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domingo, 18 de mayo de 2025

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCLXX). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (54).


 

Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 7 de abril de 2025, pág. 16.


El original está ilustrado con dos fotografías en blanco y negro.


  

 

En el año 1965 se encontraba establecida una casa-cuartel de la Guardia Civil en Guadalquitón, sita en el término municipal de San Roque. Actualmente desaparecida como tal, permanecen todavía las ruinas de la misma junto a un viejo pozo de agua y queda como mudo testigo de una antigua época que se remonta a los tiempos del antiguo Cuerpo de Carabineros del Reino.

En dicho año pertenecía, junto al puesto de Carboneras que se ha referido en el artículo anterior, a la Línea (sección) de Carboneras que mandaba entonces el teniente Agustín Rodríguez Borges. Su encuadramiento correspondía en esa época a la 1ª Compañía (Guadiaro), cuyo jefe era el capitán José Ferrer Gil. Todo ello estaba integrado a su vez en la 337ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras), cuyo jefe era el teniente coronel Juan Antonio Fajardo Quero, también mencionado anteriormente.

Según el album, tan referido en el relato que se viene publicando en EUROPA SUR de estos antiguos acuartelamientos de la Benemérita campogibraltareña, que le fue entregado como recuerdo tras su ascenso al general de brigada Buenaventura Cano Portal, anterior coronel jefe del 37º Tercio de la Guardia Civil (Málaga), la fuerza del mentado Puesto de Guadalquitón estaba entonces mandada por el cabo Juan Contreras Pueyo.

El resto de componentes de dicha unidad estaba formado por los guardias civiles de 2ª clase llamados Pedro Rayo Valenzuela, Juan Domínguez León, Pedro Castrejón Romero, Diego Castañeda Montero, José Mangas Prieto, Rafael Manchón González, Antonio Fernández-González González, Ramón Jiménez Iglesias, José Mora Domínguez, Antonio Cumplido Masero, Francisco Ruiz Iborra, José Rodríguez Salas y José Ríos Rocha.

En el “Escalafón General del Cuerpo de Carabineros”, editado en 1936 antes del inicio de la guerra civil y elaborado por el brigada Eusebio Fernández Chimeno, con la colaboración de suboficiales, clases y carabineros destinados en la Secretaría de la Inspección General de dicho Cuerpo, se especificaba que dicho puesto se encontraba encuadrado en la 10ª Comandancia de Carabineros (Algeciras).

El puesto de Guadalquitón dependía entonces, junto al puesto de Carboneras, de la 1ª Sección de Carboneras, que a su vez pertenecía a la 1ª Compañía de Atunara, perteneciente a La Línea de la Concepción, encuadrada en la mentada comandancia campogibraltareña.

La plantilla de este puesto estaba constituida entonces por un sargento, un cabo, un carabinero de 1ª clase y once carabineros de 2ª clase, que dado lo reducido del espacio de dicho acuartelamiento la mayoría sería de estado soltero o tendrían su esposa e hijos en poblaciones cercanas. De hecho, el mentado escalafón de 1936 hacía constar que el alojamiento “era insuficiente para toda la fuerza”.

La fuerza allí destinada tenía encomendada la vigilancia de la costa, para evitar principalmente el alijo de contrabando procedente de la cercana colonia británica de Gibraltar. Concretamente tenía una demarcación principal constituida por un espacio longuitudinal de 2’800 kilómetros frente a la mar, comprendidos por levante hasta la margen derecha del río Guadiaro, y por poniente hasta el Cachón de Carboneras.

Según se especificaba en el mentado escalafón, dicha demarcación se encontraba encuadrada entre los puestos de Carabineros de Torreguadiaro, por levante, y del de Carboneras, por poniente. Se trataba de un distrito situado en despoblado y su terreno tenía poca producción agrícola si bien había posibilidad de caza, menor debía entenderse, y pesca. Los caminos existentes eran realmente veredas y la estación de ferrocarril más cercana era la existente en San Roque, mientras que el correo se recibía y enviaba por la oficina de La Línea de la Concepción.

Tal y como ocurrió en otros casos referidos anteriormente, este acuartelamiento de Guadalquitón, inicialmente de Carabineros, no se había inscrito en el “Registro de la Propiedad de San Roque”. Al reconvertirse en un puesto de la Guardia Civil, en aplicación de la ley de 15 de marzo de 1940, se tardó veinticinco años en hacerlo. 

Concretamente se realizó tras la presentación del oficio correspondiente que estaba fechado el 25 de febrero de 1966 y firmado en Madrid por el teniente general algecireño Ángel Ramírez de Cartagena Marcaida, como director general de la Guardia Civil.

Según se hizo constar entonces, dicho edificio, de una sola planta, se encontraba enclavado, “dentro del que fue Cortijo de Guadalquitón, a unos 100 metros de la Costa del Mar Mediterráneo, entre los Ríos Guadiaro y Guadalquitón, y término municipal de San Roque”.

La superficie construida del acuartelamiento era sólo de 122 metros cuadrados, contando con una superficie periférica de 929’25 metros cuadrados. Lindaba al norte con la “Compañía Financiera Soto Grande”; al sur con la “Finca Borondo, de D. Joaquín Díaz Hidalgo”; al este con la “Zona Marítimo-terrestre”; y al oeste con la “Finca de Guadalquitón, de D. Raimundo Burguera”.

Tras hacerse constar que se denominaba como “Cuartel de la Guardia Civil de Costas”, se afirmaba que se ignoraban el número y cargas reales de dicho espacio. Si bien se le suponía un valor aproximado de 56.000 pesetas, se reconocía que no existía “título de adquisición”, haciéndose constar no obstante que, “se adquirió por ocupación del extinguido Cuerpo de Carabineros, con motivo de la fusión de éste con el de la Guardia Civil en el año 1.940”.

Consecuente con la petición descrita, el titular del “Registro de la Propiedad de San Roque” diligenció el 20 de mayo siguiente que quedaba asentado dicho título, quedando “exento del pago de Derechos Reales”, conforme la normativa vigente.

Según la ficha de inventario-urbana de la Dirección General del Patrimonio del Estado, el 24 de febrero de 1978, estando dicho acuartelamiento ya en ruinas, quedó finalmente desafectado.

(Continuará).

martes, 13 de mayo de 2025

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCLXIX). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (53).



Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 31 de marzo de 2025, pág. 16.


El original está ilustrado con dos fotografías en blanco y negro.


  

En el año 1965 se encontraban ubicadas en la casa-cuartel de la Guardia Civil de Carboneras, sita en el término municipal de San Roque, la plana mayor de la Línea (sección) de Carboneras así como una de sus unidades subordinadas, el Puesto de Carboneras. Todo ello estaba encuadrado entonces en la 1ª Compañía (Guadiaro), que mandaba el capitán José Ferrer Gil, que pertenecía a la 337ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras), cuyo jefe era el teniente coronel Juan Antonio Fajardo Quero.

El jefe de aquella línea (sección) de Carboneras era entonces el teniente Agustín Rodríguez Borges, ascendido a dicho empleo con antigüedad de 27 de abril de 1965. Nacido el 1 de octubre de 1917 había sido movilizado en el bando sublevado cuando todavía no había cumplido los 20 años de edad, concretamente el 1 de agosto de 1937. Finalizada la guerra civil decidió ingresar en la Guardia Civil, lo cual consiguió, por orden del Ministerio del Ejército, de 27 de enero de 1941, siendo procedente de soldado del Regimiento de Infantería Simancas núm. 40 (Gijón). Iniciada su carrera en la Benemérita, como guardia 2º de Infantería en la Comandancia de la Guardia Civil de Córdoba, fue ocupando diferentes destinos y empleos hasta que estando destinado como sargento 1º en La Línea de la Concepción, pudo realizar el curso de ascenso a oficial en el Centro de Instrucción de la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid.

El comandante del puesto de Carboneras era el cabo Félix González Hortas y los guardias 2º de dicha unidad eran Dionisio Matías Sanjuan, Antonio Rovira Galán, Bartolomé Gómez Morón, Nicolás Barrero Medrano, José Rodríguez Muñoz, Manuel Sánchez López-Toscano, Ventura Expósito Verdejo, José Valle Amador, Antonio Rodríguez Prado, Pedro Amaya Castillo, Ildefonso Fernández Nájera, Valentín López Ariza, Cristóbal Ulloa Gutiérrez y Antonio Lara Baidez.

Dicha casa-cuartel procedía del Cuerpo de Carabineros cuyos componentes y acuartelamientos habían sido integrados en el Cuerpo de la Guardia Civil como consecuencia de la ley de 15 de marzo de 1940. 

En el “Escalafón General del Cuerpo de Carabineros”, editado en 1936 y elaborado por el brigada Eusebio Fernández Chimeno, con la colaboración de suboficiales, clases y carabineros destinados en la Secretaría de la Inspección General de dicho Cuerpo, se especificaba que dicho puesto se encontraba encuadrado entonces en la 10ª Comandancia de Carabineros (Algeciras).

Según se especificaba en dicho escalafón, residía entonces también en dicho acuartelamiento el oficial jefe de la sección de Carabineros. El puesto estaba considerado de primera línea, “de costa montañosa” y situado en despoblado. Confinaba por levante con el Cachón de Carboneras, y llegaba por poniente, hasta Punta Mala. Tenía una línea de costa de 4’750 kilómetros y no tenía más caminos que algunas veredas, siendo entonces y durante los años siguientes un paraje realmente inhóspito.

El correo que se recibía en dicha casa-cuartel había que ir a buscarlo a la oficina de La Línea de la Concepción, y la estación de ferrocarril más próxima era la de San Roque. La plantilla del personal de dicho puesto estaba constituida por un sargento, un cabo, un corneta, un carabinero de 1ª clase y trece carabineros de 2ª clase. El acuartelamiento tenía modestos pabellones para el oficial jefe de la sección y nueve componentes casados del puesto, alojándose los carabineros solteros, de forma comunitaria, en la sala de armas.

Como ocurrió en otras ocasiones este acuartelamiento de Carabineros no se había inscrito en el registro de propiedad de San Roque y la Guardia Civil tardó veinticinco años en hacerlo. Concretamente se realizó tras la presentación del oficio correspondiente que estaba fechado el 25 de febrero de 1966 y firmado en Madrid por el teniente general algecireño Ángel Ramírez de Cartagena Marcaida, como director general de la Guardia Civil.

Según se hizo constar entonces, dicho edificio, de una sola planta, se encontraba enclavado “en Sierra Carbonera, al Norte de la Ciudad de La Línea de la Concepción, a unos 10 kms. de dicha población y a unos 100 metros de la Costa del Mar Mediterráneo, en desplobado”.

Su superficie construida, sita junto a la antigua torre, era de 728 metros cuadrados, mientras que el patio descubierto interior era de otros 351 metros cuadrados, lo cual sumaba un total de 1.079 metros cuadrados. Ello contaba con una superficie periférica de 2.349 metros cuadrados que rodeaban la edificación y que a su vez lindaba por el norte, sur, este y oeste, con una finca que era propiedad de “D. Juan Poveda”.

Tras hacerse constar que se denominaba como “Cuartel de la Guardia Civil de Costas”, se afirmaba que se ignoraban el número y cargas reales de dicho espacio. Si bien se le suponía un valor aproximado de un millón de pesetas, se reconocía que se carecía de “título de adquisición”, haciéndose constar no obstante que, “se adquirió del extinguido Cuerpo de Carabineros con motivo de la fusión del mismo con el de la Guardia Civil en el año 1.940, ignorándose más datos, si bien la fecha de construcción, lo fue en el año 1.927”. 

Consecuente con la petición descrita, el titular del “Registro de la Propiedad de San Roque” diligenció el 5 de mayo siguiente que quedaba asentado dicho registro, quedando “exento del pago de Derechos Reales”, conforme la normativa vigente.

Según la ficha de inventario-urbana de la Dirección General del Patrimonio del Estado, el 16 de septiembre de 1975 se ordenó el desalojo del acuartelamiento y cambio de ubicación de la fuerza allí destinada.

(Continuará).

lunes, 5 de mayo de 2025

LA GUARDIA CIVIL EN SAN ROQUE (CCLXVIII). LA REORGANIZACIÓN DE LA GUARDIA CIVIL (52).



Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" el 24 de marzo de 2025, pág. 14.


El original está ilustrado con dos fotografías en blanco y negro.


 

Uno de los puestos más desconocidos de Carabineros, en primer lugar, y posteriormente de la Guardia Civil tras la entrada en vigor de la ley de 15 de marzo de 1940, ubicados en el término municipal de San Roque, era el de Casafuerte. Hoy día es inexistente y fue desafectado por su estado ruinoso mediante acta levantada el 12 de noviembre de 1974. 

En 1965 pertenecía a la línea (sección) de Torreguadiaro, que entonces estaba encuadrada en la 1ª Compañía, sita en la pedanía sanroqueña de Guadiaro, perteneciente a la 337ª Comandancia de la Guardia Civil (Algeciras). 

Según el “Escalafón General del Cuerpo de Carabineros”, editado en 1936 y elaborado por el brigada Eusebio Fernández Chimeno, con la colaboración de suboficiales, clases y carabineros destinados en la Secretaría de la Inspección General del Cuerpo, el puesto de Casafuerte no pertenecía entonces a la 10ª Comandancia de Carabineros (Algeciras), sino a la Fracción de Estepona de la 9ª Comandancia de Carabineros (Málaga).

Aunque enclavado en la provincia de Cádiz y perteneciente a su Campo de Gibraltar, hay que recordar que en aquel periodo del antiguo Cuerpo de Carabineros, las unidades que estaban ubicadas a partir de la margen izquierda del río Guadiaro se encontraban encuadradas por necesidades del servicio en la comandancia malagueña. 

El puesto de Casafuerte se encontraba ubicado en primera línea de playa y mantenía la vigilancia de la costa a lo largo de 2’196 kilómetros de longuitud. Vigilaba por poniente, desde el Puntazo del Zorro, lugar ya citado en el artículo anterior al describir la demarción del puesto de Torreguadiaro, y por levante, vigilaba hasta la Punta de Calataraje. Ahí iniciaba su demarcación el puesto malagueño de Chullera, la cual llegaba hasta el arroyo de Martajina.

La plantilla del puesto de Carabineros de Casafuerte estaba mandado en 1936 por un brigada y contaba con un carabinero de 1ª clase y ocho carabineros de 2ª clase. La casa-cuartel tenía entonces un pabellón para el comandante de puesto y otros seis para personal casado. Los solteros se alojaban en la sala de armas. 

Se trataba de un “puesto de playa” ubicado entonces en despoblado, siendo  de terreno montuoso. En su distrito tenía dos calas y tres puntazos. El correo lo recibía a través de la oficina postal malagueña de Estepona mientras que la estación ferroviaria más cercana era la gaditana de Castellar de la Frontera.

Era un puesto de vigilancia de costa cuyo servicio se prestaba a pie ya que como ocurría con la mayor parte de los puestos del Cuerpo, carecían de vehículo alguno. Las postas, donde se asentaban los carabineros, estaban separadas entre sí no más de quinientos metros, donde se situaban para observar la mar y la playa, así como ejercer sus misiones de resguardo fiscal y lucha contra el contrabando.

Hay que significar, para no confundirlo, que en aquella 9ª Comandancia de Carabineros (Málaga), a la que entonces pertenecían algunos de los puestos gaditanos de la parte más oriental del Campo de Gibraltar, existía, además del ya referido, otro puesto igualmente denominado de Casafuerte. Su acuartelamiento era más moderno entonces y era residencia del oficial jefe de la sección malagueña en la que estaba encuadrado. También estaba situado en primera línea de playa y con una demarcación similar en dimensiones a la campogibraltareña, pero comprendida entre el arroyo de Granadilla y el del Tajo. Se encontraba ubicado en terreno quebrado y despoblado, teniendo en su demarcación una cala y cuatro arroyos, recibiendo el correo por la oficina de la población del Rincón de la Victoria.

En el año 1965 la plantilla nominal que constaba en el puesto sanroqueño de Casafuerte, según el mentado album obsequiado como recuerdo al general de brigada Buenaventura Cano Portal, que había sido coronel jefe del 37º Tercio de la Guardia Civil (Málaga), estaba contituida por el sargento Francisco Martín Claros, el cabo Gonzalo Riquelme Sánchez, así como los guardias 2º Francisco Benavides Pastor, Agustín Bermudez Aguilera, Francisco Corón Martín, Antonio Hernández Pérez Magán, Manuel Ruiz Castillo, Francisco Rodríguez Estevez, Francisco López Martín García, Rafael Sánchez Rojas y Rafael Moreno Calzado.

La casa-cuartel de Casafuerte, hoy desaparecida, era propiedad del Estado y estaba situada frente a la costa, a un kilómetro del entonces punto kilómetríco 142’000 de la antigua carretera N-340. Concretamente se encontraba enclavada en un terreno que estaba rodeado, “por todos sus vientos, con la finca propiedad de D. Diego Jiménez Mina”.

Tal y como ha ocurrido en tantas otras ocasiones, especialmente cuando aquellas casas-cuarteles de Carabineros se habían construido, previa solicitud y consenso,  sobre terrenos de propiedad privada, dicho edificio de una sola planta, tardó varias décadas en inscribirse en el registro de la propiedad de San Roque. 

Se hizo la inscripción, afectada al entonces Ministerio de Gobernación, transcurridos más de veinte años que llevaba prestando servicio dicho inmueble en la Guardia Civil. Concretamente se inscribió por primera vez el 5 de mayo de 1966, mediante una certificación administrativa de dominio expedida el 25 de febrero anterior en Madrid, en nombre del teniente general algecireño Ángel Ramírez de Cartagena Marcaida, como director general de la Guardia Civil.

Según la ficha registral, el acuartelamiento era un edificio de una única planta que tenía, según título, una superficie de 835’61 metros cuadrados, de los que 480’47 metros cuadrados estaban construidos y 355’14 metros cuadrados constaban como superficie descubierta. Todo ello levantado en un solar cuya superficie periférica era de 2.166’13 metros cuadrados.

(Continuará).