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lunes, 1 de septiembre de 2014

FRANCISCO COSSI OCHOA (1898-1936). LA MEMORIA DE UN PRESIDENTE DE DIPUTACION ASESINADO Y DESAPARECIDO.



Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "LA VOZ DE CADIZ" el 19 de marzo de 2005, pág. 32. 
El original está ilustrado con un dibujo en blanco y negro.



Casi setenta años después de su detención, encarcelamiento, procesamiento y asesinato, se rinde público homenaje a la memoria del joven político portuense nombrándole Presidente Honorario de la Diputación Provincial de Cádiz, título que se otorga por primera vez en la historia de dicha institución.

La verdad es que aunque vino al mundo durante un régimen monárquico en 1898 -el año del Desastre en el que España perdió sus últimos territorios de Ultramar- puede afirmarse que nació bajo el estigma republicano, ya que su madre dio a luz en el domicilio familiar sito en la calle dedicada a Federico Rubio, el insigne médico y político republicano de El Puerto de Santa María.

Su entrada en la política vino, al igual que otros muchos jóvenes de la época, de la mano del sindicalismo en cuyas filas militó desde temprana edad. Eran tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera en cuyo ocaso terminó por arrastrar, después de muerto, una monarquía caduca y desprestigiada que no ilusionaba ni motivaba siquiera a los propios cortesanos.

De hecho el periódico local conservador y monárquico "Revista Portuense" en su edición del 15 de abril de 1931, bajo el titular de "Proclamación de la República", entonaba el mea culpa en su primera plana con un significativo lamento "Hoy es preciso que lloremos como mujeres lo que no hemos sabido defender como hombres, porque la República viene a España traída precisamente de la mano por los monárquicos. Los republicanos nada han hecho, sino que hoy entran a recoger el fruto de nuestra desidia, de nuestra desunión y falta de ideal".

Ya para entonces Cossi era un destacado dirigente local republicano que se había presentado en el Puerto de Santa María a las históricas elecciones celebradas tres días antes y que tuvieron que ser anuladas por las manifiestas irregularidades promovidas por las filas monárquicas, al igual que había ocurrido en otras 24 localidades gaditanas más.

En los nuevos comicios celebrados el 31 de mayo siguiente Francisco Cossi fue el candidato más votado y se convirtió en el primer alcalde democrático y republicano de El Puerto de Santa María, con el apoyo de la mayoritaria coalición republicana-socialista. 

Eran tiempos donde los ediles no cobraban sueldos y la plena dedicación a la que se entregó en su labor municipal casi acabó un año después con su salud física y su ruina económica, viéndose obligado a dimitir, requiriendo a su sucesor que se publicara detalladamente las cuentas económicas de su gestión al frente de la corporación.

Los constantes vaivenes y confrontaciones políticas de la ciudad le volvieron a llevar, promovido por sus correligionarios, a ocupar la presidencia de la alcaldía con la intención de encauzar la situación. 

Sin embargo ya para entonces corrían tiempos difíciles y el proyecto republicano comenzaba a hacer agua. El mismo error de antaño de las derechas se volvió a repetir entre las izquierdas, cundiendo la desunión y el egoísmo de los protagonismos partidistas que terminaron por motivar nuevamente la dimisión de Cossi tras una agria discusión en un pleno con los concejales socialistas.

Las elecciones del 16 de febrero de 1936 volvieron a unir a las izquierdas y Cossi, militante de Izquierda Republicana procedente del Partido Republicano Radical Socialista Independiente, volvió a ser elegido como concejal aunque en esta ocasión su lugar no estaría al frente del ayuntamiento portuense sino al de la comisión gestora de la Diputación provincial.

Durante los cinco meses siguientes encabezó diversos proyectos de asistencia social y beneficencia, apoyando entusiastamente el proyecto andalucista de Blas Infante, a quien sirvió de cicerone en su histórica visita a Cádiz del 12 de julio de 1936, donde se izó por primera vez la bandera blanca y verde en el balcón del ayuntamiento capitalino.

Seis días después la sublevación militar le sorprendió en su despacho oficial, cuyo edificio compartía con el gobierno civil. Pudo intentar huir como hicieron otros cuando los rebeldes que tenían cercado el edificio dejaron salir a quienes voluntariamente desearan hacerlo junto a las mujeres y niños. Sin embargo decidió quedarse junto a quien en ese momento representaba al gobierno legítimo de la República, el gobernador Mariano Zapico.

Con el desembarco de las tropas indígenas de Ceuta finalizó la resistencia republicana y Cádiz se ganó para la sublevación militar. Cossi fue detenido y conoció la prisión militar de Santa Catalina, el buque-prisión "Miraflores" y la prisión provincial, de donde desapareció entre el 17 de agosto de 1936 sin dejar rastro alguno y sin conocimiento del juez militar que lo había procesado por el paradójico delito de rebelión militar contra la República.

Su muerte, siete décadas después, está todavía por esclarecer y sus restos no han sido aún localizados, pero tal y como escribió desde su celda pocos días antes "mi conciencia está profundamente tranquila". Algo que seguramente no podrían decir quienes lo asesinaron impunemente.

Jesús Núñez es autor del libro "FRANCISCO COSSI OCHOA (1898-1936). El último Presidente de la Diputación Provincial de Cádiz en la Segunda República. Una muerte sin esclarecer".



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