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martes, 18 de marzo de 2014

EL GENERAL VARELA (1891-1951).




Artículo escrito por Jesús Núñez y publicado en la Sección de Cultura del "DIARIO DE CADIZ" del 5 de enero de 2003, pág. 51, junto a una entrevista a Casilda Varela de Ampuero, hija del bilaureado general. 
El original está ilustrado con una fotografía en blanco y negro.



José Enrique Varela Iglesias soñó desde niño con ser oficial del Ejército pero la modesta economía familiar le obligó a comenzar su carrera como soldado. 

Con su primera estrella marchó a Marruecos donde pronto acreditó su heroísmo, siendo condecorado con dos cruces laureadas, máxima recompensa al valor que solía concederse a título póstumo. 

Cuando Alfonso XIII se las impuso le ofreció con ellas, siguiendo su regia costumbre, un marquesado y un ducado, que el joven capitán Varela declinó con respeto y sencillez, por lo que el sorprendido monarca tuvo que contentarse con nombrarle sólo gentilhombre de su Cámara.

Agasajado por políticos y ensalzado por periodistas, los gaditanos se volcaron con su héroe de cuna humilde, llegando a ser nombrado hijo predilecto de su Isla natal. 

Tras casi tres lustros de guerra africana y tan sólo 38 años de edad volvió a Cádiz para mandar como coronel el regimiento de infantería hasta que fue encarcelado por la "Sanjurjada" en la que no participó, volviendo la República a errar, aunque esta vez por confinarlo aquí donde terminó por encabezar la sublevación de 1936.

Al finalizar la Guerra Civil, Franco le nombró ministro del Ejército, negándose frente a Serrano Suñer a que España entrara en la 2ª Guerra Mundial, mientras propiciaba todo tipo de ayuda y alimentos, para mitigar el hambre de Cádiz y su provincia.

Fiel a sus principios terminó por entregar a Franco una carta suscrita por otros generales que pedían la restauración monárquica y presentó su dimisión tras presenciar en 1942 un atentado terrorista perpetrado por falangistas en la basílica de Begoña.

Sus últimos años transcurrieron en Marruecos como Alto Comisario de España donde una leucemia acabó con su vida.

Poco antes había prestado su último gran servicio a Cádiz tras la catástrofe de 1947, recaudando fondos y ayuda de todo tipo para las víctimas así como un largo etcétera que se conservan en el Archivo que organizó hace ya medio siglo Francisco Macarro Gómez bajo la dirección de Casilda de Ampuero y Gandarias, viuda de Varela.

"Justo que quien en vida tanto dio y honró a su Patria, ésta le rinda el máximo homenaje", rezaba el decreto que le ascendió póstumamente a capitán general. 

Tal vez con el paso del tiempo y el imparcial estudio de su Archivo se le perdone haber pertenecido al bando de los "vencedores" y hasta se le devuelva una calle por todo lo que hizo por Cádiz y sus gentes.


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