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jueves, 29 de agosto de 2019

LA GUARDIA CIVIL EN LA LÍNEA DE LA CONCEPCIÓN (XXVIII). LA CASA-CUARTEL DE LA ATUNARA (1945-1973).

CLXXV Aniversario Fundación Guardia Civil (1844-2019).

Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR", pág. 11, el 26 de agosto de 2019.

El original contiene una fotografía en blanco y negro.


La barriada de La Atunara, cuyos orígenes son mucho más remotos que los de La Línea de la Concepción, aparece con su casa-cuartel en el plano del despliegue de Carabineros en la costa del Campo de Gibraltar elaborado el 30 de noviembre de 1862 por el teniente coronel de Ingenieros Luis Juarez de Negrón Fernández de Córdova, si bien con el nombre de La Tunara. 
Dicho enclave siempre fue del máximo interés para las fuerzas encargadas del resguardo fiscal, fuesen de Carabineros entre 1829 y 1940, o de la Guardia Civil desde ese año hasta la actualidad.
El hecho de que buena parte de sus habitantes se dedicaran al honrado oficio de la pesca propició entonces que algunos de ellos junto a otros vecinos, se dedicaran a la ilícita actividad del contrabando procedente de la vecina colonia británica de Gibraltar. Transportado en pequeñas embarcaciones era alijado en su extensa playa, dando lugar incluso en ocasiones a enfrentamientos armados entre carabineros y contrabandistas. 
El siglo XX comenzó para la Comandancia de Carabineros de Algeciras desplegada territorialmente en siete compañías cuyas cabeceras estaban en Los Barrios, San Roque, Algeciras, Jimena de la Frontera, La Línea de la Concepción, Puente Mayorga y Tarifa, con sus respectivos capitanes al frente. 
Sin embargo, el importante crecimiento que venía experimentando La Línea, donde se contabilizaban unos 15.000 trabajadores que diariamente cruzaban la Verja para trabajar en la colonia, hizo aumentar también el contrabando, tanto terrestre como marítimo.
Por tal motivo en 1905 dicha Comandancia, mandada por el teniente coronel Enrique Martín Alcoba, había reorganizado ya su despliegue territorial, pasando la cabecera de la compañía de San Roque a La Atunara, siendo su capitán Enrique Viñé Ruiz. También se ubicó en esa barriada la cabecera de una de sus secciones, cuyo teniente era Fernando Bonrostro Reinosa.
En el último “Escalafón General del Cuerpo de Carabineros”, que se editó en 1936, justo antes de la Guerra Civil, por el brigada Eusebio Fernández Chimeno, obra sucesora del entonces desaparecido “Anuario Guía del Cuerpo de Carabineros” del capitán Antonio Potti Trigo, se hacía la siguiente referencia sobre La Atunara: 
“Residencia del Capitán de la Compañía y del Jefe de la Sección. Un Brigada y un Carabinero desempeñan el cometido de escribientes de la Compañía. Es un puesto de playa inmediato a La Línea, por donde se recibe el correo. Tiene Telégrafo, Teléfono y escuelas de ambos sexos. Vigila por levante desde el Cachón de la Atunara, y por poniente hasta la Zanja. Extensión: 3,200 kilómetros. Plantilla: un Sargento, un Cabo, un Carabinero de Primera, un Corneta y catorce de segunda. Tiene cuartel con dos pabellones para Oficial, y otro para oficinas de la Compañía, y trece para casados, con sala de armas en donde se alojan siete solteros. A un kilómetro de este puesto existe una estación central de ferrocarriles de la Compañía Andaluces, en donde se pueden facturar mercancías de grande y pequeña velocidad (La Línea).”
Al entrar en vigor la Ley de 15 de marzo de 1940 y una vez completado el complejo proceso de absorción del Cuerpo de Carabineros por el de la Guardia Civil, la única casa-cuartel que quedó activa en esa barriada fue la que tenía aquél. Se desconoce su fecha de construcción conocida, estando levantada sobre la playa, próxima a la calle Canarias y donde actualmente se halla el puerto de La Atunara. 
La casa-cuartel que tenía la Benémérita desde 1922, de menor entidad, continuó utilizándose hasta mediados de los años 50 para aprovechar sus seis pabellones donde se alojaban otros tantos guardias civiles con sus familias, dada la carencia de viviendas que se padecía. Sita cerca de la de Carabineros, concretamente en el núm. 24 de la calle Miramar, era propiedad de Melchor Campoy Cervantes, abonando el ayuntamiento una renta anual de 1.800 pesetas. 
Respecto a la que fue de Carabineros, a pesar de ser el terreno y construcción del Estado, no se inscribió en el Registro de la Propiedad de San Roque hasta el 13 de mayo de 1966. El terreno tenía una superficie de 4.649 metros cuadrados y el acuartelamiento ocupaba 668’75 de ellos.
La estructura del inmueble era en forma de “T” invertida y mantenía trece pabellones para casados, sala de armas y alojamiento para solteros así como oficinas y cuadra para cuatro caballos. A partir de 1968, con la ocupación del nuevo acuartelamiento de La Banqueta, dejó de ser cabecera de compañía y de sección o línea, al trasladarse allí las mismas. Continuaron ubicados en La Atunara el puesto que prestaba seguridad ciudadana en la barriada y vigilancia fiscal de playa así como un pequeño puesto de marinos encargado de la vigilancia fiscal sobre las aguas próximas y su flotilla pesquera.
Ni la vida de los carabineros y sus familias primero, ni la de los guardias civiles con las suyas después, fue fácil ni cómoda allí como tampoco fue salubre, habida cuenta que la casa-cuartel se levantaba sobre la arena de playa, padeciéndose la consiguiente humedad y sus secuelas.
Hasta 1958 que se instalaron unos depósitos dotados de motor eléctrico, los habitantes del acuartelamiento no dispusieron de agua en sus viviendas. Y hubo que esperar diez años más para que gracias al ayuntamiento de La Línea, se pudiera acceder a la red municipal de agua potable. Ya para entonces la barriada, con unos diez mil habitantes, tenía muy poco que ver con la que había dado lugar al primer puesto de Carabineros.
Gracias a los trabajos de recopilación del capitán Luis Martínez González se tiene conocimiento que hasta el 1º de julio de 1970, el puesto de La Atunara siguió manteniendo la vigilancia fiscal de los 3.200 metros lineales de playa que tenía como demarcación así como la seguridad ciudadana de dicha barriada.
A partir de esa fecha, como consecuencia de la supresión del puesto limítrofe de Torrenueva, perteneciente también a la Compañía de La Línea de La Concepción, su demarcación y su plantilla pasaron a integrar la del puesto de La Atunara. 
Ello supuso que la vigilancia fiscal de playa alcanzara una longuitud lineal de 8.675 metros, comprendidos desde “Punta Mala” a “Nueva Alambrada” y el número total de efectivos estuviese integrado por dos suboficiales, dos cabos y veinticuatro guardias civiles.
El mal estado del acuartelamiento, cuyas condiciones de habitabilidad y salubridad fueron empeorando, terminaría motivando que el 11 de junio de 1973 dicho puesto fuera oficialmente trasladado al nuevo acuartelamiento de La Banqueta. El último en marcharse del acuartelamiento de La Atunara con su familia fue el guardia 2º Manuel Delgado Díaz. 
Desde entonces, aunque la Guardia Civil siguió ejerciendo la vigilancia fiscal de su playa, la situación en la barriada donde habitaban y siguen habitando muchas personas honradas, no fue igual que cuando existía allí mismo una casa-cuartel.  
 Su última utilidad, antes de ser demolida, fue guardar las redes y artes de pesca de una treintena de miembros de la cofradía sindical de pescadores cuyo patrón mayor era Antonio Seliva López, así como alojar temporalmente a personal obrero de la almadraba.




sábado, 24 de agosto de 2019

LA GUARDIA CIVIL EN LA LÍNEA DE LA CONCEPCIÓN (XXVII). LAS REORGANIZACIONES DE 1945-1967.

CLXXV Aniversario Fundación Guardia Civil (1844-2019).

Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR", pág. 10, el 19 de agosto de 2019.

El original contiene una fotografía en blanco y negro.

Transcurrido año y medio de la reorganización activada el 1º de marzo de 1944 se procedió, a partir del 15 de septiembre del año siguiente, a iniciar una nueva fase del complejo proceso de integración del Cuerpo de Carabineros en el de la Guardia Civil.
En el caso concreto del Campo de Gibraltar y su 337ª Comandancia de Algeciras, se dispuso que tanto dicha unidad como la 137ª de Málaga y la 237ª de Cádiz, encuadradas todas ellas en el 37º Tercio, con cabecera en la capital malagueña, perdieran la denominación de “Mixto”, a partir del 1º de octubre de 1945.
Se consideraba que el proceso de integración como tal ya había finalizado y que por lo tanto las misiones específicas del desaparecido Cuerpo de Carabineros estaban plenamente asumidas por la Guardia Civil. Ya no era necesario diferenciar con ningún apelativo las unidades territoriales integradas por otras procedentes de ambos Cuerpos.
Finalizada esta fase, se procedió seguidamente a efectuar en el caso de la Comandancia de Algeciras una nueva e importante reorganización que afectó también a La Línea de la Concepción, razón por la cual y antes de continuar en siguientes capítulos con sus vicisitudes, se explica a continuación. 
Se siguieron manteniendo hasta 1949 las diez compañías, si bien cambiaron la totalidad de sus numeraciones y buena parte de sus cabeceras así como de sus secciones, que volvieron a recuperar el tradicional nombre de “líneas”, amén de casi un centenar de puestos y destacamentos.
La Segunda Guerra Mundial ya había finalizado y el riesgo de una invasión militar extranjera mediante desembarco en las costas del Campo de Gibraltar había disminuido mucho, si bien no se había descartado. En cambio, respecto a las misiones propias de seguridad pública y resguardo fiscal de la Guardia Civil, se dispuso el fortalecimiento de su despliegue territorial y se potenció el servicio frente a los dos objetivos principales de esa época en esta zona: la guerrilla subversiva antifranquista y el contrabando procedente de la colonia británica de Gibraltar.
Respecto al primero actuaban en la comarca y sus estribaciones, diferentes partidas armadas que llevaban a cabo sus acciones contra el Régimen, manifestándose principalmente a través de ataques a las fuerzas de seguridad, asesinatos, secuestros y extorsiones a vecinos adinerados para recaudar fondos que contribuyeran a su propia supervivencia. El Campo de Gibraltar era también para esos grupos una zona de paso obligado hacía la ciudad de Tánger y el Protectorado francés en Marruecos.
Una de esas partidas fue la autodenominada “Agrupación Fermín Galán”, liderada precisamente por un antiguo guardia civil del puesto malagueño de Antequera, llamado Bernabé López Calle. Había alcanzado el empleo de mayor, asimilado a comandante en el Ejército Popular de la República, y terminaría muerto en un enfrentamiento contra sus antiguos compañeros el 31 de diciembre de 1949 en el municipio de Medina Sidonia.
Respecto al segundo objetivo, la persecución del contrabando, dada la penuria que seguía sufriendo España tras la devastadora guerra civil, de la que no se había recuperado, y el aislamiento internacional que se sufría tras la finalización de la contienda mundial, había propiciado que se multiplicara exponencialmente tan ilícita actividad desde la colonia británica de Gibraltar.
Así, reorganizado y robustecido el despliegue territorial, quedó de la siguiente forma: la 1ª Compañía, de ámbito malagueño, pasó a fijar su cabecera en Ronda, estableciéndose la de sus tres líneas en la propia residencia, Benaoján y Cortes de la Frontera. La 2ª Compañía ubicó su mando en Jimena de la Frontera y sus dos líneas tenían sus cabeceras en dicha población y en Los Barrios. La 3ª Compañía estaba asentada en San Roque teniendo destacadas las cabeceras de sus dos líneas en la propia residencia y en la barriada barreña de Palmones.
La 4ª Compañía tenía su cabecera en Río Manilva y la de sus dos líneas en la también población malagueña de Casares y en la gaditana sanroqueña de Torre Guadiaro. La 5ª Compañía tenía sito su mando en La Atunara y sus dos “líneas” en dicha barriada de La Línea de la Concepción y en Carboneras. La 6ª Compañía había fijado su mando en La Línea de la Concepción y sus dos “líneas” en la aduana y en la barriada sanroqueña de Campamento. 
La 7ª Compañía, denominada de “Algeciras Interior” tenía sus dos líneas en el puerto y la citada ciudad. La 8ª Compañía, denominada “Algeciras Exterior”, había ubicado su jefatura en dicha población y la de sus líneas en San García y La Cañada del Peral. La 9ª Compañía tenía su cabecera en Tarifa y sus tres líneas estaban respectivamente en esa residencia, Valdevaqueros y Bolonia. Y la 10ª Compañía tenía establecido su mando en Barbate y sus dos líneas en Conil de la Frontera y Vejer de la Frontera. 
Dicho despliegue se mantuvo hasta que por decreto de 12 de noviembre de 1948, desechadas las amenazas derivadas del escenario bélico de la contienda mundial, se dispuso que habían desaparecido las razones que habían aconsejado en el decreto de 24 de julio de 1942, mentado en el capítulo anterior, ampliar la jurisdicción del gobernador militar del Campo de Gibraltar. 
Al entrar en vigor la nueva normativa dicha jurisdicción pasó a comprender sólo los términos municipales de Algeciras, La Línea de la Concepción, Los Barrios, San Roque y Tarifa, “en cuyo territorio tendrá al efecto a sus inmediatas órdenes al personal de la Guardia Civil y la Policía que se le adscriba”, manteniendo dentro de dicha zona sus atribuciones sobre los resguardos de mar y tierra
El resto de los términos municipales de la provincia de Cádiz, que hasta entonces dependían del gobernador militar del Campo de Gibraltar, como eran los de Alcalá de los Gazules, Barbate, Conil de la Frontera y Vejer de la Frontera volvían a depender del gobernador militar de Cádiz y por lo tanto de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz. A ellos se añadió novedosamente los de Castellar de la Frontera y Jimena de la Frontera, tan vinculados históricamente al Campo de Gibraltar. Una vez más el despliegue territorial de la Comandancia de la Guardia Civil de Algeciras quedaba supeditado a la jurisdicción del gobernador militar. 
Por supuesto los municipios de Arriate, Benaoján, Casares, Cortes de la Frontera, Gaucín, Jimena de Libar, Manilva, Montejaque y Ronda, regresaron a la jurisdicción del gobernador militar de Málaga y pasaron nuevamente a depender de la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga.
Finalmente, tras algunas vicisitudes más, el Campo de Gibraltar quedaría con el decreto 3.223/1965, de 28 de octubre, integrado por los municipios de Algeciras, San Roque, La Línea de la Concepción, Los Barrios, Castellar de la Frontera, Jimena de la Frontera y Tarifa, adaptándose nuevamente a tales límites la Comandancia de Algeciras.
Una nueva reorganización interna de la Guardia Civil, dispuesta el 18 de julio de 1967 que entró en vigor el 1º de octubre siguiente, creó el nuevo 26ºTercio de Cádiz. Mandado por un coronel su demarcaciócomprendía sóllprovincia y estaba integrado por las 261ª y 262ª Comandancias de Cádiz Algeciras.


jueves, 15 de agosto de 2019

LA GUARDIA CIVIL EN LA LÍNEA DE LA CONCEPCIÓN (XXVI). LA REORGANIZACIÓN DE 1944.

CLXXV Aniversario Fundación Guardia Civil (1844-2019).


Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR", pág. 10, el 12 de agosto de 2019.

El original contiene una fotografía en blanco y negro.


       La reorganización de la Guardia Civil, aprobada a finales de diciembre de 1943 y puesta en funcionamiento casi tres meses después afectaría de forma muy importante a su despliegue en el Campo de Gibraltar, y en especial al existente en La Línea de la Concepción.
Comenzaba un nuevo y muy interesante periodo de la que fue denominada entonces como 337ª Comandancia Mixta de Algeciras, sobre el que conviene explicar previamente algunas cuestiones para situar al lector.
Desaparecidas las denominaciones de “Rural”, “Costas” y “Fronteras”, en que se habían dividido las unidades territoriales conforme la ya derogada normativa de 1941, el nuevo apelativo de “Mixta” pretendía definir el carácter combinado de una antigua unidad de “Costas” o de “Fronteras”, donde se prestaba bajo un mismo mando, tanto el servicio “Rural” de seguridad pública (hoy día denominado “seguridad ciudadana”), propio de la Guardia Civil desde 1844, como el de resguardo fiscal, propio de Carabineros desde 1829.
Conforme a esa reorganización que entró en vigor el 1º de marzo de 1944, la 337ª Comandancia Mixta de Algeciras y lo que entonces se entendía por Campo de Gibraltar, que no comprendía los mismos municipios que el actual, pasó a integrar algunas demarcaciones y unidades que hasta esa fecha habían dependido de las Comandancias de Cádiz y de Málaga.
Ello supuso el inicio del periodo de mayor expansión territorial de la Comandancia de la Guardia Civil de Algeciras. Se debió a la adaptación que fue necesaria realizar como consecuencia de la ampliación jurisdiccional que se otorgó al gobernador militar del Campo de Gibraltar. Durante muchísimo tiempo la demarcación territorial de la Comandancia de Algeciras lo fue en función de la que aquél tuviera.  
Dicha ampliación era consecuencia directa del reciente decreto de 24 de julio de 1942, dictado en plena Segunda Guerra Mundial y con una colonia británica beligerante como vecina, disponiendo que se restituyera por “razones del mejor servicio”, la antigua delimitación territorial establecida en el real decreto de 2 de noviembre de 1904 y que se había abolido al inicio de la Segunda República.
Conforme al mismo, se transformó la comandancia general del Campo de Gibraltar en gobierno militar y se estableció la jurisdicción de su titular sobre los términos municipales de Ronda, Arriate, Montejaque, Benaoján, Jimena de Libar, Cortes de la Frontera y Gaucín, de la provincia de Málaga; y Jimena de la Frontera, Castellar de la Frontera, Los Barrios, San Roque, La Línea de la Concepción, Algeciras, Tarifa, Barbate, Vejer de la Frontera y Alcalá de los Gazules, de la provincia de Cádiz.
Amén de todo ello, el decreto de 1942 amplió dicha jurisdicción a los términos municipales malagueños de Casares y Manilva así como al gaditano de Conil de la Frontera. Igualmente se le otorgó al gobernador militar del Campo de Gibraltar, en relación a dichos municipios, las mismas facultades que le había concedido el real decreto de 21 de septiembre de 1880 sobre los servicios de orden público, vigilancia y policía, además del que determinaba la real orden de 21 de diciembre de 1877, sobre las fuerzas de los resguardos de mar y tierra. 
La Segunda República, por decreto de 29 de abril de 1931 había derogado también el mentado real decreto de 1880 que concedía atribuciones gubernativas al entonces comandante general del Campo de Gibraltar, ya que originaban “constantes rozamientos entre las autoridades civiles y la militar y disgusto continuo entre los ciudadanos habitantes en dicha región”. El cargo de gobernador militar del Campo de Gibraltar también quedó suprimido.
Tras finalizar la Guerra Civil, el régimen franquista lo restituyó y por decreto de 17 de agosto de 1939, le devolvió “para bien del servicio e interés nacional”, la dirección de todos los servicios de vigilancia, policía y orden público. También las atribuciones propias de los jefes de Hacienda sobre las fuerzas de los resguardos de mar y tierra, en cuanto a represión del fraude y contrabando, “ya que la experiencia enseña, dada la característica especial de aquella Zona, que deben quedar bajo una sola Autoridad”. Quedó limitada entonces su jurisdicción sólo a los partidos judiciales de Algeciras y San Roque.
 Tras la ampliación jurisdiccional que supuso el decreto de 1942, la nueva 337ª Comandancia Mixta de la Guardia Civil de Algeciras, bajo el mando entonces del teniente coronel Manuel Sanmartín Rives, que procedía de Carabineros, fue reestructurada territorialmente en diez compañías. De ellas, tres estaban dedicadas al servicio rural de seguridad pública, cinco a la vigilancia de costas, y las otras dos restantes tenían exclusivamente encomendado el resguardo fiscal.
Así, la 1ª Compañía tenía cabecera en Algeciras de la que dependían dos secciones, una con residencia en la propia ciudad y la otra en La Línea de la Concepción. La 2ª Compañía, de ámbito malagueño, tenía su mando ubicado en Ronda y sus dos secciones tenían sus cabeceras en dicha ciudad y en Cortes de la Frontera. La 3ª Compañía estaba asentada en Jimena de la Frontera y tenía destacada una sección en la localidad malagueña de Casares.
La 4ª Compañía tenía su cabecera en La Atunara y la de sus dos secciones en Río Manilva y Carboneras. La 5ª Compañía tenía sita su mando en La Línea de la Concepción, y sus dos secciones en Puente Mayorga y Palmones. La 6ª Compañía había fijado su mando en la ciudad de Algeciras y sus dos secciones en San García y Cañada Peral. La 7ª Compañía tenía su cabecera en Tarifa y la de sus dos secciones en Tarifa y Bolonia. La 8ª Compañía había ubicado su jefatura en Barbate y la de sus dos secciones en dicha población y en Conil de la Frontera.
La 9ª Compañía tenía su cabecera en la ciudad de Algeciras y sus dos secciones de especialistas fiscales estaban respectivamente en el puerto de Algeciras y en la aduana de La Línea de la Concepción. La 10ª Compañía tenía establecida su jefatura en Ronda y sus dos secciones de especialistas fiscales, estableciendo una segunda linea de vigilancia fiscal, en Cortes de la Frontera y Jimena de la Frontera. 
El personal de las ocho primeras compañías, encuadrados en sus correspondientes secciones y puestos, era facilmente identificable por portar como prenda de cabeza el tradicional sombrero negro de la Guardia Civil, mientras que las dos últimas lo era por usar la gorra de plato. Ésta fue heredada de Carabineros y durante las cuatro décadas siguientes fue empleada por los especialista fiscales de la Benemérita, sin distinción de empleos.
Por otra parte, decir que la tradicional denominación de “línea” que la Guardia Civil había mantenido para definir la unidad que aglutinaba varios puestos, había sido sustituida en el caso de la Comandancia de Algeciras, por la de “sección”, que era la nomenclatura utilizada por Carabineros.
Aquella reorganización, ambiciosa, extensa y compleja, constituyó un paso importante en el complicado proceso de integración del Cuerpo de Carabineros en el de la Guardia Civil, que en el caso del Campo de Gibraltar en general, y en el de La Línea de la Concepción en particular, revistió singular dificultad y trascendencia.