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miércoles, 3 de diciembre de 2014

ENTREGA DE ENSEÑAS NACIONALES A LA GUARDIA CIVIL EN SEVILLA EN 1922.


Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en la Sección "Historia" de la Revista profesional "GUARDIA CIVIL" núm. 781, correspondiente al mes de mayo de 2009, pág. 72-76.

El original está ilustrado por dos fotografías en color y cuatro en blanco y negro.


El 11 de junio de 1922, bajo la presidencia de S.A.R. el Infante Don Carlos de Borbón y Borbón, capitán general de la 2ª Región Militar, se procedió en Sevilla a la entrega de una bandera y un estandarte a las Comandancias de Infantería y Caballería del 4º Tercio, donadas por la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación.


Más de ocho décadas después la capital hispalense volvió a ser escenario de una ceremonia similar. El 7 de octubre de 2008 se procedió al acto de bendición y entrega de bandera a la 4ª Zona de la Guardia Civil de Andalucía durante el brillante acto que se celebró en la plaza de España de la capital hispalense, presidido por S.A.R., la Infanta Dña. Cristina de Borbón y Grecia.

El derecho a uso de la enseña nacional, en su modalidad de bandera, le había sido concedido por Orden Ministerial de Defensa núm. 152/2007, de 28 de diciembre, siendo donada por el Real Círculo de Labradores y Propietarios de Sevilla –que acaba de cumplir su CL aniversario- y recibida por el jefe de dicha Zona, el general de brigada Antonio Dichas Gómez.

La 4ª Zona, que fue creada como tal por Real Decreto 367/1997, de 14 de marzo, mediante el que se determinó la organización periférica de la Dirección General de la Guardia Civil, tuvo su primer antecedente histórico en la 2ª Zona que se creó por Real Orden Circular del Ministerio de la Gobernación de 20 de mayo de 1926, mediante el cual las fuerzas del Instituto se dividieron, por primera vez, en cuatro zonas.

Mientras que la 4ª Zona está actualmente integrada por las Comandancias de Algeciras, Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén, Málaga y Sevilla, además de corresponderle el impulso y la inspección del servicio, la dirección y coordinación de los órganos de investigación y la gestión de los recursos humanos de las Comandancias de Ceuta y Melilla, la 2ª Zona pasó en 1926 a componerse por los Tercios 4º de Sevilla (Comandancias de Huelva, Sevilla y de Caballería), 8º de Granada (Comandancias de Almería y Granada), 15º de Murcia (Comandancias  de Alicante y Murcia), 16º de Málaga (Comandancias de Cádiz y Málaga), 18º de Córdoba (Comandancias de Córdoba, Ciudad Real y Caballería) y 23º de Jaén (Comandancias de Albacete, Jaén y Caballería), así como las Comandancias de Canarias y Marruecos, siendo su primer jefe, el general de brigada Benito Pardo González, quien años después ascendería al empleo de general de división y sería subdirector general del Cuerpo en el periodo 1931-1932.

Los actos de 1922.

Gracias a las activas gestiones realizadas por el presidente de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Sevilla, Diego Gómez Quintana, como “el más digno representante de las fuerzas vivas hispalenses”, se autorizó por Reales órdenes del Ministerio de la Guerra, de 12 de marzo y 14 de abril de 1921, respectivamente, la donación por dicha entidad, de una bandera nacional al 4º Tercio y de un estandarte nacional a su Comandancia de Caballería.

Recordando al lector que aquél era un periodo de constantes conflictos sociales que afectaban gravemente al orden público, el cual debía ser restablecido por la Guardia Civil, las razones de su concesión por el Rey Alfonso XIII quedaron claramente reflejadas en la exposición de motivos de la primera de aquellas: “para perpetuar con tan gloriosa enseña el recuerdo de admiración y gratitud hacia la brillante actuación de los jefes, oficiales y tropa del indicado Tercio contra la acción sindicalista antisocial, que ha hecho renacer la tranquilidad en aquella provincia”.

Habría de transcurrir más de un año para que se celebrara la correspondiente ceremonia pública de donación y bendición de enseñas. Muchas de las anécdotas y detalles, fotografías incluidas, de aquella memorable jornada quedaron recogidos, amén de la prensa de la época, en una extensa crónica del núm. 149 de julio de 1922 de la desgracidamente desaparecida “Revista Técnica de la Guardia Civil”, publicación mensual redactada por jefes y oficiales del Cuerpo, fundada en 1914 por el capitán Miguel Gistau Ferrando y declarada de utilidad por Real Orden de 18 de mayo de 1916.

Gracias al “Historial del 38º Tercio y de la 138ª Comandancia de la Guardia Civil de Sevilla”, que también se conserva en nuestro Servicio de Estudios Históricos, puede profundizarse en lo acontecido aquel domingo. En dicho documento, confeccionado hace ya cuatro décadas, se reproducen, entre otras cosas, la Orden General de la Plaza de 10 de junio de 1922, dictada por la Capitanía General de la Segunda Región Militar, así como la Orden General de la Dirección General del Cuerpo dictada en Sevilla y la Orden del 4º Tercio, ambas de fechas 11 y 15 de ese mismo mes.

Por último destacar muy especialmente, gracias al historiador e inspector del CNP Francisco Carmona Obrero, la magnífica colección fotográfica de Cecilio Sánchez del Pando, que sobre dicho acto se conserva en la fototeca de la hemeroteca municipal de Sevilla, y cuya muestra ilustra parte de este artículo.

Si la ceremonia del 7 de octubre de 2008 tuvo por marco incomparable la bella plaza de España, construida con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929, la desarrollada el 11 de junio de 1922 tuvo por escenario el Prado de San Sebastián, donde antaño se celebraban los actos más importantes y populares de la capital, entre ellos la famosa Feria de Abril.

Al igual que la Infanta Cristina de Borbón ostentó la representación del Rey Juan Carlos I, honró de la misma manera el Infante Carlos de Borbón, la representación del Rey Alfonso XIII, estando acompañado de su esposa la Infanta Luisa de Orleáns y sus hijos Carlos e Isabel.

También asistieron las principales autoridades civiles y militares de la plaza, destacando entre las primeras el gobernador civil de la provincia, Fernando Sartorius y Díaz de Mendoza, vizconde de Priego, y el alcalde accidental de Sevilla, Antonio Giménez de Aragón.

Para tan memorable acto se dispuso igualmente la representación de sendas representaciones de la guarnición del Ejército en Sevilla, formadas en la avenida de Menéndez Pelayo y compuestas, además de por comisiones de jefes y oficiales, por una compañía del Regimiento de Infantería Soria nº 9, del Regimiento de Infantería Granada nº 34 con su banda de música, del Regimiento de Zapadores Minadores nº 3, de Intendencia y de Sanidad, así como una batería del Regimiento de Artillería Ligera nº 3 y un escuadrón del Regimiento de Cazadores Alfonso XII nº 21, con sus respectivas banderas y estandartes.

La representación del Cuerpo estuvo encabezada por el propio Director General, el teniente general Juan Zubia Bassecourt, que vistió para la ocasión el uniforme de coronel honorario de nuestro benemérito Instituto, nombramiento con el que el Rey Alfonso XIII le acababa de distinguir por Real Decreto de 12 de marzo. Acudió acompañado de su ayudante, el teniente coronel Federico Santiago Iglesias y de su secretario particular, el capitán Teobaldo Guzmán Muñoz.

Las comisiones de la Guardia Civil –ajenas al 4º Tercio de Sevilla que estaba implicado de lleno en la ceremonia- estuvieron integradas por numerosos jefes de Tercio y sus respectivos secretarios. Concretamente del 1º Tercio de Madrid (coronel Antonio Pons Santoyo y capitán Ricardo Ferrari Ayora), del 1º Tercio de Caballería de Madrid (coronel Ciriaco Iriarte Oyarvide), del 7º Tercio de Zaragoza (coronel Angel Herreras de Burgos y capitán Eulogio Pérez Martín), del 8º Tercio de Granada (coronel Benito Pardo González -ya citado anteriormente- y capitán Aquilino Porras Rodríguez), del 9º Tercio de Valladolid (coronel Inocencio Martín Piris y capitán Mariano Nieto Sánchez), del 13º Tercio de San Sebastián (coronel Narciso Porta Ascanio y capitán Nicolás Canalejo Iriarte), del 17º Tercio de Tarragona (coronel Luciano Sanz Sanz y capitán Miguel Gil Domingo), del 24º Tercio de Pontevedra (coronel Ulpiano de la Hoz Zufiria y capitán Fernando Monasterio Bustos) así como el coronel José Santandreu Rejano, del cuadro eventual de mando.

La Comandancia de Huelva estuvo representada por su jefe, el teniente coronel José Rey Santiago, acompañado del capitán Arturo Blanco Horrillo y del teniente Sebastián Cortada Gómez. Asimismo se había desplazado hasta allí, la banda de música del Colegio de Valdemoro, dirigida por el profesor Ildefonso Moreno Carrillo y a las órdenes del teniente Saturnino del Pozo García.

La fuerza de infantería y caballería del 4º Tercio, formada en la avenida de San Sebastián, se encontraba mandada por el coronel subinspector José González Hernández, quien estaba acompañado del capitán ayudante Fernando Alvarez Holguín.

La infantería fue organizada en un batallón formado por tres compañías con un total de 291 hombres además de las bandas y escuadras de gastadores, estando al frente del mismo el teniente coronel Román Gómez Sánchez, jefe de la Comandancia de Sevilla, seguido del comandante José Benítez Trujillo. La caballería, organizada en un regimiento de tres escuadrones, con 240 caballos, escuadra y banda, estaba bajo las órdenes del teniente coronel José Martín Mateos, con el comandante Antonio Escobedo Góngora y el capitán ayudante Juan Fernández Robles.

Las compañías estaban mandadas por los capitanes Miguel García de Lomas Barrachina, Marcelino Muñoz Lozano y Antonio Naranjo Limón, mientras que sus subalternos eran los tenientes Juan Peralta Villar, Antonio Pérez Lázaro, Juan Cantero Carrero y Luis Peralta Villar así como los alféreces Fermín Pascual Martín, Antonio Pastor Carrasco, Leonardo Rodríguez Machín, Pedro Rodríguez Guerrero, José Quintana Acuña y José Martín Salazar, actuando de abanderado el teniente Ezequiel González Ballesta.

Los escuadrones estaban mandados por los capitanes Jesús Ransanz García, Francisco Fernández Ortega y José Almeida González, mientras que sus subalternos eran los tenientes Alejandro Escribano Culebras, Cristóbal Muñoz Sánchez, Angosto Osuna Morente, Francisco Gómez Rodríguez y Manuel Martínez Castaño así como los alféreces Benigno Santamaría Bernal, Eusebio Sánchez Carnicero y Gorgonio Barco Ledesma, junto al suboficial Lorenzo Rodríguez Soto y actuando de porta-estandarte el teniente Paulino García Esteban

La ceremonia comenzó, ante un altar presidido por una imagen de la Virgen del Pilar, con una misa oficiada por el capellán mayor Cipriano López Lobo, procediéndose seguidamente a la bendición de ambas enseñas nacionales por el arzobispo de la diócesis Eustaquio Illundain Esteban. Las recibió de manos del Infante Carlos y del general Zubia, tras serle cedido a éste dicho honor por la Infanta Luisa de Orleáns, que era a quien inicialmente correspondía. Una vez bendecidas se hicieron cargo de las enseñas los dos jefes de las comandancias sevillanas, quienes a su vez se las entregaron a sus respectivos abanderados.

A continuación, el coronel subinspector del 4º Tercio de Sevilla se dirigió a sus fuerzas formadas, con la siguiente arenga: “Señores, todos los que tenemos la honra de estar alistados bajo estas Banderas, que Dios nuestro Señor se ha dignado bendecir para que nos protejan en todas nuestras adversidades, nos auxilien contra los enemigos del Rey y de las Leyes, tenemos el deber de conservarlas y defenderlas hasta perder nuestra propia vida, porque así lo demanda el servicio de Dios, la honra de la Nación, el crédito del Tercio y nuestro propio honor. Y en fe y señal de que así lo prometemos, ¡Batallones, carguen armas, apunten, fuego!.”

Tras las salvas de ordenanza, la ceremonia finalizó con el desfile ante las autoridades civiles y militares de todas las fuerzas asistentes, haciéndolo primero las del Ejército y después las del 4º Tercio de la Guardia Civil, pasando por delante de la casa donde había nacido el director general del Cuerpo. Todo ello ante el numerosísimo público que abarrotó las avenidas de San Sebastián y de San Diego, así como la calle de San Fernando y Puerta de la Carne.

Uno de aquellos guardias civiles, tal y como relataba la “Revista Técnica”, se encontraba el día anterior con los pies llenos de ampollas y en carne viva, por cuya causa fue nombrado cuartelero para librarle de la formación; pero él, por la noche, se pintó los pies de yodo, hasta quedar totalmente barnizados, y así se presentó a su teniente, alegando que en tan solemnes días nadie debía quedarse en el cuartel. “Formó, desfiló y acompañó a su bandera, …”.

Recompensa y jura de bandera.

Como agradecimiento a las enseñas nacionales donadas así como en reconocimiento de los méritos contraídos por Diego Gómez Quintana, en su calidad de presidente de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de Sevilla, quien había acreditado sobradamente su acendrado cariño hacia la Guardia Civil y el Ejército, se procedió a concederle por Real Decreto de 30 de junio de 1922, la gran cruz del mérito militar.

La imposición de dicha recompensa se llevó a cabo en un acto celebrado en la capital hispalense el 14 de octubre siguiente por el citado coronel González Hernández, subinspector del 4º Tercio, ante sendas comisiones de jefes y oficiales del mismo así como de una nutrida representación de la mentada Cámara de Sevilla. La 9ª Compañía y el 1º Escuadrón de dicho Tercio formaron y rindieron los honores correspondientes.

Mes y medio después, concretamente el 1 de diciembre, se celebró la primera jura de bandera y estandarte en dichas enseñas por guardias civiles de ese Tercio. El juramento, ante el coronel subinspector, fue recibido por el comandante mayor del mismo, Antonio González Domínguez, y el capellán castrense José Burballa Jorro. Los interesados fueron, por la Comandancia de Sevilla, los guardias Andrés Hernández Corrales, Manuel Mario Caro, Juan Ojeda Ocaña y Juan Ojeda Calderón; por la Comandancia de Caballería, el trompeta Ramón Rocha Laija; y por la Comandancia de Huelva, los guardias Eleuterio Cañizares Gutiérrez, Jesús González Gutiérrez, Juan Ruiz Montesinos, Antonio Poyato Zafra, Juan Antonio Cañavera Valverde, Lauro Ruiz Fernández y Francisco Pérez Trujillo.


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