Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "DIARIO DE CADIZ" el 12 de octubre de 2013, pág. 32.
El original está ilustrado por una fotografía en blanco y negro.
La Benemérita gaditana honró a la
Virgen del Pilar por primera vez el 12 de octubre de 1913.
La primera misa se celebró en la
iglesia de San Francisco.
Por Real
Orden Circular de fecha 8 de febrero de 1913, dimanante del Ministerio de la
Guerra, “y teniendo en cuenta el
favorable informe del Provicario General Castrense, el Rey (q.D.g.), se ha servido declarar Patrona de la Guardia Civil a
Nuestra Señora la Virgen del Pilar".
Con ello
culminaba un largo proceso de casi medio siglo que se había iniciado el 19 de
septiembre de 1864, con la bendición de la capilla de la Compañía de Guardias
Jóvenes en Valdemoro. En su interior, el capellán Miguel Moreno Moreno, de
origen aragonés, había colocado previamente una pequeña talla de la “Pilarica”.
Protagonismo
fundamental había tenido en ello el obispo de Jaca, Antolín López Peláez, nacido en la casa-cuartel
leonesa de Manzanal del Puerto, donde su padre estaba destinado como guardia
civil.
La Benemérita, siendo ya arzobispo de Tarragona, le entregaría como
reconocimiento a su vital intersección, una reproducción de la instancia que había
suscrito en 1878 solicitando su ingreso en la Compañía de Guardias Jóvenes,
aunque luego marchara al seminario de Astorga, reproducida en un artístico y
policromado álbum firmado por todos los jefes y oficiales.
Diez días después de la declaración
oficial del patronazgo, el entonces director general de la Guardia Civil,
teniente general Ángel Aznar Butigieg, dictó la primera orden general
relacionado con ello, finalizando así:
“Este año, al solemnizar el día de la
Patrona, celebraremos en la Guardia Civil la primera fiesta de compañerismo.
Cuando os congreguéis para ello en cada Puesto, dedicad una oración a nuestros compañeros
que sacrificaron la vida en el cumplimiento del deber y al inolvidable Duque de
Ahumada, organizador del Cuerpo; y antes de separamos, terminad nuestra fiesta
diciendo; ¡Viva España!, ¡Viva el Rey!".
Conforme al santoral la fecha para su
celebración era el 12 de octubre. Ya en el año 1640 la ciudad de Zaragoza la había proclamado su patrona y casi un siglo después, en 1739, el
Papa Clemente XII dictaminó oficialmente esa fecha como festividad mariana.
Al acercarse dicha jornada, el nuevo director general de la Guardia Civil,
teniente general Ramón Echagüe Méndez-Vigo, conde del Serrallo, dictó la Orden General del 3 de octubre de 1913, que comenzaba
diciendo:
"Este es el primer año que va a
solemnizarse el día de la Santísima Virgen del Pilar de Zaragoza, y lo haríamos
con todo el esplendor propio del entusiasmo con que esa designación fue
recibida en el Instituto, de nuestros sentimientos religiosos y del espíritu
del Cuerpo, a no tener en cuenta que no es ocasión propia de celebrar festejos en
momentos en que nuestros compañeros sufren penalidades y arrostran peligros en
la campaña de Marruecos.”
Efectivamente
así era y la Comandancia gaditana no era ajena a ello, pues no en vano los
guardias civiles destacados en la zona de Ceuta estaban encuadrados en aquella,
compartiendo las mismas adversidades y riesgos que sus compañeros del Ejército. De hecho, el
21 de mayo y 2 de agosto anteriores, el cabo Tomás Martín Sierra y el guardia civil Andrés Orellana Zamudio,
habían encontrado la muerte en combate.
Seguidamente dicha orden general establecía, entre otras prevenciones,
que “en las capitales de provincia se costeará una misa rezada, que se
aplicará en sufragio de los compañeros del Cuerpo fallecidos, asistiendo a ella
la fuerza franca de servicio, con armas y al mando del jefe de la línea.” También se dispuso que debían concurrir al acto todos los jefes y
oficiales, invitándose a las autoridades y a los demás cuerpos del Ejército
para que pudieran designar una comisión que los representase.
Y así se hizo
en nuestra ciudad. La Comandancia de
Cádiz, pertenecía junto a la de Huelva, al 18º Tercio, cuya cabecera estaba ubicada
en la capital gaditana. Estaba integrada entonces por tres compañías de
infantería con cabeceras en San Fernando, Algeciras y Villamartín, un escuadrón
de caballería con cabecera en Jerez de la Frontera, así como una compañía mixta
afecta en Ceuta, plaza que hasta 1925 no sería segregada de la provincia de
Cádiz.
Gracias
a la minuciosa crónica de DIARIO DE CÁDIZ, publicada con titulares en su
portada del lunes 13 de octubre de 1913, se puede conocer los detalles de la
primera celebración de la Patrona de la Benemérita en nuestra capital.
Minutos
después de las nueve y media de la mañana anterior, llegó a la iglesia
conventual de San Francisco, marchando en perfecta formación, una sección de
guardias civiles al mando del primer teniente José Colombo de León, dando
comienzo la ceremonia religiosa a las diez en punto con el recinto al completo
de fieles.
Por
parte de la Benemérita asistieron el general de brigada, retirado, José Luis
Gay González, que anteriormente había mandado la comandancia y el 18º Tercio de
Cádiz; el coronel jefe de dicho Tercio, Julio Pastor de la Rosa; el teniente
coronel Casimiro Acosta Custardoy, jefe de la Comandancia; el comandante
Francisco Díaz Duarte, los capitanes Ramón Aceituno Rocamonde y José Sánchez
Otero, así como el primer teniente Gregorio Márquez.
El
Ejército estuvo representado por el general de brigada de Infantería Manuel
Llopis Ruiz, en ausencia del gobernador militar y futuro director general de la
Guardia Civil, el general de división Juan Zubia Bassecourt.
También
asistieron el sargento mayor de plaza, coronel de Infantería Carlos Contreras
Mangas; el comandante de Estado Mayor Rafael Rodríguez Ramírez y comisiones de
los regimientos de Infantería, Pavía núm. 48 y Álava núm. 56; de Caballería
Cazadores de Alfonso XII núm. 21; de la Comandancias de Artillería y de
Ingenieros así como del Parque de Artillería; además del resto de cuerpos de la
guarnición, entre lo que estaban la 6ª Subinspección y Comandancia de
Carabineros.
La
Armada lo estuvo por el comandante militar de marina Miguel Ambulody Patero, el
2º comandante José Antonio Escobar y el capitán de Infantería de Marina Pedro de
Castro.
Las
autoridades civiles estuvieron encabezadas por el presidente de la Diputación
Provincial Eudaldo López Aldazábal y el alcalde de Cádiz Ramón Rivas
Valladares, asistiendo el fiscal Facundo de la Cruz y otras personalidades de
la sociedad gaditana.
La
ceremonia fue oficiada por el capellán
castrense de la plaza Gregorio Gallego Medina y durante la misa pulsó el
armonium, interpretando composiciones de gran belleza, el organista del
convento, el religioso franciscano fray Marcelo Ceballos. Todo ello mientras
daban guardia con armas al altar, un cabo y cuatro guardias civiles.
Al
finalizar el culto, todos los asistentes se trasladaron a la plaza de Loreto,
hoy San Francisco, para presenciar el desfile de la sección hasta su
casa-cuartel, ubicado desde principios de 1845 hasta principios de 1929 en la
vecina calle Antonio López núm. 1.
La
crónica del DIARIO concluía afirmando que la solemnidad de la festividad
religiosa había corrido pareja, “con el
entusiasmo de los guardias civiles de esta Comandancia al rendir los primeros
honores a su Excelsa Patrona”.
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