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lunes, 3 de marzo de 2014

CENTENARIO DEL GENERAL OLIETE (1902-2002).

Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en la Sección "Historia" de la Revista profesional "GUARDIA CIVIL" correspondiente al mes de abril de 2002, págs. 80-84. 
El original está ilustrado por cuatro fotografías en color y cuatro fotografías en blanco y negro.


El General de División Roger Oliete Navarro fue Subdirector General de la Guardia Civil entre 1961 y 1966, habiendo pasado a la Historia del Cuerpo por poseer una de sus más brillantes Hojas de Servicios. Precisamente este año se cumple el centenario de su nacimiento y el veinticincoavo de su fallecimiento.

Introducción.


Roger Oliete Navarro nació el 30 de octubre de 1902, hace ahora un siglo, en la localidad turolense de Oliete, perteneciendo a una familia numerosa de clase media que estaba encabezada por sus padres Dámaso Oliete Alfonso y Valentina Navarro Sanz, ocupando el tercer puesto entre sus hermanas y hermanos que se llamaban Prudencia, Luisa, Teresa, José, Margarita y Carmen.

Aunque su padre no era militar eran tiempos en que el corazón de los españoles se desangraba en las interminables campañas de Marruecos y todos estaban pendientes de los sucesos que allí acontecían, pudiéndose leer en cualquier periódico de aquellos años como se publicaban extensas crónicas en las que se relataban y ensalzaban las gestas de nuestras tropas.

Ello motivó que por aquel entonces muchos jóvenes de la época quisieran abrazar la carrera de las armas y ser oficiales del Ejército para marchar en busca de gloria a combatir a tierras norteafricanas.

Así el joven Roger Oliete fue uno de esos muchachos que tras realizar sus estudios escolares decidió presentarse a los exámenes de ingreso para la Academia de Infantería de Toledo cuando contaba 19 años de edad y acababa de producirse el trágico "Desastre de Annual" en donde habían muerto más de ocho mil de nuestros soldados.

Las Campañas de Marruecos.

Superados los rigurosos exámenes de ingreso una real orden de 15 de abril de 1922 le nombró caballero cadete del histórico alcázar toledano, presentándose en el mismo dos semanas después junto a otros tres centenares de alumnos de su misma promoción.

Tras jurar bandera el 13 de julio de dicho año permaneció estudiando en la Academia de Infantería hasta que por una real orden de 30 de junio de 1924 fue promovido al empleo de Alférez, siendo destinado al mes siguiente al Regimiento del Infante nº 5 que prestaba servicio de guarnición en Zaragoza.

Dado que aquella vida tranquila y cómoda no era a la que aspiraba este joven oficial solicitó enseguida su destino voluntario al Regimiento Ceriñola nº 42 de guarnición en Melilla, saliendo publicado para el mismo en una real orden circular de 28 de octubre de 1924. 

El 4 de noviembre desembarcaba en el puerto melillense y ya el 1 de diciembre iniciaba sus servicios de campaña en el campamento de Ben-Tiel y poco después en la posición de Tumerich.

Al crearse el Batallón de Cazadores de Africa nº 16, organizado a base del Regimiento Ceriñola nº 42, el alférez Oliete fue destinado al mismo por una real orden de 29 de mayo de 1925, incorporándose tres días después al campamento de Dar Drius, en donde continuó prestando servicio de campaña, hasta que a finales del mes siguiente marchó junto a su unidad para Melilla al objeto de participar en el histórico desembarco de Alhucemas.

Formando parte de la columna del general Emilio Fernández Pérez embarcó el 5 de septiembre en el vapor "Romeu" con rumbo a la bahía de Alhucemas, permaneciendo en la misma hasta el día 15, soportando constante cañoneo enemigo y las adversas inclemencias del tiempo.

Fue precisamente en ese hecho de armas el los que se procedió a anotar en su hoja de servicios el concepto de valor "acreditado", recibiendo además la primera felicitación escrita de sus superiores.

Así el artículo 5º de la Orden de su batallón, dada en la posición de Morro Nuevo el 21 de septiembre de 1925, decía textualmente: 

"En la mañana del día 18 del actual durante el intenso cañoneo enemigo que sufrió el Batallón, una granada cayó contra el parapeto de primera línea en el que estaba situada la 3ª Sección de la 2ª Compañía al mando del Alférez Roger Oliete, abriendo una brecha de tres metros y causando cuatro heridos de metralla y piedras lanzadas por la explosión. Ni un solo hombre de la Sección hizo ademán de moverse de su puesto; todos continuaron en él con su Oficial al frente dando pruebas fehacientes de la más completa disciplina y del más sereno valor".

El alférez Oliete tras participar en las acciones de Malnoussi Bajo, Morro Bajo y Cebadilla pasó al sector de Aix-Dir, siendo entonces destinado a petición propia el 8 de octubre a las Fuerzas Regulares Indígenas, la unidad más condecorada y con mayor número de bajas del Ejército Español.

Encuadrado ya en la 1ª Compañía del Primer Tabor del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Tetuán nº 1 continuó combatiendo en dicho sector hasta principios de diciembre en que su unidad fue reembarcada para Ceuta.

Durante 1926 combatió en Fon-Dak, Peña de los Tarazines, Haffa el Deciras, Haffa el Sax, Bu-Ceitug y Bu-Dacar en donde resultó gravemente herido en la cabeza siendo evacuado primero a Tetuán y posteriormente a Zaragoza.

Tras dos meses de convalecencia y recién ascendido al empleo de teniente, el 30 de junio de ese mismo año, volvió a su unidad y participó sucesivamente en las operaciones de guerra de Tuddia-Abba, Afforit, Raula, Pandalillo, Zoco el Arbaca, Dar-Akombba, Xauen, Miskcela, Akay, Setiev, Bu-Harras y Zoco Tiz el Ata.

En 1927 pasó al sector de Xauen donde continuó en servicio de campaña, tomando parte en los combates de Ani-gorra, Adriay Afemun, Rok-Valia, Surena, Bar-Kaio, Takar-Verde, Zoco el Jemis de Beni-Ares, Buharron (Sumata), collado de Akersan, Ani-Darda, Ani-Grana, Tazarut, Yebel-Alani, Bab-Start, Bab-Tarsa y Dar-Arab.

Alcanzada la victoria y la paz definitiva en nuestro Protectorado el teniente Oliete permaneció destinado en el mismo hasta que el 4 de octubre de 1929 fue seleccionado por el general Francisco Franco Bahamonde para formar parte del cuadro de profesores de la recién creada Academia General Militar de Zaragoza, impartiendo a los cadetes clases de táctica y armamento.


Oficial de la Guardia Civil.


No satisfecho con la tranquila vida de profesor solicitó a los pocos meses pasar al Instituto de la Guardia Civil en unos momentos que España vivía una constante agitación social con constantes y violentos enfrentamientos rurales y callejeros. Así el 7 de marzo de 1930 se le concedió el ingreso siendo destinado a la Comandancia de Lérida como Jefe de la Línea de Seu de Urgel.

Tras unos meses al frente de dicha unidad fue destinado al escuadrón de Caballería del 7º Tercio de Zaragoza y como Jefe de la Línea de Zuera en donde fue felicitado expresamente por real orden comunicada de 19 de diciembre de 1930 por haberse "apreciado en todo su valor, el alto espíritu, disciplina, lealtad y abnegación evidenciados por este Oficial en cuantas ocasiones tuvo que intervenir en defensa del orden público y de las Instituciones y muy especialmente en los tristes sucesos acaecidos en la 5ª Región en el repetido mes de diciembre".

Al suprimirse el 4 de marzo de 1932 la Línea de Zuera por ser establecida en Morera pasó a mandarla hasta que dos semanas después marchó a hacerse cargo de la Línea de la capital zaragozana, si bien poco después volvieron a agregarle también la unidad anterior hasta el 7 de junio de 1933. 

En agosto de ese año fueron suprimidos los escuadrones de los Tercios motivo por el cual quedó encuadrado en la Comandancia de Zaragoza, desempeñando el mismo mando.

Tras un corto periodo en los que ejerció accidentalmente el puesto de cajero y jefe de la 4ª Compañía de la Comandancia de Zaragoza fue destinado voluntariamente el 27 de agosto de 1934 como profesor al Colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro si bien duró poco en el mismo ya que dada su experiencia africanista fue comisionado el 11 de marzo de 1935 para Tetuán al objeto de participar en la formación del proyecto de las Mejanías Armadas de la Alta Comisaría de España en Marruecos.

Finalmente el 12 de junio de ese mismo año pasó destinado a la Comandancia de Marruecos, mandando sucesivamente las Líneas de Had-de-Ruadis, Beni-Adifa, Tagsut, Targuist y Jinemurt, bien en calidad de titular o de agregadas, hasta que con motivo de su ascenso a capitán el 6 de abril de 1936, tuvo que cambiar de destino marchando a finales de dicho mes a su nuevo puesto en la Comandancia de La Coruña.


La Guerra Civil y "La Calavera".


Al capitán Oliete le sorprendió el inicio de la Guerra Civil en la plana mayor de la comandancia gallega que se sumó desde el primer momento a la sublevación militar encabezada por las autoridades militares y navales de la zona.

El capitán Oliete al mando de fuerzas del Instituto tomó durante la madrugada del 21 de julio de 1936 los barrios coruñeses de Santa Lucía y Gurugú, ocupando pocas horas después el monte Molino de Santa Margarita y el barrio de Los Monelos, en donde aprehendió importantes cantidades de armamento y dinamita.

A partir del día siguiente y bajo la dirección del entonces coronel de Infantería Pablo Martín Alonso, futuro Director General de la Guardia Civil, mandó una columna integrada por guardias civiles y de asalto así como de una sección de morteros de infantería, ocupando sucesivamente las poblaciones de Betanzos, Corombión y el monte de Zapateira.

El 18 de septiembre un radiograma del general de división Miguel Cabanellas Ferrer, Presidente de la Junta de Defensa Nacional y antigio Director General de la Guardia Civil, ordenó la presentación del capitán Oliete en la Comandancia de Zaragoza, al objeto de hacerse cargo del mando de una compañía de guardias civiles que se había concentrado para partir inmediatamente al frente de Teruel.

En la vecina provincia de Teruel, el teniente coronel de Infantería Mariano García Brisolara, comandante militar de la plaza, declaró el 19 de julio el estado de guerra junto a las fuerzas de la Guardia Civil mandadas por el teniente coronel Pedro Simarro Roig. Pero al contrario que en la de Zaragoza el alzamiento no triunfó en su totalidad, fracasando en las zonas de Utrillas, Montalbán, Alcañiz y Valderrobles.

Incorporado el capitán Oliete al frente de Teruel el 28 de septiembre procedió inmediatamente a su organización adscribiendo a otros guardias civiles voluntarios de la Comandancia de Teruel así como de los que se habían pasado de la zona republicana del Levante. 

Como veterano de las campañas de Marruecos, convirtió enseguida a su compañía en una unidad de choque de primera línea, que bien pronto fue conocida con el sobrenombre de "La Calavera".

Sobre sus vicitudes al frente de dicha unidad, en la que resultó herido en tres ocasiones, no se profundiza más ya que el autor publicó en esta misma Revista en el mes de mayo de 2001 un extenso artículo sobre tan singular compañía y su actuación en el frente de Teruel.

El 15 de diciembre de 1937 el capitán Oliete tuvo que dejar definitivamente el mando de "La Calavera" al resentirse de una herida muy grave sufrida el 30 de agosto de ese mismo año en la posición de Santa Bárbara por un disparo de fusil en la cabeza y de la que no había terminado de restablecerse, teniendo que ser evacuado a Zaragoza.

Tras ser dado de alta fue destinado el 18 de enero de 1938 a mandar la Compañía de la Guardia Civil en la localidad zaragozana de Epila en donde a los pocos días de su incorporación capturó a tres aviadores rusos que habían tenido que realizar un aterrizaje de emergencia.

Deseando volver al frente fue destinado dos meses después a la División 53 en vacante de superior categoría como jefe del 31 Batallón Expedicionario del Regimiento de Infantería Tenerife n1 38, siendo nuevamente herido aunque esta vez por metralla. Al frente de dicha unidad se distingió por su arrojo y valor en numerosas ocasiones siendo citado varias veces en las ódenes de su División y Cuerpo de Ejército.

Poco antes de finalizar la Guerra Civil, fue destinado el 18 de marzo de 1939 a mandar el Tercio del Pilar que pertenecía a las milicias del Requeté hasta que el 8 de octubre fue destinado al Regimiento de Infantería nº 42 como jefe de la comisión liquidadora de la anterior unidad tras ser disuelta. Sin embargo nuevamente poco tiempo estuvo en ello ya que el 12 de diciembre se dispuso su inmediata incorporación en Oviedo a los Servicios Especiales de la Columna de Operaciones de Asturias.

Meses antes en la Orden General del Ejército del Centro del 5 de agosto de 1939 se anunció el inicio del expediente contradictorio de ascenso a comandante con carácter sumarísimo y según consta textualmente por "sus cualidades excepcionales de inteligencia, valor y aptitud para mando de unidad superior a su empleo demostradas en cuantas operaciones de guerra había tomado parte", habiendo sido asimismo propuesto para la Medalla Militar individual si bien ésta finalmente no prosperó.


Jefe de la Guardia Civil y la "Explosión de Cádiz".


Finalizadas las operaciones militares se reintegró el 7 de octubre de 1940 a su destino en la 6ª Compañía de la Comandancia de Zaragoza, pasando el 6 de marzo del año siguiente destinado al Servicio de Información del 7º Tercio de Zaragoza y nombrado cajero-habilitado del mismo, cesando en todo ello al haber sido ascendido el 8 de abril de 1941 a comandante por méritos de guerra con antigüedad del 1 de abril de 1939.

El 20 de mayo de dicho año fue destinado a la 107ª Comandancia Rural de Zaragoza como 2º jefe de la misma en donde permaneció hasta el 30 de abril de 1943, fecha en la que pasó a la plana mayor del 7º Tercio Rural de Zaragoza ocupando poco después su jefatura del Servicio de Información.

El 28 de abril de 1944 ascendió al empleo de teniente coronel siendo destinado el día 6 del mes siguiente para el mando de la 6ª Comandancia Móvil con residencia en Sevilla en donde estuvo hasta que por orden del 22 de julio de dicho año le fue conferido el mando de la 237ª Comandancia Mixta de Cádiz con la principal misión de erradicar las partidas del maquis que había en la serranía de la provincia, estableciendo para ello y por espacio de más de dos años su puesto de mando adelantado en Medina Sidonia.

En ese periodo ocurrió una de las mayores tragedias de la posguerra civil. En la noche del 18 de agosto de 1947 acontecía en la ciudad de Cádiz la explosión de uno de los almacenes de minas de la base de defensas submarinas de la Armada que causó cerca de 200 muertos y casi 5.000 heridos de diversa consideración además de centenares de edificios destruidos.

Gran parte de la ciudad quedó devastada y la tragedia fue de tal magnitud que durante las semanas siguientes fue el centro de atención y recepción de recursos y auxilios de todo el territorio nacional y parte del extranjero.

El teniente coronel Oliete tuvo que retrasar su boda prevista para pocos días después y se puso inmediatamente al frente de sus hombres. Con la ayuda de su 2º jefe el comandante José Arias Garín, participó en las tareas de rescate de las víctimas y dirigió la vigilancia que se tuvo que establecer para evitar el saqueo de las barriadas destruidas.

En aquella trágica noche y en los días siguientes los guardias civiles a sus órdenes rescataron de los escombros a un total de 523 víctimas. El origen de la explosión nunca fue suficientemente aclarado si bien la reciente aparición de documentos confidenciales de la época apuntan a la posibilidad de un atentado terrorista por parte de un grupo anarquista del maquis.

Tras erradicar al maquis de la provincia permaneció al frente de la comandancia gaditana hasta que por orden del Ministerio del Ejército, de 20 de agosto de 1952, ascendió al empleo de coronel, siendo destinado dos meses después al mando del 38º Tercio de Sevilla en donde permaneció hasta que por decreto de 27 de abril de 1956 fue promovido al empleo de general de brigada.


Subdirector General de la Guardia Civil.


Tras haber ostentado sucesivamente el mando de la 3ª Zona (Zaragoza) y 1ª Zona (Sevilla) fue ascendido al empleo de general de división ocupando el cargo de Subdirector General de la Guardia Civil entre el 22 de septiembre de 1961 y el 11 de noviembre de 1966.

Durante ese periodo, en donde los tenientes generales Antonio Alcubilla Pérez, Luis Zanón Aldalur y Angel Ramírez de Cartagena Marcaida fueron Directores Generales del Cuerpo, se culminó el despliegue de la Agrupación de Tráfico, se creó la primera oficina de prensa del Cuerpo, el Centro de Estudios Históricos, se consolidó el Patronato de Viviendas, se convocaron los primeros cursos de mecánicos de transmisiones, se firmaron convenios con el Ministerio de Educación Nacional para erradicar el analfabetismo rural, se constituyó el Consejo de Acción Social, se inició el proyecto de construcción del actual Colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro y se adquirieron los terrenos y se construyó e inauguró el monumento conmemorativo de los defensores del Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza, entre otras cosas.

Condecoraciones militares.


El general de división Roger Oliete Navarro a lo largo de su brillante carrera militar fue recompensado, además de con diversas condecoraciones civiles, con dos Cruces de María Cristina, cuatro Cruces del Mérito Militar con distintivo rojo, tres Cruces de Guerra, una Medalla de Campaña, una Medalla de Sufrimientos por la Patria, dos Medallas Militares de Marruecos con los pasadores de Melilla y Tetuán, una Medalla de la Paz de Marruecos, una Medalla del Homenaje a SS.MM, una Cruz del Mérito Militar de 2ª clase con distintivo blanco, una Cruz de la Orden del Aguila Alemana, una Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco, una Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, una Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.

Fallecimiento y epílogo.


El general de división Roger Oliete Navarro falleció el 20 de febrero de 1977, a los 74 años de edad, en su domicilio particular de la localidad gaditana de Algodonales, en cuyo cementerio reposan sus restos en un sencillo nicho cubierto por una lápida de mármol blanco. 

Atrás quedaban sus 45 años de milicia durante los que participó en más de un centenar de acciones de guerra y en las que había resultado herido en seis ocasiones.

La elaboración de este no hubiera sido posible sin la colaboración del Servicio de Estudios Históricos de la Dirección General de la Guardia Civil y muy especialmente de Isabel Sánchez de Alva Merencio, viuda del General Oliete, quien actualmente vive entre Cádiz y Sevilla rodeada del cariño de sus hijos Gonzalo, Margarita y Roger así como de sus nueve nietos Margarita, Rocío, Isabela, María, Ana, Cristina, Gonzalo, José Ignacio y Roger.

1 comentario:

  1. Somos unos ciudadanos muy sorprendidos con lo que cuentan de la actuación del coronel Oliete, ante su aparente indiferencia por investigar el origen de aquella Explosión en Cádiz. Todos los
    gaditanos supimos que aquella masacre la produjo una salvajada más de la Armada de S.M., directa heredera de la del generalísimo. Igual fueron esas razones las que le impidieron averiguar sus causas a la Guardia Civil, Justicia, Iglesia, Universidad, Prensa etc. quizás piensan que nos chupamos el dedo

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