Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en el nº 352 correspondiente al mes de octubre de 2011, de la Revista "ARMAS", págs. 88-94.
Los originales están ilustrados por diecinueve fotografías en color y tres en blanco y negro.
Tal y como se comentaba en nuestro artículo anterior, la biografía
científica y militar del coronel Lanza, acreditada en su brillante hoja de
servicios, es realmente excepcional, ocupando por derecho propio su
correspondiente página en la historia del armamento español de la seguna mitad
del siglo XX.
Tras obtener su despacho de capitán del Cuerpo de Ingenieros de Armamento
y Construcción del Ejército, se incorporó el 1 de mayo de 1952 a su primer
destino que fue la Fábrica Nacional de “La
Marañosa”, perteneciente a la Empresa Nacional Santa Bárbara de Industrias
Militares S.A., ubicada en San Martín de la Vega (Madrid).
Durante los dos años siguientes, desempeñó entre otros cometidos, los
de profesor principal de química y análisis inorgánico, física y química, así
como de prácticas de laboratorio, del taller y 2º jefe del laboratorio químico
central experimental. También fue responsable de la sección técnica de
estudios, proyectos y experiencias, además de agregado al taller de precisión y
centro electrónico de Artillería.
Paralelamente a ello, continuó perfeccionando sus estudios académicos y
el 4 de mayo de 1954, le fue concedido el grado de doctor en ciencias químicas
por la Universidad de Santiago de Compostela.
Ya para entonces España había comenzado a salir con paso firme y de la
mano de EE.UU., del aislamiento internacional al que había sido sometida tras
la Segunda Guerra Mundial.
La “Guerra Fría” había
enemistado entre si a los antiguos “Aliados”
y la posición estratégica de España en el sur de Europa
así como su régimen político anticomunista, motivaron que EE.UU. buscara en
ella un nuevo aliado para instalar bases militares conjuntas que impidieran la
expansión de la amenaza soviética.
El 26 de
septiembre de 1953, fruto del mutuo interés, se firmaron los “Convenios hispano-norteamericanos”, que
supusieron para España recibir una importante contraprestación económica y
militar.
Entre ésta
última estaba la capacitación técnica en territorio norteamericano. Uno de los seleccionados fue el capitán Lanza
quien recibió la orden de aprender inglés a la mayor brevedad posible. El
consejo de ministros celebrado el 16 de junio de 1954 autorizó su viaje y tres
meses después inició un curso superior de electrónica en la Universidad de
Stanford (California).
Tras un año de intensos estudios obtuvo el 30 de septiembre de 1955 el
título de “Master of Science” en
electrónica, siendo poco después designado por la Dirección General de
Industria y Material del Ministerio del Ejército, como titular de la comisión
para “el desarrollo de los programas de
asistencia técnica norteamericana que corresponde al año fiscal 1955-56”.
Durante 1956 realizó un curso sobre control estadístico de la calidad
de ingeniería de dirección en el Arsenal de Rock Island (Illinois),
expidiéndosele el 26 de noviembre por el Departamento de Ejército de EE.UU. la
correspondiente certificación.
El 30 de enero de 1957 regresó a España y un mes y medio después la
Dirección General de Industria y Material del Ministerio del Ejército, le
nombró miembro de la “Comisión para
redactar informe en relación con la defensa contra las armas atómicas”.
Asimísmo, con fecha 20 de marzo, fue designado para constituir “la comisión para pedir datos sobre la oferta
del radar 3MK-7”, un moderno radar antiaéreo de la época, construido por la empresa British
Thomson-Houston.
El 12 de agosto, continuando en “La Marañosa”, fue nombrado profesor del
taller de precisión y centro electrotécnico de Artillería así como del curso de
perfeccionamiento de mecánicos-electricistas de la rama de armamento.
En ese periodo superó los exámenes del tribunal
de idiomas del Ejército, obteniendo el grado de “posee” el idioma inglés y fue
designado asesor de la inspección del contrato “OSE-SHORE” con la empresa “S.A.
Placencia de las Armas”, en todo lo referente a la parte eléctrica.
Ascendido al empleo de comandante con antigüedad
del 16 de julio de 1958 fue destinado a la Fábrica Nacional de Palencia, donde
se hizo cargo de la dirección de los grupos 1º y 2º de cartuchería. Dos meses
después se le nombró profesor de electrotecnia industrial del 4º curso y de
prácticas de taller de todos los cursos de la Escuela de Formación Profesional
Obrera de dicha fábrica.
El 6 de octubre, entre tanta actividad militar y
científica, tuvo tiempo para contraer matrimonio canónico con la joven Mª
Asunción Mollá Maestre, perteneciente a una distinguida familia militar. De
dicha unión nacieron cuatro
hijos: Francisco, Paloma, Jesús y Mª Cristina. Ellos seguirían la carrera de
las armas, ostentando actualmente los empleos de coronel y teniente coronel de
Infantería, mientras que ellas se licenciaron en ciencias químicas y derecho,
respectivamente.
Además de sus responsabilidades en la fábrica y
su escuela obrera, Lanza participó en los años siguientes en numerosas
comisiones, dentro y fuera de España, donde sus cualificados conocimientos
técnicos fueron de gran utilidad.
Entre ellas están la ponencia sobre unificación
de la cartuchería de 7’62 mm. (1961); visitas en Portugal a la Fábrica Nacional
de Municiones de Moscavide y la de Armas y Material de Guerra de Braço de Prata
(1961); en Alemania a las fábricas de
Fritz Werner en Geisenheim,
su filial Eisenhütte
Nassau y la de
la I.W.K. (Industrie Werke Karlsruhe) en Karlsruhe (1962); en
Francia a las
de Manurhin en
Mulhouse, Vichy y Le Mans (1962); y en EE.UU. a varias fábricas de cartuchería
para seleccionar maquinaria (1965).
El 19 de julio de 1965 ascendió a teniente coronel,
pasando a desempeñar posteriormente el cargo de jefe de producción de la
Fábrica de Palencia. Progresando en su formación científica, el 25 de junio de
1969 se le concedió el grado de doctor ingeniero de armamento.
Simultaneando sus responsabilidades en la fábrica
continuó desempeñando importantes comisiones de servicio, como por ejemplo, en
Francia y Suiza, para conocer las instalaciones de la casa Oerlikon en Mulhouse
y Zurich, respectivamente (1969); y en el polígono de experiencias “Costilla” de Cádiz para intervenir en
las pruebas con estopines especiales para disparos de 70/16 fabricados en
Palencia (1969).
También por esas fechas fue nombrado subdirector
de la Fábrica de Palencia y su “Catálogo
Lanza” fue declarado de utilidad para el Ejército, siendo expresamente
felicitado ya que dicha obra era “única
en su género en la bibliografía militar española”.
Haciéndose cargo con carácter accidental de la
dirección de la fábrica en varias ocasiones, prosiguió desempeñando comisiones,
viajando a Portugal para visitar en Moscavide la Fábrica Nacional de Munições e
Armamento (1971); a Madrid para asistir a la reunión de responsables del
Ministerio del Ejército, Empresa Santa Bárbara y CETME (Centro de Estudios
Técnicos de Materiales Especiales), sobre el proyecto de puesta a punto del
conjunto arma-munición de calibre 5’56x45 mm. (1972); y a Suiza para
recepcionar los elementos necesarios para la carga de 10.000 disparos de 20 mm.
Oerlikon 5TG, tipo SUL (1973).
Cuatro años después, el consejo de administración
de la Empresa Nacional “Santa Bárbara”,
en su reunión del 27 de abril de 1977, acordó nombrarle director de la Fábrica
de Armas de Toledo, ascendiendo al empleo de coronel el 7 de marzo del año
siguiente.
Publicada su magna obra “Tratado de Cartuchería” fue declarada de utilidad para el Ejército
de Tierra, la Armada y Ejército del Aire.
Continuó realizando diversas comisiones para
visitar, en Noruega las fábricas de municiones de Raufoss y de material de
guerra de Ronsberg (1979); y en Portugal las de Moscavide y Braço de Plata
(1980).
Ese año fue el responsable de organizar los actos
conmemorativos del bicentenario de la fundación de la Fábrica de Armas de
Toledo (1780-1980) y al siguiente, el ministro de Defensa le concedió el “Premio Elorza 1980” por la labor
científica y técnica llevada a cabo en el cuatrienio 1976-1980. Dicho galardón
se concede cada cuatro años, previa votación personal y secreta, de todos los
generales, jefes y oficiales ingenieros de armamento en cualquier situación.
En junio se hizo cargo de la dirección del
proyecto de fabricación en Toledo del tubo lanzador del misil HOT (Haut subsonique
Optiquement Téléguidé) y visitó la casa alemana
Messerschmitt-Bölkow-Blohm.
En 1982
realizó el XXI Curso de Logística (aptitud para el generalato) en la Escuela de
Mandos Superiores de la Escuela Superior del Ejército, obteniendo la
calificación “muy bueno”, y fue nombrado director de la División de
Armas Ligeras de la Empresa Nacional Santa Bárbara, cesando en la dirección de
la Fábrica de Toledo.
En 1983 se le nombró jefe de Ingeniería de la Dirección Técnica y de
Explotación, presidiendo en Palencia, Granada e Inglaterra, reuniones con
representantes de la casa Oerlikon sobre munición de 35 mm. También estuvo
visitando fábricas en Alemania y Bélgica, finalizando el año en la Fábrica de
Granada para recepcionar la planta de pólvora esferoidal que el CETME había
montado.
Finalmente, al cumplir la edad reglamentaria, pasó el 21 de marzo de
1984 a la situación de reserva activa, aprovechando para publicar por esa época
en la revista oficial “Ejército”, una
serie de interesantísimos artículos sobre las armas ligeras y su balística de
efectos.
El 31 de julio de 1987 y nuevamente por razones de edad, pasó a la
situación de retirado, aunque no por ello abandonó su interés por la
cartuchería, trabajando durante años en su proyecto de actualización del “Tratado” de 1978.
De hecho, su hija Paloma, que siguió sus pasos por la vía científica
(trabaja en “General
Dinamics Santa Bárbara Sistemas” y fue jefa del proyecto de construcción-puesta en marcha
de la planta turca de pólvoras de Kirikkale y actualmente trabaja en el
programa de industrialización-venta del misil SPIKE a nuestro Ejército), le
estuvo ayudando durante años con sus nuevas notas y apuntes.
Desgraciadamente el coronel Lanza falleció el 26 de mayo de 2010 sin
poder terminar su nueva obra.
Nota. Se agradece la inestimable colaboración
de la familia Lanza y muy especialmente de Mª Asunción Mollá Maestre y su hijo
el coronel Francisco Lanza Mollá.
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