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lunes, 2 de marzo de 2015

CENTENARIO DE LA PRIMERA PATRONA DE LA GUARDIA CIVIL EN CADIZ.



Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "DIARIO DE CADIZ" el 12 de octubre de 2013, pág. 32.
El original está ilustrado por una fotografía en blanco y negro.

La Benemérita gaditana honró a la Virgen del Pilar por primera vez el 12 de octubre de 1913.

La primera misa se celebró en la iglesia de San Francisco.

Por Real Orden Circular de fecha 8 de febrero de 1913, dimanante del Ministerio de la Guerra, “y teniendo en cuenta el favorable informe del Provicario General Castrense, el Rey (q.D.g.), se ha servido declarar Patrona de la Guardia Civil a Nuestra Señora la Virgen del Pilar".

Con ello culminaba un largo proceso de casi medio siglo que se había iniciado el 19 de septiembre de 1864, con la bendición de la capilla de la Compañía de Guardias Jóvenes en Valdemoro. En su interior, el capellán Miguel Moreno Moreno, de origen aragonés, había colocado previamente una pequeña talla de la “Pilarica”.

Protagonismo fundamental había tenido en ello el obispo de Jaca, Antolín López Peláez, nacido en la casa-cuartel leonesa de Manzanal del Puerto, donde su padre estaba destinado como guardia civil.

La Benemérita, siendo ya arzobispo de Tarragona, le entregaría como reconocimiento a su vital intersección, una reproducción de la instancia que había suscrito en 1878 solicitando su ingreso en la Compañía de Guardias Jóvenes, aunque luego marchara al seminario de Astorga, reproducida en un artístico y policromado álbum firmado por todos los jefes y oficiales.

Diez días después de la declaración oficial del patronazgo, el entonces director general de la Guardia Civil, teniente general Ángel Aznar Butigieg, dictó la primera orden general relacionado con ello, finalizando así:

“Este año, al solemnizar el día de la Patrona, celebraremos en la Guardia Civil la primera fiesta de compañerismo. Cuando os congreguéis para ello en cada Puesto, dedicad una oración a nuestros compañeros que sacrificaron la vida en el cumplimiento del deber y al inolvidable Duque de Ahumada, organizador del Cuerpo; y antes de separamos, terminad nuestra fiesta diciendo; ¡Viva España!, ¡Viva el Rey!".

Conforme al santoral la fecha para su celebración era el 12 de octubre. Ya en el año 1640 la ciudad de Zaragoza la había proclamado su patrona y casi un siglo después, en 1739, el Papa Clemente XII dictaminó oficialmente esa fecha como festividad mariana.

Al acercarse dicha jornada, el nuevo director general de la Guardia Civil, teniente general Ramón Echagüe Méndez-Vigo, conde del Serrallo, dictó la Orden General del 3 de octubre de 1913, que comenzaba diciendo:

"Este es el primer año que va a solemnizarse el día de la Santísima Virgen del Pilar de Zaragoza, y lo haríamos con todo el esplendor propio del entusiasmo con que esa designación fue recibida en el Instituto, de nuestros sentimientos religiosos y del espíritu del Cuerpo, a no tener en cuenta que no es ocasión propia de celebrar festejos en momentos en que nuestros compañeros sufren penalidades y arrostran peligros en la campaña de Marruecos.”

Efectivamente así era y la Comandancia gaditana no era ajena a ello, pues no en vano los guardias civiles destacados en la zona de Ceuta estaban encuadrados en aquella, compartiendo las mismas adversidades y riesgos que sus compañeros del Ejército. De hecho, el 21 de mayo y 2 de agosto anteriores, el cabo Tomás Martín Sierra y el guardia civil Andrés Orellana Zamudio, habían encontrado la muerte en combate.

Seguidamente dicha orden general establecía, entre otras prevenciones, que “en las capitales de provincia se costeará una misa rezada, que se aplicará en sufragio de los compañeros del Cuerpo fallecidos, asistiendo a ella la fuerza franca de servicio, con armas y al mando del jefe de la línea.” También se dispuso que debían concurrir al acto todos los jefes y oficiales, invitándose a las autoridades y a los demás cuerpos del Ejército para que pudieran designar una comisión que los representase.

Y así se hizo en nuestra ciudad. La Comandancia de Cádiz, pertenecía junto a la de Huelva, al 18º Tercio, cuya cabecera estaba ubicada en la capital gaditana. Estaba integrada entonces por tres compañías de infantería con cabeceras en San Fernando, Algeciras y Villamartín, un escuadrón de caballería con cabecera en Jerez de la Frontera, así como una compañía mixta afecta en Ceuta, plaza que hasta 1925 no sería segregada de la provincia de Cádiz.

Gracias a la minuciosa crónica de DIARIO DE CÁDIZ, publicada con titulares en su portada del lunes 13 de octubre de 1913, se puede conocer los detalles de la primera celebración de la Patrona de la Benemérita en nuestra capital.

Minutos después de las nueve y media de la mañana anterior, llegó a la iglesia conventual de San Francisco, marchando en perfecta formación, una sección de guardias civiles al mando del primer teniente José Colombo de León, dando comienzo la ceremonia religiosa a las diez en punto con el recinto al completo de fieles.

Por parte de la Benemérita asistieron el general de brigada, retirado, José Luis Gay González, que anteriormente había mandado la comandancia y el 18º Tercio de Cádiz; el coronel jefe de dicho Tercio, Julio Pastor de la Rosa; el teniente coronel Casimiro Acosta Custardoy, jefe de la Comandancia; el comandante Francisco Díaz Duarte, los capitanes Ramón Aceituno Rocamonde y José Sánchez Otero, así como el primer teniente Gregorio Márquez.

El Ejército estuvo representado por el general de brigada de Infantería Manuel Llopis Ruiz, en ausencia del gobernador militar y futuro director general de la Guardia Civil, el general de división Juan Zubia Bassecourt.

También asistieron el sargento mayor de plaza, coronel de Infantería Carlos Contreras Mangas; el comandante de Estado Mayor Rafael Rodríguez Ramírez y comisiones de los regimientos de Infantería, Pavía núm. 48 y Álava núm. 56; de Caballería Cazadores de Alfonso XII núm. 21; de la Comandancias de Artillería y de Ingenieros así como del Parque de Artillería; además del resto de cuerpos de la guarnición, entre lo que estaban la 6ª Subinspección y Comandancia de Carabineros.

La Armada lo estuvo por el comandante militar de marina Miguel Ambulody Patero, el 2º comandante José Antonio Escobar y el capitán de Infantería de Marina Pedro de Castro.

Las autoridades civiles estuvieron encabezadas por el presidente de la Diputación Provincial Eudaldo López Aldazábal y el alcalde de Cádiz Ramón Rivas Valladares, asistiendo el fiscal Facundo de la Cruz y otras personalidades de la sociedad gaditana.

La ceremonia fue oficiada por el capellán castrense de la plaza Gregorio Gallego Medina y durante la misa pulsó el armonium, interpretando composiciones de gran belleza, el organista del convento, el religioso franciscano fray Marcelo Ceballos. Todo ello mientras daban guardia con armas al altar, un cabo y cuatro guardias civiles.

Al finalizar el culto, todos los asistentes se trasladaron a la plaza de Loreto, hoy San Francisco, para presenciar el desfile de la sección hasta su casa-cuartel, ubicado desde principios de 1845 hasta principios de 1929 en la vecina calle Antonio López núm. 1.

La crónica del DIARIO concluía afirmando que la solemnidad de la festividad religiosa había corrido pareja, “con el entusiasmo de los guardias civiles de esta Comandancia al rendir los primeros honores a su Excelsa Patrona”.


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