Palabras pronunciadas por Jesús Núñez el 17 de octubre de 2015 en el acto institucional de bienvenida y presentación de las diferentes asociaciones y grupos de recreación histórica, que tuvo lugar en la Calle Sancho IV "El Bravo", ante la fachada de la Iglesia Mayor de San Mateo, en Tarifa (Cádiz):
Excmo. Sr. Delegado
del Gobierno de España en Andalucía, Ilmo. Sr. Alcalde de la Muy Noble, Muy
Leal y Heroica Ciudad de Tarifa, Excelentísimas e Ilustrísimas autoridades civiles
y militares, Pueblo de Tarifa, españoles y extranjeros, señoras y señores, amigos
todos:
Quiero comenzar estas
breves palabras agradeciendo a nuestro Alcalde y a todo el Pueblo de Tarifa
cuya representación ostenta con orgullo en esta histórica jornada
conmemorativa, como Coronel Jefe de la Guardia Civil del Campo de Gibraltar, que
se haya acordado de nuestro Benemérito Cuerpo para encabezar este homenaje, pues
toda recreación histórica constituye un homenaje, a los hombres y mujeres que
hace dos siglos dieron su vida por dos de los valores más importantes: la
Patria, ¡España!, y la Libertad.
La Guardia Civil no
pudo entonces participar en la defensa de Tarifa porque hasta el año 1844 no
sería creada de la mano del II Duque de Ahumada bajo el Reinado de Isabel II.
Pero si ya hubiese
existido, que nadie dude que los beneméritos componentes de nuestro Cuerpo, que
tiene el Honor como principal Divisa, habrían acudido prestos a combatir y
defender la Ciudad de Tarifa bajo las órdenes del Mariscal de Campo Francisco de Oliver Copons y Méndez de Navia, militar español de origen malagueño.
Y sin duda alguna
también, la sangre de los guardias civiles se hubiera derramado como se derramó
la de tantos españoles y extranjeros que dieron su vida en el cumplimiento del
deber, por que la Guardia Civil muere pero no se rinde.
No pudo tener Tarifa
mejor Jefe Militar para liderar las tropas que la defendieron entre la mañana
del 20 de diciembre de 1811 y la madrugada del 5 de enero de 1812.
Prueba de ello es que
el 23 de diciembre de 1815, por acuerdo plenario de su Ayuntamiento fue
propuesto a S.M el Rey, con carácter honorífico, como Regidor Perpetuo de la
Ciudad.
Su firme voluntad
quedó registrada en los anales de la Historia de Tarifa y de España cuando el
16 de diciembre de 1811 escribió a su superior, el Teniente General Antonio
Malet:
“Excmo. Sr. = A las honras que merezco del Gobierno
y de V.E. no queda más a mi obediencia que sacrificarme por el soberano y la Nación
hasta el último extremo en esta plaza.”
Cerrado el cerco a
Tarifa el 20 de diciembre e iniciado el asedio, los soldados españoles e
ingleses, apoyados por el Pueblo de Tarifa, resistieron tenaz y heroicamente
durante los nueve días siguientes.
El 29 por la tarde
las tropas francesas consiguieron abrir una brecha de 18 metros en la muralla
del Retiro por lo que al día siguiente el General de División Jean François Leval,
que mandaba las fuerzas atacantes intimó la rendición a nuestro heroico
mariscal de campo. Y éste, con la hidalguía propia de los caballeros militares
españoles le contestó lo siguiente:
“Señor general Leval = Sin duda ignorará V.
S. que me hallo yo en esta plaza, cuando propone a su gobernador que admita una
capitulación por hallarse la brecha próxima a ser practicable; cuando lo esté,
a la cabeza de mis tropas en ella para defenderla me encontrará V.S. y entonces
hablaremos. Quedo a su disposición de V.S. en la plaza de Tarifa a 30 de
diciembre de 1811, a las dos y cuarto de la tarde. Sírvase V.S. omitir en lo
sucesivo parlamentos”.
A la mañana
siguiente, 31 de diciembre, siendo las nueve y media de la mañana atacaron la
brecha abierta 23 compañías de granaderos y cazadores, apoyados por ocho mil efectivos
al mando del general francés Chassereaux.
El ataque duró
hasta las once del día sin que las tropas francesas pudieran alcanzar su
objetivo, dejando numerosos muertos y heridos, gracias a la tenaz y heroica resistencia
de los defensores.
Los sucesivos
intentos llevados a cabo por los atacantes obtuvieron idéntico resultado. Así,
una y otra vez, hasta la noche del 4 al 5 de enero de 1812, en la que cesaron en su sitio
a la Ciudad de Tarifa y se retiraron, dejando abandonados cuatro cañones de a
16, tres de a 12 y dos obuses de a 9 pulgadas.
Y como tantas veces
ha ocurrido a lo largo de la Historia, nuestra causa de Libertad gozó del apoyo
sobrenatural, pues implorada la protección
de Nuestra Señora la Virgen de la Luz, Patrona de Tarifa, la lluvia que cayó durante todo el asedio anegó los
campamentos y posiciones francesas, contribuyendo con ello a nuestra Victoria.
Hoy conmemoramos tan
histórica hazaña y quienes antaño estuvimos enfrentados hoy somos amigos y
aliados, defendiendo los valores de Paz y Libertad en un momento donde ambos
vuelven a ser cuestionados por terceros.
Frente a ellos,
siempre estará el mismo espíritu que entonces imperó en la defensa de Tarifa y de
España, y ahora con mucha más fuerza por que todos somos Amigos y Aliados
dispuestos a seguir defendiendo los valores occidentales de Paz y Libertad.
Y para finalizar les
pido que griten conmigo: ¡Viva Tarifa!, ¡Viva España!
Muchas
gracias.