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jueves, 21 de noviembre de 2024

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCXLVIII). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (32).

 Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 4 de noviembre de 2024, pág. 26.


El original está ilustrado con una fotografía en blanco y negro.

  

 

Por resolución de 10 de octubre de 1950 fue destinado como jefe de la 337ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras) el teniente coronel Francisco Hermida Medina. Al igual que los que le habían precedido en dicha jefatura durante la década anterior, procedía del desaparecido Cuerpo de Carabineros e inicialmente del Arma de Infantería del Ejército.

Había nacido en Madrid el 5 de octubre de 1898 y era hijo de Enrique Hermida Álvarez y María Medina Echavarría. Por real orden de 3 de agosto de 1917 se dispuso, tras superar los correspondientes exámenes, su ingreso como alumno de la Academia de Infantería, ubicada entonces en el Alcázar de Toledo, incorporándose a la misma a fin de mes. 

El 28 de octubre siguiente prestó “juramento de fidelidad a las Banderas” y permaneció cursando sus estudios castrenses hasta que tres años más tarde los finalizó. Por real orden de 8 de julio de 1920 fue promovido al empleo de alférez de Infantería, junto a otros 283 alumnos. Obtuvo el puesto 52 de dicha promoción en la que, entre otros, se encontraban dos compañeros que posteriormente ingresarían en la Guardia Civil y terminarían pasando con nombre propio a la Historia militar de la Guerra Civil 1936-1939. Se trataban de Santiago Cortés González, que al frente de los sublevados en Jaén dirigiría la defensa del Santuario de la Virgen de la Cabeza hasta su muerte el 2 de mayo de 1937, y Francisco Galán Rodríguez, que combatió activamente en el bando republicano y fallecería exiliado el 15 de octubre de 1971 en Buenos Aires (Argentina). Éste era hermano del capitán de Infantería Fermín, que el 12 de diciembre de 1930 se había alzado infructuosamente en Jaca (Huesca) proclamando la República y que dos días después sería fusilado junto al también capitán de Infantería Ángel García Hernández, en cumplimiento de la sentencia dictada en consejo de guerra.

Poco antes de que dicha promoción finalizase sus estudios castrenses hay que significar que el 28 de febrero del citado 1920, el ministro de la Guerra, general de división José Villalba Riquelme, con motivo de la inauguración del primer curso de la Escuela Central de Gimnasia en Toledo, revistó la mentada Academia de Infantería. Por real orden fechada el día siguiente se publicó “su satisfacción por el brillante estado de ésta”, haciéndose así constar en la hoja de servicio de todos los alumnos de entonces, incluida la del mentado Francisco Hermida.

Respecto al general Villalba, que nació en Cádiz el 17 de octubre de 1856 y falleció en Madrid el 25 de octubre de 1944, hay que destacar que fue gobernador militar del Campo de Gibraltar en dos ocasiones. Primero desde el 18 de mayo de 1917 hasta que por real decreto de 15 de diciembre de 1919 fue nombrado ministro de la Guerra. Alfonso XIII dispuso que hasta la incorporación del general Villalba, se hiciese cargo interino de dicha cartera, el presidente del Consejo de Ministros, Manuel Allendesalazar Muñoz de Salazar.

El 5 de mayo siguiente, motivado por cambio de gobierno, se admitió entre otras la dimisión del general Villalba, quedando el rey “muy satisfecho del celo, inteligencia y lealtad” acreditados. Dos semanas después, por real decreto y reintegrado al Consejo Supremo de Guerra y Marina, volvió a ser nombrado gobernador militar del Campo de Gibraltar. 

Transcurridos más de dos años, por real decreto de 21 de julio de 1922, fue nuevamente consejero del mentado órgano supremo militar, al ser nombrado gobernador militar del Campo de Gibraltar, por otro real decreto de misma fecha, el general de división Francisco González de Uzqueta Benítez, que entonces mandaba la 3ª División de Caballería (Vitoria/Álava). Por real decreto de 18 de octubre siguiente, el general Villalba pasó a la situación de primera reserva, tras cumplir 66 años de edad, conforme determinaba en tales casos la ley de 29 de junio de 1918, continuando en el mentado cargo que venía desempeñando en el citado Consejo Supremo de Guerra y Marina. 

Volviendo a Francisco Hermida, precisar que al finalizar su periodo académico fue destinado por real orden de 26 de julio de 1920, al Regimiento de Infantería Bailén núm. 24 (Logroño). Apenas permaneció siete meses en el mismo ya que por real orden circular de 3 de marzo de 1921 fue destinado al Regimiento de Infantería núm. 60 (Ceuta), participando muy activamente en las Campañas de Marruecos, concediéndosele la cruz de 1ª clase del mérito militar con distintivo rojo y ascendiendo al empleo de teniente por real orden circular de 22 de julio de 1922. Por otra real orden circular de 24 de abril de 1923 fue destinado al Regimiento de Infantería Lealtad núm. 30 (Burgos), contrayendo matrimonio en Madrid con la joven Susana Fabra Jiménez el 16 de octubre del año siguiente.

Casi dos semanas más tarde, por real orden circular de 28 de octubre de 1924, fue destinado inicialmente al cuadro eventual de la Comandancia General de Ceuta. Incorporado el 7 de noviembre siguiente, fue destinado al Batallón Expedicionario del Regimiento de Infantería Luchana núm. 28, en Larache. Por otra real orden circular dictada veinte días después, fue destinado al Regimiento de Infantería Serrallo núm. 69, de guarnición en Ceuta, participando una vez más en las Campañas de Marruecos y consiguientes acciones de guerra. 

Por real orden circular de 27 de abril de 1925 fue destinado nuevamente al Regimiento de Infantería Lealtad núm. 30 (Burgos), si bien apenas prestó servicio en el mismo ya que por otra real orden circular de 5 de junio siguiente se le concedió en ingreso en el Cuerpo de Carabineros. Casi tres semanas después fue destinado a la Comandancia de Málaga, donde realizó el periodo reglamentario de prácticas. 

El 13 de octubre siguiente fue designado por el director general de Carabineros, teniente general José Olaguer-Feliú Ramírez, como “Inspector de Alcoholes” en la zona de Alora (Málaga). Transcurrido algo más de un año, como consecuencia de disponerse la reducción de cuadros de mando en dicho Cuerpo, la real orden circular de 29 de enero de 1927 dispuso que 2 coroneles, 2 tenientes coroneles, 21 capitanes, 38 tenientes y 4 alféreces, quedasen excedentes cobrando su sueldo, “por haber sido suprimidos por reducción de plantilla los destinos que servían”. Entre ellos se encontraba el teniente Francisco Hermida que quedó disponible en la 2ª Región Militar (Sevilla), afecto a la Comandancia de Málaga. 

Transcurrido casi un año, concretamente el 4 de enero de 1928, se incorporó nuevamente el teniente Hermida a su destino como “Inspector especial de Alcoholes”. Dos años más tarde, por real orden circular de 28 de febrero de 1930,  se le declaró en situación de disponible forzoso en la 2ª Región Militar y afecto a la mentada Comandancia de Málaga, continuando en la comisión de “Inspector de Alcoholes”. Todo ello conforme al real decreto dictado cuatro días antes donde se fijaba la normativa de las situaciones militares. 

Así continuó hasta que por real orden circular de 19 de agosto siguiente, fue destinado a la Comandancia de Algeciras, cesando en la comisión que desempeñaba, causando baja en la Comandancia de Málaga.

(Continuará).