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miércoles, 27 de marzo de 2024

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCXIII). LA REORGANIZACIÓN EN LA POSGUERRA CIVIL (32).


Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 4 de marzo de 2024, pág. 14.


El original está ilustrado con una fotografía en blanco y negro.

 

 

Tras la ley de 15 de marzo de 1940, “reorganizando el benemérito Cuerpo de la Guardia Civil”, que entre otras cuestiones, supuso la integración en el mismo del personal, medios y acuartelamientos del Cuerpo de Carabineros, pasando a cumplir dentro de aquél las misiones tradicionales que ya venían realizando desde 1829; la ley de 4 de junio de 1940, sobre concesión de créditos para el Ministerio de la Gobernación; y la ley de 12 de julio de 1940, disponiendo los organismos que habían de formar parte del Ministerio del Ejército y las funciones de cada uno, entre los cuales se encontraba la Dirección General de la Guardia Civil; vino la Orden del Ministerio del Ejército, de 22 de agosto de 1940.

Ésta, publicada al día siguiente en el Diario Oficial del Ministerio del Ejército y firmada por su titular, el todavía general de división José Enrique Varela Iglesias, vino a reorganizar el despliegue territorial que hasta esa fecha había estado articulado en cincuenta y siete Comandancias del Cuerpo de la Guardia Civil más otras veinte procedentes del antiguo Cuerpo de Carabineros. El complejo proceso de absorción de esta antigua y también benemérita Institución estaba ya en marcha. 

El resultado sería una Guardia Civil que contaría, no sólo con un mayor volumen de personal y despliegue, sino con un número mucho más numeroso de competencias y funciones. Sin duda alguna, ello constituyó el hecho de mayor relevancia policial efectuado en España durante el siglo XX.

La nueva reorganización, conforme a dicha orden ministerial, se estructuró entonces en veinte TerciosRurales y dos Tercios Mixtos para Baleares y Canarias, con cincuenta Comandancias (una por provincia), que comprenderían fuerzas de Infantería y escuadrones de Caballería; diez compañías de Veteranos, afectas a las Comandancias rurales; once Tercios de Fronteras y Costas con veinticuatro Comandancias, que estarían integradas por compañías de Infantería y especialistas (servicio en Aduanas), así como dos Comandancias exentas y un Tercio Móvil compuesto por cuatro Comandancias.

Ello motivó que en la provincia de Cádiz, en donde había una Comandancia de la Guardia Civil y dos de Carabineros hasta entonces, se dispusiera, conforme la citada orden ministerial, un total de tres Comandancias de la Guardia Civil. Ello puede dar idea de la complejidad y singularidad de nuestra provincia.

Concretamente, en la provincia gaditana, y mediante la Instrucción General núm. 3, de 20 de febrero de 1941, dimanante de la Dirección General del Cuerpo, se dispuso la existencia de dos cabeceras de Tercio y tres Comandancias de la Guardia Civil. Todas sus jefaturas se ubicaron en la capital, ciudad de Cádiz, salvo la de una de las Comandancias que lo hizo en la ciudad de Algeciras, perteneciente al Campo de Gibraltar.

El primero de los Tercios constituidos fue el 16º Tercio Rural (Cádiz), integrado por la 116ª ComandanciRura(Málaga) y l216ª ComandanciRural (Cádiz). Prácticamente se trataba del antiguo 16º Tercio y lasantiguas Comandancias de la Guardia Civil de Málaga y Cádiz, si bien en esta ocasión su cabecera se fijaba oficialmente en la capital gaditana.

A este respecto hay que significar que esto último ya se había materializado realmente con anterioridad. Pues el entonces teniente coronel primer jefe de la Comandancia de Cádiz, Vicente González García, al ascender al empleo de coronel el 18 de octubre de 1939, y ser destinado oficialmente el día 31 de ese mes, al mando del citado 16º Tercio, que ya venía mandando accidentalmente desde casi ocho meses antes, se confirmó oficialmente su residencia en la capital gaditana. 

Las dos unidades que seguidamente integraron dicho Tercio fueron la 116ª Comandancia Rural (Málaga) y la 216ª Comandancia Rural (Cádiz). La primera había estado mandada por Manuel Pizarro Cenjor, cuyo ascenso a coronel había sido publicado en el Diario Oficial del Ministerio del Ejército el 19 de enero de 1941, firmado doce días antes y concedida antigüedad de 1 de marzo del año anterior. El 27 de enero de 1941 fue firmado su nuevo mando del 24º Tercio (Santa Cruz de Tenerife) y el destino del nuevo jefe de la entonces denominada 36ª Comandancia malagueña, teniente coronel Francisco Lafuente González, que hasta entonces era jefe de la 52ª Comandancia (Albacete). Respecto a la mentada Comandancia gaditana, que todavía abarcaba toda la provincia, a excepción del cometido que habían tenido las dos antiguas Comandancias de Carabineros, continuaba siendo su jefe el teniente coronel Manuel Márquez González. Tanto éste como Pizarro ya fueron citados en artículos anteriores.

El otro Tercio que se creó con cabecera en la provincia gaditana fue el 34º de Costas, compuesto a su vezpor las 134ª, 234ª y 334ª Comandancias de Costas de Algeciras, Cádiz y Huelva, respectivamente. Lasdos primeras se trataban, prácticamente, de las antiguas 10ª 11ª Comandancias de Carabineros deAlgeciras y Cádiz. Respecto a la de Huelva hay que recordar que tras la remodelación llevada a cabo en ese Cuerpo durante los meses de octubre y noviembre de 1935, la Comandancia de Carabineros de dicha provincia había sido entonces absorbida en su mando por la de Sevilla, dando lugar a la 12ª Comandancia. Ahora volvían a dos comandancias. 

Respecto a la provincia gaditana hay que recordar la denominación temporal que sus dos antiguas Comandancias de Carabineros, la 10ª y la 11ª, habían tomado hasta la entrada en vigor de la mentadaInstrucción General núm. 3 de 1941. Es decir, de las 66ª y 67ª Comandancias Administrativas de la GuardiaCivil, respectivamente, todo ello de conformidad con la citada ley de 4 de junio de 1940, sobre concesión de créditos para el Ministerio de la Gobernación. 

Por resolución del 29 de marzo de 1941 se destinó a mandar el mentado 34º Tercio de Costas (Cádiz) a quien había estado mandando hasta entonces la 6ª Zona de Carabineros, es decir, al coronel Nestavo García Hernáez. En dicha resolución se destinó igualmente a mandar la 334ª Comandancia (Huelva), al teniente coronel Joaquín Moreno Lara, que estaba mandando desde la etapa última de Carabineros, la Comandancia de Algeciras. Pasó a sustituirle en el Campo de Gibraltar el teniente coronel Federico Pérez Padilla, recién ascendido y destinado hasta entonces de la 64ª Comandancia Administrativa de la Guardia Civil (Almería-Granada), antigua 8ª Comandancia de Carabineros. En la 234ª Comandancia (Cádiz), el nuevo jefe nombrado a partir del 26 de febrero de 1941, había sido el teniente coronel Miguel García Rodríguez, también procedente de Carabineros.

Sucesivas reorganizaciones del Cuerpo de la Guardia Civil, acaecidas a lo largo de las décadas siguientes, irían modificando numeraciones y despliegues territoriales en el ámbito nacional, si bien seguiremos centrándonos en la provincia gaditana en general y en el Campo de Gibraltar en especial.

Así, en la primera reorganización, motivada por el decreto del Ministerio del Ejército, de 21 de diciembre de 1943, y que entró en vigor el  de marzo siguiente, Cádiz perdió la cabecera de los dos tercios y de una de las comandancias. Se creó el nuevo 37º Tercio Mixto, con cabecera en la capital malagueña, integrado por las137ª, 237ª y 337ª Comandancias Mixtas de Málaga, Cádiz y Algeciras, respectivamente.

(Continuará)

 

 

viernes, 15 de marzo de 2024

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCXII). LA REORGANIZACIÓN EN LA POSGUERRA CIVIL (31).


Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR el 26 de febrero de 2024", pág. 12.


El original está ilustrado con una fotografía en blanco y negro.



Cuando se publicó en el BOE la ley de 15 de marzo de 1940, “reorganizando el benemérito Cuerpo de la Guardia Civil”, quedó definitivamente escrito en beneficio de dicha institución militar, el final del Cuerpo de Carabineros. Éste había sido inicialmente creado por real decreto de 9 de marzo de 1829, siendo objeto de diferentes y posteriores reajustes legislativos y normativos que ya fueron expuestos en artículos anteriores. 

La Guardia Civil inició por lo tanto, a partir de 1940, un laborioso proceso de absorción de las funciones encomendadas a los Carabineros e integró entre sus filas al personal de dicho Cuerpo. Tal y como dispuso la nueva ley en su artículo 5º, le correspondió a la Guardia Civil, “la vigilancia y guarda de los campos, pueblos, aglomeraciones rurales, factorías, centros industriales y mineros aislados de las poblaciones, la de costas y fronteras, la persecución del contrabando y fraude, la previsión y represión de cualquier movimiento subversivo, y, en todo momento y lugar, la persecución de delincuentes”. Era entonces una España diferente de la actual.

Evidentemente, la absorción del Cuerpo de Carabineros no fue un proceso fácil ni por supuesto sencillo. La provincia de Cádiz en general, y el Campo de Gibraltar en particular, sabe mucho de ello. Por otra parte, se publicó posteriormente en el BOE la ley de 4 de junio de 1940, sobre concesión de créditos para el Ministerio de la Gobernación. 

Como ya se dijo en el capítulo anterior, la 10ª Comandancia de Carabineros (Algeciras), tomó inicial y seguidamente la denominación de la 66ª Comandancia Administrativa de la Guardia Civil (Algeciras). Al resto de las otras diecinueve comandancias de Carabineros entonces existentes, que terminarían desapareciendo, se le asignó la numeración correspondiente. Así, a la que tenía su residencia en la capital gaditana y cuya demarcación era la otra parte de la provincia que no ocupaba la comandancia campogibraltareña, es decir, la 11ª Comandancia de Carabineros (Cádiz), le fue asignada la denominación de la 67ª Comandancia Administrativa de la Guardia Civil (Cádiz). 

Una vez dicho esto hay que recordar al lector que la configuración geográfica y administrativa del Campo de Gibraltar, dentro de la provincia de Cádiz, era entonces diferente de la actual. Con la entrada en vigor del Decreto 3.223/1965, de 28 de octubre, esta comarca quedaría integrada por los términos municipales de Algeciras, San Roque, La Línea de la Concepción, Los Barrios, Castellar de la Frontera, Jimena de la Frontera y Tarifa. A ello hay que añadir, desde la entrada en vigor del Decreto 181/2018, de 2 de octubre, publicado en el BOE de 23 de enero siguiente, la creación del octavo municipio del Campo de Gibraltar, llamado San Martín del Tesorillo, por segregación del término municipal de Jimena de la Frontera.

Sin embargo, en 1940, año del que ahora estamos hablando, la realidad y la situación eran muy diferentes. Por Decreto de 17 de agosto de 1939, publicado en el BOE del día siguiente y dictado desde Burgos, se había restituido oficialmente, “para bien del servicio e interés nacional”, el cargo de gobernador militar del Campo de Gibraltar, con residencia en Algeciras, que con la Segunda República se había suprimido. Se concretó entonces que sería desempeñado por quien ejerciese la jefatura de la 22ª División del Ejército de Tierra.

Hay que significar que tras la finalización de la guerra civil se había procedido, mediante decreto del Ministerio de Defensa Nacional de 24 de julio de 1939, a la reorganización del Ejército. Así, en el caso que nos ocupa, la 21ª División (Sevilla), la 22ª División (Algeciras) y la 23ª División (Granada), pasaron entonces a constituir el nuevo II Cuerpo de Ejército, con cabecera en la capital hispalense. Su general jefe lo sería, al mismo tiempo, de la Segunda Región Militar. 

Al nuevo gobernador militar del Campo de Gibraltar, por lo tanto, le fueron restituidas las facultades que en relación con “los servicios de Orden Público, Vigilancia y Policía”, le asignaba el real decreto de 21 de septiembre de 1880 y las que sobre “las fuerzas de Resguardo de Mar y de Tierra”, determinaba la real orden de 21 de diciembre de 1877. Es decir, que a dicha autoridad militar pasó a corresponderle la dirección de todos esos servicios, así como las atribuciones propias de los jefes de Hacienda sobre dichas fuerzas de resguardo, en cuanto se refería a la represión del fraude y el contrabando. Finalmente, se determinaba que su jurisdicción territorial se extendía sobre los partidos judiciales completos de Algeciras y San Roque.

Para asumir dicho cometido de gobernador militar del Campo de Gibraltar sería nombrado por decreto de 24 de agosto de 1939, el general de brigada Francisco Martín Moreno. Éste cesaría en el cargo que tenía hasta entonces en Burgos de “Jefe de Estado Mayor del Cuartel General del Generalísimo”. Cinco días después dicho general sería nombrado también jefe de la mentada División núm. 22 de Infantería. 

Sobre dicho general hay que decir que en la guerra civil había sido durante más de dos años el redactor del “Parte Oficial de Guerra” del bando sublevado, razón por la cual fue nombrado “periodista honorario”, por orden de 28 de mayo de 1939, dimanante del Ministerio de la Gobernación. Su titular era Ramón Serrano Suñer, abogado y cuñado del jefe de Estado, al estar casado con una hermana de su esposa. Por la Jefatura del Servicio Nacional de Prensa se expidió seguidamente el correspondiente diploma y se notificó dicha concesión para conocimiento a las asociaciones de periodistas de la época.

Tras su ascenso el 12 de abril de 1940 a general de división fue confirmado en ambos cargos campogibraltareños por decreto del día 26 de ese mismo mes. No obstante, apenas continuó aquí, encontrándose ya Europa inmersa en la Segunda Guerra Mundial. Por decreto de 12 de julio siguiente fue nombrado “Jefe del Alto Estado Mayor”, cesando por lo tanto en los cargos que ostentaba en Algeciras. Su antecesor en Madrid, el general de división Juan Vigón Suerodíaz, había sido nombrado ministro del Aire el 27 de junio anterior, tras ser cesado en dicha responsabilidad el también general de división Juan Yagüe Blanco.

Mientras tanto, el teniente coronel de Carabineros Joaquín Moreno Lara, jefe de la 10ª Comandancia de dicho Cuerpo en el Campo de Gibraltar, continuaba los pasos previstos en la mentada ley de 15 de marzo de 1940, que lo integrarían a él y a su unidad en la Guardia Civil.

Hay que decir que la situación que se estaba viviendo por parte de los procedentes del antiguo y ya declarado a extinguir Cuerpo de Carabineros no era fácil, aunque pasasen a integrarse en un Cuerpo de prestigio como era el de la Guardia Civil.

Cuando se estaban realizando los primeros pasos internos pertinentes para poder llevar a cabo dicha integración se publicó la ley de 12 de julio de 1940, disponiendo los organismos que habían de formar parte del Ministerio del Ejército y las funciones de cada uno. Así, el décimo organismo que pasaba a constituirlo era la Dirección General de la Guardia Civil.

(Continuará)

 

domingo, 10 de marzo de 2024

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCXI). LA REORGANIZACIÓN EN LA POSGUERRA CIVIL (30).



Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 19 de febrero de 2024, pág. 15.


El original está ilustrado con una fotografía en blanco y negro.

 

 

En la resolución del 3 de noviembre de 1938, en plena guerra civil, el comandante de Carabineros Joaquín Moreno Lara, futuro primer teniente coronel jefe de la futura y nueva 134ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras) tras la absorción, fue destinado a la provincia de Huelva. Ésta estaba encuadrada entonces en la 12ª Comandancia de Carabineros (Sevilla) y quien hasta entonces había sido su jefe, Manuel del Valle Aparicio, pasó a mandar la 6ª Zona de Carabineros, con cabecera en la capital hispalense, tras su ascenso al empleo de coronel. Ésta, a su vez, comprendía territorialmente la 11ª Comandancia (Cádiz) y la mentada comandancia hispalense a la cual se le había añadido también la provincia onubense.

Pero éstos, no fueron los únicos destinos de interés relacionados con los Carabineros y la provincia de Cádiz que se produjeron en dicha resolución. Federico Rodríguez Baster, recién ascendido a teniente coronel y que llevaba mandando como comandante la 11ª Comandancia de Cádiz desde el inicio de la guerra civil, tras la detención del teniente coronel Leoncio Jaso Paz, que fue fusilado poco después por su lealtad republicana, volvió a ser destinado como jefe  de la misma. 

A su vez, el comandante Miguel Garrido Vecin fue destinado de la 10ª Comandancia de Carabineros (Algeciras) a la provincia de Castellón, perteneciente a la 3ª Comandancia de Huesca, mientras que el nuevo comandante José Cumbre Tecle, recién ascendido en el Campo de Gibraltar donde estaba destinado como capitán, continuaría prestando sus servicios en la comandancia algecireña. Por otra parte, en la 11ª Comandancia de Cádiz, había ascendido también a comandante el capitán Manuel Sanmartín Rives, siendo destinado igualmente a la misma.

Además de los jefes citados fueron destinados en esa misma orden del Ministerio de Defensa Nacional, perteneciente al bando sublevado, o llamado nacional, y publicada en el BOE núm. 128, fechado dos días más tarde, dos capitanes de Carabineros a la provincia gaditana, mientras se daba salida a un tercero. Se trataban de los capitanes Andrés Álvarez Froix, procedente de la 17ª Comandancia, en la provincia de Pontevedra, y José Fernández Reino, de la 3ª Comandancia, provincia de Lérida, que fueron destinados a la 10ª Comandancia (Algeciras). En cambio, el capitán Santiago Estébanez Piñero, que pertenecía a la 11ª Comandancia (Cádiz), marchó destinado a la 16ª Comandancia, provincia de Zamora.

Tras finalizar la guerra civil destaca la orden ministerial del Ejército, de 22 de julio de 1939, firmada por el general subsecretario Luis Valdés Cavanilles, que supuso, entre otros, diferentes destinos a la provincia de Cádiz o hacia fuera de ella. Así, el teniente coronel Rodríguez Baster dejó el mando de la 11ª Comandancia (Cádiz) para ser destinado a la 1ª Comandancia (Barcelona). Lo mismo le ocurrió a los dos comandantes de la 10ª Comandancia (Algeciras), Emilio de los Ríos Astigarraga, que pasó destinado a la citada comandancia barcelonesa y José Cumbre Tecle, que lo fue a la 2ª Comandancia (Gerona), fracción de Figueras. A su vez, el comandante Fernando Sostoa Erostarbe, que estaba destinado en la 11ª Comandancia (Cádiz) fue destinado a la 7ª Comandancia (Murcia), mientras que el recién ascendido comandante Norberto Pérez Baturone, que estaba destinado como capitán en la citada 11ª Comandancia (Cádiz), se quedó en la misma. Finalmente, el capitán Juan Velázquez Ortega, destinado hasta entonces en la 10ª Comandancia (Algeciras), pasó a la provincia de Huelva, dependiente de la 12ª Comandancia (Sevilla), mientras que el capitán Gabino del Diego Delgado, de la 11ª Comandancia (Cádiz), fue destinado a la comandancia campogibraltareña. A su vez, por último, el capitán Isidoro Herrera Fernández, igualmente ascendido como el anterior, fue destinado de la 11ª Comandancia a la 6ª Comandancia (Alicante), mientras que el teniente José Ventura Pérez lo fue de la 10ª Comandancia (Algeciras) a la 7ª Comandancia (Murcia). 

Volviendo al comandante Moreno Lara, éste continuó desempeñando sus cometidos en la provincia de Huelva durante el resto de la contienda, continuando con posterioridad en la misma, hasta su ascenso al empleo de teniente coronel. Éste se produjo el 31 de diciembre de 1939 por orden del ministro del Ejército, el bilaureado general de división José Enrique Varela Iglesias, publicándose el 6 de enero del año siguiente en el diario oficial de dicho ministerio. 

En esa misma orden ministerial, destinados en la provincia gaditana, también fueron ascendidos al empleo superior, en propuesta extraordinaria y por antigüedad, el hasta entonces capitán de la 10ª Comandancia (Algeciras), Ignacio Molina Pérez, así como el teniente perteneciente a la misma, Emilio Fernández Simón, y los tenientes de la 11ª Comandancia (Cádiz), José Fernández López y Adolfo Santiago Toriza. 

Junto a dicha orden ministerial fue publicada en el boletín oficial otra de misma fecha, referida al ascenso en propuesta igualmente extraordinaria y por antigüedad al empleo superior, de los suboficiales de Carabineros, entre los que estaban destinados en la provincia de Cádiz los siguientes: brigadas Eduardo Frutos García y Miguel Monje Berrocal, en la 10ª Comandancia (Algeciras), así como los de igual empleo Hilario González Gómez, José Calvo Faix y Felipe Ramón Hernández, pertenecientes a la 11ª Comandancia (Cádiz); sargentos Juan Atienza Antón, Alberto de Cabo Vera, Gabriel Viñas Cañizares, Manuel Zapaza Lopera, José Casas Mota, Antonio Ciudad Prada y Juan Saavedra Gómez, pertenecientes a la 10ª Comandancia (Algeciras), así como los de mismo empleo Ángel Bonilla Haro, Serafín Noreña Barbero, Emilio Silva Plaza y José López Casanova, pertenecientes a la 11ª Comandancia (Cádiz).

Continuando con el nuevo teniente coronel Moreno Lara, fue nombrado jefe de la 10ª Comandancia (Algeciras) por orden del Ministerio del Ejército de 27 de enero de 1940, causando seguidamente baja en la 12ª Comandancia (Sevilla) y en su destino de Huelva. En esa misma orden ministerial fue destinado también, para el mando de la 11ª Comandancia (Cádiz), el teniente coronel Miguel García Rodríguez, recién ascendido y procedente de la 17ª Comandancia (Coruña). 

Respecto al teniente coronel Moreno Lara causó alta el 1º de febrero siguiente en la comandancia algecireña y se incorporó a la misma el día 9 de dicho mes. Poco tiempo tuvo realmente para mandar tan complicada unidad en su Cuerpo de origen, ya que cuando se hizo cargo del mando de dicha Comandancia, las decisiones de lo que próximamente iba a suceder, estaban ya tomadas en beneficio del Cuerpo de la Guardia Civil. Éste, no sólo se trataría de la principal fuerza de seguridad del Estado, pues ya lo era desde su creación en 1844, sino que también pasaría a integrar el servicio de resguardo fiscal del Estado y la lucha contra el contrabando.

Publicada la ley de 15 de marzo siguiente, el objetivo principal era que personal de Carabineros pasara a integrarse en el de la Guardia Civil, comenzando a asumir las funciones y misiones de aquél.

Tras ello, que supuso el inicio del proceso, se publicó en el BOE de 6 de junio siguiente, la ley sobre concesión de créditos para el Ministerio de la Gobernación durante el ejercicio económico de 1940. Conforme a su desarrollo, la 10ª Comandancia de Carabineros (Algeciras), tomó la denominación de la 66ª Comandancia Administrativa de la Guardia Civil.

(Continuará) 



lunes, 4 de marzo de 2024

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCX). LA REORGANIZACIÓN EN LA POSGUERRA CIVIL (29).



Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 12 de febrero de 2024, pág. 13.


El original está ilustrado con una fotografía en color.

 

 

Una vez recordados en anteriores capítulos el capitán de Carabineros Antonino Potti Trigo, que fue uno de los directores del periódico “La Correspondencia Militar”, fallecido en 1933; así como del brigada de Carabineros Eusebio Fernández Chimeno, autor en 1936 del libro “Escalafón General del Cuerpo de Carabineros”, hay que seguir adelante. 

Mucho se podría seguir escribiendo sobre ambos, y en especial del segundo, al haber sobrevivido a la guerra civil, así como por las lecciones de historia aprendidas. Como ya se vio, Fernández Chimeno llegó a alcanzar durante la contienda, en zona republicana, el empleo de teniente de Carabineros, así como tras la misma y producirse la anexión, igual empleo en la Guardia Civil si bien fue seguidamente depurado, pasando con carácter forzoso a la situación militar de retiro. Ocasionalmente volveremos a citarlos en futuros artículos.

Volviendo a nuestra desdichada guerra civil habíamos dejado al entonces capitán Joaquín Moreno Lara destinado en la 12ª Comandancia de Carabineros, que teniendo su cabecera en la capital hispalense, tenía por demarcación las provincias de Sevilla y de Huelva, mandando una compañía territorial de ésta última. 

Por otra parte, mucho se podría decir sobre aquella reforma de finales de 1935 que padeció el Cuerpo de Carabineros, y que supuso el inicio de su fin que llegaría con la mentada ley de 15 de marzo de 1940. En lo que nos afecta directamente no sólo vio reducidas sus comandancias a una veintena, sino que la 10ª Comandancia de Algeciras pasó a depender de la 5ª Zona de Málaga, mientras que la 11ª Comandancia de Cádiz lo hizo de la 6ª Zona de Sevilla. Es decir, cada parte de la provincia gaditana, más dividida que nunca en dos, pasó a tener una dependencia orgánica y funcional diferente. 

Respecto al capitán Moreno, futuro e último teniente coronel jefe de la Comandancia de Carabineros de Algeciras y primer jefe de la Guardia Civil del Campo de Gibraltar, tras su reconversión, hay que comenzar diciendo que tuvo un ascenso tardío al empleo de comandante. Primero tuvo que publicarse en el BOE la correspondiente declaración de aptitud por la que desde el 13 de enero de 1937 dicho oficial era apto para el ascenso, cuando por antigüedad le correspondiese, ya que reunía las condiciones exigidas. 

Dos días después, tras la correspondiente propuesta del general de división Gonzalo Queipo de Llano Sierra, en su condición de inspector general de Carabineros, se dispuso por orden de la Secretaría de Guerra en Burgos, cuyo jefe era el general de división Germán Gil Yuste, que se ascendiera a dicho capitán al empleo de comandante. 

El capitán Moreno, según dicha disposición, había cumplido el 9 de agosto del año anterior, las condiciones reglamentarias para obtenerlo, siendo situado tras su ascenso entre los comandantes de Carabineros Luis Ramajos Ortigosa, destinado en la Comandancia de Navarra, y Antonio Quintero Iglesias, perteneciente a la Comandancia de Baleares. 

Llegados a este punto hay que decir que el comandante Ramajos, destinado en los Colegios de Carabineros en El Escorial (Madrid), para efectos administrativos, había pasado por orden circular de 27 de mayo de 1935 a la Comandancia de Guipúzcoa, siendo ya destinado formalmente con la nueva normativa el 3 de diciembre siguiente a la misma, la cual, con la consiguiente reducción a 20 comandancias en total, tomó el numeral de 19ª. Posteriormente, el día 28 de ese mismo mes, fue destinado a la 20ª Comandancia de Navarra donde tomó parte activa en la sublevación militar y operaciones posteriores, si bien falleció por enfermedad el 21 de diciembre de 1936. Su viuda, Teresa Montón Bustamante, vería reconocido su derecho a pensión, el 20 de abril siguiente. 

El comandante Quintero en cambio, que se encontraba en la situación de disponible forzoso en la 2ª División Orgánica (Sevilla), y a efecto de haberes en la Comandancia de Málaga, había pasado el citado 27 de mayo de 1935 a la situación de activo, siendo destinado a la Comandancia de Baleares. El 3 de diciembre siguiente fue confirmado en el mismo destino, dándosele el numeral de 5ª Comandancia, continuando en la misma durante la guerra civil. Cuando se produjo la absorción de Carabineros por la Guardia Civil, pasaría a dicho Cuerpo, donde por último, tras varios destinos en diferentes lugares, mandaría tras ser ascendido a coronel, desde 1945 hasta 1950, el 44º Tercio, con residencia en Palma de Mallorca. Falleció en Alicante el 5 de enero de 1961 y dejó viuda a Cayetana Sáenz de Sicilia Morales. Hay que decir que estuvo destinado como teniente en la Comandancia de Carabineros de Cádiz, desde septiembre de 1918 hasta su ascenso al empleo de capitán en febrero de 1924.

Prosiguiendo con el ya comandante Moreno, hay que decir que éste, primero fue enviado en comisión de servicio el 13 de febrero de 1937 a la 9ª Comandancia de Carabineros de Málaga, cuya capital había sido tomada por las fuerzas sublevadas tan sólo cinco días antes. Incorporado al día siguiente se hizo cargo del mando accidental de la misma hasta el 17 de marzo siguiente que recibió la orden de presentarse como destinado en la 10ª Comandancia de Carabineros de Algeciras, al objeto de hacerse cargo de su jefatura del Detall.

Transcurrido poco más de un año, se recibió en Algeciras, procedente de la 12ª Comandancia (Sevilla-Huelva), un escrito fechado el 23 de mayo siguiente, por el que se adjuntaba copia de un testimonio, dimanante del procedimiento judicial militar previo, instruido para averiguar la actuación de las fuerzas de Carabineros destacadas en Huelva, “durante el periodo rojo”. Conforme al mismo, no se había deducido de lo actuado “indicio racional de criminalidad en relación con las expresadas fuerzas y en especial para el comprendido en esta hoja de servicios”, es decir, el ya comandante Moreno. Por lo tanto, se procedió a la terminación del referido procedimiento sin declaración de responsabilidad. 

El día 26 de ese mismo mes, por orden de la Subsecretaría del Ejército del Ministerio de Defensa Nacional, dirigida por el general de división Luis Valdés Cavanilles, se publicó en el BOE el nuevo destino de Moreno a la 12ª Comandancia, que con cabecera en Sevilla seguía manteniendo esta provincia y la de Huelva. Hay que significar que en la misma resolución fueron destinados a la 10ª Comandancia de Algeciras, los comandantes de Carabineros Miguel Garrido Vecin, ascendido, de la 5ª Comandancia (Baleares); y Emilio de los Ríos Astigarraga, igualmente ascendido, de la 9ª Comandancia (Málaga), quedando a las órdenes directas del jefe de la de Algeciras.

Incorporado Moreno el 3 de junio siguiente, se hizo cargo de la Jefatura de Servicios de la misma, quedando a las órdenes de su jefe en la capital hispalense. Cinco meses justo después, el general Valdés firmaba que el teniente coronel jefe de la 12ª Comandancia, Manuel del Valle Aparicio, recién ascendido a coronel, pasase a mandar la 6ª Zona de Sevilla. Y Moreno, por conveniencia del servicio, fuera a residir a la provincia de Huelva, en sustitución del comandante Nestavo García Hernández, quien al ascender a teniente coronel se le confirió la 13ª Comandancia (Badajoz).

(Continuará)