CLXXV Aniversario Fundación Guardia Civil (1844-2019).
Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" pág. 15, el 11 de febrero de 2019.
El original contiene una fotografía en blanco y negro.
El pasado 19 de enero el Ayuntamiento de La Línea de la Concepción concedió y entregó a la Guardia Civil, coincidiendo con el CLXXV aniversario de la creación de dicho Cuerpo (1844-2019), la más alta distinción de la ciudad: la medalla de oro.
Con ello se reconocía a la Benemérita los 175 años de presencia ininterrumpida y servicio permanente en esa población, siendo por lo tanto el cuerpo decano de las fuerzas de seguridad. Una presencia y un servicio que nunca fue fácil ni lo sigue siendo.
Cuando la Inspección General de la Guardia Civil asignó, a raíz de la real orden de 25 de noviembre de 1844, una sección de infantería, sustituida casi un mes después por otra de caballería, para prestar servicio en el Campo de Gibraltar, el actual municipio de La Línea de la Concepción era entonces una pedanía de San Roque.
Se trataba de una zona de especial servidumbre e interés militar y existían importantes restricciones para la construcción de viviendas y edificaciones para particulares. La razón de ello era evitar su crecimiento y consolidación como asentamiento urbano, ya que podría afectar al desarrollo de hipotéticas operaciones relacionadas con la ocupación militar británica del Peñón.
En esa época el núcleo formado por las posiciones y acuartelamientos, los campamentos de vivanderos así como algunas escasas y precarias construcciones de uso administrativo, aduanero y civil, configuraba lo que era conocido como La Línea del Campo de Gibraltar o más sencillamente, La Línea de Gibraltar.
Para controlar el comercio lícito y reprimir el ilícito que originaba la colonia vecina, por tierra y por mar, estaba una nutrida fuerza del Cuerpo de Carabineros del Reino. Pero el constante trasiego de personas y carruajes que entraban y salían de allí, facilitaba también la presencia y actuación de delincuentes y criminales de toda clase, amén de los habituales contrabandistas.
Es por ello, que desde el primer momento que se asentó aquella sección de la Guardia Civil en el Campo de Gibraltar y se ubicó su cabecera en San Roque, bajo el mando del alférez Juan Morillas de Casas, se desplazaban diariamente parejas a caballo para vigilar La Línea y sus caminos.
Testimonio de aquello quedó publicado en la Gaceta de Madrid (antecedente histórico del actual boletin oficial del estado), de 7 de junio de 1845. Se mencionó el eficaz despliegue realizado por los guardias civiles de caballería en la vigilancia de los caminos que unían San Roque, Algeciras y Los Barrios con Ronda, que celebraba su feria, haciéndose constar que eran muy transitados, tanto por los vecinos de la zona como por los británicos procedentes de la colonia.
A medida que fue creciendo la actividad comercial también se incrementó el número de asentamientos de población civil, aún a pesar de las restricciones dictadas al respecto.
Ello motivó que la presencia de la Guardia Civil fuera cada vez más necesaria, intensificándose también la vigilancia en La Línea para localizar a criminales huídos de la justicia española que buscaban refugio en la colonia británica de Gibraltar.
Sirva como ejemplo el caso descrito en una nota del ministerio de la Gobernación, publicada en la Gaceta de Madrid el 11 de septiembre de 1851. Se basaba en el parte dado por el ya teniente Morillas, informando de los movimientos de un conocido bandolero de la época, apodado “Zamarra”.
Éste se había refugiado con dos de sus secuaces en el Peñón, de donde había terminado siendo expulsado por las autoridades coloniales y continuado su huida vía marítima hasta la costa africana. Dicha Gaceta publicaría el 6 de octubre siguiente, que el cónsul de España en Marruecos lo había puesto a disposición del comandante general del Campo de Gibraltar.
El crecimiento de La Línea de Gibraltar y la necesidad de contar con la presencia permanente de la Guardia Civil para garantizar la seguridad ciudadana de vecinos y transeuntes, terminó motivando la creación de un puesto fijo.
Si bien no se ha podido todavía localizar la fecha exacta de su creación si se tiene constancia de su existencia en 1853, gracias a la publicación de la distribución territorial de la Benemérita en la provincia, en el núm. 111 de fecha 20 de octubre, del “Guía del Guardia Civil” (antecedente histórico del actual boletín oficial del Cuerpo).
De los 25 puestos con que contaba entonces la Guardia Civil gaditana, 6 de ellos estaban ubicados en el Campo de Gibraltar: Algeciras, Los Barrios, Jimena de la Frontera, La Línea de Gibraltar, Tarifa y San Roque, estando establecido el oficial jefe en dicha población.
Además de dichas referencias, quedaron recogidas durante los años siguientes en el boletín oficial del Cuerpo numerosas actuaciones beneméritas y policiales protagonizadas por sus componentes, acaecidas con anterioridad a la segregación de La Línea respecto a San Roque.
Entre las primeras destacaba la publicada el 8 de febrero de 1860. Está referida a la acción benemérita realizada justo un mes antes cuando como consecuencia de un fuerte temporal, los componentes del puesto de La Línea de Gibraltar salvaron la vida de un total de 22 tripulantes de varios buques que naufragaron frente a la costa.
Se trataban del cabo 2º Eugenio Martínez, del guardia 1º José Torres y de los guardias 2º Francisco Pitarque, Antonio Pérez y José Gómez, “para cuyo fin los tres primeros se arrojaron al mar despreciando lo imponente de este elemento”, tal y como se hacía constar textualmente.
Entre las actuaciones policiales se encontraba la publicada el 1º de julio de 1867. Se trataba del servicio llevado a cabo por el guardia 1º Bartolomé Varela y el guardia 2º Ignacio Coto, consistente en la detención del paisano Diego Pascual Sánchez, vecino de la población sevillana de Pruna, por el robo de dos caballerías a su propietario Juan Sánchez en dicha localidad, que pudieron ser recuperadas.
A finales de 1869, la pedanía de La Línea de Gibraltar, contaba con 426 vecinos, 136 casas de mampostería edificadas y 150 huertos. Al considerar 330 de aquellos que tenían capacidad y entidad más que suficiente para independizarse, solicitaron de la Regencia del Reino su segregación de San Roque para constituirse en un nuevo término municipal.
Tras informar favorablemente el Consejo de Estado, una vez evaluados los informes dispares emitidos por el Ayuntamiento de San Roque y la Diputación Provincial de Cádiz, el ministro de la Gobernación comunicó por escrito el 17 de enero de 1870 al gobernador civil de Cádiz, de orden del Regente, que dicha segregación había sido autorizada, dando así carta de naturaleza al nuevo término municipal.
La primera corporación formada aprobó en sesión de 30 de julio siguiente, el nombre de La Línea de la Concepción, adoptando el puesto de la Guardia Civil también dicha denominación.
El nuevo municipio iniciaba así su andadura y el benemérito Instituto, que ya llevaba más de dos décadas allí, continuó presente desde entonces, garantizando en soledad durante muchas décadas, la seguridad ciudadana de sus vecinos, al ser en esa población el único cuerpo policial estatal competente hasta bien entrado el siglo XX.
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