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domingo, 18 de mayo de 2025

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCLXX). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (54).


 

Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 7 de abril de 2025, pág. 16.


El original está ilustrado con dos fotografías en blanco y negro.


  

 

En el año 1965 se encontraba establecida una casa-cuartel de la Guardia Civil en Guadalquitón, sita en el término municipal de San Roque. Actualmente desaparecida como tal, permanecen todavía las ruinas de la misma junto a un viejo pozo de agua y queda como mudo testigo de una antigua época que se remonta a los tiempos del antiguo Cuerpo de Carabineros del Reino.

En dicho año pertenecía, junto al puesto de Carboneras que se ha referido en el artículo anterior, a la Línea (sección) de Carboneras que mandaba entonces el teniente Agustín Rodríguez Borges. Su encuadramiento correspondía en esa época a la 1ª Compañía (Guadiaro), cuyo jefe era el capitán José Ferrer Gil. Todo ello estaba integrado a su vez en la 337ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras), cuyo jefe era el teniente coronel Juan Antonio Fajardo Quero, también mencionado anteriormente.

Según el album, tan referido en el relato que se viene publicando en EUROPA SUR de estos antiguos acuartelamientos de la Benemérita campogibraltareña, que le fue entregado como recuerdo tras su ascenso al general de brigada Buenaventura Cano Portal, anterior coronel jefe del 37º Tercio de la Guardia Civil (Málaga), la fuerza del mentado Puesto de Guadalquitón estaba entonces mandada por el cabo Juan Contreras Pueyo.

El resto de componentes de dicha unidad estaba formado por los guardias civiles de 2ª clase llamados Pedro Rayo Valenzuela, Juan Domínguez León, Pedro Castrejón Romero, Diego Castañeda Montero, José Mangas Prieto, Rafael Manchón González, Antonio Fernández-González González, Ramón Jiménez Iglesias, José Mora Domínguez, Antonio Cumplido Masero, Francisco Ruiz Iborra, José Rodríguez Salas y José Ríos Rocha.

En el “Escalafón General del Cuerpo de Carabineros”, editado en 1936 antes del inicio de la guerra civil y elaborado por el brigada Eusebio Fernández Chimeno, con la colaboración de suboficiales, clases y carabineros destinados en la Secretaría de la Inspección General de dicho Cuerpo, se especificaba que dicho puesto se encontraba encuadrado en la 10ª Comandancia de Carabineros (Algeciras).

El puesto de Guadalquitón dependía entonces, junto al puesto de Carboneras, de la 1ª Sección de Carboneras, que a su vez pertenecía a la 1ª Compañía de Atunara, perteneciente a La Línea de la Concepción, encuadrada en la mentada comandancia campogibraltareña.

La plantilla de este puesto estaba constituida entonces por un sargento, un cabo, un carabinero de 1ª clase y once carabineros de 2ª clase, que dado lo reducido del espacio de dicho acuartelamiento la mayoría sería de estado soltero o tendrían su esposa e hijos en poblaciones cercanas. De hecho, el mentado escalafón de 1936 hacía constar que el alojamiento “era insuficiente para toda la fuerza”.

La fuerza allí destinada tenía encomendada la vigilancia de la costa, para evitar principalmente el alijo de contrabando procedente de la cercana colonia británica de Gibraltar. Concretamente tenía una demarcación principal constituida por un espacio longuitudinal de 2’800 kilómetros frente a la mar, comprendidos por levante hasta la margen derecha del río Guadiaro, y por poniente hasta el Cachón de Carboneras.

Según se especificaba en el mentado escalafón, dicha demarcación se encontraba encuadrada entre los puestos de Carabineros de Torreguadiaro, por levante, y del de Carboneras, por poniente. Se trataba de un distrito situado en despoblado y su terreno tenía poca producción agrícola si bien había posibilidad de caza, menor debía entenderse, y pesca. Los caminos existentes eran realmente veredas y la estación de ferrocarril más cercana era la existente en San Roque, mientras que el correo se recibía y enviaba por la oficina de La Línea de la Concepción.

Tal y como ocurrió en otros casos referidos anteriormente, este acuartelamiento de Guadalquitón, inicialmente de Carabineros, no se había inscrito en el “Registro de la Propiedad de San Roque”. Al reconvertirse en un puesto de la Guardia Civil, en aplicación de la ley de 15 de marzo de 1940, se tardó veinticinco años en hacerlo. 

Concretamente se realizó tras la presentación del oficio correspondiente que estaba fechado el 25 de febrero de 1966 y firmado en Madrid por el teniente general algecireño Ángel Ramírez de Cartagena Marcaida, como director general de la Guardia Civil.

Según se hizo constar entonces, dicho edificio, de una sola planta, se encontraba enclavado, “dentro del que fue Cortijo de Guadalquitón, a unos 100 metros de la Costa del Mar Mediterráneo, entre los Ríos Guadiaro y Guadalquitón, y término municipal de San Roque”.

La superficie construida del acuartelamiento era sólo de 122 metros cuadrados, contando con una superficie periférica de 929’25 metros cuadrados. Lindaba al norte con la “Compañía Financiera Soto Grande”; al sur con la “Finca Borondo, de D. Joaquín Díaz Hidalgo”; al este con la “Zona Marítimo-terrestre”; y al oeste con la “Finca de Guadalquitón, de D. Raimundo Burguera”.

Tras hacerse constar que se denominaba como “Cuartel de la Guardia Civil de Costas”, se afirmaba que se ignoraban el número y cargas reales de dicho espacio. Si bien se le suponía un valor aproximado de 56.000 pesetas, se reconocía que no existía “título de adquisición”, haciéndose constar no obstante que, “se adquirió por ocupación del extinguido Cuerpo de Carabineros, con motivo de la fusión de éste con el de la Guardia Civil en el año 1.940”.

Consecuente con la petición descrita, el titular del “Registro de la Propiedad de San Roque” diligenció el 20 de mayo siguiente que quedaba asentado dicho título, quedando “exento del pago de Derechos Reales”, conforme la normativa vigente.

Según la ficha de inventario-urbana de la Dirección General del Patrimonio del Estado, el 24 de febrero de 1978, estando dicho acuartelamiento ya en ruinas, quedó finalmente desafectado.

(Continuará).

martes, 13 de mayo de 2025

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCLXIX). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (53).



Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 31 de marzo de 2025, pág. 16.


El original está ilustrado con dos fotografías en blanco y negro.


  

En el año 1965 se encontraban ubicadas en la casa-cuartel de la Guardia Civil de Carboneras, sita en el término municipal de San Roque, la plana mayor de la Línea (sección) de Carboneras así como una de sus unidades subordinadas, el Puesto de Carboneras. Todo ello estaba encuadrado entonces en la 1ª Compañía (Guadiaro), que mandaba el capitán José Ferrer Gil, que pertenecía a la 337ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras), cuyo jefe era el teniente coronel Juan Antonio Fajardo Quero.

El jefe de aquella línea (sección) de Carboneras era entonces el teniente Agustín Rodríguez Borges, ascendido a dicho empleo con antigüedad de 27 de abril de 1965. Nacido el 1 de octubre de 1917 había sido movilizado en el bando sublevado cuando todavía no había cumplido los 20 años de edad, concretamente el 1 de agosto de 1937. Finalizada la guerra civil decidió ingresar en la Guardia Civil, lo cual consiguió, por orden del Ministerio del Ejército, de 27 de enero de 1941, siendo procedente de soldado del Regimiento de Infantería Simancas núm. 40 (Gijón). Iniciada su carrera en la Benemérita, como guardia 2º de Infantería en la Comandancia de la Guardia Civil de Córdoba, fue ocupando diferentes destinos y empleos hasta que estando destinado como sargento 1º en La Línea de la Concepción, pudo realizar el curso de ascenso a oficial en el Centro de Instrucción de la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid.

El comandante del puesto de Carboneras era el cabo Félix González Hortas y los guardias 2º de dicha unidad eran Dionisio Matías Sanjuan, Antonio Rovira Galán, Bartolomé Gómez Morón, Nicolás Barrero Medrano, José Rodríguez Muñoz, Manuel Sánchez López-Toscano, Ventura Expósito Verdejo, José Valle Amador, Antonio Rodríguez Prado, Pedro Amaya Castillo, Ildefonso Fernández Nájera, Valentín López Ariza, Cristóbal Ulloa Gutiérrez y Antonio Lara Baidez.

Dicha casa-cuartel procedía del Cuerpo de Carabineros cuyos componentes y acuartelamientos habían sido integrados en el Cuerpo de la Guardia Civil como consecuencia de la ley de 15 de marzo de 1940. 

En el “Escalafón General del Cuerpo de Carabineros”, editado en 1936 y elaborado por el brigada Eusebio Fernández Chimeno, con la colaboración de suboficiales, clases y carabineros destinados en la Secretaría de la Inspección General de dicho Cuerpo, se especificaba que dicho puesto se encontraba encuadrado entonces en la 10ª Comandancia de Carabineros (Algeciras).

Según se especificaba en dicho escalafón, residía entonces también en dicho acuartelamiento el oficial jefe de la sección de Carabineros. El puesto estaba considerado de primera línea, “de costa montañosa” y situado en despoblado. Confinaba por levante con el Cachón de Carboneras, y llegaba por poniente, hasta Punta Mala. Tenía una línea de costa de 4’750 kilómetros y no tenía más caminos que algunas veredas, siendo entonces y durante los años siguientes un paraje realmente inhóspito.

El correo que se recibía en dicha casa-cuartel había que ir a buscarlo a la oficina de La Línea de la Concepción, y la estación de ferrocarril más próxima era la de San Roque. La plantilla del personal de dicho puesto estaba constituida por un sargento, un cabo, un corneta, un carabinero de 1ª clase y trece carabineros de 2ª clase. El acuartelamiento tenía modestos pabellones para el oficial jefe de la sección y nueve componentes casados del puesto, alojándose los carabineros solteros, de forma comunitaria, en la sala de armas.

Como ocurrió en otras ocasiones este acuartelamiento de Carabineros no se había inscrito en el registro de propiedad de San Roque y la Guardia Civil tardó veinticinco años en hacerlo. Concretamente se realizó tras la presentación del oficio correspondiente que estaba fechado el 25 de febrero de 1966 y firmado en Madrid por el teniente general algecireño Ángel Ramírez de Cartagena Marcaida, como director general de la Guardia Civil.

Según se hizo constar entonces, dicho edificio, de una sola planta, se encontraba enclavado “en Sierra Carbonera, al Norte de la Ciudad de La Línea de la Concepción, a unos 10 kms. de dicha población y a unos 100 metros de la Costa del Mar Mediterráneo, en desplobado”.

Su superficie construida, sita junto a la antigua torre, era de 728 metros cuadrados, mientras que el patio descubierto interior era de otros 351 metros cuadrados, lo cual sumaba un total de 1.079 metros cuadrados. Ello contaba con una superficie periférica de 2.349 metros cuadrados que rodeaban la edificación y que a su vez lindaba por el norte, sur, este y oeste, con una finca que era propiedad de “D. Juan Poveda”.

Tras hacerse constar que se denominaba como “Cuartel de la Guardia Civil de Costas”, se afirmaba que se ignoraban el número y cargas reales de dicho espacio. Si bien se le suponía un valor aproximado de un millón de pesetas, se reconocía que se carecía de “título de adquisición”, haciéndose constar no obstante que, “se adquirió del extinguido Cuerpo de Carabineros con motivo de la fusión del mismo con el de la Guardia Civil en el año 1.940, ignorándose más datos, si bien la fecha de construcción, lo fue en el año 1.927”. 

Consecuente con la petición descrita, el titular del “Registro de la Propiedad de San Roque” diligenció el 5 de mayo siguiente que quedaba asentado dicho registro, quedando “exento del pago de Derechos Reales”, conforme la normativa vigente.

Según la ficha de inventario-urbana de la Dirección General del Patrimonio del Estado, el 16 de septiembre de 1975 se ordenó el desalojo del acuartelamiento y cambio de ubicación de la fuerza allí destinada.

(Continuará).

lunes, 5 de mayo de 2025

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCLXVIII). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (52).



Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 24 de marzo de 2025, pág. 14.


El original está ilustrado con dos fotografías en blanco y negro.


 

Uno de los puestos más desconocidos de Carabineros, en primer lugar, y posteriormente de la Guardia Civil tras la entrada en vigor de la ley de 15 de marzo de 1940, ubicados en el término municipal de San Roque, era el de Casafuerte. Hoy día es inexistente y fue desafectado por su estado ruinoso mediante acta levantada el 12 de noviembre de 1974. 

En 1965 pertenecía a la línea (sección) de Torreguadiaro, que entonces estaba encuadrada en la 1ª Compañía, sita en la pedanía sanroqueña de Guadiaro, perteneciente a la 337ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras). 

Según el “Escalafón General del Cuerpo de Carabineros”, editado en 1936 y elaborado por el brigada Eusebio Fernández Chimeno, con la colaboración de suboficiales, clases y carabineros destinados en la Secretaría de la Inspección General del Cuerpo, el puesto de Casafuerte no pertenecía entonces a la 10ª Comandancia de Carabineros (Algeciras), sino a la Fracción de Estepona de la 9ª Comandancia de Carabineros (Málaga).

Aunque enclavado en la provincia de Cádiz y perteneciente a su Campo de Gibraltar, hay que recordar que en aquel periodo del antiguo Cuerpo de Carabineros, las unidades que estaban ubicadas a partir de la margen izquierda del río Guadiaro se encontraban encuadradas por necesidades del servicio en la comandancia malagueña. 

El puesto de Casafuerte se encontraba ubicado en primera línea de playa y mantenía la vigilancia de la costa a lo largo de 2’196 kilómetros de longuitud. Vigilaba por poniente, desde el Puntazo del Zorro, lugar ya citado en el artículo anterior al describir la demarción del puesto de Torreguadiaro, y por levante, vigilaba hasta la Punta de Calataraje. Ahí iniciaba su demarcación el puesto malagueño de Chullera, la cual llegaba hasta el arroyo de Martajina.

La plantilla del puesto de Carabineros de Casafuerte estaba mandado en 1936 por un brigada y contaba con un carabinero de 1ª clase y ocho carabineros de 2ª clase. La casa-cuartel tenía entonces un pabellón para el comandante de puesto y otros seis para personal casado. Los solteros se alojaban en la sala de armas. 

Se trataba de un “puesto de playa” ubicado entonces en despoblado, siendo  de terreno montuoso. En su distrito tenía dos calas y tres puntazos. El correo lo recibía a través de la oficina postal malagueña de Estepona mientras que la estación ferroviaria más cercana era la gaditana de Castellar de la Frontera.

Era un puesto de vigilancia de costa cuyo servicio se prestaba a pie ya que como ocurría con la mayor parte de los puestos del Cuerpo, carecían de vehículo alguno. Las postas, donde se asentaban los carabineros, estaban separadas entre sí no más de quinientos metros, donde se situaban para observar la mar y la playa, así como ejercer sus misiones de resguardo fiscal y lucha contra el contrabando.

Hay que significar, para no confundirlo, que en aquella 9ª Comandancia de Carabineros (Málaga), a la que entonces pertenecían algunos de los puestos gaditanos de la parte más oriental del Campo de Gibraltar, existía, además del ya referido, otro puesto igualmente denominado de Casafuerte. Su acuartelamiento era más moderno entonces y era residencia del oficial jefe de la sección malagueña en la que estaba encuadrado. También estaba situado en primera línea de playa y con una demarcación similar en dimensiones a la campogibraltareña, pero comprendida entre el arroyo de Granadilla y el del Tajo. Se encontraba ubicado en terreno quebrado y despoblado, teniendo en su demarcación una cala y cuatro arroyos, recibiendo el correo por la oficina de la población del Rincón de la Victoria.

En el año 1965 la plantilla nominal que constaba en el puesto sanroqueño de Casafuerte, según el mentado album obsequiado como recuerdo al general de brigada Buenaventura Cano Portal, que había sido coronel jefe del 37º Tercio de la Guardia Civil (Málaga), estaba contituida por el sargento Francisco Martín Claros, el cabo Gonzalo Riquelme Sánchez, así como los guardias 2º Francisco Benavides Pastor, Agustín Bermudez Aguilera, Francisco Corón Martín, Antonio Hernández Pérez Magán, Manuel Ruiz Castillo, Francisco Rodríguez Estevez, Francisco López Martín García, Rafael Sánchez Rojas y Rafael Moreno Calzado.

La casa-cuartel de Casafuerte, hoy desaparecida, era propiedad del Estado y estaba situada frente a la costa, a un kilómetro del entonces punto kilómetríco 142’000 de la antigua carretera N-340. Concretamente se encontraba enclavada en un terreno que estaba rodeado, “por todos sus vientos, con la finca propiedad de D. Diego Jiménez Mina”.

Tal y como ha ocurrido en tantas otras ocasiones, especialmente cuando aquellas casas-cuarteles de Carabineros se habían construido, previa solicitud y consenso,  sobre terrenos de propiedad privada, dicho edificio de una sola planta, tardó varias décadas en inscribirse en el registro de la propiedad de San Roque. 

Se hizo la inscripción, afectada al entonces Ministerio de Gobernación, transcurridos más de veinte años que llevaba prestando servicio dicho inmueble en la Guardia Civil. Concretamente se inscribió por primera vez el 5 de mayo de 1966, mediante una certificación administrativa de dominio expedida el 25 de febrero anterior en Madrid, en nombre del teniente general algecireño Ángel Ramírez de Cartagena Marcaida, como director general de la Guardia Civil.

Según la ficha registral, el acuartelamiento era un edificio de una única planta que tenía, según título, una superficie de 835’61 metros cuadrados, de los que 480’47 metros cuadrados estaban construidos y 355’14 metros cuadrados constaban como superficie descubierta. Todo ello levantado en un solar cuya superficie periférica era de 2.166’13 metros cuadrados.

(Continuará).

viernes, 25 de abril de 2025

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCLXVII). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (51).

 

Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 17 de marzo de 2025, pág. 15.


El original está ilustrado con dos fotografías en blanco y negro.


 

La 1ª Compañía de la 337ª Comandancia (Algeciras) tenía la cabecera de su plana mayor que mandaba en 1965 el capitán José Ferrer Gil, en la barriada sanroqueña de Guadiaro, donde como ya se ha reseñado en el artículo anterior, residía también el puesto territorial de dicha pedanía sanroqueña. 

La primera línea (sección) de dicha compañía, que incluía el mentado puesto de Guadiaro, tenía establecida su cabecera en la barriada sanroqueña de Torreguadiaro, asentada en la misma casa-cuartel donde también estaba su puesto, igualmente ubicada en el término municipal de San Roque. 

A ello hay que añadir, formando parte de la citada línea de Torreguadiaro, los puestos de Casafuerte, sito también en el mentado municipio sanroqueño, y el de San Martín del Tesorillo, que por aquel entonces estaba asentado en la pedanía que le daba nombre, perteneciente al término municipal de Jimena de la Frontera. 

Antes de la integración del personal, acuartelamientos y material del Cuerpo de Carabineros en el de la Guardia Civil, llevado a cabo por la ley de 15 de marzo de 1940 y posteriores disposiciones, hay que significar que el mentado puesto de Torreguadiro, aunque gaditano y campogibraltareño, no estaba encuadrado en la 10ª Comandancia de Carabineros (Algeciras). Pertenecía entonces a la 9ª Comandancia de Carabineros (Málaga) y estaba encuadrado en la fracción de la antigua Comandancia de Carabineros de Estepona. El límite de separación de ambas comandancias estaba establecido entonces por el río Guadiaro.

Ya entonces, también Torreguadiaro, además de tener un puesto, era cabecera de la sección de Carabineros y era por lo tanto residencia del oficial que se encontraba al frente de la misma. En cambio, no había establecido entonces ningún puesto de la Guardia Civil en dicha barriada ni casa-cuartel de la Benemérita por lo tanto. Su demarcación, como puesto de primera línea de costa que era entonces, tenía 2’520 kilómetros de extensión longuitudinal a vigilar al objeto de evitar cualquier entrada ilícita de personas o mercancias. No hay que olvidar que la cercanía de la colonia británica de Gibraltar exigía una vigilancia constante para evitar el contrabando desde pequeñas embarcaciones que pudieran arribar a la costa.

Hoy día puede parecer escasa distancia a vigilar pero no hay que olvidar que por aquel entonces el servicio de Carabineros se prestaba en todo momento a pie y el despliegue en zona de costa solía hacerse a derecha e izquierda del acuartelamiento. 

Se trataba de un servicio prestado en la misma playa, que se montaba armado con pistola marca Astra modelo 400 de 9 mm. largo y carabina mauser modelo 1916 de 7 mm. Hay que recordar además que entonces apenas solía haber edificación alguna en esa zona de costa, no siendo habitual que la distancia de separación entre carabinero y carabinero, superase los quinientos metros de distancia y siempre enlazados a la vista y voz.

La plantilla del puesto estaba compuesta entonces, según el “Escalafón General del Cuerpo de Carabineros”, editado en 1936, por un sargento, un cabo, un corneta y diez carabineros de 2ª clase. Dicho puesto tenía encomendada la vigilancia desde la margen izquierda del río Guadiaro, confín entonces de la mentada 10ª Comandancia de Carabineros (Algeciras), hasta el lugar conocido como el Puntazo del Zorro. Su acuartelamiento tenía pabellones para el oficial jefe de la sección, así como para el comandante del puesto y diez carabineros casados, además de una “sala de armas” para alojamiento comunitario de los carabineros solteros.

Tal y como se mencionaba en dicho escalafón, el río Guadiaro estaba habilitado “para el embarque y desembarque de frutos nacionales con documentos de la Aduana de Estepona (Málaga). Igualmente se reseñaba que se trataba entonces de un “puesto de playa en despoblado”, existiendo carretera y disponiendo de pesca y caza menor. Su estación ferroviaria más próxima se encontraba en la localidad campogibraltareña gaditana de Castellar de la Frontera, mientras que el correo postal se recibía por conducto de la población malagueña de Estepona. Fue un puesto de extremada dureza que la Guardia Civil heredaría al desaparecer el Cuerpo de Carabineros e integrarse sus componentes en la Benemérita.

En el año 1965, del que estamos hablando actualmente, la plantilla nominal que constaba en Torreguadiaro, tanto en la plana mayor de la línea (sección) como en el puesto, en el mentado album obsequiado como recuerdo al antiguo coronel Buenaventura Cano Portal, jefe del 37º Tercio de la Guardia Civil (Málaga), nuevo general de brigada, estaba formada por: teniente Tomás García Arjona, sargento Germán Gutiérrez García, cabo Juan Soriano Melero, corneta José Alonso Zafra, así como los guardias 2º José González Albarrán, Juan Lozano Lucena, Juan Olivenza Marrollo, Manuel Fernández Corrales, Tomás Perdigón Picón, Salvador Serrano González, Juan Cabrera Moreno, Francisco Barragán Barragán, Manuel Quevedo Santana, Miguel Rodríguez Rodríguez y Cristóbal Pérez Villalba.  

La casa-cuartel de Torreguadiaro, propiedad del Estado y afectada al mismo desde el 1 de junio de 1928, estaba inscrita en el Registro de la Propiedad de San Roque y se encontraba situada junto al entonces punto kilométrico 135’500 de la antigua carretera N-340. Hoy desaparecida, estaba asentada sobre un solar de dos mil metros cuadrados de extensión, teniendo el acuartelamiento una planta de 506 metros cuadrados. Se había construido en terrenos de la entonces “Sociedad Industrial y Agrícola de Guadiaro”, que había procedido a su donación, libre de cargas, en escritura pública levantada por el notario de San Roque, Raimundo Casal Soto.

(Continuará).

 

 

martes, 22 de abril de 2025

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCLXVI). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (50).

                           

Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 10 de marzo de 2025, pág. 11.


El original está ilustrado con dos fotografías en blanco y negro.


 

Gracias al álbum fotográfico que se entregó por el teniente coronel Juan Antonio Fajardo Quero, jefe de la 337ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras), al nuevo general de brigada Buenaventura Cano Portal, con motivo de su ascenso a dicho empleo por decreto núm. 2819/1965, de 10 de septiembre, puede conocerse los acuartelamientos y personal de dicha unidad que entonces se encontraba destinado en la misma.

En dicho álbum, al igual que los obsequiados con igual motivo por los tenientes coroneles Francisco Giménez Reyna, jefe de la 137ª Comandancia (Málaga), y Rafael Serrano Valls, jefe de la 237ª Comandancia (Cádiz), se detalla por compañías, líneas (secciones) y puestos, la relación nominal del personal del Cuerpo destinado en esa época así como las fotografías de conjunto y las de los acuartelamientos, muchos de los cuales ya no existen. 

Lamentablemente no estaban incluidas las matronas que prestaban su servicio en aeropuertos, puertos y fronteras terrestres. Si bien es cierto que no eran guardias civiles en el sentido formal de la palabra, formaban parte indiscutible del Cuerpo y vestían su uniforme específico del mismo color verde que los hombres, ya que quedaban todavía más de dos décadas para que hubiera mujeres guardias civiles. Aquellas matronas, aunque sometidas a un rígido régimen normativo propio, eran viudas o huérfanas del Cuerpo, y estaban obligadas a permanecer en estado de viudez o soltería, respectivamente. Realmente no se puede justificar su ausencia de tan magníficos álbumnes y deberían haber figurado en los mismos ya que formaban parte indiscutible de las plantillas de dichas comandancias. 

En el término municipal de San Roque se encontraban ubicadas en el año 1965 las cabeceras de dos de las siete compañías que componían la comandancia campogibraltareña. Concretamente se trataban de la 1ª Compañía, que tenía su cabecera en la población de Guadiaro, en cuya casa-cuartel estaba ubicado también el puesto de dicha pedanía sanroqueña, así como la 3ª Compañía que poseía su cabecera en la propia localidad de San Roque.

El capitán jefe de la 1ª Compañía (Guadiaro) era entonces José Ferrer Gil. La plana mayor de dicha unidad, al contrario que otras de la misma comandancia, no tenía entonces suboficial, al igual que tampoco el puesto de Guadiaro. En el álbum citado constan también con destino en dicho acuartelamiento los cabos 1º Manuel Sánchez Santos e Ismael Morera Pizarro, los guardias 1º Francisco Ramos Argain y Diego Sorroche Fuentes, así como los guardias 2º Juan Rengel Estrada, José Perales Cabello, Juan Atalaya López, Ramón Ramos Varo y Manuel Esquivel García. 

Sobre la casa-cuartel de Guadiaro entonces existente hay que hacer diversas consideraciones. En escalafones del siglo XX correspondientes al Cuerpo de Carabineros, en el primer periodo del rey Alfonso XIII, se encuentran en dicha barriada sanroqueña incluso cabeceras de sección. Sirva como ejemplo que a su mando estaban por ejemplo, en el del año 1901, el primer teniente Carlos Victoria Parrés; en el del año 1908, el segundo teniente Juan Fernández Adrados; y en el del año 1912, el segundo teniente de la escala de reserva Agustín Pérez Jares. 

Sin embargo, en los últimos años del citado régimen monárquico no consta su existencia, ocurriendo lo mismo en los escalafones oficiales editados durante la Segunda República, no siendo siquiera mencionado a nivel puesto, mandado por sargento o cabo. Lo mismo ocurrió en el extenso y minucioso “Escalafón General del Cuerpo de Carabineros” que en 1936, antes del inicio de la guerra civil, publicó el brigada Eusebio Fernández Chimeno, que contó con la colaboración de suboficiales, clases e individuos destinados en la “Secretaría de la Inspección General del Cuerpo”.

La principal referencia formal localizada corresponde a un escrito fechado el 25 de febrero de 1966 y firmado por el teniente general algecireño Ángel Ramírez de Cartagena Marcaida, entonces director general de la Guardia Civil. Diligenciado debidamente el 20 de mayo siguiente en el Registro de la Propiedad de San Roque, se hace constar que fue despachado por la oficina liquidadora el 31 de marzo anterior.

La finalidad de ello era solicitar la inscripción, a nombre del Estado, de la casa-cuartel de Guadiaro. Ésta se situaba, “entre la calle Tránsito y margen derecho del Río Guadiaro, mirando su parte principal hacia el indicado río, del término municipal de San Roque”. Tenía una superficie edificada de 248’79 metros cuadrados, más una superficie descubierta de otros 35’70 más. Sus linderos estaban limitados al norte por la mentada calle Tránsito, al sur por una plazoleta, al este por el río Guadiaro, y al oeste por la calle Posada, dándosele un valor aproximado de 276.700 pesetas.

Respecto a la procedencia de dicho edificio, se hacía constar expresamente que, “según gestiones practicadas era propiedad de D. Juan González Velasco, actualmente fallecido, y por referencia, se tiene conocimiento que por falta de pago en contribución, fue incautado el inmueble por Hacienda, si bien se carece de datos concretos y documentos en este sentido”.

Respecto al servicio que estaba destinada dicha finca se hacía constar: “Con anterioridad a nuestra Guerra de Liberación era ocupado por fuerzas de Caballería del extinguido Cuerpo de Carabineros, a la terminación de dicha Campaña, lo habitaron tropas del Ejército Nacional y en 1.946, una vez reparado el mentado edificio por los vecinos de la misma, pasó a ocuparlo las fuerzas de este Cuerpo, quien lo utiliza hasta la fecha”.

(Continuará).

 

miércoles, 16 de abril de 2025

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCLXV). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (49).



Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 3 de marzo de 2025, pág. 10.


El original está ilustrado con una fotografía en blanco y negro.

  

  

Por orden del Ministerio del Ejército, de 8 de noviembre de 1963, publicada cuatro días más tarde en el diario oficial, fue destinado con carácter voluntario, para el mando de la 337ª Comandancia (Algeciras), el teniente coronel de la Guardia Civil Juan Antonio Fajardo Quero, destinado hasta entonces en la “Mayoría” del 37º Tercio (Málaga).

El día 30 de dicho mes se incorporó a la comandancia campogibraltareña y comenzó a desarrollar las funciones propias de su nueva responsabilidad. Continuó a su frente, hasta que casi cuatro años más tarde, por orden del Ministerio del Ejército de 20 de septiembre de 1967, pasó a cubrir vacante de “libre elección” anunciada por otra orden ministerial de 18 de agosto anterior, siendo destinado a mandar la 205ª Comandancia (Jaén), a cuyo frente había estado el teniente coronel Guillermo Caldera del Pino. Dicha comandancia pertenecía al 5º Tercio (Córdoba), cuyo jefe era el coronel Germán Sánchez Montoya. 

A fin de la revista de septiembre el teniente coronel Fajardo causó baja en la jefatura de la 337ª Comandancia (Algeciras) del 37º Tercio (Málaga). El 10 de octubre siguiente se presentó en la comandancia jienense, “haciéndose seguidamente del mando, documentación y servicios de la misma, cesando en los expresados el Comandante 2º Jefe de la misma Don Francisco Pino Sirgado, que accidentalmente lo venía desempeñado”.

Pero llegados a este punto es necesario hacer un alto, ya que gracias al ascenso al empleo de general de brigada, con antigüedad final del 25 de agosto de 1965, del coronel Buenaventura Cano Portal, que estaba al frente del 37º Tercio (Málaga), los tenientes coroneles jefes de las 137ª Comandancia (Málaga), 237ª Comandancia (Cádiz) y 337ª Comandancia (Algeciras), le obsequiaron unos sendos álbumnes fotográficos con imágenes de todos sus componentes y acuartelamientos.

El general Cano, nacido el 16 de septiembre de 1905 en Málaga y huérfano de un comandante de Infantería, había ingresado el 30 de agosto de 1921, procedente de paisano, a los 15 años de edad y conforme lo dispuesto en la real orden de 16 de julio anterior, como alumno en la Academia de Infantería. Ésta se encontraba sita entonces en el Alcazar de Toledo. Siendo teniente de Infantería, destinado en el Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Ceuta núm. 3, pasó con dicho empleo a la Guardia Civil con antigüedad de 31 de julio de 1929, obteniendo destino en la Comandancia de Ceuta.  

Siendo teniente coronel jefe de la 137ª Comandancia (Málaga) ascendió a coronel por orden del Ministerio del Ejército, de 27 de marzo de 1958, siendo nombrado jefe del 37º Tercio (Málaga) por otra orden ministerial de 21 de junio siguiente. Transcurridos siete años, por decreto 2820/1965, de 10 de septiembre, fue promovido al empleo de general de brigada, siendo destinado al mando de la 1ª Zona de la Guardia Civil (Sevilla) por otro decreto de 8 de octubre siguiente. Hay que significar que por orden del Ministerio del Ejército, de 7 de enero de 1966, le fue nombrado ayudante de campo el comandante Manuel Cabello Prieto, que estaba destinado en la 337ª Comandancia (Algeciras). Por decreto 2986/1966, de 11 de noviembre, el general Cano fue nombrado jefe de la 2ª Zona de la Guardia Civil (Barcelona), siendo nuevamente nombrado su ayudante de campo, por orden ministerial de 7 de diciembre siguiente, el comandante Cabello.

Finalmente el mentado general cesaría en dicho destino por decreto 1275/1967, de 11 de mayo, quedando a las órdenes del director general de la Guardia Civil, teniente general Ángel Ramírez de Cartagena Marcaida, quien había nacido en Algeciras el 24 de septiembre de 1901, siendo ministro del Ejército el teniente general Camilo Menéndez Tolosa. También hay que significar que éste, siendo entonces general de división, había sido gobernador militar del Campo de Gibraltar y jefe de la División núm. 22 por decreto de 22 de febrero de 1957 hasta que por decreto de 10 de diciembre de 1959 fue promovido su ascenso al empleo de teniente general.

Continuando con los álbumnes fotográficos citados hay que decir que afortunadamente, hoy día, esos impresionantes y magníficos documentos historiográficos se conservan y se encuentran depositados en la biblioteca del Servicio de Estudios Históricos de la Guardia Civil en Madrid. Gracias a ello tenemos un testimonio nominal y gráfico que desde el punto de vista histórico es único y extraordinario, ya que actualmente la mayor parte de sus miembros y casas-cuarteles han desaparecido.

Es por ello, que gracias al contenido del album correspondiente a la comandancia campogibraltareña, se van a ir exponiendo sucesivamente las plantillas de personal y acuartelamientos establecidos en el año 1965 en el término municipal de San Roque.

En dicho año la 337ª Comandancia (Algeciras) estaba mandada por el mentado teniente coronel Juan Antonio Fajardo Quero, quien contaba entonces con los comandantes Patrocinio Lobo Martín y Manuel Cabello Prieto. Dicha comandancia campogibraltareña estaba articulada orgánicamente entonces en siete compañías.

La 1ª Compañía tenía su cabecera en Guadiaro, donde residía también el puesto de dicha pedanía sanroqueña. Como primera línea (sección) estaba la de Torreguadiaro y su correspondiente puesto, igualmente ubicada en el término municipal de San Roque. A ello hay que añadir los puestos de Casafuerte, sito también en dicho municipio, y el de San Martín del Tesorillo, que entonces estaba asentado en el término municipal de Jimena de la Frontera. La segunda línea (sección) de dicha compañía era la de Carboneras, donde se ubicaba también el puesto pertinente, teniendo a su cargo los puestos de Guadalquitón y Torrenueva, ubicados igualmente ambos en el término municipal sanroqueño.

La 2ª Compañía tenía su cabecera en la Línea de la Concepción pero uno de sus puestos era el de Príncipe Alfonso, que estaba ubicado en la barriada sanroqueña de Campamento pero encuadrado en la línea (sección) de La Atunara. El resto de acuartelamientos de dicha unidad estaban distribuidos por el término municipal linense, habiendo sido ya detallado en su momento todo aquel despliegue en los correspondientes artículos publicados sobre dicho municipio en EUROPA SUR. La otra línea (sección) de dicha compañía estaba establecida en la barriada sanroqueña de Puente Mayorga, que contaba en la misma con su correspondiente puesto así como los de Carteya y Marinos. 

La 3ª Compañía tenía su cabecera en la casa-cuartel de San Roque, donde estaba ubicada también la línea (sección) de San Roque, de la que dependían a su vez el puesto existente en el interior de dicha población y el de El Toril, que estaba establecido a su entrada. También pertenecían a dicha línea los puestos de la Estación de San Roque, establecido junto a la red ferroviaria, así como el de Los Barrios, ubicado en el municipio limítrofe. Las otras líneas (secciones) de dicha compañía sanroqueña eran las de La Amoraima, con sus puestos de la residencia y Castellar de la Frontera, así como la de Jimena de la Frontera, con su correspondiente puesto y el establecido en la barriada de San Pablo de Buceite, además los asentados en las estaciones ferroviarias de Castellar y Jimena. 

Las otras cuatro compañías correspondían a otros municipios campogibraltareños que oportunamente se expondrán.

(Continuará).

 

miércoles, 9 de abril de 2025

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCLXIV). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (48).


  Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 24 de febrero de 2025, pág. 9.


El original está ilustrado con dos fotografías en blanco y negro.

  

 

 

Tras ascender al empleo de coronel, con antigüedad del 8 de octubre de 1963, el teniente coronel Juan Salom Sánchez, jefe de la 337ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras), se cubrió su vacante un mes más tarde en el Diario Oficial del Ministerio del Ejército núm. 255, de 12 de noviembre siguiente.

Se trataba del teniente coronel Juan Antonio Fajardo Quero, que estaba destinado en la plana mayor del 37º Tercio (Málaga). Con su nombramiento como jefe de la comandancia campogibraltareña, se rompió por primera vez la circunstancia de que el nuevo titular no procedía del Cuerpo de Carabineros. Pero tampoco procedía de aquellos cuadros de mando que habían pertenecido a la Benemérita desde antes del inicio de la guerra civil.

Fajardo, nacido el 12 de noviembre de 1920 en Granada y que había ingresado voluntariamente en el Ejército sublevado durante la guerra civil, se le asignó inicialmente su acceso cuando todavía tenía 17 años de edad, concretamente el 1 de julio de 1938. Pero posteriormente se le reconoció su verdadero ingreso al inicio de la contienda, con antiguedad del 20 de julio de 1936, cuando todavía tenía 15 años de edad. Cumplidos los 18 años obtuvo el empleo de alférez provisional de Infantería, tras haber finalizado el 28 de mayo de 1939 el correspondiente curso en la Academia Militar de Granada. Seguidamente fue destinado al Regimiento de Infantería Lepanto núm. 5, que el 12 de septiembre siguiente fue reorganizado con el nombre de Regimiento de Infantería núm. 45, con guarnición en Córdoba.

Por orden del Ministerio del Ejército, de 4 de enero de 1943, fue admitido al concurso-oposición anunciado en otra orden ministerial el 5 de noviembre anterior, para nutrir la escala profesional. El primer párrafo de la convocatoría no dejaba dudas al respecto:

“La mayoría de los oficiales provisionales y de complemento que todavía prestan servicio en las filas de nuestro Ejército vienen dando constantes pruebas de entusiasmo por la profesión y amor al estudio, como ha puesto de relieve la reciente convocatoria para ingreso en la Academia General Militar”.

Por lo tanto, y conforme al artículo 1º de dicha convocatoria, se anunció el correspondiente concurso-oposición en “las Academias Militares de Transformación de cada una de las Armas y del Cuerpo de Intendencia”, al que podían concurrir los oficiales citados. 

Podían concurrir tanto los presentes en las filas del Ejército de Tierra como los que hubieran sido licenciados con carácter forzoso. Todos ellos debían estar en posesión del título de bachiller y “contar con un mínimo de seis meses de permanencia en los frentes de combate”. Evidentemente no se referían a los combatientes del bando republicano. Había acaecido una trágica e injusta guerra civil y poca excepción, salvo contados casos, para los que habían perdido la contienda.

Las plazas convocadas eran 600 de Infantería, 100 de Caballería, 250 de Artillería, 150 de Ingenieros y 100 de Intendencia. El periodo de transformación se fijaba en 18 meses, “transcurridos los cuales, si terminan con aprovechamiento los estudios, los Caballeros Oficiales Cadetes serán promovidos a alféreces profesionales, con antigüedad de 1 de marzo de 1945, escalafonándose a continuación de los caballeros alféreces cadetes pertenecientes a la primera convocatoria de la Academia General Militar”.

Encontrándose destinado ya como alférez en el Regimiento de Infanteria Covadonga núm. 5, de guarnición en Alcalá de Henares (Madrid), ascendió al empleo de teniente de Infantería, prosiguiendo en dicha unidad. Por orden de 5 de septiembre de 1946, publicada cuatro días más tarde en el Boletín Oficial del Estado núm. 252, fue designado junto a otros oficiales del mismo empleo para ocupar plaza en el Cuerpo de la Guardia Civil.

Ello fue como resultado parcial del concurso anunciado por orden de 6 de julio anterior, ampliada por otra de 20 de igual mes, para cubrir 50 vacantes de teniente en la Benemérita con oficiales pertenecientes a las Armas de Infantería y Caballería procedentes de las Academias de Transformación y Academias de dichas Armas.

Dichos oficiales causaron alta en la Guardia Civil y baja en su Arma de procedencia el 1º de octubre siguiente, realizando el correspondiente curso de información en el Centro de Instrucción del benemérito Cuerpo en Madrid. 

En el empleo de teniente estuvo destinado en la 136ª Comandancia (Granada), ejerciendo el mando de la Línea de Herradura, que estaba encuadrada en la 7ª Compañía (Orjiva). Ascendido al empleo de capitán con antigüedad del 17 de julio de 1952 fue destinado a Palma de Mallorca, pasando a formar parte de la 144ª Comandancia. Encontrándose allí se le concedió licencia especial, por otra orden ministerial de 4 de marzo del año siguiente, para contraer matrimonio canónico con Trinidad Gómez Molina.

Por orden del Ministerio del Ejército, de 20 de abril de 1953, siendo su titular el teniente general Agustín Muñoz Grandes, que cuando era general de división había sido gobernador militar del Campo de Gibraltar, además de jefe de la División núm. 22, entre el 7 de febrero de 1941 y el 11 de julio siguiente, el capitán Fajardo volvió a ser destinado, en turno de provisión normal, a la 136ª Comandancia (Granada). Allí le fue adjudicado seguidamente el mando de la Compañía de Motril, donde permaneció hasta su ascenso al empleo de comandante por orden del Ministerio del Ejército, de 25 de febrero de 1957, concediéndosele la antigüedad de 1 de noviembre anterior.

Por orden fechada tan sólo dos días más tarde, publicada en el Diario Oficial del Ministerio del Ejército núm. 53, de 3 de marzo de 1957, y suscrita por su titular, el teniente general Antonio Barroso Sánchez-Guerra, resultó que el comandante Fajardo fue destinado, en turno de provisión normal y carácter voluntario, a la 237ª Comandancia (Cádiz). Hay que significar que dicho ministro había sido también gobernador militar del Campo de Gibraltar, nombrado por decreto de 30 de marzo de 1951 y cesado por decreto de 23 de octubre de 1963, al ser designado como capitán general de la 9ª Región Militar (Granada) y jefe de la División núm. 23.

Respecto al comandante Fajardo hay que decir que fue destacado a Jerez de la Frontera, permaneciendo en la comandancia gaditana hasta que por orden ministerial de 25 de octubre de 1960, suscrita por el mentado ministro, fue destinado nuevamente a la 136ª Comandancia (Granada).

Con antigüedad de 2 de abril de 1962 fue ascendido cinco días más tarde al empleo de teniente coronel, quedando afecto para documentación y haberes al 36º Tercio (Granada). Posteriormente, por otra orden ministerial, de 4 de diciembre siguiente, fue destinado voluntariamente a la plana mayor del 37º Tercio (Málaga). 

Incorporado a la capital malagueña en la revista de enero de 1963, se mantuvo desempeñando sus cometidos al frente de la “Mayoría”, pero sólo hasta el 15 de noviembre de dicho año. Ello fue debido a que por orden del Ministerio del Ejército, de fecha 8 de dicho mes, publicada cuatro días más tarde, fue destinado, con carácter voluntario, para el mando de la 337ª Comandancia (Algeciras), al igual que el ya coronel Salom lo era al 23º Tercio de Fronteras (Pamplona).

(Continuará).

  

 

miércoles, 2 de abril de 2025

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCLXIII). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (47).


 Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 17 de febrero de 2025, pág. 11.


El original está ilustrado con una fotografía en blanco y negro.

  

 

Una vez expuesto el cuadro de oficiales que se encontraban destinados al inicio de la década de los años sesenta del siglo XX en el término municipal de San Roque, tanto los encuadrados en la Compañía de San Roque como en la Compañía de Guadiaro, ambas de la 337ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras), resulta también de interés conocer a sus principales subordinados.

Sirva para ello el “Escalafón”, elaborado por el Negociado 2º de la Sección de Personal de la Dirección General de la Guardia Civil, cerrado en 1º de febrero de 1962, relativo a los subtenientes, brigadas, sargentos 1º, sargentos, cabos 1º, cabos, aspirantes y guardias jóvenes aprobados para cabo, músicos y matronas; con indicación del personal del C.A.S.E. (Cuerpo Auxiliar Subalterno del Ejército) y practicantes de Sanidad Militar que entonces prestaban servicio en la Benemérita.

Por aquel entonces, salvo seis subtenientes del antiguo Cuerpo de Carabineros, todos los demás, formaban parte del escalafón único de la Guardia Civil, que procedía de los carabineros y guardias civiles que habían ingresado en sus respectivos Institutos antes de la Guerra Civil 1936-1939, así como posteriormente, “formado con arreglo a la Orden ministerial de 14 de octubre de 1944”. Ésta había sido publicada tres días después en el Diario Oficial del Ministerio del Ejército núm. 234.

Así, entre las diferentes unidades ubicadas en el término municipal de San Roque,  figuraba en el mentado escalafón, por orden de antigüedad, el subteniente Francisco Rivera Izquierdo, comandante de puesto de El Toril, que procedía de la Guardia Civil antes de 1936.

Respecto a los brigadas, se encontraban destinados en San Roque tanto Ginés Aldeguer Jaén como Manuel Romero García, que procedían de Carabineros; mientras que en Guadiaro estaba Enrique Portillo Cordero y en Puente Mayorga se hallaba Francisco Cristín Pineda, que habían ingresado en la Benemérita despues de la guerra civil. 

Como sargentos 1º, aunque había dos destinados en otras localidades de la 337ª Comandancia (Algeciras) como Jimena de la Frontera y La Línea de la Concepción, no había ninguno encuadrado en las dos compañías del término municipal sanroqueño que tenían su cabecera en las poblaciones de San Roque y Guadiaro.

En cambio, respecto al empleo de sargento se encontraban destinados Crispín García Calvo, en puesto de San Roque; Juan Expósito Roldán, en el puesto de Torre Guadiaro; y Francisco López Astorga, en el puesto de Casafuerte.

Los cabos primeros y cabos del mentado escalafón único del Cuerpo de la Guardia Civil, “a quienes comprende el caso 8º de la Orden del Ministerio del Ejército de fecha 27 de mayo de 1944”, publicada al día siguiente en el D.O. núm. 119, destinados en el término municipal de San Roque, eran al inicio de 1962 los que seguidamente se citan.

Antes significar que dicho caso 8º establecía que los cabos promovidos a este empleo con antigüedad posterior a la ley de 15 de marzo de 1940, constituirían un escalafón único, y seguirían los que no lo hubieran efectuado, un curso de capacitación para servir indistintamente en cualquier especialidad.

Así, correspondiente a la IX Promoción, que había comenzado a ascender a cabo con antigüedad de 22 de diciembre de 1950, estaba Marcelino Larraz Lozano, destinado en el puesto de El Toril. En cambio no había ninguno perteneciente a la X Promoción, que empezó a ascender a cabo con antigüedad de 16 de mayo de 1952. De la XI Promoción, que había comenzado a ascender a cabo con antigüedad de 15 de enero de 1953, se encontraba José García Bellver, destinado en la estación ferroviaria de San Roque. De la XII Promoción, que había empezado a ascender a cabo con antigüedad del 24 de enero de 1954, se hallaba Santiago Montilla Mayo, destinado en el puesto de San Roque. De la XIII y XIV Promociones no había nadie en dicho término municipal. De la XV Promoción, que había iniciado su ascenso a cabo con antigüedad de 9 de febrero de 1957, estaba Francisco Correro Peña, destinado también en el puesto de San Roque. De la XVI Promoción no había ninguno destinado en dicho término municipal. De la XVII Promoción, que había iniciado su ascenso al empleo de cabo con antigüedad del 1 de abril de 1959, se encontraba Fabián Escrig Bellés, destinado en el puesto de El Toril. De la XVIII Promoción, que había iniciado su ascenso al empleo de cabo con antigüedad de 1 de febrero de 1960, se hallaba Manuel Sánchez Santos, destinado en el puesto de Guadiaro. De la XIX Promoción, que había iniciado su ascenso al empleo de cabo con antigüedad de 1 de diciembre de 1960, estaban Antonio Martín López Cara, destinado en el puesto de San Roque, así como Pedro Ferrero Sanz, destinado en el puesto de Guadiaro. De la XX Promoción, que había iniciado también su ascenso al empleo de cabo con antigüedad de 1 de diciembre de 1960, se encontraban Miguel Hinojosa Sicilia, destinado en el puesto de Guadarranque; así como Rafael Baena Portillo, destinado en el puesto de Casafuerte; Prudencio Izquierdo Hernández, destinado en el puesto de Torreguadiaro; Juan Patricio Fernández, destinado en el puesto de Puente Mayorga; Juan Paloma Benítez, destinado en el puesto de Torrenueva; y Nicolás Mora Fernández, destinado en el puesto de Carboneras.

Seguidamente se encontraba aparte, la relación de los cabos de la XXI Promoción, “cuya colocación se llevará a efecto una vez terminado el curso de aptitud para tal empleo todos los componentes de la misma”. Destinado en el término municipal de San Roque estaba Carlos Moguel Cuenca, concretamente en el puesto de Guadalquitón.

Mención especial tiene el escalafón de matronas de 1962, una importante especialidad, nunca reconocida como tal, que procedía del desaparecido Cuerpo de Carabineros y que fue asumida por la Guardia Civil, al hacerse cargo de las misiones aduaneras encomendadas a aquel Cuerpo tras la entrada en vigor de la ley de 15 de marzo de 1940. Se trataban de viudas y huérfanas solteras de antiguos miembros de Carabineros y la Benemérita que realizaban entonces una importante labor del resguardo fiscal, hoy día todavía no suficientemente reconocida.

Si bien en el Campo de Gibraltar, y en elevada proporción, estaban destinadas en La Línea de la Concepción, para proceder principalmente en su aduana al registro corporal de las mujeres que intentaban introducir género de contrabando proveniente de la colonia británica de Gibraltar, también las hubo destinadas en unidades desplegadas en el término municipal de San Roque.

Tal fue el caso entonces de Antonia Álvarez Camarano, que estaba destinada en el puesto de la estación ferroviaria de San Roque, así como de Teresa Álvarez Méndez, destinada en el puesto de El Toril.

A aquellas había que añadir un “Grupo especial, a extinguir, de las matronas de Aduanas procedentes de la Zona Norte de Marruecos”, tras la independencia del reino alauita en 1956 que puso fin al Protectorado español. De las quince mujeres que se relacionaban en tan sinular escalafón había cuatro encuadradas en la 337ª Comandancia (Algeciras), estando destinadas en el puesto de El Toril las matronas María del Carmen García Álvarez e Isabel López Almeida.

(Continuará).