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sábado, 21 de septiembre de 2024

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCXL). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (24).


Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 9 de septiembre de 2024, pág. 14.


El original está ilustrado con una fotografía en blanco y negro.


  

La consulta de la “Escaleta de Generales, Jefes y Oficiales”, fechada el 1 de enero de 1945, redactada por el Negociado Primero de la Sección de Personal de la Dirección General de la Guardia Civil y publicada por el “Taller-Escuela de Artes Gráficas de Huérfanos de la Guardia Civil” en Madrid, es muy interesante, pues lamentablemente no son muchos los documentos del Cuerpo que pueden consultarse de esa época. 

Además, no hay que olvidar que entonces se estaba disputando todavía la Segunda Guerra Mundial, aunque fuera ya en sus últimos meses, y que si bien España no estaba encuadrada en ninguno de los bandos contendientes, su línea gubernamental, aún a pesar de algunas modificaciones y variaciones, era bien conocida.

Sin olvidar tampoco que existía una estricta y severa censura oficial que afectaba a todo el territorio nacional así como al Protectorado de España en Marruecos y a nuestras posesiones en Guinea, Ifni y Sahara, hay que significar que cada zona vivió todo aquello con sus propias peculiaridades.

La zona del Campo de Gibraltar tuvo varias características principales durante ese periodo. Mencionaremos ahora sólo tres de ellas, si bien hubo otras muchas, además del espionaje, que tan atractivo puede resultar desde el punto de vista literario, pero que fue entonces de gran relevancia. 

Por una parte estaba la presencia y actividad militar de la colonia británica de Gibraltar. La mayor parte de su población civil fue evacuada y el Peñón en ocasiones fue bombardeado por los alemanes que llegaron a planear minuciosamente su conquista y ocupación militar, si bien fueron realmente los italianos los que realizaron los principales ataques, aunque fueron puntuales y contra objetivos militares concretos.

Por otra parte, el Ejército de Tierra español, además de potenciar sus servicios de inteligencia y contrainteligencia, en los que también participaron miembros de la Guardia Civil, reforzó militarmente toda esa costa, además de otras zonas del territorio nacional, y construyó numerosas casamatas de diversos tamaños, muchas de las cuales todavía pueden contemplarse, en mejor o peor estado de conservación, como mudos testigos de aquella época.

Y la tercera, fue el Cuerpo de la Guardia Civil. Amplió en más del doble el territorio y misiones de su nueva 337ª Comandancia Mixta del Campo de Gibraltar, con cabecera en la ciudad de Algeciras. Para ello se extendió además por zonas costeras y del interior que anteriormente habían pertenecido a las antiguas Comandancias de Carabineros y de la Guardia Civil, tanto de Cádiz como de Málaga. Si bien es cierto que últimamente se ha ampliado el conocimiento de lo acaecido, aún queda mucho por investigar y escribir.

La escaleta inicialmente citada, fechada al inicio de 1945, se componía principalmente de tres escaletas que distribuían al personal en función de la procedencia de sus integrantes: una primera de “Generales, Jefes y Oficiales de Rurales y Móviles”, que eran los procedentes del Cuerpo de la Guardia Civil antes de la ley de 15 de marzo de 1940; una segunda compuesta por “Generales, Jefes y Oficiales de Costas, Fronteras y Especialistas”, que eran los que perteneciendo a la Benemérita como consecuencia de dicha ley, procedían del desaparecido y absorbido Cuerpo de Carabineros; y una tercera de “Subalternos del nuevo Cuerpo de la Guardia Civil, con arreglo a la ley de 15 de marzo de 1940 (D.O. núm. 65) y orden de 27 de mayo de 1944 (D.O. núm. 119)”.

Sobre la mentada ley ya se ha descrito suficientemente en anteriores artículos que supuso, entre otras cuestiones, el final del Cuerpo de Carabineros y la integración de sus componentes en el de la Guardia Civil. Respecto a la citada orden del Ministerio del Ejército, se establecía en su artículo 1º que, “todos los brigadas procedentes de los antiguos Institutos de la Guardia Civil y Carabineros que hayan ascendido a tenientes del nuevo Cuerpo de la Guardia Civil con posterioridad a la ley de 15 de marzo de 1940, previa aprobación del curso reglamentario en el Centro de Instrucción, constituirán un escalafón único y podrán servir indistintamente en cualquier especialidad de dicho Cuerpo”.

Para establecer el orden de colocación en la escala, según el articulo 2º de dicha orden ministerial, se tendría en cuenta la antigüedad en el empleo de teniente, y cuando ésta fuera igual, serviría para graduar la preferencia, la mayor antigüedad en el empleo de brigada. En caso de coincidencia, decidiría sucesivamente la antigüedad en alcanzar los empleos de sargento o cabo, fecha de ingreso en el Cuerpo de procedencia (Carabineros o Guardia Civil), mayor tiempo de servicio y la edad.

Se significaba expresamente en dicho artículo que ello sería de aplicación a los brigadas que el citado 27 de mayo de 1944 hubieran finalizado con aprovechamiento los estudios en el Centro de Instrucción y estuvieran pendientes del ascenso al mentado empleo de teniente.

Conforme al artículo 3º, en lo sucesivo serían convocados los demás brigadas del Cuerpo al citado Centro de Instrucción en Madrid. Allí debían de seguir el correspondiente curso de aptitud para el ascenso, “por rigurosa antigüedad en el empleo dentro del Cuerpo de procedencia”. Para graduar el número que de los llamados había de corresponder a una y a otro, se atendería, “a la proporcionalidad de los efectivos globales de ambas”. 

Aquellos que superasen con aprovechamiento dicho curso serían promovidos al empleo de teniente, “con ocasión de vacante, por riguroso orden de antigüedad”, que sería observado para la colocación en el nuevo escalafón único. “Los no presentados por enfermedad u otra causa ajena a su voluntad”, serían llamados al siguiente curso que se convocase, escalafonándose en su promoción, “con arreglo a su antigüedad en el empleo de brigada”. 

Respecto a los que no aprobasen dicho curso, serían convocados al siguiente. Caso de no superarlo debían volver a sus comandancias, “quedando definitivamente inhabilitados para el ascenso a oficial”. Esto supuso que quedase modificado en dicho sentido lo dispuesto en la orden de dicho ministerio, de 17 de enero de 1941 (D.O. núm. 16), que establecía que todos los brigadas que llevasen más de dos años en dicho empleo y se encontrasen en el primer tercio de la escala, serían llamados por rigurosa antigüedad al mentado Centro de Instrucción, donde debían aprobar dos cursos de ocho meses para su ascenso a teniente.

Respecto a los incluidos en la escaleta inicialmente citada, en enero de 1945, seguían al frente de la 337ª Comandancia Mixta (Algeciras) sus dos jefes de mayor antigüedad, el teniente coronel Manuel Sanmartín Rives y el comandante Ignacio Molina Pérez, ambos procedentes del desaparecido Cuerpo de Carabineros, así como en tercer lugar, el también comandante Juan del Río Fernández que procedía del Cuerpo de la Guardia Civil, desde mucho antes de la citada ley de 15 de marzo de 1940.

Mención especial merecería el entonces nuevo primer jefe de la 237ª Comandancia Mixta (Cádiz), Roger Oliete Navarro, destinado a la misma por orden del Ministerio del Ejército, de 22 de julio de 1944, a cuyo frente permaneció hasta su ascenso a coronel en 1952 y que terminaría siendo general de división subdirector general de la Guardia Civil.

(Continuará). 

 

 

 

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