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sábado, 23 de febrero de 2019

LA GUARDIA CIVIL EN LA LÍNEA DE LA CONCEPCIÓN (II). LOS SERVICIOS BENEMÉRITOS Y POLICIALES (1870-1881).

CLXXV Aniversario Fundación Guardia Civil (1844-2019).

Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en "EUROPA SUR" pág. 15, el 19 de febrero de 2019.

El original contiene una fotografía en blanco y negro.

Reproducido en la "Gaceta Local" (Suplemento de "MELILLA HOY"), núm. 322, el 28 de febrero de 2019, págs. 5 y 6.

Cuando La Línea de la Concepción comenzó en 1870 sus primeros pasos como municipio independiente, la Guardia Civil llevaba garantizando la seguridad ciudadana de los habitantes de esa zona desde finales de 1844.
Primero fue con parejas de la sección de caballería cuya cabecera estaba ubicada en San Roque, desde donde se desplazaban diariamente. Y poco después, sin concretarse todavía fecha exacta, aunque en 1851 ya había constancia documental de su existencia, desde el puesto fijo de La Línea de Gibraltar.
Inicialmente se trataba de una pequeña unidad, compuesta por una media docena de guardias bajo el mando de un sargento o cabo. Dependía a su vez de una sección, posteriormente denominada “línea”, mandada por teniente que tenía su residencia en San Roque.
A pesar de estar todavía investigándose, no se ha localizado aún la ubicación de las primeras casas-cuarteles de la Guardia Civil en La Línea de la Concepción. La mayoría de las edificaciones de aquella época fueron derruidas hace casi un siglo. 
La más antigua que se ha acreditado documentalmente, sita en la calle Jardines, con su correspondiente contrato de alquiler, data de 1908 pero ello será una historia muy interesante que se contará otro día.
Es muy probable que durante aquellos primeros años las dependencias oficiales del puesto de la Guardia Civil estuvieran ubicadas precariamente en inmuebles facilitados por el ayuntamiento de San Roque, cuando todavía era una de sus pedanías.
A tal efecto, el artículo 19 del real decreto fundacional del Cuerpo, de 13 de mayo de 1844, disponía: “Los ayuntamientos de los pueblos a que se destinen puestos fijos de la Guardia Civil les proporcionará casas cuarteles en que vivir con sus familias, si las tuvieren, dándoseles por el Estado el correspondiente utensilio”.
También es muy factible, al igual que sucedió lamentablemente en la mayor parte del resto de acuartelamientos de la provincia, que hubiera varios cambios de ubicación dado el mal estado de los edificios que se asignaban o cedían. 
De lo que sí hay constancia, gracias a las reseñas del boletín oficial del Cuerpo, es de los servicios beneméritos y policiales que continuaron prestando los guardias civiles en La Línea de la Concepción, tras constituirse como municipio independiente. Algunos de los más destacados se detallan seguidamente.
Así, en el boletín de 8 de octubre de 1875 se publicaba la detención de los paisanos Bernabé Gil y Emilio Montero como presuntos autores del robo perpetrado al súbdito alemán Julio Spitxtres, consistente en 334 duros en moneda española, 300 francos en oro y otras alhajas. 
Dicha actuación policial fue encabezada por el teniente José Enríquez Patiño, jefe de la Línea de San Roque, acompañado del sargento 2º Francisco Riquelme Carrión y fuerza del puesto de La Línea de la Concepción. Posteriormente un cómplice de los asaltantes fue detenido por dicha clase y los guardias 2º Serafín Romero y José Terrero.
En ese mismo boletín se destacaba otro importante y curioso servicio, igualmente representativo de la variedad de actuaciones llevadas a cabo por dicho puesto. 
Se trataba de la detención, por el cabo 1º Gerónimo Caballero y el guardia 2º Manuel Rodríguez, de un individuo que había hecho efectiva una letra falsa por valor de 750 pesetas en un comercio de la colonia británica de Gibraltar. Al detenido se le intervinieron 175 pesetas, siendo todo ello puesto a disposición de la autoridad competente.
El 1º de junio de 1877 se publicaba la detención de Francisco Albarracín Gallardo, autor del asesinato, cuatro años antes, del vecino de La Línea, Francisco Montoya. Fue llevada a cabo por el ya mentado sargento 2º Riquelme y la fuerza del puesto de la residencia.
Nuevamente el boletin oficial, en su edición del 8 de septiembre de 1880, publicaba la captura de otro presunto asesino en la localidad. En esta ocasión se trataba de Francisco Vega Montero y la víctima fue Rafael Molina Nieto. Fueron detenidos por el sargento 2º Francisco Arroyo Carmona y los guardias Esteban Ojeda y Cristóbal Dávila.
El 24 de febrero de 1881 se publicaron las actuaciones beneméritas llevadas a cabo por la fuerza del puesto de La Línea de la Concepción, bajo el mando del ya citado sargento 2º Arroyo, con motivo de una gran inundación. 
Salvaron la vida a varias personas que se hallaban en grave peligro en sus casas anegadas por el agua, tratándose de enfermos, ancianos y niños. También el fuerte temporal padecido provocó el naufragio de una embarcación frente a sus costas, destacándose el cabo 2º Marcial Aragón y los guardias Pedro Carrillo, José Ortega, Facundo Aguinaga, José Mármol y Eleodoro Arconada, en el salvamento de doce marineros que fueron arrojados a la playa por el oleaje.
Respecto al carácter benemérito de la Guardia Civil hay que destacar que fue consustancial a su propia existencia desde sus primeros pasos. De hecho, en reconocimiento a ello le terminaría siendo concedida por Real Decreto de 4 de octubre de 1929, la Gran Cruz de la Orden Civil de Beneficencia, con distintivo negro y blanco, “por los innumerables actos y servicios abnegados, humanitarios y heroicos que los individuos pertenecientes al mismo han realizado con motivo de incendios, inundaciones y salvamento de náufragos.” 
El 8 de marzo de 1881 nuevamente se publicaba otro destacado servicio liderado por el sargento 2º Arroyo y apoyado por los guardias Pedro Tamillo, Luis Corrales y los ya citados Ortega, Aguinaga y Arconada. Habían procedido a la detención de los paisanos Pedro Pulido y Antonio Ballester, autor y cómplice respectivamente, de un asesinato.
Finalmente, por no seguir extendiendo el relato de los innumerables servicios meritorios de aquella primera década de existencia como municipio independiente, concluir con la resolución de un crimen que conmocionó no sólo La Línea de la Concepción sino también a todo el Campo de Gibraltar y que tuvo amplia repercusión en la prensa del resto del país. 
Fue publicado en el boletín oficial de la Guardia Civil de 8 de agosto de 1881. Se trataba del asesinato del capitán Paulino Galán del Pino y las graves heridas inferidas al teniente Alejandro López Aguado, ambos destinados en el Regimiento de Infantería Álava núm. 60. 
El primero estaba desempeñando entonces las funciones de comandante militar de la plaza de La Línea de la Concepción y había impulsado, mediante el empleo de fuerzas de la guarnición en apoyo de las de Carabineros, la lucha contra el contrabando procedente de la colonia británica de Gibraltar. 
En la madrugada del 24 al 25 de julio, cuando recorrían de vigilancia la costa, fueron sorprendidos, atacados y apuñalados por un grupo de contrabandistas. Siete de sus autores y cómplices, tras una intensa investigación, fueron detenidos por la Guardia Civil y puestos a disposición de la autoridad militar competente. 
El teniente general Fernando Cotoner Chacón, como director general del benemérito Instituto, felicitó al ya capitán Enríquez, jefe de la compañía de Algeciras; al teniente Andrés Delclós Puntonet, jefe de la Línea de San Roque; así como al sargento 2º Pedro Regueira y a los guardias José Carrero, Pedro Carrillo, Juan Franco y al ya mentado Arconada, pertenecientes al puesto de La Línea de la Concepción.


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