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martes, 21 de enero de 2014

LA GUARDIA CIVIL GADITANA HACE 50 AÑOS (1947-1997)

Especial Patrona Guardia Civil 1997.

Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en el "DIARIO DE CADIZ" del 12 de octubre de 1997, pág. 6.

Introducción.


Hace 50 años, la Guardia Civil libraba una durísima lucha contra el bandolerismo rural de la posguerra. 1947 fue precisamente el año de mayores éxitos pero también el más duro para sus miembros y familias. Un total de 144 Guardias Civiles resultaron muertos o heridos por esta causa en todo el territorio nacional.

La Guardia Civil gaditana, entonces bajo la denominación de "237ª Comandancia" y dependiente del ya también desaparecido 37º Tercio con cabecera en Málaga, no era ajena a ello.

La sierra de la provincia de Cádiz era refugio de partidas de bandoleros y ello obligaba a un despliegue de efectivos muy numeroso y diferente al actual.

El Director General de la Guardia Civil era entonces el Teniente General CAMILO ALONSO VEGA, militar de gran prestigio y fuerte personalidad que permaneció en ese cargo desde 1943 hasta 1955.

El Teniente Coronel Primer Jefe de la Comandancia de Cádiz era también un militar excepcional. Se trataba de ROGER OLIETE NAVARRO que con el paso de los años llegaría a ser General de División Subdirector General de la Guardia Civil. Estuvo al frente de la Benemérita gaditana desde el año 1945 hasta el de 1953.

La 237ª Comandancia de Cádiz vivía en 1947 enfocada a la lucha contra el bandolerismo y el contrabando que se alijaba en sus costas. La droga y la inmigración ilegal tardarían muchos años en llegar.

Tenía entonces una plantilla mucho más numerosa que la actual. Contaba con 11 Compañías (Cádiz, San Fernando, Medina-Sidonia, El Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda, Jerez de la Frontera, Villamartín, Chiclana de la Frontera, Ubrique, Vejer de la Frontera y Especialistas del muelle de Cádiz) frente a las 6 de hoy día (Plana Mayor, Chiclana de la Frontera, Jerez de la Frontera, Vejer de la Frontera, Villamartín y Especialistas del muelle de Cádiz).

La explosión del depósito de minas submarinas ocurrida aquella trágica noche del 18 de agosto de 1947 cambió radicalmente durante los días siguientes las prioridades de servicio de la Guardia Civil gaditana.

Consecuente a lo dispuesto en el artículo 6º de su Cartilla que data de 1845, los Guardias Civiles procuraron aquellos días ser como siempre un pronóstico feliz para el afligido y velar por la propiedad y seguridad de todos.

Así mientras se organizaron grupos de Guardias Civiles que participaron en las tareas directas de auxilio y rescate de las víctimas otros acordonaron los barrios afectados patrullando sus ruinas y evitando los posibles actos de pillaje que por desgracia siempre se dan en estas calamidades.

También hubo fuerzas de la Benemérita que se situaron en los accesos de la ciudad para facilitar la evacuación de las víctimas y la entrada de las ayudas que empezaron a recibirse inmediatamente.

Afortunadamente entre los cerca de doscientos muertos que causó la explosión no hubo que lamentar el de ningún Guardia Civil, pero si se vieron afectadas muchas de sus familias. De hecho el Teniente Coronel OLIETE autorizó a que en esos días aquellos de sus hombres que estaban destinados en otros Puestos de la provincia que tuvieran familiares perjudicados por la tragedia pudieran desplazarse hasta Cádiz para participar en las tareas de rescate y estar más cerca de los suyos.

En numerosas ocasiones se mencionó en los periódicos de aquellos días la participación y entrega de la Guardia Civil gaditana con ocasión de la catástrofe.

No obstante el relato más gráfico de todos es el publicado por el periodista Martín Abizanda el día 21 de agosto de 1947 en un número extraordinario de la revista "SEMANA" cuando se encontraba en las proximidades de las ruinas del Consulado de Brasil:

 "He charlado con un Guardia Civil, que permanece de pie semiapoyado en su fusil. Noto como el cansancio y el sueño luchan con él. Pero insisto, es verdad que en el hombre Dios infiltra, cuando su divino designio lo considera necesario, una secreta fuerza que le permite sostenerse".

Los sucesos de aquella noche modificaron radicalmente la ordenación urbana de Cádiz, siendo su barrio de San Severiano uno de los más afectados y que más construcciones nuevas recibieron.

La Guardia Civil tampoco fue ajena a ello y la vieja Comandancia sita entonces en la calle Zaragoza sería desplazada con el tiempo a su lugar actual en plena avenida de San Severiano, en cuyo patio este año de 1997, al igual que hace 50 años, celebrará el día 12 de octubre con el mismo Espíritu de Servicio y Sacrificio por la Sociedad, la festividad de su Excelsa Patrona: La Virgen del Pilar.

1 comentario:

  1. Desaparecieron todos los archivos de la Marina del general golpista Franco y de la Armada de S.M. el comandante de la Guardia Civil tampoco pudo avergnuar "el origen" de la explosión. ¿Quien dispuso la colocación de varios centenares de minas submarinas en posición "defensiva" al pie de los Glacis de manera que la onda expansiva se dirigiera directamente contra las gradas de los astilleros Echevarrieta ? Por qué no pudo averiguar tan sencilla ecuación un teniente de la Guardia Civil, por favor, conteste.

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