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viernes, 28 de febrero de 2014

ISAAC PERAL, 150 AÑOS DE HISTORIA.

CL aniversario del nacimiento del Teniente de Navío Isaac Peral (1851-2001).

Su submarino, construido en La Carraca, realizó las pruebas en la bahía de Cádiz.



Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en el "DIARIO DE CADIZ" del 19 de noviembre de 2001, pág. 22. 

El original está ilustrado con dos fotografías en blanco y negro.

Introducción.


Este año se conmemora el 150º aniversario del nacimiento de uno de los más ilustres hombres que ha dado nuestra Armada: Isaac Peral Caballero, quien durante muchos años fue vecino de San Fernando, en cuya calle Murillo una placa nos recuerda su prolongada presencia en estas tierras gaditanas.

Nacido en Cartagena el 1 de junio de 1851, era el segundo de tres hijos varones, fruto del matrimonio de Juan Manuel Peral, condestable de la Marina, y de Isabel Caballero. A los 14 años de edad, siguiendo la tradición familiar, ingresó en el Colegio Naval Militar en donde se graduó como guardiamarina de 2ª clase en diciembre de 1866.

Durante los cinco años siguientes realizó sus prácticas en diversos buques de guerra, llegando a navegar hasta las islas Filipinas. En enero de 1872, tras alcanzar el cuarto puesto de su promoción, obtuvo el grado de alférez de navío. 

Un año después fue destinado como segundo comandante del cañonero "Dardo", interviniendo en varios combates librados en Cuba, en donde fue recompensado por su valor con la cruz roja del mérito naval. También participó posteriormente, como segundo comandante de la goleta "Sirena", en las terceras guerras carlistas volviendo a destacar por su audacia.

Científico en San Fernando.



Sin embargo su verdadera pasión eran la ciencia y la técnica naval. Consecuente con ello solicitó su destino en octubre de 1875 como instructor de guardiamarinas en la fragata "Blanca"

Al año siguiente, contrajo matrimonio con María del Carmen Cencio, hija del que fue ilustre alcalde de San Fernando y médico de la Armada, Antonio Cencio Romero. De dicha unión nacieron nueve hijos.

En 1877 ingresó en la Escuela de Estudios Superiores de la Armada, afecta por entonces al gaditano Observatorio Astronómico de San Fernando, siendo autor de diversas obras científicas. 

Entre ellas destacó "Hipótesis sobre la teoría de los huracanes", siéndole otorgada por ello la cruz blanca de primera clase al mérito naval. Otros trabajos suyos posteriores trataron sobre álgebra, geometría y los aspectos astronómicos, geográficos y meteorológicos relacionados con la luna.

En julio de 1880 ascendió a teniente de navío y en enero del año siguiente fue destinado a Filipinas como comandante del cañonero "Caviteño". 

Allí contrajo el cólera durante una epidemia, teniendo que ser repatriado en diciembre de 1882. A su vuelta a San Fernando ejerció como profesor de física matemática, química y alemán de la Escuela de Estudios Superiores de Marina, que a partir de 1885 dejó de estar afecta al Observatorio cambiando su nombre por el de Academia de Ampliación.

Fue precisamente durante esa época cuando Isaac Peral comenzó sus investigaciones sobre la navegación submarina y el diseño de un buque sumergible, tomando contacto con otros ilustres oficiales científicos de la Armada, tales como José Luis Díez, José Castellote, Joaquín Ariza o Tomás de Azcárate Menéndez, a quien por cierto se hará por fin justicia con su próxima inclusión en el callejero isleño.

Proyecto del submarino.

Con el estallido del conflicto alemán de las islas Carolinas, Peral hizo públicos sus trabajos, verdaderamente revolucionarios para la época y que aspiraban a crear una eficaz y potente fuerza submarina. El ministro de Marina, almirante Manuel de la Pezuela Lobo, mostró su interés y le concedió un crédito de 5.000 pesetas para completarlos.

Una vez concluido el proyecto fue presentado a diversos organismos navales, autorizándose un nuevo crédito de 25.000 pesetas. Por fin, el 20 de abril de 1887, siendo ministro de Marina el almirante Rafael Rodríguez Arias, y gracias al apoyo de la reina regente María Cristina, se aprobó la construcción del prototipo del submarino. 

Apenas seis meses después, el 7 de octubre, comenzaron bajo la dirección de Peral las obras en el arsenal de La Carraca.

Tras superar no pocos obstáculos, envidias y avatares, incluida la sustracción de planos por agentes extranjeros, el submarino fue botado con éxito en medio de una gran expectación el 8 de septiembre de 1888 en la bahía de Cádiz.

Transcurrido medio año, el sumergible dotado de casco metálico, periscopio, propulsión eléctrica y armamento torpedero, empezó un satisfactorio y largo ciclo de pruebas en las aguas gaditanas que alcanzaron su cenit el 13 de junio de 1890 cuando llegó a navegar a una profundidad de diez metros durante una hora en mar abierto.

Fruto de ello la junta de pruebas dio luz verde a la realización del segundo y definitivo prototipo, estallando una ola de entusiasmo popular, que llevó al propio presidente del gobierno español, Práxedes Mateo Sagasta, a proponer al audaz marino para la laureada de San Fernando y un título nobiliario. Incluso la reina regente le regaló un sable que había pertenecido a su marido, el difunto Alfonso XII.

A propuesta de Federico Joly Diéguez, director del "DIARIO DE CADIZ", el catedrático Alfonso Moreno Espinosa y el político Adolfo de Castro Rossi, el cabildo municipal acordó en su sesión del 20 de junio de 1890, ponerle su nombre a una calle de la ciudad, la actual avenida Ramón de Carranza.

Postergación y muerte.



Sin embargo, a pesar de todos estos éxitos, el proyecto fue bruscamente postergado. Detrás de ello se confabularon factores tan diversos como un cambio de gobierno contrario al anterior, así como fuertes presiones extranjeras, especialmente del Reino Unido. Finalmente el apoyo oficial fue retirado el 12 de diciembre de ese mismo año.

Peral, presionado, amargado, decepcionado y enfermo de un cáncer incipiente solicitó su baja de la Armada que le fue concedida el 5 de noviembre de 1891. Desde su retiro militar, que no científico, se presentó por dos veces a diputado a Cortes por el distrito de El Puerto de Santa María, con el ánimo de reivindicar su submarino.

Marchó a Madrid y llegó a crear su propia empresa: "Centro Industrial y de Consultas Electro-Técnicas Isaac Peral", patentando diversos inventos. Trasladado a Berlín para ser operado de su cáncer, falleció allí el 25 de junio de 1895, siendo sus restos conducidos a Madrid donde fueron enterrados. 

Posteriormente, y a pesar de haber surgido una iniciativa para llevarlos al panteón de marinos ilustres de San Fernando, se depositaron finalmente en Cartagena, en donde reposan actualmente.

Libro conmemorativo.



Isaac Peral, insigne marino y científico, al igual que otros grandes genios, ha recibido más homenajes después de su muerte que en vida. Su nombre, además de dar luz a innumerables calles, dentro y fuera de España, ha servido tanto para bautizar diversos submarinos de nuestra Armada en muy diferentes épocas, el "A-0", el "C-1" o el "S-32" como la actual base de submarinos de Cartagena.

Para conmemorar este 150 aniversario se ha publicado la magnífica e ilustrada obra "Tras la estela de Peral", cuyo autor, Diego Quevedo Carmona, es subteniente electrónico submarinista de la Armada, aportando numerosa e inédita información, tanto documental como fotográfica.

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