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martes, 25 de marzo de 2014

LA SECCIÓN CICLISTA DE LA GUARDIA CIVIL (1902-1925).



Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en la Sección "Historia" de la Revista profesional "GUARDIA CIVIL", núm. 709, correspondiente al mes de mayo de 2003, págs. 74-77. 
El original está ilustrado por cuatro fotografías en color y una en blanco y negro.


Real Orden Circular de 7 de abril de 1902: "Se crea por vía de ensayo, una Sección de velocipedistas del Cuerpo de la Guardia Civil. El Inspector General dispondrá el servicio propio del Instituto que, una vez instruidos, hayan de prestar en esta Corte los guardias ciclistas".


Como consecuencia de los excelentes resultados que estaba dando a principios del siglo XX el uso de velocípedos o bicicletas en el Ejército "como medio rápido de comunicación para determinados servicios", se consideró conveniente ensayarlo en la Guardia Civil, ya que, "por la diseminación de la fuerza que lo constituye son a diario precisos y necesarios la orden y el aviso urgente para comunicarse unos puestos con otros y hasta con las parejas que se hallan a la vez de servicio en la misma zona, y cuya cooperación en momentos dados puede ser eficaz".

Por lo tanto y mediante la R.O.C. de 7 de abril de 1902 se dispuso la creación, "por vía de ensayo", de una Sección de Velocípedistas de la Guardia Civil, compuesta por 1 sargento, 4 cabos, 1 corneta, 2 guardias 1º y 17 guardias 2º de los pertenecientes al 1º y 14º Tercios de Madrid, quedando bajo la inspección de un oficial subalterno.

El personal de dicha unidad sería designado por sus respectivos coroneles subinspectores, "prefiriéndose a los que se presten voluntariamente, siempre que reunan las condiciones de aptitud y robustez necesarias para este ejercicio". A efectos de instrucción y aprendizaje se dispuso que los guardias civiles seleccionados fueran a ejercitarse en el batallón de ferrocarriles del cuerpo de Ingenieros que estaba de guarnición en Madrid.

Asimismo se constituyó una junta compuesta por los dos coroneles subinspectores citados y el jefe del mentado batallón, siendo su secretario el capitán ayudante del 14º Tercio, y cuya principal misión fue la de redactar un reglamento especial para dicha sección ciclista y someterlo a la aprobación del Ministerio de la Guerra. También se le encomendó la formalización de duplicado presupuesto para la adquisición de "25 máquinas del modelo militar que usa la Sección ciclista del batallón de ferrocarriles".

Por último la mentada disposición fundacional responsabilizaba al Inspector General de la Guardia Civil, que por aquella época era el teniente general Federico Ochando Chumillas, de asignar el servicio peculiar que debían prestar en Madrid los componentes de la nueva unidad, debiendo dar debida cuenta de ello tanto al Ministerio de la Guera, al de la Gobernación y demás autoridades "a quienes interese conocerlo", así como proponer el uniforme, equipo y armamento que debían utilizar en su especial servicio.


Uniformidad y armamento de 1902.


Conforme a lo anteriormente dispuesto el teniente general Ochando Chumillas elevó el 29 de abril siguiente propuesta razonada del vestuario, equipo y armamento que debía portar y utilizar la Sección ciclista de la Guardia Civil, que fue aprobada por la R.O.C. de 9 de mayo siguiente.

La uniformidad se compuso de dos trajes de servicio muy diferentes de los utilizados hasta la fecha en la Guardia Civil, uno para el periodo de invierno y otro para el de verano. 

El armamento pasaba a estar constituido por el "revólver Smith español, perfeccionado, de 9 milímetros, y cuchillo de monte, afilado", mientras que el correaje se trataba de un cinturón de cuero negro de 25 mm. de ancho con hebilla, funda de cuero negro para el revolver, cartuchera para 12 cartuchos y tahalí para el cuchillo.

Este modelo de "9 mm." era muy similar al recomendado por la Real Orden de 6 de octubre de 1884 y que por aquel entonces era el de dotación reglamentaria en el Instituto, si bien en vez de ser apto para el cartucho reglamentario de 11 mm. lo era para el cartucho .38 Smith&Wesson, también conocido en España como .38 corto o de 9 mm. y en vez de tener su tambor una capacidad de seis cartuchos, lo tenía tan sólo de cinco, siendo un arma de menor peso y dimensiones y por lo tanto más cómoda de portar para un ciclista uniformado.

Respecto al traje de invierno, éste se componía de una guerrera sin entallar, de paño azul tina, cruzada, con dos hileras de botones, bocamangas de grana y cuello del mismo color, vuelto y holgado, alto para abrigo y las cifras G. C., bordadas en blanco y de cinco centímetros de altura; de un jersey de punto, de lana azul tina; de un pantalón corto, del paño reglamentario en el Cuerpo; en la parte inferior puños holgados, para que, abrochados en las corvas, quedase caído en forma de bombacho; polaina corta, de lana azul con trabilla; gorra de plato, de paño azul tina, con visera vuelta, franja blanca de dos centímetros de anchura en su parte circular inferior, y en la superior y parte anterior la cifra del Cuerpo en metal color blanco; y brodequines de becerro blanco mate, reforzados por los lados y engrasados.

El traje de verano se componía de guerrera holgada, de tela de algodón azul tina sin brillo, con cuello vuelto algo descotado y encarnado, con las cifras del Cuerpo, en metal blanco, en sus extremos; bocamangas de grana, doble hilera de siete botones, abrochándose a los de cada costado todos los ojales del mismo, quedando vuelta hasta abajo y completamente abierta, menos el corchete del cuello; un jersey de punto de lana azul tina, igual al de invierno, pero más ligero; un pantalón corto de igual tela que la guerrera y en la misma forma que los de invierno; así como polaina corta de la misma tela que el traje y con trabilla; armadura de gorra con visera, con doble funda y cogotera de piqué blanco y brodequines engrasados.

La Sección Ciclista de Guipúzcoa de 1914
Sin embargo el primer intento de crear una Sección de velocípedistas o de ciclistas no terminó de prosperar, disponiéndose su disolución el 12 de febrero de 1903, tras informe negativo del coronel subinspector del 14º Tercio, habida el elevado número de accidentes que se produjeron y las consiguientes bajas médicas para el servicio como consecuencia de las lesiones sufridas.

Hubo por lo tanto que esperar hasta 1914 en que por una R.O.C. de 4 de junio, se intentara nuevamente ensayar la creación de una unidad similar compuesta por 25 ciclistas pero en esta ocasión en la Comandancia de Guipúzcoa. Su distribución fue la siguiente: 9 al puesto de San Sebastián y 4 a cada uno de los de Pasajes, Rentería, Irún y Usurbil.

Independientemente de ello se crearon cuatro vacantes de ciclista en la propia Dirección General del Instituto, a cuyo frente se encontraba el teniente general Agustín Luque Coca, para la conducción de pliegos y transmisión de uniformes. 

El armamento de todos ellos pasó a ser la carabina Mauser española de 7 mm. modelo 1895, adoptada reglamentariamente para los cuerpos montados del Ejército por R.O.C. de 7 de mayo de 1896.

La uniformidad de ciclistas de 1921.

El 14 de marzo y el 7 de abril de 1921, el teniente general Juan Zubia Bassecourt, a la sazón Director General de la Guardia Civil, solicitó al Ministerio de la Guerra la adopción de una nueva uniformidad, de invierno y verano más acorde con los tiempos, para los ciclistas del Instituto, siendo aceptada dicha propuesta por R.O.C. de 23 de mayo de ese mismo año y publicándose incluso las correspondientes figuras.

La de invierno estaba constituida por una gorra con franja azul tina, de seis centímetros de ancha, plato y cascos encarnados, vivos de soutache en la unión del plato con los cascos y de éstos entre si, y de los mismos con la franja. 

De la parte superior de delante partía una presilla formada por seis cordones blancos sobre una escarapela con los colores nacionales, terminando su parte inferior por una corona real de metal blanco; por debajo de ésta y sobre la franja azul las iniciales G.C., del mismo metal y de 27 milímetros, en forma de enlace. Barboquejo y visera de charol negro, y el primero sujeto en sus dos extremos con dos botones de metal blanco pequeños, de los reglamentarios en el Cuerpo.

Como prenda de abrigo se utilizaba un chaquetón de paño azul tina, amplio, forro de lana negro, semientallado de forma y espalda de una pieza. El delantero cruzado por delante con dos solapas, que podían abrocharse en el mismo lado o en el opuesto, con dos filas de botones grandes de los reglamentarios en el Cuerpo, una a cada lado, separados entre si veinte centímetros los dos botones altos de la solapa y quince los de abajo, colocados lo que hacían el número cuatro en cada fila junto al talle y los que siguen a igual distancia que éstos están de los demás.

Por debajo de la sisa y del centro de la misma al sitio de la cadera y en dirección algo diagonal, lleva una pinza a fin de acentuar el talle; a la altura conveniente en los delanteros se colocan los bolsillos laterales con abertura inclinada. Las mangas y cuello eran de color grana y con vivos del color de la prenda, llevando el emblema metálico ciclista.

La levita era la misma que por aquel entonces tenía reglamentaria el Cuerpo, sin más diferencia que el emblema de ciclista en la manga izquierda. El calzón era del mismo paño que la prenda anterior, forma breeches, abrochado a los costados de la rodilla con tres botones pequeños de los reglamentarios en el Cuerpo. 

Los leguins eran de cuero color negro, con botas del mismo color mientras que el tirante era de cuero amarillo de 2'5 centímetros de ancho, que pasando en forma de bandolera por debajo de la hombrera izquierda de la levita, guerrera o prenda de abrigo, venía a parar sus extremos, que terminaban en dos mosquetones, al costado derecho y servían para suspender la funda de la pistola que iba sujeta al cinturón. La pistola había empezado ya a ser la Star de 9 mm. para cartucho largo que por R.O.C. de 5 de octubre del año siguiente sería finalmente declarada reglamentaria.

El uniforme de verano estaba compuesto por las mismas prendas anteriormente reseñadas, sustituyendo únicamente la levita y el calzón azul tina por la guerrera y calzón de paño gris reglamentario por aquel entonces en el Cuerpo.

La disolución de la Sección Ciclista.

La modernidad en los medios de locomoción alcanzó también a la Guardia Civil y la bicicleta empezó a quedarse obsoleta frente a otras máquinas. El Instituto había entrado ya hacía unos años en la era del motor, apreciándose las bondades de los nuevos inventos del siglo XX.

Consecuente con ello y a propuesta del teniente general Zubia, se dispuso por R.O.C. de 17 de febrero de 1925 la supresión de la Sección ciclista de la Comandancia de Guipúzcoa y que su servicio fuera sustituido, por vía de ensayo, por cuatro motocicletas de las que tenía a su cargo "el Parque de Máquinas de locomoción del Instituto". Aún así la bicicleta sería todavía compañera de servicio durante muchos años más en la Guardia Civil.

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