 1939, publicado al día siguiente en el “Boletín Oficial del Estado” núm. 230, se restituyó, “para bien del servicio e interés nacional”, al cargo de gobernador militar del Campo de Gibraltar, que la Segunda República había suprimido, la dirección de todos los servicios de “Vigilancia, Policía y Orden Público”, así como las atribuciones propias de los jefes de Hacienda sobre las “Fuerzas de los Resguardos de Mar y Tierra”, en cuanto se refería a la represión del fraude y el contrabando. Ello se justificó en, “que la experiencia enseña, dada la característica especial de aquella Zona, que deben quedar bajo una sola Autoridad”, quedando limitada a los partidos judiciales de Algeciras y San Roque, sobre los que extendió también su jurisdicción territorial. 

En plena Segunda Guerra Mundial, por decreto de 24 de julio de 1942, publicado el 6 de agosto siguiente en el “Boletín Oficial del Estado” núm. 218, se restituyó por “razones del mejor servicio”, la antigua delimitación establecida en el mentado real decreto de 1904, y se amplió con la de los términos municipales de Casares y Manilva, de la provincia de Málaga, así como de Conil de la Frontera, de la de Cádiz. Igualmente se le otorgó sobre dichos términos municipales las mismas facultades que en relación con los servicios de “Orden Público, Vigilancia y Policía”, asignaba el real decreto de 21 de septiembre de 1880, y las que sobre las “Fuerzas de los Resguardos de Mar y Tierra” determinaba la real orden de 21 de diciembre de 1877.

Fruto del mentado decreto de 1942 se adaptó el 21 de diciembre de 1943, el nuevo despliegue territorial que daría lugar a la nueva 337ª Comandancia Mixta de la Guardia Civil (Algeciras), que entraría en vigor el 1º de marzo de 1944. Como ya se expuso en su momento, dicha unidad, además del despliegue campogibraltareño de la hasta entonces 134ª Comandancia de Costas de la Guardia Civil (Algeciras), comprendería también parte de las unidades territoriales que hasta entonces habían estado encuadradas en la 216ª Comandancia Rural de la Guardia Civil (Cádiz) y de la 234ª Comandancia de Costas de la Guardia Civil (Cádiz), la cual había sido la antigua 11ª Comandancia de Carabineros (Cádiz), así como de la 116ª Comandancia Rural de la Guardia Civil (Málaga) y la 333ª Comandancia de Costas de la Guardia Civil (Málaga), habiendo sido esta última la antigua 9ª Comandancia de Carabineros (Málaga). 

Una vez recordada la compleja evolución histórica de la principal fuerza de seguridad del Estado en el Campo de Gibraltar, resultó que por decreto de 12 de noviembre de 1948, dimanante de la “Presidencia del Gobierno”, y publicado cuando había transcurrido ya más de un mes, concretamente en el “Boletín Oficial del Estado” núm. 353, de 18 de diciembre, se volvió a modificar la jurisdicción territorial del “Gobierno Militar del Campo de Gibraltar”, fijándose sus atribuciones en materia de orden público. 

Concretamente se dispuso que habían desaparecido las razones que habían aconsejado en el citado decreto anterior de 1942, ampliar circunstancialmente la especial jurisdicción gubernativa que el mentado real decreto de 1880 había concedido al gobernador militar del Campo de Gibraltar. Por lo tanto, se procedía a dejar bien determinada la extensión territorial con que habían de ejercerse “aquellas  funciones referidas fundamentalmente a los servicios de Orden público”.

De esta forma se estableció que dicho gobernador militar, que además era el jefe de la División núm. 22 del Ejército de Tierra, (acababa de ser nombrado por decreto de 5 de noviembre de 1948 el general de división Carlos Martínez Campos y Serrano), ejerciese estrictamente las facultades que, “en materia de Orden público, vigilancia y seguridad”, le confirió el citado real decreto de 1880, pero circunscribiéndose ahora a una zona limítrofe mucho más reducida. 

Concretamente se estableció como nueva demarcación, la zona de la plaza de Algeciras y su término municipal, así como los de Tarifa, Los Barrios, San Roque y La Línea de la Concepción, “en cuyo territorio tendrá al efecto a sus inmediatas órdenes al personal de la Guardia Civil y la Policía que se le adscriba”. Igualmente continuaría manteniendo dentro de dicha zona sus atribuciones sobre los resguardos de mar y tierra.

Tal resolución conllevaría una reducción territorial y de efectivos muy significativa en la 337ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras). En primer lugar, se devolvieron sus antiguos municipios a la 137ª Comandancia (Málaga) y 237ª Comandancia (Cádiz), añadiéndose a ésta los de Castellar de la Frontera y Jimena de la Frontera.

(Continuará).

 

lunes, 28 de octubre de 2024

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCXLV). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (29).



Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 14 de octubre de 2024, pág. 15.


El original está ilustrado con una fotografía en blanco y negro.


 

 

Gracias a la “Escalilla de Generales, Jefes y Oficiales”, correspondiente al 1º de enero de 1948, elaborada por el Negociado Primero de la Sección de Personal de la Dirección General de la Guardia Civil, y publicada por el “Taller-Escuela de Artes Gráficas de Huérfanos de la Guardia Civil”, se puede conocer quienes eran los jefes y oficiales destinados entonces en la 337ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras), encuadrada en el 37º Tercio (Málaga) y 1ª Zona (Sevilla).

En el capítulo anterior se publicó el nuevo cuadro orgánico de las diez compañías y correspondientes líneas existentes al inicio de 1948 en dicha comandancia. Fue publicado en la “Escalilla” citada, que actualizó y modificó el nuevo despliegue que tuvo que adoptarse internamente, diferenciándose parcialmente del que tuvo que tomarse en 1944 y que permaneció hasta 1947. 

La 337ª Comandancia (Algeciras) continuó al inicio de 1948 manteniendo su extenso despliegue, detraído parcialmente de las Comandancias de Cádiz y de Málaga, y por lo tanto más allá de los términos municipales habituales del Campo de Gibraltar. Se trata de un periodo histórico todavía pendiente de estudiar y profundizar.

Hay que significar, conforme la mentada “Escalilla”, que las citadas compañías tenían sus cabeceras en las provincias de Cádiz y Málaga: Ronda (1ª), Jimena de la Frontera (2ª), San Roque (3ª), Río Manilva (4ª), La Atunara (5ª), La Línea de la Concepción (6ª), Algeciras Interior (7ª), Algeciras Exterior (8ª), Tarifa (9ª) y Barbate (10ª). Sus mandos ostentaban el empleo de capitán. 

Las líneas de Ronda, Cortes, Jimena de la Frontera, San Roque, Palmones (Los Barrios), Casares, Torreguadiaro (San Roque), Carboneras (San Roque), dos en La Línea de la Concepción, Campamento (San Roque), San García (Algeciras), La Cañada (Algeciras), Tarifa, Bolonia (Tarifa), Barbate y Conil de la Frontera eran mandadas por tenientes. Las líneas de Benaoján, Los Barrios, La Atunara (La Línea de la Concepción), Valdevaqueros (Tarifa) y Vejer de la Frontera, lo eran por brigadas. Los numerosos puestos que a su vez integraban todas esas líneas se encontraban dirigidos por sargentos o cabos.

Dicha “Escalilla” continuaba con el mismo sistema de clasificación que el expresado en el anterior capítulo, diferenciando por separado los “Generales, Jefes y Oficiales”, procedentes del “antiguo Cuerpo de la Guardia Civil”, es decir, los que pertenecían a la Benemérita con anterioridad a la entrada en vigor de la ley de 15 de marzo de 1940, así como los nuevos pertenecientes a la Guardia Civil, procedentes del “antiguo Cuerpo de Carabineros”. 

Ambas “escalillas” eran seguidas de una tercera constituida en 1948 por los capitanes y subalternos, “del nuevo Cuerpo de la Guardia Civil”, con arreglo a la mentada ley de 1940 y la orden del Ministerio del Ejército, de 27 de mayo de 1944. Constituían para entonces el grupo más numeroso de la oficialidad. Ésta última “escalilla” estaba integrada por los antiguos suboficiales de Guardia Civil y Carabineros que habían ascendido a oficial de la “nueva” Guardia Civil así como los nuevos oficiales que procedían directamente del Ejército de Tierra y pasaban definitivamente a integrarse en la Benemérita. 

Todavía quedaban unos cuantos años para sustituir el ingreso de estos últimos y crearse la Academia Especial de la Guardia Civil en Madrid. Allí se forjarían los nuevos oficiales del Cuerpo que tras formarse inicialmente como caballeros cadetes en la Academia General Militar, cursando las mismas asignaturas que sus compañeros del Ejército de Tierra, pasarían seguidamente a ser los caballeros alféreces cadetes de la Guardia Civil, con sus asignaturas específicas, obteniendo posteriormente el empleo de tenientes de la Benemérita. Todo ello sin perjuicio de que se continuaría también promocionando al mentado empleo de teniente a los suboficiales que tras superar la correspondiente oposición, cursasen y superasen su formación en el llamado Centro de Instrucción, ubicado entonces también en la madrileña Dirección General del Cuerpo.

El 1º de enero de 1948 el nuevo jefe de la 1ª Zona (Sevilla) era el general de brigada Julián Lasierra Luis, que había ascendido a dicho empleo con antigüedad de febrero del año anterior, cuando era el coronel jefe del 31º Tercio (Barcelona). Como jefe del 37º Tercio (Málaga) seguía el ya citado en anteriores capítulos, coronel Andrés García Pérez.

Al frente de la 337ª Comandancia (Algeciras) continuaba en enero de 1948 el teniente coronel Manuel Sanmartín Rives, procedente de Carabineros, así como los comandantes Ignacio Molina Pérez (procedente también de Carabineros y que ascendería a teniente coronel con antigüedad del 9 de abril), Juan del Río Fernández (procedente de la Guardia Civil) y Carlos López Martínez (igual procedencia que el anterior).

Respecto a los oficiales hay que significar que se habían vuelto a ubicar en la “Escalilla”, como sucedía antes de 1944, las poblaciones de destino además de la correspondiente comandancia. Así aparecían en primer lugar los capitanes  procedentes de la Guardia Civil antes del mentado 15 de marzo de 1940, Francisco la Fuente Gonzalo (Ronda), Salvador Guirado García (La Atunara) y José Peral Parra (Jimena de la Frontera), no constando ya teniente alguno de dicha procedencia. En segundo lugar constaban los oficiales procedentes del desaparecido Cuerpo de Carabineros, también sólo capitanes, tratándose de Salvador García Escribano (San Roque), Tomás Peral Herrero (Algeciras) y Francisco Parrado González (Algeciras). 

En tercer lugar aparecía la “escalilla” formada a partir de marzo de 1940. Figuraban entonces destinados en la 337ª Comandancia (Algeciras) los capitanes Eulogio Carpio Molero (en La Línea de la Concepción y procedente de la Guardia Civil), Eleuterio Martín González (en Barbate y procedente de la Guardia Civil), Tomás Ruiz Fernández (en Tarifa y procedente de la Guardia Civil) y Nicolás Cajal Ramón (ascendido con antigüedad de 7 de octubre de 1947 sería destinado a Río Manilva y procedía de Carabineros). 

Como tenientes se encontraban destinados Juan Cruz Martínez Otaola (en Ronda y procedente de la Guardia Civil), Facundo Elvira Parpal (en San Roque y procedente de Carabineros), Martín Galante Peral (en Conil de la Frontera y procedente de Carabineros), Crescencio Torés Pérez (en Algeciras y procedente de Carabineros), Antonio Pérez Piñer (en Algeciras y procedente de Carabineros), Fernando Pereira Gallardo (en Algeciras y procedente de Carabineros), Eulalio Manuel Maestre Martín (en Jimena de la Frontera y procedente de Carabineros), Eduardo Haro Vázquez (en Tarifa e ingresado recientemente en la Guardia Civil procedente del Arma de Infantería del Ejército de Tierra), Abel Pérez Miró (en Torreguadiaro de San Roque y procedente de la Guardia Civil), Avelino Palau Sastre (en Campamento de San Roque y procedente de la Guardia Civil), José Guirado García (en Bolonia de Tarifa y procedente de la Guardia Civil), Jerónimo Ramos Vigo (en Cortes y procedente de Carabineros) y Jesús Fernández Gómez (en Carboneras de San Roque y procedente de la Guardia Civil). 

Encuadrados todavía en esta comandancia se encontraban recién ascendidos al empleo de teniente, con antigüedad de 13 de diciembre de 1947, y pendientes de obtener nuevo destino, Manuel Seco Carrillo (procedente de Carabineros), Mariano Cobos Blanca (procedente de Carabineros), Silvano Chocarro Alonso (procedente de la Guardia Civil), Antonio López Bustos (procedente de Carabineros), Fidel Fontela Vázquez (procedente de Carabineros) y José García Arance (procedente de Carabineros).

(Continuará). 

 

 

domingo, 27 de octubre de 2024

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCXXXIX). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (23).


 

Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 2 de septiembre de 2024, pág. 12.


El original está ilustrado con una fotografía en blanco y negro.


 

La nueva 337ª Comandancia Mixta de la Guardia Civil (Algeciras), que había entrado oficialmente en funcionamiento el 1 de marzo de 1944, fue consecuencia directa de dos cuestiones principales. 

Por una parte era necesario proseguir la reorganización del Cuerpo de la Guardia Civil, principal fuerza de seguridad del Estado, que había experimentado un potente aumento de efectivos y misiones tras la absorción del antiguo Cuerpo de Carabineros, establecida en la ley de 15 de marzo de 1940, así como los posteriores e importantes incrementos de personal que se produjeron. 

En una primera fase, entre 1940 y 1944, la provincia de Cádiz había llegado a tener tres Comandancias de la Guardia Civil. Se trataban, tal y como se ha expuesto en capítulos anteriores, de la antigua de la Guardia Civil que había sido reconvertida en la 216ª Comandancia Rural (Cádiz) y que tenía por demarcación territorial toda la provincia, así como las dos antiguas de Carabineros de Algeciras y Cádiz. Éstas habían terminado entonces reconvertidas en la Benemérita como la 134ª Comandancia de Costas (Algeciras) y la 234ª Comandancia de Costas (Cádiz). 

A ello había que sumar que en la capital gaditana había dos cabeceras de Tercios de la Guardia Civil: el 16º Rural y el 34º de Costas. Éstos, mandados por coroneles, comprendían las comandancias citadas, que eran dirigidas por tenientes coroneles, más las antiguas comandancias de la Guardia Civil y de Carabineros, de Málaga y Huelva, respectivamente.

El caso de la provincia de Cádiz, y también su Campo de Gibraltar, no fue entonces único en el despliegue territorial nacional aunque sí el más manifiesto. Es por ello, que superada esa primera fase de absorción del Cuerpo de Carabineros que duró tres años, fue necesario evolucionar en la reorganización administrativa y operativa de las principales unidades que eran las comandancias. 

Era necesario, y la provincia de Cádiz era un evidente ejemplo de ello, que las comandancias tuvieran unas demarcaciones delimitadas territorialmente, en lugar de superpuestas como venía sucediendo. Que el principal y más antiguo cuerpo de seguridad del Estado, la Guardia Civil, hubiera absorbido e integrado, mediante la mentada ley de 15 de marzo de 1940, al cuerpo responsable del resguardo fiscal y de persecución del contrabando, Carabineros, exigía continuar avanzando en la reorganización de toda la institución. 

Fruto de la misma, entrada en vigor el citado 1 de marzo de 1944, y en el ámbito que nos afecta como Campo de Gibraltar, la provincia gaditana quedó solo con dos Comandancias: la 237ª Mixta (Cádiz) y la mentada 337ª Mixta (Algeciras), trasladándose las cabeceras de los Tercios, que realmente desaparecieron como tales, a otras capitales de provincia. En el caso concreto que nos afecta, ambas comandancias gaditanas, junto a la 137ª Comandancia Mixta (Málaga), pasaron a encuadrarse en el nuevo 37º Tercio Mixto (Málaga).  

Por otra parte, la evolución bélica de la Segunda Guerra Mundial a favor de los Aliados, obligó entonces al Estado español, entre otras cosas, y a pesar de su aparente y teórica neutralidad, que realmente no fue tal, a efectuar una remodelación militar de la estratégica zona del Estrecho de Gibraltar. 

En el ámbito terrestre se amplió muchísimo la demarcación territorial del gobierno militar del Campo de Gibraltar, afectando directamente a las unidades del Ejército de Tierra desplegadas en dicha zona así como, en el caso que ahora nos ocupa, de la Guardia Civil. Ello implicó, aunque es un tema prácticamente desconocido y apenas tratado por investigadores e historiadores, asumir temporalmente, concretamente desde 1944 hasta 1948, determinados términos municipales que hasta entonces habían pertenecido a las demarcaciones de las comandancias de la Guardia Civil de Cádiz y de Málaga. 

Es cierto que algunos de esos municipios, en otras épocas anteriores, habían estado integrados en el entonces llamado Campo de Gibraltar, muy diferente del actual, pues su composición había ido variando en función de las necesidades castrenses vinculadas principalmente a la existencia y actividad de la colonia británica del Peñón.

Sin embargo, la competencia, despliegue y jurisdicción del gobernador militar del Campo de Gibraltar, incluidas las anteriores comandancias de Carabineros y de la Guardia Civil que habían tenido su cabecera en Algeciras, nunca serían, ni jurídica ni territorialmente, como las de la mentada época que ahora estamos tratando. Todo ello estuvo motivado principalmente por la evolución de la Segunda Guerra Mundial a favor de los Aliados. 

Por diversos motivos, la historiografía no ha profundizado todavía en todos los aspectos de dicha cuestión durante ese periodo, pero aunque queda todavía mucho temario pendiente, resulta muy interesante, y más para nuestro Campo de Gibraltar, la aproximación y exposición que se viene haciendo en EUROPA SUR, de este periodo realmente tan poco conocido en una época verdaderamente complicada y convulsa.

Tras exponerse los pocos conocidos escalafones del año 1944, relativas a jefes, oficiales, suboficiales y cabos de la Guardia Civil, destinados en la mentada comandancia campogibraltareña, así como algunas de sus principales hojas de servicio, es necesario proseguir el relato de lo acaecido.

Finalizando dicho año, se continuaron produjeron algunos cambios de destino, como por ejemplo, el del capitán Juan Gallego Corbacho. El 28 de noviembre de 1944 fue destinado voluntariamente, según resolución publicada tres días después en el Diario Oficial del Ministerio del Ejército núm. 271, de la plana mayor del 12º Tercio Rural (Tenerife) a mandar la 1ª Compañía Rural (Algeciras) de la 337ª Comandancia Mixta (Algeciras), que estaba vacante. Otros en cambio, por ejemplo, se marcharon entonces de la comandancia campogibraltareña, como fue, por orden de 4 de diciembre de 1944, publicada nueve días después en el mentado diario oficial núm. 280, el caso del brigada Pedro Durán Rivero que fue destinado a la 106ª Comandancia Rural (Cáceres). O también el destino en la misma resolución, a la citada 337ª Comandancia Mixta (Algeciras), del brigada José Fernández Ortega, procedente de la 137ª Comandancia Mixta (Málaga).

El año siguiente, 1945, no sólo fue el de la victoria de los Aliados y la derrota de las fuerzas del Eje, finalizando la Segunda Guerra Mundial iniciada en 1939, sino que acontecieron otras cosas vinculadas con lo anteriormente expuesto en el ámbito de lo que por aquel entonces era la demarcación del Campo de Gibraltar.

Respecto a la “Escaleta de Generales, Jefes y Oficiales”, a fecha de 1 de enero de 1945, publicada por el Negociado Primero de la Sección de Personal de la Dirección General de la Guardia Civil, hay que significar que la comandancia campogibraltareña continuó manteniendo las 10 compañías, tanto las tres rurales como las cinco de costas y las dos de especialistas que mandadas por capitanes, ya se expusieron tras el despliegue adoptado a partir del 1 de marzo de 1944, incluidas las readaptadas de las antiguas comandancias de Cádiz y de Málaga. 

La principal variación es que dejaron de ser denominadas las unidades subordinadas siguientes como “Secciones”, término entonces más propio realmente del Ejército de Tierra en general y de Carabineros en particular. En su lugar volvió a adoptarse el nombre tradicional en la Benemérita de “Líneas”, situando sus cabeceras en las mismas localidades que habían estado aquellas.

(Continuará).

 

sábado, 19 de octubre de 2024

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCXLIV). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (28).



Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 7 de octubre de 2024, pág. 15.


El original está ilustrado con una fotografía en blanco y negro.



Durante el año 1946, finalizada meses antes la Segunda Guerra Mundial, se publicaron al menos tres escalillas de “Generales, Jefes y Oficiales”, elaboradas por el Negociado Primero de la Sección de Personal de la Dirección General de la Guardia Civil, y confeccionadas por el “Taller-Escuela de Artes Gráficas de Huérfanos de la Guardia Civil”.

Cerradas a fecha 1º de enero, 1º de abril y 1º de octubre de dicho año, constan en ellas los diferentes cuadros de mando, que en la categorías de jefes y oficiales, estuvieron destinados en 1946 en la 337ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras). A pesar de haber concluido la contienda se siguió manteniendo el vasto despliegue de las diez compañías de la Benemérita que se ha venido comentando en capítulos anteriores y que comprendía también municipios gaditanos y malagueños ajenos al Campo de Gibraltar.

En las escalillas elaboradas a partir de abril de 1946, inclusive, dejaron ya de utilizarse las referencias de “Rural” que se empleaban anteriormente para los procedentes de la Guardia Civil, antes de la integración dispuesta en la ley de 15 de marzo de 1940, y las de “Costas, Fronteras y Especialistas”, procedentes del desaparecido Cuerpo de Carabineros. Dado que todavía no se habían integrado ambos escalafones, pero habían desaparecido las denominaciones citadas, se dispuso que en su lugar, se empleasen las de “Generales, Jefes y Oficiales. Procedentes del antiguo Cuerpo de la Guardia Civil” y “Generales, Jefes y Oficiales. Procedentes del antiguo Cuerpo de Carabineros”. 

Durante dicho año 1946 no hubo variación alguna en la jefatura de la comandancia algecireña, continuando a su frente el teniente coronel Manuel Sanmartín Rives, que procedía del desaparecido Cuerpo de Carabineros. Lo mismo sucedía con su segundo jefe, el comandante Ignacio Molina Pérez, también procedente de Carabineros, si bien éste, como ya se ha expuesto, estaba dedicado principalmente a las misiones especiales de inteligencia militar que tenía asignadas en el gobierno militar del Campo de Gibraltar. Procedentes del “antiguo Cuerpo de la Guardia Civil” prosiguieron en la 337ª Comandancia (Algeciras) los comandantes Juan del Río Fernández y Carlos López Martínez.

Respecto a los oficiales se continuó haciendo constar en todos los escalafones de ese año, sólo la comandancia en la que se encontraban destinados pero no la unidad subordinada en la que se hallaban encuadrados o mandaban ni la localidad de residencia.

Centrados en la “Escalilla” cerrada a 1 de octubre de 1946, respecto a los oficiales procedentes de Carabineros citados en capítulos anteriores y destinados en la 337ª Comandancia (Algeciras), resultaba que los capitanes Manuel Roza Gálvez, Antonio Giro Morcillo y Dámaso González Sánchez habían pasado ya a la situación militar reglamentaria de retiro, tras cumplir 56 años de edad. Los capitanes José Gallego Bregante, José González Cantón y Matías García Olivares habían pasado destinados a la 232ª Comandancia (Tarragona), 237ª Comandancia (Cádiz) y 244ª Comandancia (Inca), respectivamente. 

Tan sólo continuaba destinado en la comandancia campogibraltareña el capitán Ángel Gil Sánchez. Habían sido destinados a la misma el capitán Salvador García Escribano, procedente de la 200ª Comandancia (Ceuta), y los nuevos capitanes Tomás Peral Herrero y Francisco Parrado González, procedentes ambos en el empleo de teniente de la 237ª Comandancia (Cádiz) y la propia 337ª Comandancia (Algeciras). Respecto a los otros dos antiguos tenientes, citados en capítulos anteriores e igualmente procedentes de Carabineros, Arturo Santano Armida y Nicolás Bozal Bernat, pasó el primero destinado, tras su ascenso a capitán, a la 137ª Comandancia (Málaga), mientras que el segundo, al cumplir la edad reglamentaria, se encontraba ya en la situación de retiro.

Sobre los procedentes del “antiguo Cuerpo de la Guardia Civil”, continuaba destinado en la comandancia campogibraltareña solamente el capitán Francisco la Fuente Gonzalo (en los diferentes boletines oficiales de esa época aparece su primer apellido como “Lafuente”). El capitán Juan Gallego Corbacho había pasado ya a la situación militar de retiro tras cumplir la edad reglamentaria y el capitán Jacinto Escutia Saiz se encontraba ya destinado en la 242ª Comandancia (Bilbao). 

Se habían incorporado a la 337ª Comandancia (Algeciras) los capitanes Salvador Guirado García, que había estado destinado en la 136ª Comandancia (Granada), y José Peral Parra, procedente de la 212ª Comandancia (Las Palmas de Gran Canaria). Respecto al teniente Juan Casillas Aguilera, citado también anteriormente, éste había ascendido a capitán y se encontraba ya destinado en la 237ª Comandancia (Cádiz).

Más numeroso era el grupo de capitanes y oficiales subalternos (tenientes) del llamado entonces “nuevo Cuerpo de la Guardia Civil”, con arreglo a la mentada ley de 15 de marzo de 1940 y la citada orden ministerial del Ejército de Tierra, de 27 de mayo de 1944.

Entre los nuevos destinados a la 337ª Comandancia (Algeciras) estaban los capitanes José Sanz de Lama, ascendido con antigüedad de 4 de enero de 1946 (procedente del antiguo Cuerpo de la Guardia Civil y destinado anteriormente en la 2ª Comandancia Móvil de Madrid); y Eulogio Carpio Molero, ascendido con antigüedad de 11 de febrero de 1946 (procedente también de la Benemérita y destinado anteriormente en la Dirección General de la Guardia Civil).  

Respecto a dos de los tenientes de la “Escala General”, procedentes de Carabineros y citados en capítulos anteriores al estar destinados en la comandancia campogibraltareña, resultaba que conforme a la mentada “Escalilla” de 1946, ya habían sido ascendidos al empleo de capitán. Se trataban de Miguel Trujillano Iglesias, que fue destinado a la 137ª Comandancia (Málaga), y de Ángel del Yelmo Gamino, destinado en la 108ª Comandancia (León).

En cambio, continuaban destinados en la citada 337ª Comandancia (Algeciras) los tenientes Juan Sánchez Vergara (procedente de la Guardia Civil), Juan Cruz Martínez Otaola (procedente de la Guardia Civil), Facundo Elvira Parpal (procedente de Carabineros), Santos Rivera Baguer (procedente de Carabineros), Martín Galante Peral (procedente de Carabineros), Manuel Martín Hernández (procedente de Carabineros), Crescencio Torés Pérez (procedente de Carabineros), Antonio Liñán Bernal (procedente de la Guardia Civil) y Victoriano Meco Rodríguez (procedente de la Guardia Civil). 

Los nuevos tenientes que por tandas se habían incorporado a la comandancia campogibraltareña eran Antonio Pérez Piñer, Fernando Pereira Gallardo y Eulalio Manuel Maestre Martín, todos ellos procedentes de Carabineros y con antigüedad en su empleo del 12 de abril de 1945; Eduardo Haro Vázquez (recién ingresado en la Guardia Civil procedente de teniente de Infantería y anteriormente alférez provisional de Infantería), con antigüedad del 1 de octubre de 1945; y, Abel Pérez Miró, Avelino Palau Sastre y José Guirado García, todos éstos procedentes del antiguo Cuerpo de la Guardia Civil y con antigüedad en su empleo de 14 de diciembre de 1945.

Dada la censura militar de la época se siguen desconociendo determinadas cuestiones de la reorganización que tuvo la 337ª Comandancia (Algeciras) a lo largo del año 1947, pero gracias a la “Escalilla de Generales, Jefes y Oficiales” correspondiente al 1 de enero de 1948, se tiene constancia de la nueva ubicación que tuvieron sus diez compañías, produciéndose algunas modificaciones respecto a la estructura anterior. Hay que significar que la remodelación efectuada no solo afectó a algunas de las cabeceras de dichas unidades sino también a sus líneas y puestos.

(Continuará).

 

 

sábado, 12 de octubre de 2024

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCXLIII). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (27).


Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 30 de septiembre de 2024, pág. 14.


El original está ilustrado con una fotografía en blanco y negro.


 

La finalización de la Segunda Guerra Mundial no supuso relajación alguna del despliegue establecido en la 337ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras) en su demarcación territorial desplegada ampliamente a ambos lados peninsulares del Estrecho de Gibraltar. Se continuó asumiendo parte de los municipios y unidades que anteriormente habían pertenecido a las Comandancias de Cádiz y de Málaga, tanto de Carabineros como de la Benemérita.

Tal y como se hizo constar en el capítulo anterior la denominación de “Mixta” había desaparecido tras la entrada en vigor de lo dispuesto el 15 de septiembre de 1945, por la Dirección General de la Guardia Civil. Ya no habría más Comandancias de Rural, Mixtas o de Fronteras, pero sí Móviles. El proceso de absorción e integración de las antiguas Comandancias de Carabineros se daba por finalizado. No obstante, ello había dado lugar a crear algunas Comandancias de la Guardia Civil que anteriormente habían sido sólo de Carabineros, siendo la de Algeciras, la única que con el tiempo, permaneció, si bien con diversos cambios de demarcación, tal y como se irá exponiendo. 

No hay que olvidar que la actual demarcación territorial de la Comandancia de la Guardia Civil de Algeciras, sin perjuicio de las sucesivas variaciones en su organización interna, vino circunscrita por la entrada en vigor del Decreto 3.223/1965, de 28 de octubre, publicado en el Boletín Oficial del Estado núm. 271, de 12 de noviembre siguiente, que conformó el Campo de Gibraltar por los términos municipales de Algeciras, San Roque, La Línea de la Concepción, Los Barrios, Castellar de la Frontera, Jimena de la Frontera y Tarifa. Muy posteriormente, por Decreto 181/2018, de 2 de octubre, publicado en el BOE núm. 20, de 23 de enero de 2019, se aprobaría la creación del municipio de San Martín del Tesorillo, por segregación del término municipal de Jimena de la Frontera.

En los escalafones y escalillas de la Guardia Civil elaboradas durante el año 1946 dejaron ya de utilizarse las referencias de “Rural” que se empleaban anteriormente para los procedentes de la Guardia Civil, antes de la integración dispuesta en la ley de 15 de marzo de 1940, y los de “Costas, Fronteras y Especialistas”, procedentes del desaparecido Cuerpo de Carabineros. Dado que todavía no se habían integrado ambos escalafones, pero habían desaparecido las denominaciones citadas, se dispuso que en su lugar, se empleasen las de “Generales, Jefes y Oficiales Procedentes del antiguo Cuerpo de la Guardia Civil” y “Generales, Jefes y Oficiales Procedentes del antiguo Cuerpo de Carabineros”. 

Por supuesto continuaba engrosando con mayor número de efectivos, incluidos ya ascensos al empleo superior, de “Capitanes y Subalternos del nuevo Cuerpo de la Guardia Civil, con arreglo a la ley de 15 de marzo de 1940 (D.O. núm. 65) y orden de 27 de mayo de 1944 (D.O. núm. 119). 

Igualmente continuaba existiendo en la mentada “Escalilla” de 1946, aunque no se haya citado de forma expresa anteriormente ya que ninguno de sus integrantes estaba destinado en la 337ª Comandancia (Algeciras), el “Escalafón de Jefes y Oficiales de las distintas Armas y Cuerpos del Ejército que prestan servicios en el Cuerpo”. Figuraba encuadrado el personal del Ejército (Estado Mayor, Infantería, Artillería, Ingenieros, Intendencia, Cuerpo de Ingenieros de Armamento y Construcción, Jurídico, Oficinas Militares, Especialistas y Música) destinado en la Dirección General de la Guardia Civil, Centro de Instrucción, Parque Móvil, Colegio de Guardias Jóvenes y en los Tercios anteriormente denominados de “Fronteras”, como el 21º (Cáceres), 22º (Salamanca), 23º (Pamplona) y 24º (Manresa), así como en sus correspondientes Comandancias subordinadas. Por supuesto el personal de Sanidad Militar no sólo estaba destinado en los centros y unidades citadas anteriormente, sino también en otros tercios y comandancias, si bien tampoco ninguno de ellos en la 337ª Comandancia (Algeciras). 

En la “Escalilla de Generales, Jefes y Oficiales”, elaborada por el Negociado Primero de la Sección de Personal de la Dirección General de la Guardia Civil, a fecha 1º de enero de 1946, y confeccionada por el “Taller-Escuela de Artes Gráficas de Huérfanos de la Guardia Civil”, el jefe de la comandancia campogibraltareña, continuaba siendo el teniente coronel Manuel Sanmartín Rives, al igual que sus dos comandantes: Ignacio Molina Pérez y Juan del Río González. 

Sin embargo, como ya se expuso en su momento el comandante Molina venía prestando servicios de gran interés –en realidad principalmente- en el gobierno militar del Campo de Gibraltar, a cuyo frente estaba entonces el general de división Eduardo Sáenz de Buruaga Polanco. 

Dicha dualidad de cometidos y responsabilidades, ambas de gran interés, tanto en la 337ª Comandancia (Algeciras) como en el gobierno militar del Campo de Gibraltar, necesitaba una solución práctica en el desempeño de los cometidos específicos y propios de una unidad de la Guardia Civil que había visto ampliada al doble su demarcación. Aunque su nueva demarcación territorial era inferior a otras comandancias de la Benemérita, el peso específico de su actividad en el final de la Segunda Guerra Mundial, era vital.

La solución vino con la Orden General núm. 8, de 14 de abril de 1945, dimanante de la Dirección General de la Guardia Civil, sobre funciones asignadas a los comandantes de las Comandancias. No se redactó pensando específicamente en la comandancia campogibraltareña pero fue de gran utilidad.

Por ley de 25 de marzo anterior se aumentó la plantilla de un comandante más en aquellas Comandancias que constaban de seis o más compañías, habida cuenta que había varias todavía donde se carecía de ello.

El más antiguo, segundo jefe de la Comandancia, desempeñaría las funciones inherentes al cargo, así como encargado de la información, de la estadística y resumen de los servicios peculiares del Cuerpo, control de guardas jurados, policía urbana, y otros agentes de la autoridad que había de quedar afectos al servicio de la Guardia Civil en los casos previstos por la legislación entonce vigente.

El otro comandante tendría a su cargo los cometidos de juez permanente, estando además encargado de la instrucción, armamento, ganado, material, utensilio, estado y suficiencia de los acuartelamientos así como nuevos proyectos o reformas.

A ambos comandantes, indistintamente, el jefe de la Comandancia los emplearía en impulsar y fiscalizar servicios que servirían para perfeccionar y revistar el cumplimiento de los cometidos especiales asignados. Igualmente podrían ser empleados, con arreglo a sus aptitudes, en la ejecución de estudios sobre los servicios a establecer sobre poblaciones, carreteras, ferrocarriles, costas, puertos, tendidos de redes telegráficas, telefónicas, eléctricas y centros industriales importantes, en los casos de huelgas, alteraciones de orden público, etc. No obstante, se terminaba afirmando que en las Comandancias donde sólo hubiera un comandante, su cometido abarcaría todo lo anteriormente citado.

Por tal motivo, fue destinado con carácter forzoso a la 337ª Comandancia (Algeciras), por orden del Ministerio del Ejército, de 30 de noviembre de 1945, el comandante Carlos López Martínez, que se encontraba disponible forzoso en la 1ª Región Militar (Madrid). Ascendido con antigüedad de 27 de octubre de 1945 había estado destinado anteriormente como capitán en la Dirección General del Cuerpo, procediendo de la Guardia Civil y no del antiguo Cuerpo de Carabineros. 

(Continuará).